XI




Adora's Pov

¿Amor?

Nunca imaginé que lo iba a encontrar por accidente en quien menos esperaba.

La chica temperamental y con ojos extraños que parecía odiarme.

Pero ella era todo lo que necesitaba para darme cuenta de que no se necesitaba mucho para enamorarme.

Sólo una persona tan perfecta como Catra.

Los días pasaban rápidamente en su compañía, ella hacía que todo tuviera más vida, más brillo.

Amaba escucharla hablando sobre sus pasatiempos, sus amigos y a veces la escuchaba cantar cuando se creía sola en la ducha.

Por alguna razón no se duchaba si veía que yo lo hacía, y si alguna vez concidíamos, se ponía nerviosa y trataba de no mirarme a los ojos ni mucho menos a mi cuerpo. Era tierno verla actuando así.

Mientras más días pasaban, sentía que la amaba más, a la vez que comenzaba a acabarse nuestro tiempo juntas.

Por supuesto, tenía un plan para que no acabara nunca más, incluso si significaba vivir a montones de kilómetros de mi familia.

Aunque eso no se lo iba a decir a Catra porque la conocía lo suficiente como para saber que haría una rabieta porque no quería que la siguiera.

—¿Adora?—Preguntó mi novia sacándome de mis pensamientos.

—Ah, lo siento, estaba pensando un poco y supongo que perdí la noción del tiempo.—Confesé rascándome la nuca. Ella rió y empujó un poco con su hombro, olvidando por completo el poco equilibrio que tenía en ese árbol, o quizá solo lo hizo a propósito.

Estuve a punto de caer, pero ella me sostuvo antes de que pasara. Cuando la volví a mirar ella tenía una expresión seria, que suavizó un poco al darse cuenta de mis ojos sobre ella.

—¿Y? ¿Sobre qué pensabas? No es muy normal que pienses.—Se burló con una sonrisa, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos, que seguían manteniendo su seriedad, probablemente ya sabía lo que estaba pensando.

Así que decidí ser sincera. Después de todo ella podía ver a través de mí.

—Estaba pensando en el futuro. En qué pasará después, ya sabes... es cómo será estar lejos de ti por un tiempo.—No me di cuenta de la pequeña filtración de mis planes hasta que ella lo recalcó.

—¿Por un tiempo?—Cuestionó, levantando una ceja. Mentí, pero por un bien mayor. No quería que se alterara porque quería estar con ella.

—Bueno... no pienso quedarme en Eternia todo el tiempo, puede que te visite de vez en cuando, en vacaciones o días festivos...—Intenté sonar lo más convincente posible, pero como sospechaba, tambaleé. Aunque al parecer lo creyó, o al menos fingió hacerlo.

—Sólo... olvidémonos de eso hasta que suceda, ¿Ok?—Pidió suplicante. Tocar ese tema era demasiado para ella. Gracias a cómo la habían tratado, a Catra se le hizo muy difícil hacer amigos, y perderlos le dolía mucho. Supuse que perderme sería igual o peor para ella.

No quería que sufriera ni por la más pequeña de las cosas.

Puse mi mano en su mejilla y ella cerró los ojos ante el contacto, frotándose suavemente contra mi palma.

—Te amo...—Susurré lo suficientemente cerca para que me escuchara.

Cuando estaba a punto de responder, el sonido de alguien aclarando su garganta la sacó de su trance. Bajamos la mirada y encontramos a un chico alto y moreno con una sonrisa nerviosa y detrás de él una pequeña mancha rosa.

Glimmer.

Catra's Pov

Sparkles estaba detrás del chico, casi por instinto me aferré a Adora, sintiendo como ella apretaba su mano en mi cintura.

—H-Hey.—Empezó el chico.—Sé que no me conocen pero vine aquí a ayudar a Glimmer. Ella tiene que decirles algo.—Dijo dándole paso a la niña brillosa.

—Yo...lo siento. Por todo. No debí haber actuado de esa forma con ustedes, especialmente contigo, Catra. Está bien si no puedes perdonarme porque fui una completa estúpida y te traté mal.

Apreté con más fuerza a mi novia. Ella se soltó y bajó del árbol con cuidado, luego me pidió que hiciera lo mismo con un gesto.

Bufé y bajé de un salto, sólo para volver a abrazar a Adora fuertemente, casi subiéndome sobre ella. No es que le hubiera molestado.

—Lo que hiciste estuvo mal, Glimmer.—Reprendió seria.—Catra no merecía que la trataras así.

—Lo sé, y de verdad lo siento.—Se disculpó con la cabeza baja, podía escuchar en su voz que estaba llorando.—Tenía miedo de que alejaras a la única amiga que había hecho después de Bow que... que perdí el control. No quise hacerlo.—Sus palabras parecían sinceras, a tal punto que lograron suavizarme un poco, al igual que a Adora pero en más magnitud.

Supe que la había perdonado.

—¿Lo volverías a hacer si tuvieras la oportunidad?—Preguntó, más como para asegurarse. Sparkles negó con la cabeza repetidas veces y logré ver cómo el tal Bow sonreía orgulloso.

Interesante, logró dominar a la bestia.

—No.—Respondió con firmeza, sorprendiéndome.—No lo volvería a hacer nunca. Lo siento por haberlas hecho desconfiar de mi.

Sabía que no valía la pena estar enojada con ella. En cierta medida me recordaba a mí, por eso intenté perdonarla.

