"Zekrom and the Celestial Tower"

-¿Estas listo para patear al príncipe que se cree rey de la noche?- Una sonrisa de victoria y deseo se formó en el rostro femenino y el Lucario frente suyo se arrodilló en el suelo más que complacido de ver de nuevo a su maestra luchando por algo.

-Siempre- La respuesta de Lucario fue corta pero llena de emoción, emoción que esperaba sentir desde hace dos años. Quería ver al Fénix de aquella vez renacer de nuevo y lo había logrado.

Touko se movió enérgica por la habitación buscando su ropa de la liga, mientras Lucario se mantenía en su lugar. Una vez encontró su ropa dentro del bolso comenzó a vestirse quitándose la camisa blanca que usó para dormir, quedando en ropa interior. Lo primero que se colocó fue su top corto blanco que cubría solo el área del pecho para sobre este ponerse una chaqueta corta mullida de color negro con una capucha teniendo el interior azul brillante, para su parte inferior sus típicos shorts rasgados que la habían acompañado por tanto tiempo junto a unas medias hasta medio muslo seguidas por sus zapatos de siempre.

Touko organizó todas sus cosas en su bolso luego de vestirse y dio un vistazo a Lucario que se había mantenido de espaldas todo el rato. Lucario se volteó y con una mirada de determinación regresó a su pokeball. Touko sonrió enérgica y dio un último vistazo a la habitación comprobando que no se le quedase nada. Colocó sus cinco pokeballs en su cinturón y junto a estas el orbe oscuro y salió de la habitación.

Luego de pagar por haber pasado la noche en el hotel del centro pokemon y haber desayunado, Touko salió del lugar y respiró profundo mientras los rayos del sol le daban y estiraba su cuerpo. Decidida y ahora con mucha energía y motivación lanzó una de sus pokeballs saliendo de ella su guerrero alado, Braviary.

En cuanto el pokemon salió dio un sonoro grito causando que aquellos que cruzaban las calles en ese momento la mirasen reconociendola algunos mientras los más jóvenes se cuestionaban quien era. "¡Mira es la campeona Touko!" "¿Qué hace en este lugar?" Cuestionaban y exclamaban varias voces mientras en el público una chica en particular trataba de acercarse a ver la escena. Una joven de coletas que recién se había despertado en la mañana temprano y acababa de volver del gimnasio con la medalla voltio en su poder miraba expectante a la multitud y luego a quien decían que era la campeona.

Rosa no tuvo mucho tiempo de grabar la imagen de una castaña de ropas negras y azul y cabello ondeante en su memoria ya que en un abrir y cerrar de ojos la chica frente a todos montó en su Braviary y desapareció en el cielo dejando solo una pequeña nube de polvo debido al impulso de su pokemon. Rosa miró maravillada junto al resto de los transeúntes que aún miraban al cielo; a pesar de sólo haber visto su espalda un aire tremendamente familiar le llegó a Rosa, aunque descartó el sentimiento luego.

Por otra parte Touko seguía elevándose en su querido pokemon el cual esperaba una orden hacia donde ir, aunque ya sabia la respuesta.

-Braviary, nos dirigiremos a la Liga Pokemon, hay un combate que debo librar y espero tu valiosa ayuda como siempre querido amigo- Dijo Touko mientras acariciaba las plumas de su cabeza, Braviary gritó complacido -Pero antes de eso hay alguien a quien debo visitar ahora que estoy aquí, por favor ve a la torre de los cielos

Braviary cuando escuchó el nombre del lugar dio un grito bajo de asentimiento mientras lentamente se dirigía ahí, tratando de hacer lento el trayecto. No era  un lugar al que le gustase ir muy seguido, y desde que conoció a su entrenadora iban al menos una vez cada dos meses o tres, siempre a la misma tumba, en el mismo piso y siempre podía notar la tristeza en su acompañante. Pero hoy no percibía tristeza de su parte, a pesar del bajo tono con el que ella se lo había pedido no pudo sentir tal sentimiento, más bien lo contrario.

Touko suavemente acarició su cabeza y el gran pájaro dio otro grito complacido y aceleró el paso entendiendo la situación, no tenían mucho tiempo así que no podía desperdiciarlo siendo egoísta, como siempre, su entrenadora estaba por encima de todo y si quería ver una vez más a ese compañero aunque eso le doliera o causara tristeza, si ese era su deseo, el como fiel guardián lo tomaría sin dudarlo.

El guerrero alado recordó como sólo Serperior conocía quien descansaba en aquel lugar, lo escuchó por su cuenta cuando en su momento aquel entrenador de cabello verde que buscaba una verdad utópica había hablado en la noria con su entrenadora. Según oyó de Serperior era alguien opuesto a Gigi, la primera pokemon que tuvo Touko la cual terminó caminando junto al chico de verdades utópicas mientras que un pequeño Servine comenzó a cuidar a Touko desde ese día. Servine, actualmente Serperior era quien más la conocía, incluso más que Gigi, había luchado contra ella y también a su lado, sabía su posición y aún así le dijo a su entrenador que quería seguir los ideales de la chica de ojos mar.

