11.
—Vengo en un momento, Nath. Iré al baño.—Exclamo y el asiente con la cabeza.
—Yo Iré por los demás.
Me sonríe y yo le correspondo para así dirigirme a los baños que se encontraban a una distancia considerable. El lugar era como un Camping bien cuidado y me agradaba las vistas que poseía.
Al llegar al baño me adentro al de mujeres encontrándome con varios lavavos y varias puertas en donde yacían los retretes.
Tardé solo algunos minutos de hacer mis necesidades para así limpiarme y apretar el botón del agua.
Al salir me dirijo a lavarme las manos para posterior sacarlas con unas toallas de papel mientras tarareaba una canción de forma distraída. Al levantar la vista al espejo mi corazón se detiene y me sobresalto gimiendo del susto.
Layla yacía detrás de mi con sus brazos cruzados observándome con el ceño fruncido.
—Layla casi me matas del susto.—Pongo un mano mano en mi pecho y río nerviosamente.
—Lastima, lo intenté.—Exclama seriamente. El silencio reina un solo segundo y se escucha una carcajada por parte de ella.—Solo bromeo querida ____.
Su voz y sus palabras me provocan una gran incomodidad, su risa fue demasiado falsa.
—¿Y que haces aquí..?—Pregunté estúpidamente. Era un baño, es obvio.
—Sólo quería decirte que los chicos de este grupo no están disponibles...
Mi ceño se frunce.
—¿Qué insinúas? ¿Qué yo quiero con los chicos del grupo? Debe ser un mal entendido yo...
—No lo tomes a mal _____ y solo lo diré una vez, aléjate.
Su rostro se vuelve más sombrío y se acerca hasta donde estaba parada, ella era algunos centímetros más alta que yo.
—Es sencillo, alejate así no habrá problemas ni malos entendidos, ¿si? Me costó ser parte del grupo para que vengas tú a llevarte la atención —Me mira un instante de arriba a abajo con asco y luego coloca la sonrisa más falsa que tenía fingiendo ser amable dando un paso atrás.
— Pero de que malos entendidos hablas si yo no...
Me interrumpe lo que hace que me aprete mis puños.
—No seas falsa conmigo, se cuales son tus intenciones.—Camina hacia la salida— Y no hace falta que le digas a nadie sobre esto, solo tuvimos una charla de amigas.—Me sonríe cinicamente.
No dice más y solo se va.
Me quedo con boquiabierta ante la sorpresa y la confusión. ¿Qué le ocurría a esta chica?
Parpadeo un par de veces sin comprender del todo la situación.
Quince minutos después de que Layla saliera yo la sigo hasta volver con los chicos. No puedo evitar llevar mi vista a la pelirroja pero ella estaba riendo mientras sus manos acariciaban el brazo de Luka ocultos por la alta mesa de camping. Luka por otra parte acariciaba su muslo. Sin embargo me percato que eran discretos y nadie parecía notarlos.
Algo se revolvió en mi interior entendiendo más la situación. Ella se sentía amenzada.
En silencio me acerco a sentarme al lado de Nath pero ahora la penetrante mirada de Layla me hace dar un paso atrás por lo que recordé su advertencia y me termino por sentar al lado de mi hermano.
Nath me mira confundido pero no dice nada al respecto.
El resto de la tarde fue demasiado incómodo para mi, me había quedado a un lado del río lejos del grupo tirando piedritas pensando en lo que había pasado en el baño.
¿Fue una advertencia? ¿De que sería capaz Layla?
Empiezo a atar cabos, ¿Ella y Luka tendrán algo? Suspiro comprendiendo más, una mujer celosa e impulsiva.
Volteo discretamente y ahora Layla yacía muy cerca de Nath un poco apartados de todos y este no parecía tener intenciones de alejarla.
Podía ver como ella tocaba su cabello y basandome en su expresión corporal parecía coquetear pero nuevamente nadie se daba cuenta.
Parpadeo un par de veces y vuelvo mi vista al horizonte. En este lugar abundan los secretos.
—Y yo los voy a descubrir uno por uno.
Susurro en voz baja.
El reloj marcó las 19:45 p.m y todos recogimos nuestras cosas para volver cada uno a su hogar.
—¿Quierer ir a casa con papá, ____?—Me pregunta mi hermano con dos cascos en su brazo.
Cuando estaba a punto de contestarle con entusiasmos que moría ir con papá llega Kagami y toma uno de los cascos.
—Estoy lista, ¿nos vamos?—Habla y luego me mira.—Oh lo siento, ¿Ibas a ir tú?—Se disculpa de inmediato y yo niego.
—No, no puedo...mamá dijo que debía de volver al hotel.—Miento. Sabía que Kagami me conocía lo suficiente para saber que mentía por lo que la interrumpo cuando quiso hablar.—En verdad, iré caminando, es cerca.
—No es cierto, queda demasiado lejos _____, espera ¿Viniste a pie hasta aquí—Mi hermano me mira con el ceño fruncido— Pudiste enviarme un mensaje e iba por ti.
—Yo la llevaré.
Es la voz de Nath quien se suma a la conversación y pasa su brazo por mi hombro.
—Bien pero solo la dejas en el hotel y te largas de ahí, nos vemos mañana.—Adrien entrecerra los ojos y al despedirmos él y kagami se suben a la hermosa moto de mi hermano par irse del lugar.
—Iré caminando.—Me apresuró a decir mientras aparto a Nath.
Si bien ya no había nadie en el lugar aun sentía cierta incomodidad, estaba confundida.
—Claro que no.—Exclama con una voz más ronca, más serio.—Vamos.
Me subo a su auto sin objetar y el viaje es en completo silencio.
—Bien, ¿que sucede?—Preguta una vez que estaciona el coche frente al hotel.—No tengo que conocer tanto a una persona para saber cuando algo le incomoda.
—Solo estoy cansada.—Respondo.
El sólo me mira, me analiza y cuando está a punto de decir algo un oficial toca el lado de mi ventana.
—No pueden estacionar aquí.—Se lo escucha decir y yo suspiro en agradecimiento.
—Bajaré así no te ponen una multa.
Dejo un beso en su mejilla en forma de despido y bajo rápidamente antes de que Nath pudiera decir algo más.
No miro hacia atrás pero escucho su auto arrancar y marcharse. Simplemente me limito a entrar al hotel y soltar todo el aire que llevaba dentro.
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