No me acerqué a abrazarla como hizo Adora, pero al menos en mi interior sabía que no ya no tenía nada en contra de Sparkles.

Aunque aún estaba algo molesta por mi pelo, toda mi vida lo había tenido largo y lo cortaron sin mi permiso.

Pero no importaba, si eso hacía feliz a Adora, yo estaba bien con eso.

Al cabo de un tiempo, estaban todos hablando animadamente, pero yo me quedé en silencio observando. No me molestaba, porque toda mi vida había observado desde lejos.

El chico moreno sacó de algún lugar unos dulces y los repartió entre ellos, estaba a punto de darme la vuelta e irme cuando sentí un brazo detenerme suavemente. Volteé y ahí estaba Adora, con esa estúpida sonrisa tonta que amaba. Ni siquiera tenía que hablar para que supiera lo que quería.

Me acerqué a ellos en silencio, abrazando el brazo de mi novia, ella rió un poco y luego me dio un beso en la mejilla, haciéndome sonrojar y desviar la mirada.

Tonta.

(...)

Después de un agotador día, finalmente Adora y yo estábamos acostadas en nuestra cama, con nuestras piernas entrelazadas y mirando hacia arriba.

Como todas las noches hablábamos o murmurábamos tonterías hasta que el sueño nos vencía. Me sentía muy bien al estar con ella, segura entre sus brazos, y sentía que no podría pasar nada realmente malo si estábamos juntas.

Excepto que, no siempre estaríamos juntas.

Faltaban apenas dos días para que todo acabara, para que Adora se fuera. Incluso si decía que volvería, sentía que no era cierto.

Me dormí entre sus brazos, cansada de pensar en el futuro cercano, solo sintiendo sus suaves caricias en mi cabello.

A la mañana siguiente estábamos empacando todo porque partiríamos temprano para regresar.

Pero no encontraba la cosa más importante.

—¿Has visto mi teléfono?—Le pregunté a Adora, quien negó con su cabeza.

—Nope.—Respondió mientras seguía con su tarea. Me puse a buscar en todos los lugares en los que había estado antes, pero no lo encontré.

No estaba en la cama, en las almohadas ni en el baño.

Salí a buscarlo con Adora al árbol y a la piscina, pero tampoco aparecía. Me había empezado a preocupar.

En ese teléfono estaba todo lo que quería. Incluso todas las fotos que tomé con mi novia durante ese tiempo.

—¿Crees que se cayó en algún lugar?—Cuestionó ella, posiblemente preocupada por mi preocupación.

—No lo sé...¿Quizá?—Respondí sin estar segura. La verdad, había dejado de usar mi teléfono seguido en cuanto se quedó sin internet, así que no sé si se pudo haber caído en algún momento.

Regresamos al dormitorio sin encontrar nada, incluso le preguntamos a Sea Hawk si lo había encontrado en el autobús.

—Rayos... Ni siquiera te he dado mi número.—Se quejó con las manos en sus mejilas y haciendo un tierno puchero. Deposité un pequeño beso en su mejilla y ella me miró.

—Puedo anotarlo en un papel, si quieres.—Ofrecí con una pequeña sonrisa. Adora se iluminó de inmediato y sacó un papel arrugado y un lápiz, los cuales me extendió sonriendo ampliamente.

Lo escribí rápidamente y se lo volví a entregar, ella lo dobló y lo guardó casi brincando de felicidad, a lo que yo reí.

—Idiota.—Murmuré sonriendo. Adora volvió a mirarme, podía ver sus intenciones pintadas en toda su cara.

Se acercó y me tomó por la cintura con sus fuertes brazos, pegándome más a su cuerpo.

—Seré una idiota, pero soy tu idiota.—Dijo antes de sellar nuestros labios en un suave beso, inigualable como los que ella siempre me daba.

Mis manos viajaron por inercia a su cuello, su lengua se introdujo en mi boca, explorando cada rincón de esta, y calentando mi cuerpo en el acto. Sentí como acariciaba suave pero firmemente mis caderas, haciéndome estremecer.

Me sentía algo nerviosa porque nunca habíamos llegado tan lejos, Adora no intentaba sobrepasarse conmigo y siempre respetó mis límites, pero era yo quien quería pasarlos esta vez.

Me aventuré a apretar sus caderas, en una petición silenciosa, que como siempre, tardó en entender.

Se separó y me miró buscando una confirmación en mi mirada.

—¿Estás segura?—Susurró. Asentí con la cabeza, sabía que lo estaba, y quería que pasara.

Ella pareció convencerse, pero aún así volvió a buscar una señal de que no lo quería.

—Está bien, Adora. Quiero hacerlo, te prometo que te diré si algo no me gusta.—Ella pareció tranquilizarse y volvió a besarme más apasionadamente. Sus manos viajaban por mi cuerpo, y un segundo después me había guiado hacia la pequeña cama.

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Querían smut?

Yo sé que sí, pero no lo puse porque este es un fanfic fluff, lo siento.

Ahora si estamos muy cerca de que termine, así que esperen el final, espero poder terminarlo pronto.

Además va a haber un epílogo del que no voy a hacer spoilers, y quizá una segunda parte, aún estoy pensando en si hacerla o no.

En fin, lamento si no fue lo que esperaban, fue un poco díficil para mí escribir esto porque me recuerda mi soledad T-T

Eso es todo por hoy, cuídense y tomen awa :3

Los quiero <33

Atte: Heiwa

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