❷ Fénix
Eran apenas las ocho de la noche y toda la gente ya estaba alborotada por la increíble presentación del Dios del Rock.
Las puertas del club ya no resistían más, habían estado cerradas debido a que los empleados tenían que preparar el escenario y mantener el orden. La gente gritaba y se alborotaba afuera del club. Por supuesto, hubieron personas que fueron a protestar en contra del rock afuera del club, pero eso no era inusual.
Los técnicos en audio estaban ordenando los últimos detalles del paneo de los canales y el sonido, los micrófonos estaban siendo conectados y el dueño y su pareja disfrutaban del sonido del barullo enloquecido.
—Esta será una gran noche, ¿no lo crees? —preguntó HoSeok, quien estaba sentado en la barra del bar con las piernas abiertas, y entre estas, estaba su novio.
—Por supuesto que sí. Espero que lo sea —tomó un trago de su cerveza helada. —. A menos de que Taehyung nos deje plantados de nuevo, si es así, me aseguraré de conseguir cada centavo del bastando de Kim.
Jung no pudo evitar reír y abrazar más fuerte a su novio.
—Calma, amor. Esto es más importante para Taehyung que para nosotros. —tranquilizó el menor. Yoongi asintió con la cabeza y tomó otro trago de la bebida alcohólica.
—¡Señor! ¡Está aquí! ¡E-el- señor Kim! ¡Está aquí! —gritó un chico el cual acababa de entrar al club, Yoongi se sobresaltó al escuchar semejante grito y se agarró de la cintura de HoSeok.
—¿Tenías que gritar? JangMin, respira por favor. —pidió Min al separarse de su novio y dirigirse a la entrada trasera del club.
Al momento de salir del bar, pudo observar una limusina blanca con plateado que estaba estacionándose junto a la entrada. Los gritos de la gente eran ensordecedores. Incluso el dueño tuvo que dar la orden de que los guardias bloquearan el paso hacia el lugar en donde estaba la limusina; de otra forma, las chicas abrían atacado al ídolo que estaba por pisar el suelo.
—¡Taehyung!
—¡Taehyungie, por aquí!
—¡Te amo, Taehyungie!
—¡Cásate conmigo!
Gritaban los fanáticos a los cuatro vientos. Taehyung les sonrió a sus seguidores y provocó algunos desmayos. La fama le sentaba tan bien que su sonrisa era radiante.
Yoongi lo volvió a ver después de tanto tiempo. El cantante llevaba puestos unos pantalones de cuero negros, estaban tan ajustados que los duros y detallados muslos se podían apreciar con facilidad. Además de esto, llevaba puesto un abrigo con un diseño de leopardo que era lo único que le cubría el torso.
Tampoco era un secreto que el artista tenía el brazo izquierdo y derecho tatuados, como la parte delantera de su cuello, y que además en su estómago bajo tenía tatuadas unas pistolas que apuntaban hacia abajo. Sin duda, Kim Taehyung era la fantasía de todas sus fanáticos y fanáticas.
—Taehyung, es un gusto volver a verte. —saludó Yoongi amablemente cuando el artista entró al club con su representante detrás de él.
El cantante entró sin decir una sola palabra, se veía algo confundido, era posible que no supiera en dónde estaba. Sólo observaba el techo y las paredes con una mirada perdida y una botella de vodka en la mano.
Seokjin mostró una hermosa y grande sonrisa al encontrarse con aquel guapo propietario del club.
—Hola, Yoongi. —saludó ignorando por completo al azabache de cabellos largos que se tambaleaba.
—Me sorprende que hayan llegado temprano. —contestó el dueño. Seokjin mostrando otra vez su típica sonrisa se acercó a su oreja.
—Le dije que el concierto era ayer en la noche, así que prácticamente llegó un día tarde. —susurró con algo de burla en sus palabras. Min sonrió algo confundido para después dirigirse a Taehyung.
—Señor Kim, es un placer que se presente aquí el día de hoy. —por fin los ojos del chico de cabello largo se enfocaron en el hombre alto frente a él.
—Ah, sí, sí, claro. —hablaba con una voz relajada.
—¿Estás listo para dar un show espectacular? —preguntó Yoongi, en realidad temía que el chico no estuviera en sus cinco sentidos para tocar.
—Claro, tú y yo... —su voz baja y segura. —, porque los dos somos sobrevivientes... —el mayor no pudo evitar fruncir el ceño en confusión. El manager se cubrió la sien con su mano por la vergüenza. —. Todo el mundo cae en algún punto... pero nosotros no.
