Parte única

- ¡Detente!

El ladrón hizo caso omiso de la orden y siguió corriendo con el bolso robado en la mano. El teniente Byun se ajustó bien la gorra sobre el pelo rosa pastel y aceleró, intentando darle caza. Por suerte, la huida del malhechor fue interrumpida por un hombre alto que bloqueó su camino, lo que propició que el teniente Byun lo placara contra el suelo, poniéndole las esposas y llevándolo felizmente al calabozo.

- ¿Era necesario placarlo, Baekhyun?

El teniente levantó la vista hacia el tipo alto que había cortado la huida del ladrón, su compañero de patrulla Park Chanyeol, y rodó los ojos mientras se alejaban de la celda en la que habían encerrado al maleante en las celdas de la comisaría.

- Lo era. Debía asegurarme de que no escapaba -infló un poco sus mejillas-. Y trátame con más respeto, soy tu superior.
- Con gestos tan adorables me resulta difícil creerlo -sonrió el alto, pero añadió-, teniente.

Baekhyun se sonrojó y golpeó el brazo del alto. Park Chanyeol había entrado a formar parte del cuerpo hacía unos pocos meses. Nadie quería hacerse cargo del novato sin experiencia, pero el teniente Byun vio algo en su mirada que lo hizo ofrecerse a ser su compañero. Además, no iba a negarlo, aquel tipo alto, de hombros anchos, pelo negro brillante y sonrisa deslumbrante lucía el uniforme tan bien que más parecía un actor en una serie que un policía de verdad. Y Baekhyun no era de piedra.

A pesar de ser un novato, el agente Park era hábil y certero a la hora de poner multas, detener a delincuentes de poca monta o dirigir el tráfico. Nunca ponía pegas a nada que su teniente le mandara hacer y Baekhyun lo agradecía, aunque a veces lo pillara mirándolo con los ojos llenos de algo que Baekhyun no sabía distinguir, pero que le hacía pasar mucho calor.

Sin embargo, Park Chanyeol sabía cuál era su sitio o algo así, porque no había hecho nada más aparte de mirarlo con intensidad, y puede, sólo puede, que el teniente Byun quisiera saber qué otras cosas quería hacer el novato Park con él. 

- Soy tu superior y soy mayor que tú, Park -replicó de nuevo-. Anda, vamos a la ducha.

Sí, puede que realmente quisiera llevar a Chanyeol al límite.

Las duchas de la comisaría y el vestuario estaban vacíos por las altas horas de la noche en las que se encontraban. Las duchas eran individuales, pero eso no impedía que Baekhyun pudiera ver al alto quitarse la sudada camisa, dejando al descubierto su morena piel y aquellos trabajados abdominales en la zona de vestuario. El teniente Byun tragó saliva con dificultad ante aquella visión, más aún si cabe cuando el novato se quedó el bóxers y se revolvió el pelo antes de entrar al cubículo de la ducha que había elegido.

Por norma general, el más bajo esperaba a que su compañero desapareciera dentro del habitáculo antes de desnudarse y entrar él mismo en el suyo, poniendo especial cuidado en llevar una camiseta y la ropa interior para no salir desnudo delante del otro agente de la ley. La verdad era que su cuerpo no tenía nada que envidiar al del novato, exceptuando quizá la altura, pero Baekhyun se volvía un adolescente avergonzado cuando se trataba de Chanyeol.

Esta vez, sin embargo, cuando estaba entrando como vino al mundo en la ducha, una mano impidió que cerrara la puerta, empujándolo tras eso al fondo del cubículo y haciendo que su espalda golpeara contra la fría pared de azulejos blancos.

Baekhyun maldijo cerrando los ojos mientras el chasquido que indicaba que la puerta había sido cerrada resonaba en sus oídos. Al abrir los ojos se encontró a Park Chanyeol, desnudo en toda su gloria de metro ochenta y cinco, quien lo miraba como un león mira a su presa, o así lo calificó el teniente en su cabeza. A pesar de esto, y lejos de achantarse o de avergonzarse por su propia desnudez, Baekhyun frunció el ceño y replicó, para sorpresa propia y ajena.

