[Este libro es un obsequio para skyxgot. No es una historia literaria, sino un mensaje para ella por su cumpleaños]

¿Yo fui la autora de uno de los fic que le gustaba? Pues usted se volvió mi impulso, mi motivación y mi ancla cuando todo eso terminó.

Un breve momento bajo el reflector me dejó una amistad que permanecería durante los años. Entonces entendí que el hacer y hacerse conocer, no es por la fama, sino por la gente que puedes llegar a conocer.

No pediría que nada fuera diferente, porque el recorrido nos llevó a conocernos. Conocernos de una manera singular.

E incluso si el conocernos se vuelve un "conocimos", su nombre seguiría resonando entre mis seres queridos. Usted es parte importante de mí, una constante que ha superado separaciones de bandas y cambios de cuenta; además de etapas de vida y diversas recaídas.

En esos momentos de crisis, en que llegué a pensar en dejar la escritura, tuve el miedo de perderla también. La escritura fue y sigue siendo el centro de nuestras conversaciones. Durante los primeros años, no conocimos algo más acerca de la otra.

Y no existía un problema con ello.

Nuestro mundo, nuestros problemas se resumian en: ¿escribir o no?, y si hacerlo, ¿sobre qué?

O a lo mejor, ese fue el modo de demostrar nuestra esencia: pasiones, inseguridades, alegrías, interés, miedos y catarsis.  Todo estaba reflejado allí.

Por un largo tiempo, usted fue la única persona que conocía esa etapa de mí, junto a mis primeros años de fanatismo. Sentía que era la única de mi alrededor que podría comprenderla, o mejor dicho, el resto ya me había censurado. Llegue a contarle a familiares y amigos de ese tiempo que me encontraba muy abrumada por no poder escribir, y ellos solo me decían que lo dejará. Esas palabras eran una daga en mi pecho, me quebraba ante ello.

En cambio, con usted encontraba empatía, pasaba por la misma crisis, me decía considerar lo mismo. Hablábamos de ellos, de las ideas que teníamos y recobrabamos la pasión, para mí eso era el cielo.

En cuanto a lo otro, también le agradezco que me haya dejado hablarle BTS cuando apenas los estaba conociendo. Sabía que usted no le gustaba, yo misma trataba de privarme de ello para no molestarla. Pero a pesar de que no fuera de su agrado, me dejaba continuar, y no me hacía desaires como la gente que llegue a conocer en clases. Todo esto parecerá trivial o poco para algunos, pero para mí era el mundo, sobretodo considerado que en esa etapa me tambaleaba en los abismos de una depresión clínica.

Me da un poco de vergüenza revelar esto, pero durante esos años, las historias que subía a WhatsApp estaba limitadas para que solo usted las vieras. Las compartia por ahí creyendo que hablaba con alguien, sin arriesgarme al rechazo y sabiendo que habría alguien que iba a responder de la mejor manera.

Usted era lo único que tenía. Yo no hablaba por mensaje con nadie más, mis amistades se habían esfumado, las personas con la que me juntaban eran destructivas, y yo ni siquiera me daba cuenta de eso.

Y cuándo en un taller nos pidieron dibujar un árbol y poner en sus ramas a las personas más importantes para nosotros, yo dibuje una planta de piña y no dude en escribir su nombre en una de las hojas.

Era la única persona en ese momento por la que me sentía apreciada, comprendida y apoyada, y eso que nunca te dije por lo que estaba atravesado.

La gratitud que tengo a usted no puede reducirse a una palabra. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿De qué manera te puedo regresar lo que has hecho por mí?

Eres una persona maravillosa, con un corazón tan puro y cálido. Una amistad valiosa. Un ser humano que inspira y reconforta. Los adjetivos tampoco bastan.

La quiero mucho, Ann.