El cantante se giró a enfrentar a Min y se acercó a él de manera que pudo posicionar su mano sobre el pecho del otro y sentir su corazón. Cabe recalcar que era su manera de “conectarse” con la gente.
—Es hermoso poder ver tu rostro de nuevo... —en ese momento, el espacio personal de Min fue invadido por Kim, un abrazo fuerte y fraternal estuvo de por medio. Por supuesto que era extraño, y mucho más para alguien como Yoongi.
—Ahora incendiemos este lugar, destruyámoslo. —dijo cuando rompió el abrazo. El mayor se limitó a asentir con la cabeza y a mirarlo con una sonrisa falsa.
—Claro, con rock and roll. —esta vez, quien se veía confundido era el artista.
—No. Me refiero a que cuando acabe el concierto, tendremos que quemar este lugar, tendremos que destruir cada pedazo. —la convicción con la que hablaba era espeluznante. Sus ojos grandes se posaron con seriedad sobre los de Min.
—¿Hay alguna razón en específico? —preguntó temeroso de que el chico estuviera hablando en serio.
—Oh, hermano. Tenemos que hacerlo, de otra manera el ave de fuego fénix se quedará atrapada aquí. —la mano del cantante se posó sobre el hombro contrario.
—Sí, supongo que sí. —habló el dueño, preocupado y confundido por las palabras contrarias.
Seokjin fruncía el ceño al estar escuchando todo eso. No sabía cuánto alcohol había estado tomando su cliente, mucho menos la cantidad de drogas ingeridas en las ultimas veinticuatro horas, pero algo andaba mal.
Una risa se escuchó en ese lugar y Yoongi se preguntó cómo demonios era que la sonrisa de aquel cantante era tan hermosa. Sin embargo, le siguió la corriente y comenzó a reír.
—Por supuesto que estoy jugando contigo, Min. —todo el mundo comenzó a reír y la estrella miró a su manager, quien le sonrió con vergüenza.
—Por supuesto, no podrías quemar este lugar.
—No. No lo haré, el ave fénix no puede ser atrapada... no te preocupes. —seguía hablando como si fuera el filósofo más reflexivo de todos. Como si fuera el más sabio y el único con la verdad absoluta.
—Pero ya en serio, hoy voy a incendiar este lugar, por ti —el espacio personal se vió violado de nueva cuenta y la mano de JungKook se posicionó en la mejilla contraria. —, mi hermano del rock and roll.
Era extraño, de verdad muy extraño. El chico dejó a Yoongi y se fue caminando por el pasillo para llegar al camerino en donde varias chicas lo estaban esperando.
Un escalofrío recorrió el cuerpo entero del azabache mayor y se cubrió la boca con asombro y confusión. Sin duda, algo andaba mal con ese chico. Era tal su extrañeza que causaba miedo. O simplemente eran efectos de estar drogado todo el tiempo.
—¿Quieres algo de tomar, Seokjin? —preguntó aún con esa sensación de incomodidad. El otro chico asintió con la cabeza y aflojó su corbata.
La gente estaba entrando al club de la manera más ordenada posible, claro, era casi imposible controlar a toda la gente que entraba y gritaba por su ídolo. Había chicas que se entusiasmaban tanto que se desmayaban; si esto estaba ocurriendo antes de que el concierto comenzara, cuando Taehyung subiera al escenario sería peor.
Dentro de esa multitud se encontraba un delgado chico de cabellos rubios que buscaba con la mirada al señor Kim Seokjin.
Park Jimin traía puestos unos pantalones blancos pegados y una playera negra. Después de todo era un concierto y no vió muy necesario ir de traje. Lo único que tenía que hacer era encontrar al manager del artista, hacer la entrevista y disfrutar del concierto. Ese era su plan principal.
Estaba comenzándose a sentir atosigado por la cantidad de gente que estaba a su alrededor; ya lo habían empujado tres veces en lo que caminó de la entrada a la barra. Y justo cuando sintió que encontrar al señor Kim iba a ser imposible, lo divisó sentado con un vaso de la mano.
Se levantó de nuevo y se acercó a él con algo de arrogancia fingida. ¡Por favor! Era un periodista de la revista de rock más famosa a nivel mundial, tenía que parecer arrogante.
—Señor Kim Seokjin, mi nombre es Park Jimin y soy periodista en la revista “The Rolling Stone”.
Seokjin por poco se ahoga con el líquido que estaba ingiriendo. De verdad no se esperaba que el periodista llegara tan temprano al concierto.
—Hola, mucho gusto. Mi artista, Kim Taehyung se encuentra en su camerino relajándose antes del show en este momento. Si me acompaña podemos llevar a cabo la entrevista en este momento. —habló de una manera amable y mostrando una enorme sonrisa al final. Jimin se limitó a asentir.