- ¿Se puede saber qué haces? - espetó, golpeándolo en el pecho. Realmente tenía un torso firme.
- Verá, teniente -remarcó la última palabra, recuperándose rápidamente de la sorpresa-, no he podido evitar notar cómo me mira desde que me asignaron ser su compañero y he pensado en romper esta tensión de una vez por todas.
- No te asignaron, yo me ofrecí -lo corrigió mientras el menor se acercaba a él lentamente con una sonrisa en los sabios-.
- Lo sé -respondió inalterado, abriendo el grifo del agua caliente y dejando que el chorro los empapara, pegándose al cuerpo desnudo de su teniente.
- Además, soy mayor que tú -susurró, ya sin fuerzas.
- Y qué más da -susurró de igual manera el menor, una bonita sonrisa en sus labios contrastando con su comportamiento anterior.

Al carajo, se dijo Baekhyun. Lo agarró por la nuca y tiró hacia abajo, haciendo que sus bocas chocaran en un beso torpe, húmedo y muy necesitado. No se separaron hasta que sus pulmones clamaron por aire, mirándose a los ojos mientras intentaban regular sus ahora trabajosas respiraciones.

- ¿Significa eso que puedo tutearte? -dijo divertido Chanyeol, sus ojos brillantes y sus labios rojos algo hinchados.
- Cállate -volvió a golpearlo, esta vez en el hombro-. O mejor -el alto lo miró atentamente mientras se pasaba la lengua por los labios, nervioso, y juraría que sus ojos siguieron el recorrido de su lengua por éstos-, cállame.
- A tus órdenes.

Volvió a besarlo, Baekhyun recibiéndolo con gusto y gimiendo cuando la lengua del menos se introdujo en su cavidad, saboreando su boca y dominándolo por completo mientras le agua se mezclaba con la saliva en sus labios.

Chanyeol lo atrapó contra la pared, presionándolo contra la fría superficie mientras dejaba sus manos vagar por el cuerpo desnudo y chorreante de su superior. Agarró las caderas de más bajo con posesividad, gimiendo roncamente con esa voz seductora cuando el más bajo rotó sus caderas y frotó sus miembros, que comenzaban a despertar con aquella ardiente sesión de besos.

- ¿Seguro que...? -empezó Chanyeol, pero Baekhyun lo cortó.
- No me vengas ahora con tonterías, Park, llevas mirándome con deseo desde que entraste por la puerta de esta comisaría la primera mañana -lo miró como desafiándolo a que lo contrariara-. No vas a echarte atrás ahora.

No lo hizo. Volvió a besarlo, esta vez frotando sus entrepiernas intencionadamente, sus miembros endureciéndose con cada nuevo roce mientras lo besaba. Baekhyun estaba en una nube, no creía que realmente pudiera llegar a pasar que el novato decidiera arriesgarse a besar a su superior, menos a follárselo en las duchas de la comisaría. El sonido de un tapón abriéndose lo hizo separarse y abrir los ojos, sin embargo; descubriendo entonces con sorpresa el bote de lubricante de fresa en la mano de Chanyeol.

- ¿Pero qué...?
- Llevo mucho tiempo dándole vueltas a esto, Baekhyun -dijo simplemente mientras esparcía un poco del viscoso líquido sobre sus dedos lejos del alcance del agua-. Compré éste porque recordé que te gustaban las fresas. Y ahora, levanta la pierna.

Si Baekhyun pensó en rechistar, no tuvo tiempo. El menor alzó su pierna sin darle tiempo siquiera a reaccionar, atacando su cuello con sus labios y consiguiendo que soltara un suspiro cuando comenzó a rodear su entrada con los dedos cubiertos de lubricante. En algún momento pensó que por qué tenía que ser él el pasivo, pero cuando Chanyeol introdujo uno de sus largos dedos mandó todos sus pensamientos al carajo y se concentró en el placer que le proporcionaba el menor.

Ante la buena aceptación de la intrusió, Chanyeol no perdió tiempo en meter un segundo dedo, ganándose esta vez un siseo de dolor por parte del mayor, a quien distrajo con naderías dulces mientras acariciaba su baja espalda. Esperó a que se acostumbrara a tener dos de sus bastos dedos en su interior antes de proseguir con su tarea.