Braviary suspiró cuando vio cercana la Torre de los Cielos y la campana en su cumbre y dejó de pensar sobre el pasado mientras daba un vistazo a la persona encima suyo. El pájaro se sorprendió cuando una sonrisa estaba dibujada en su rostro y con un tono amable le pedía que aterrizase en la cima junto a la campana y que quería sonarla por la memoria del pequeño.

El pokemon de tonos rojos y grises en una elegante curva aterrizó sobre la cima con prestancia mientras daba un grito que resonaba por el lugar dejando unas cuantas plumas a su paso. Touko sonrió ante el actuar de su pokemon y le dio en pequeño beso en lo que vendría siendo su mejilla una vez desmontó al animal.

La joven dio una ligera mirada a su hermoso guerrero alado y asintió metiéndose a la pokeball que sostenía la joven en su mano para luego guardarla en el bolso seguida por el resto de sus pokeballs, pensando que ahí sería un mejor lugar y más cálido para viento que hacía en la cima, quedando únicamente con el orbe oscuro en su cinturón de entrenadora por mera necesidad de compañía y esperanza. Touko se dirigió a la campaña y una vez ahí tiró de la cuerda para hacerla sonar y que un majestuoso sonido relajador se escuchase por todo el lugar.

La castaña iba a comenzar a rezar por su amigo caído pero un sonido de aplausos detrás suyo la detuvo y sacó de su mundo. Un poco exaltada se giró hacia atrás aún sosteniendo en su mano el bolso y apretando su agarre en este.

Cuando sus ojos se encontraron con unos rojos no pudo evitar retroceder de la sorpresa de momento pero luego una mirada desafiante se mostró en su rostro.

-Así que era cierto, el equipo plasma está de vuelta- Mencionó en un susurro la joven de apenas 18 años mientras veía con enfado al hombre de cabello recogido y vestido negro -¿No te cansas, Ghechis?

-La verdad es que no, niña- El hombre mayor de cabello verde y cetro en mano con el logo de su organización que quería dominar Teselia rió confiado y remarcó su última palabra burlándose en gran medida de la apariencia contraria y de lo poco mujer que parecía mientras la analizaba con sus ojos de arriba a abajo.

El hombre encontró su objetivo en el cinturón contrario.

-Maravillosa expresión la de antes, debo decir que la tristeza en tu mirada era abrumadora. ¿Pero me pregunto cómo ser a probar de tu más profunda desesperación?- El simple diálogo macabro y sádico del hombre de ojos rojos y mirada llena de locura repugnó a la joven frente suyo mientras trataba de cubrir con su bolso el orbe que llevaba consigo, cosa inútil para el momento.

-Eres repugnante...

-Querida no hay necesidad de esconder lo inevitable, puedo ver que Zekrom ya no te acompaña. Entonces debo recordarte mi conversación contigo hace dos años en aquel puente: Tu nunca podrás ser un héroe.  Ese dragón sólo reaccionó por Reshiram en posesión de aquel bastardo que habla con los pokemon, no por ti- Las palabras de Ghechis no habían logrado molestar a Touko, es más, ella las había deslizado fácilmente de si misma estando acostumbrada a tales acusaciones del contrario.

Oh, pero el se atrevió a insultar a alguien más, se atrevió a llamar bastardo a su propio hijo, aunque fuese adoptivo. La sangre en el interior del cuerpo de la joven ojiazul empezó a hervir y sulfurarse con cada palabra acusadora que oía salir de los labios ajenos y referentes al peliverde. Touko no pudo mantener su ira adentro.

- ¡No te atrevas a llamar así a N!- La frase enérgica y llena de impotencia de la contraria causó más risa y placer en el hombre de unos 40 años que la miraba. Esa chica era una caja de sorpresas.

-Oh, que hermosa emoción llamada amor y que es sólo para tontos- Se burló de los sentimientos más notorios de la contraria mientras chasqueaba los dedos y rodeandola aparecían aquellos del trío sombrío, los más fieles secuaces del mayor -Pero debo decir, que no ha sido grato verte, así que si me disculpas solo me queda terminar nuestro encuentro y con las molestias de una vez por todas.

Ghechis sonrió sadicamente mientras dos de los del trío sombrío se colocaban a su lado y el líder de ellos al parecer la agarraba por los hombros manteniendola en su lugar.

El sádico peliverde se acercó a su víctima y con un pequeño susurro lleno de maldad se despidió de la contraria para ser empujada fuera de la torre y hacia el abismo soltando su bolso en el proceso.

-Espero que te encuentres con tu pequeño amigo muerto, señorita Campeona

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