Los dos chicos se abrieron paso entre la multitud gracias a los guardaespaldas del manager. Cuando pasaron el escenario, se toparon con una puerta negra custodiada por dos hombres corpulentos y con mala cara.
Cuando el alto les hizo una señal con la mano, las puertas fueron abiertas y se adentraron a aquella silenciosa habitación.
—Taehyung... —llamó el manager al no divisar a su estrella por ninguna parte. Jimin no pudo pasar por alto que había un carrito lleno de botellas de alcohol; también había chicas con poca ropa que parecían estarse burlando de algo.
Siguieron caminando y el periodista sintió que lo más seguro para él, era abrazar su libreta con las preguntas y la grabadora que cargaba consigo.
Finalmente, el manager divisó unas botas negras que descansaban sobre una mesa. La estrella estaba recostada sobre el abdomen de una chica que estaba leyendo alguna revista. Su vista era protegida por un sombrero negro el cual tenía un aspecto casual y maltratado.
—Taehyungie... mira quién te vino a ver. Es el joven Park Jimin de la revista “The Rolling Stone”. Está aquí para hacerte una entrevista... —habló tratando de hacer su voz lo más dulce posible. Sin embargo, el cantante parecía no poder despertar de su ensoñación —al menos eso esperaba Seokjin que fuera—.
—Eh- yo- —titubeó el chico rubio. Tal vez sería menos incómodo volver en un momento más adecuado, o en uno en el que la estrella estuviera despierto.
—¡Taehyung! ¡Despierta! —esta vez sí habló fuerte y por fin hubo movimiento de parte del nombrado.
Jimin se sentía extrañado por aquella situación. ¿Acaso los artistas dormían unos minutos antes de sus conciertos? ¿O sólo era este artista en particular?
—¿”The Rolling Stone”? ¿La revista? —preguntó el azabache de cabello largo mientras se levantaba de la mesa y le dedicaba una mirada confundida al chico rubio frente a él.
—En efecto. Él, como ya te dije, es Park Jimin, y es uno de los periodistas de esa revista. Me costó mucho conseguirte esta entrevista, así que por favor, pórtate bien, ¿entendido?
Taehyung miraba con algo de confusión al chico de piel suave. Es que él esperaba a una reportera, no a un chico. Inclinó ligeramente su cabeza hacia la derecha y observó al lindo chico que tenía enfrente.
—Les daré su espacio para que puedan conversar. —dijo sus últimas palabras antes de salir del camerino y dejar a los dos chicos mirándose con confusión mutuamente.
Para Jimin, era bastante decepcionante ver que su ídolo era un chico que dormía antes de un concierto, que se la pasaba rodeado de chicas y que, además de todo, exigía botellas de alcohol.
Por otro lado, para Kim, era curioso que alguien como el chico de cabello rubio fuera mandado a entrevistar al Dios del Rock y al símbolo sexual más famoso de la década. Es que, él en realidad esperaba a una chica.
—Bueno, buenas noches señor Kim. ¿Deberíamos comenzar con la entrevista? —preguntó de la manera más amable que pudo y tratando de ocultar su decepción.
—Sí, creo que sería lo correcto. Mientras más rápido se termine esto mejor —Jimin caminó hasta un pequeño sillón y prendió la grabadora. —. Sólo te doy cinco minutos, más vale que te des prisa.
Park se sintió indignado por la actitud tomada por aquel hombre que no separaba la botella de sus labios. Tal vez era una estrella, pero él era un reportero, y su carrera dependía de lo que Jimin pensara de él.
—Correcto. Eres Kim Taehyung, un joven Surcoreano de veintitrés años, quien hasta hace poco, formaba parte de la banda de rock más famosa de la década: “Klood”. Eras el líder de la misma y también el menor de todos los miembros; te posicionabas como cantante principal de la banda y llegaron a ganar bastantes premios. ¿Cuál fue la razón para querer comenzar una carrera como solista?
El chico de cabello color azabache había cerrado sus ojos al escuchar su biografía. Debía admitir que le molestaba tener que escuchar la misma historia una y otra vez. Tomó la grabadora entre sus manos y la acercó a su boca.
—La razón es simple. Independencia. Me quise enfocar en la música que yo quería presentar sin tener que lidiar con otras opiniones. —contestó mirando fijamente a los ojos del rubio.
—Las personas que han trabajado contigo mencionan que la convivencia y el trabajo resultan muy complicados e incómodos cuando se trata de ti, ¿esta fue la razón por la cual la banda se separó? —preguntó sin ningún tipo de filtro. Si la estrella quería hacerlo rápido, lo iban a hacer rápido.