Varios minutos, tres dedos y algunos chupetones más tarde, Baekhyun era un lío de jadeos y gemidos, su miembro estaba dolorosamente erecto y el preseminal había comenzado a salir por la punta. Chanyeol no estaba en mejor posición, sus ojos intensos y oscuros fijos sobre Baekhyu, bebiendo de sus expresiones, mientras movía sus caderas contra la pierna alzada del teniente, buscando algún tipo de roce que aliviara la presión de su miembro. Baekhyun entonces intentó llevar una mano para aliviarse a sí mismo, pero Chanyeol la apartó con brusquedad.

- No.

Era una orden, Baekhyun lo sabía, pero el deseo era más fuerte que la lógica. Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar. El novato alzó su otra pierna, obligándolo a agarrarse a su cuello y a enredar sus piernas en la cintura ajena, y s eintrodujo en él lentamente, centímetro a centímetro, haciéndolo abrir la boca en un gemido que nunca salió de su garganta.

El moreno tuvo la decencia de esperar a que se acostumbrara, pero ambos estaban demasiado excitados y habían esperado demasiado tiempo como para atrasarlo más. Baekhyun movió sus caderas, haciéndolos jadear a ambos y dándole a Chanyeol la señal que necesitaba.

Lo embistió sin piedad, estocada tras estocada, volcando en aquellas penetraciones todos y cada uno de aquellos días en los que se había estado reprimiendo para no ponerle las manos encima a se teniente. Baekhyun se agarró con fuerza a sus hombros, clavándole las uñas en la piel, y a su pelo, sus bonitos dedos enredados en los oscuros mechones mientras intentaba mover sus caderas al compás para que Chanyeol lo penetrara más profundamente.

No les importaba estar siendo escuchados por toda la comisaría, probablemente, perdidos y cegados en su nube de placer. Tampoco es que a esas horas hubiera nadie para escucharlos realmente, diría luego Chanyeol, pero en aquel momento todo lo que podía decir era el nombre del hombre entre sus brazos.

Un embiste particularmente certero hizo que Baekhyun gimiera fuertemente y le mordiera el hombro, presa de un placer sin límites al haber acertado en su próstata. Alineó entonces sus caderas y golpeó aquel punto repetidas veces, logrando que Baekhyun se deshiciera en sus brazos, apretándo los músculos alrededor de su miembro y llevándolo también a él al séptimo cielo.

No duró mucho más. Baekhyun explotó en hilos de blanco que mancharon sus torsos y se diluyeron con el agua que aún caía sobre ellos y Chanyeol lo siguió, descargándose en su interior mientras jadeaba el nombre del hombre de pelo rosa, apoyando la frente en su hombro.

Por unos minutos, ninguno dijo nada, tan sólo se oía el agua aún cayendo sobre ellos. Chanyeol, cansado, salió del interior de Baekhyun y lo dejó en el suelo, tomándose un minuto más para recuperar la respiración. Como si no hubiera pasado nada, entonces, ambos se limpiaron y salieron de la ducha, rodeados por un silencio que Baekhyun no sabía si calificar de incómodo o de reconfortante.

De hecho, el bajo teniente estaba planteándose muchas cosas cuando el silencio se extendió mientras se vestían y peinaban y aún ninguna palabra se había dicho acerca de lo que había pasado en la ducha. Estaba a punto de enfadarse, apretando con fuerza el peine, cuando una mano se lo quitó de entre los dedos.

- Te vas a hacer daño -dijo el menor con voz suave.

No contestó, tan sólo alzó la mirada para encontrarse con los ojos sinceros de Chanyeol.

- No quiero que pienses que sólo quería tener sexo contigo, Baekhyun -explicó, tragando saliva con dificultad-, pero antes de exponerme más, quería que supieras que, si me dejas, te demostraré que no sólo soy un novato.

Hizo una pausa en la que se acercó y lo tomó por las mejillas, acariciándolas con suavidad.

- Puedo ser mucho más.

Baekhyun sonrió ampliamente y tiró de su camisa hacia abajo, sus labios encontrándose a mitad de camino en un beso dulce y tierno qje el alto no dudó en corresponder.

Sí, él sabía que Chanyeol podía ser mucho más. Y no iba a dejarlo pasar por nada del mundo.

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