2.
Poco a poco abrí mis ojos, al principio la luz blanca del lugar no me permitió ver con claridad. Había voces de fondo pero no entendía que decían, el dolor de cabeza no me permitía concentrarme y mis ojos no ayudaban puesto que veía todo totalmente borroso.
—Mamá—Susurré suavemente cuando logró distinguir la cabellera rubia de mi madre.
—Mi bebé.—Un suspiro de alivio salió de la boca de mi madre.
Se pega a mi cuerpo y acaricia mi rostro, mis labios hacen un puchero.
—¿De nuevo?
—Si, corazón. Pero estas bien ahora, tranquila, estoy aquí.
Pude distinguir varios aparatos a mi al rededor lo que me dejó claro que estaba en el hospital. Pero lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento era mi hermano Adrien.
—¿Donde está Adrien?
Pregunté mientras intenté levantarme pero mi madre rápidamente me lo impidió, yo bufé.
—Está en la Sala de espera, junto con tu padre. —Murmura lentamente y mis ojos se abren de par en par.
—¿Ambos aquí?—Me emocioné de inmediato y mi madre me sonrie maternalmente mientras asiente con su cabeza.
—Ambos aquí. —Repite.—Tengo tus cosas aquí, ya estas mejor los médicos dijeron que podías irte a casa apenas abras los ojos.
Y no faltó decir más para saltar de la cama, mi madre ríe pero me ayuda un momento a mantenerme de pie teniendo que sufriera un mareo.
Vemos al doctor mientras salimos y él me recomendó volver apenas sintiera que estaba por de caer nuevamente. Mi madre firmar un par de papeles y toma la receta para mis medicamentos antes de salir e irnos al encuentro con mi padre y Adrien.
Ambos estaban sentados en la Sala de espera, en un principio no vi la cara de mi padre pero cuando levantó la vista sus ojos azules se conectaron conmigo. Noté un brillo en sus ojos, sus sonrisa apareció y con pasos algo inseguros se acerca hasta ponerse frente a mi.
—____.. —Dice lento.
Ya no recordaba su voz. Era ronca pero cálida a la vez, no era para nada frío ni seco y su rostro expresaba muchas emociones, eso me gustaba.
—Papá.—Murmuro.
Él estira sus brazos en mi dirección y me abraza, yo de inmediato escondo mi rostro en su saco evitando llorar, su colonia invade mis cosas nasales y me trae nostalgia, había crecido sin mi padre.
—_____
Otra voz se suma al momento y un par de brazos se unen, era Adrien.
Logró poder mover la cabeza y veo a mi madre a unos pasos de nosotros pero su mirada estaba triste mirando al suelo.
Poco a poco el abrazo se deshace y nos alejamos levemente.
—Yo.. Debo irme. Hija si quieres quédate con tu padre y tu hermano, pero vuelve al hotel antes de que anochezca.
Sin decir más mi madre a pasos rápidos se aleja de nosotros.
Al levantar la mirada veo a mi padre mirar a mi madre hasta que desapareció del pasillo, escucho un suspirar y parpadea un par de veces antes de volver la mirada a nosotros para así regalarme una sonrisa.
—Tenemos mucho tiempo que recuperar, que dicen si salimos de aquí y vamos a divertirnos. ____, me gustaría presentarte a una persona.
Adrien bufa y mi padre lo fulmina con la mirada.
Rei levemente algo confundida de la situación pero me enojo de hombros.
—Si, esta bien.
El resto del día fue muy divertido, la estaba pasando muy bien con mi hermano y mi papá. Comimos helado y me llevaron a un museo en donde creí que moriría de aburrimiento sin embargo me lleve una grata sorpresa cuando todo allí fue sumamente interesante.
Lo que me sorprendió también era como las personas les saludaban a ambos, no tenía idea de que su presencia masculina generara tanto interés femenino.
—Ya debe estar llegando.
La voz de mi padre me saca de mis pensamientos.
—¿Quien? —Pregunto confundida para luego darle un sorbo al Frappé.
Los faros de París poco a poco comenzaban a encenderse indicando que la oscuridad estaba llegando, me preocupé levemente por las indicaciones de mi madre sin embargo sabia que no se enojaría si me quedaba un poco más.
—Vivora.—Murmura Adrien tan bajo que yo fui la única que lo escuchó
—Hola, ¿Hablaban de mi? —Una voz chillona rompe mis tímpanos.
Al voltear veo a una joven morena de ojos verdes, era una mujer preciosa pero su aura me transmitía inseguridad. Aunque quiso poner un rostro dulce cuando me vió fue imposible que pudiera disimular, la mueca de disgusto ya la había delatado dejando en claro que no esperaba encontrarse conmigo.
—¿A quien me querias presentar? —Preguntamos ambas a la misma vez y nuestros ojos se conectaron por un leve segundo para luego pasar a mi padre.
Él se removió levemente incómodo pero pasó su brazo por la cintura de la mujer.
Mis ojos se abrieron levemente al igual que mis labios, lo comprendí de inmediato.
—_____ ella es Rebecca, mi pareja y Becca ella es mi hija, _____.
La cara de la mujer no tuvo precio, sus ojos se abrieron enormemente que temí que sus ojos se salieran de su rostro por un instante.
—¿Como? No dijiste que tú... —Intentó sonreír mientras hablaba pero sentí que quería ahorcar a mi padre.
Mi padre le lanzó una dura mirada y ella intentó recomponerse mientras se alejaban levemente dándose su espacio.
—Cuando dijiste que tenías una sorpresa para mi pensé que era un auto nuevo, o algo que me gustara....—Habló bajo entredientes pensando que solo mi padre oiria.
—Shh—Él intenta callarla.
Mi hermano me mira con una ceja alzada casi burlon por la situación. Estábamos a pocos metros de ellos ¿en serio creían que no los escuchábamos?
Luego de unos segundos ambos se acercan un poco a nosotros y mi mirada sigue clavada en Becca, ella me analiza de pies a cabeza y me estira la mano.
—Es un placer. —Intentó ser amable y yo con algo de desconfianza igualmente tomo su mano.
—Claro.—respondo y me aparto.
—Que te dije de fumar, Adrien—Mi padre gruñe y yo volteo rápidamente.
Al ver a Adrien el estaba con sus brazos cruzados con un cigarrillo encendido en medio de sus dedos.
De acuerdo, todo esto no me lo esperaba.
La incomodidad estuvo hasta que mi padre junto con mi hermano y Becca me acompañaron hasta la puerta del hotel. La despedida fue algo silenciosa, mi hermano me dejó un beso en la frente y aunque no me molestaba el olor a cigarrillo ya que era de menta no me agradaba el hecho que el consumiera eso, mi padre me abrazó y me dejó su número de teléfono en un papel.
—Te mandaré un mensaje. —Me susurra Adrien al oído para posteriormente marcharse junto con la extraña y mi padre.
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