—¿Tú que crees? —preguntó retóricamente, y cuando el otro iba a contestar, estiró la mano y le ordenó que se callara. —. Los demás creen que la convivencia conmigo es difícil, cuando la verdad es que yo sólo me enfoco en mí. Yo me conozco mejor que nadie, no pueden venir a decirme que yo soy una persona difícil cuando ni siquiera me conocen. Porque yo, vivo aquí. —pasó su mano frente a su cara y le indicó al entrevistador que él vivía en su persona, no en las demás.
—¿No cree que enfocarse únicamente en usted no es la mejor manera de vivir? ¿Es usted más importante que los demás? ¿Que los miembros de su banda? —preguntó un poco más molesto que antes. La entrevista había perdido todo rasgo de posible cortesía.
—Dos minutos —anunció el artista. —. Soy una estrella, cariño. Yo sé lo que me gusta, lo que soy capaz de hacer y mis ambiciones. Es por eso que he llegado tan lejos en este negocio. Los demás no tenían ni una sola ambición, porque no se conocían.
—Entonces, usted está diciendo que prefiere enfocarse únicamente en su persona para conocerse profundamente y saber las razones que lo llevan a su cuestionable comportamiento, ¿me equivoco?
—¿Cuestionable? —se burló el artista.
—En efecto. Dije eso; su comportamiento cuestionable de emborracharse a la mitad de los conciertos, a tener los camerinos llenos de droga, enfocarse únicamente en las mujeres y-
—¿Únicamente en las mujeres? —preguntó Taehyung, esta vez más calmado. —. ¿Tú crees que sólo me siento atraído por las mujeres?
Jimin se puso nervioso. Los ojos del cantante subían y bajaban por su rostro, primero a sus ojos y después a sus labios. Tragó duro y bajó la mirada.
—Jimin, ¿cierto? —el rubio asintió. —. No creas cosas que no son. He pasado tanto tiempo conmigo mismo que me he dado cuenta de que también me gustan los chicos. Y... tú no sabes de qué manera... —se mordió el labio inferior, poniendo al entrevistador cada vez más nervioso.
—Yo-
La puerta del camerino se abrió y Seokjin entró a prisa. Había escuchado gritos y supuso que había pasado algo entre los dos chicos.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó molesto.
—Nada. El joven Park Jimin ha terminado la entrevista —Taehyung detuvo la grabación y le aventó la grabadora al rubio que aún seguía nervioso. —. Agradezco su tiempo, en serio.
—Pero aún no he terminado. Kim Taehyung, ¿estás consciente de que varias personas te consideran como lo peor que le pasó al rock? —tenía toda la intención de acabar con la estrella, sobre todo porque estaba molesto con él y con su actitud arrogante.
El cantante cambió de sillón y comenzó a tomar de nuevo; para él, la entrevista ya estaba terminada.
—No eres más que un desinteresado.
—Oh... amo cuando hablas sucio... —Jimin frunció el ceño y se preparó para seguir bombardeando al artista con preguntas.
—Entonces, es por esto que tus compañeros de banda decidieron separarse de ti. No te tomas nada en serio. Ahora me doy cuenta de que la razón por la cual una de las mejores bandas de todos los tiempos se separó; fue por tu culpa. —soltó sin una pizca de amabilidad y a punto de no poder controlarse.
—¡Señor Park! Le voy a tener que pedir de favor que se retire. La estrella ha determinado que la entrevista se ha acabado. —medió Seokjin. Sujetó el delgado brazo del entrevistador y trató de jalarlo para alejarlo de la estrella.
—Largo. —habló Taehyung con una voz tranquila. Miró a Jimin a los ojos, había algo en esos ojos que le parecía bastante curioso. Si bien era cierto que al artista no le importaba nadie más, podía ver a las personas de una manera inusual. En el reportero veía algo de inocencia, curiosidad y decepción.
—Joven Park, le voy a pedir que-
—Él no. Tú, tú y todos los demás, largo de aquí. —ordenó el cantante. Seokjin lo miró con confusión, y bueno, la mirada de Jimin era aún mas alarmante, casi echaba fuego.
—Como digas, Taehyung. —todas las personas que se encontraban en el camerino salieron.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó con fastidio el rubio. No tenía ni una mínima idea de lo que le esperaba.
—Quiero que continúes con tu entrevista. Si no quieres, ahí está la puerta. Eres libre de irte.
Se empieza a venir lo picante de está historia...
¿Que pasará entre Jimin y Taehyung ahora que están solos?
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