Capítulo 14
— Podemos colocar verbena y acónito en la planta de agua, abarca todo Beacon Hills y las personas estarán protegidas en poco tiempo — sugirió el Sheriff Stilinski.
— Es una buena idea ¿pero qué va a suceder con nosotros? Nos va a afectar — cuestionó Derek, quien no quiso dejarme sola en mi primer día de trabajo después de lo ocurrido.
— A menos que utilicen un antídoto, puedo consultarlo con Deaton — respondí.
— Bien, si es así entonces adelante, hagamos esto.
El resto del día estuve encargándome de distintos casos, poniéndome al tanto de lo sucedido en Beacon Hills mientras yo estaba inconsciente. Podía sentir la mirada de Derek sobre mí, no la apartaba ningún segundo.
Para ser honesta, sentía que algo más estaba ocurriendo con Derek, lo notaba distraído y preocupado; pero sería difícil sacarle las palabras.
— Toma, te traje café — dije entregándole una taza y sentándome a su lado.
— Gracias — suspiré y tomé su mano.
— ¿Estás seguro de que estás bien? Por favor no me digas que sigues preocupado por mí. Estoy perfecta, además tengo a mi perfecto novio cuidándome — Derek sonrió levemente.
— No puedo evitar preocuparme, lo que estamos enfrentando es mayor a lo que estamos acostumbrados a enfrentar, y créeme que la manada y yo lo hemos visto todo; o al menos eso creíamos.
— Tal vez estás más preocupado de la normal porque tienes algo que perder ¿no? Mis padres decían que incluso las personas más fuertes tienen miedo, porque tienen algo que perder, mientras que las personas peligrosas, sin miedo alguno, no tienen absolutamente nada.
— Estoy acostumbrado a perder siempre algo, pero creo que nunca estuve preparado a perder algo tan valioso como tú — sonreí y besé su mejilla.
— Nunca vas a perderme, Derek Hale — unimos nuestras sonrisas en un cálido beso, pero en cuestión de segundos fuimos interrumpidos.
— Tenemos que ir a la escuela, ahora — dijo el sheriff bastante alterado. Subimos a la patrulla y a los minutos llegamos a la escuela, habían muchas personas afuera y policías por doquier —. ¡Abran paso! — gritó el sheriff al bajar de la patrulla. Nos acercamos hacia donde estaba mirando la multitud, tuve que taparme la boca para no gritar ante la horrorosa escena frente a mis ojos. Dos jóvenes estudiantes se encontraban totalmente descuartizados, había otro estudiante con sangre en su boca y en sus manos, entre lágrimas y temblando.
— ¡Yo no quise hacerlo! ¡No quise! — gritaba en sollozos.
— ¿Qué diablos sucedió aquí? — preguntó Derek igual de anonadado que yo.
— El híbrido ha comenzado a atacar de día, y eso sólo significa una cosa, más muertes y heridos — me alejé corriendo del lugar, buscando el bote de basura más cercano para vomitar. Derek no tardó en seguirme y sostener mi cabello para no ensuciarlo con vómito.
— Tranquila, aquí estoy — dijo acariciando mi espalda.
— Hay que detener al híbrido, antes de que asesine a todo Beacon Hills — comenté con la respiración agitada.
— Lo haremos, te prometo que lo haremos.
Nos reunimos en el edificio, le comenté a la manada sobre lo que haría el sheriff para proteger a Beacon Hills.
— Tendremos que evitar usar el agua por hoy y mañana, Deaton está consiguiendo el antídoto para que el acónito y la verbena no les afecte.
— Violet ¿estás bien? Estás muy pálida y sudorosa — preguntó Lydia.
— Sí, estoy bien, algo debió caerme mal.
— Te dije que lo mejor era que descansaras — comentó Isaac.
— Enserio, me siento bien.
— Te llevaré al hospital a que te revisen, para librarnos de dudas — dijo Derek, y por la expresión en su rostro sabía que no podría hacerlo cambiar de opinión.
Al llegar, los doctores procedieron a hacerme todos los estudios necesarios, hasta ahora todo había salido bien, el último estudio pendiente era un ultrasonido.
— Esto es ridículo — dije molesta mientras me acostaba y esperaba a la doctora.
— Es sólo para saber si realmente estás bien, puede que tú te sientas bien o quieras creer que lo estás, pero es mejor prevenir — bufé y rodé los ojos.
— ¿Violet Coleman? — preguntó la doctora entrando a la habitación, asentí —. Muy bien, vamos a revisarte. Me comentan que has padecido de vómitos, mucho sudor y palidez ¿cierto?
— Así es, de hecho hace dos días recién desperté de un coma de varias semanas, todo había salido bien y me sentía bien, pero ahora no sé exactamente que está sucediendo, tal vez sea una reacción de mi cuerpo que se está volviendo a acostumbrar a la rutina diaria.
— Puede ser — la doctora levantó mi camisa y colocó un líquido frío, después empezó a pasar un pequeño artefacto —. ¿Tu coma de cuántas semanas fue?
— Fue de 3 semanas — respondió Derek por mí.
— ¿Sabías que estabas embarazada antes de caer en coma?
— ¡¿Qué?! — dijimos Derek y yo al unísono.
— Bueno, por sus reacciones ya veo que no, y es extraño que los doctores que te atendieron cuando estabas inconsciente no se hayan dado cuenta. Violet, tienes 4 semanas de embarazo — no podía creerlo, simplemente no podía. Miré la pantalla, había algo muy pequeño dentro de mí, las lágrimas se me acumularon en los ojos.
— ¿Cómo es esto posible? — cuestioné sin saber que sentir. Derek estaba en shock, parecía que en cualquier momento se iba a soltar a llorar.
Salimos del hospital en silencio, sin decir ninguna palabra. Subimos al auto y nos quedamos quietos, pensando y pensando.
— Tendremos un bebé — dijo Derek rompiendo el silencio.
— Al parecer sí. No sé como no me di cuenta, como nadie se dio cuenta ¿y cómo pudo haber sobrevivido el bebé? Estuvimos en un accidente horrible, estuve en coma — entonces, el rostro de Derek cambió —. ¿Qué sucede?
— El híbrido lo sabía, por eso hizo lo que hizo. El propósito no era que tú te convirtieras en híbrido, sino que el bebé absorbiera esa sangre.
— Entonces ¿nuestro bebé será un híbrido? — Derek asintió.
Estábamos en problemas.
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