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- (T/n) .- la sacudió -. (T/n).
La nombrada abrió los ojos de manera perezosa, bostezando en el proceso.
Vió a Hajime delante de ella junto con el castaño a su lado.
- ¿Qué pasa? .- cuestionó somnolienta, reincorporándose en el sofá.
- Te has dormido .- explicó el más alto -. Cuando hemos salido después de cambiarnos, estabas absolutamente dormida.
- ¿Me dormí? .- esta vez abrió más los ojos, volviendo a estar consciente de la situación.
- ¿Sigues queriendo ver la película o prefieres irte a casa? .- preguntó el ojiverde, sentándose a su lado al igual que su amigo.
- Claro que sí prefiero ver la película.- respondió mientras fregaba sus ojos, tratando de despertarse -. Solo dadme un minuto .- se levantó -. Voy a mojarme con agua fría .- avisó, yendo de inmediato por el pasillo ya familiarizado.
Entró al baño y realizó lo que tenía que hacer y seguidamente se miró al espejo, sintiendo aún las gotas recorrer por sus mejillas ya que aún no se había secado.
Abrió los ojos recordando algo importante y tomó el celular de su pantalón sin importar cuando empapadas estaban sus manos.
Sintió de nuevo el corazón palpitar rápidamente y no tardó en tener las manos en una fina capa de sudor.
Encendió el aparato, mostrando la pantalla de bloqueo y a continuación, insertó su contraseña. Deslizó su dedo varias veces para ir a la aplicación de mensajes, sin embargo, ningún número desconocido se mostraba en la lista de los chats.
Ella frunció el ceño confundida y de nuevo deslizó por la pantalla, en busca de esos dígitos que, si ella recordaba bien, alguien había contactado.
No obstante, no encontró resultados y suspiró derrotada, alzando la cabeza para mirar el techo blanco.
- Entonces, simplemente fue un sueño esperanzado.
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Un par de días después, Sugawara salió de su aula en el primer descanso como acostumbraba a hacer, yendo hacia el último piso para encontrarse con sus amigos.
- Suga .- nombró Daichi al oir sus pasos subiendo las escaleras -. Asahi vendrá en pocos minutos, está ayudando a un chico de su clase con un trabajo .- el peligris asintió, apoyándose en el marco de la ventana al igual que el pelimarrón -. ¿Qué tal con la chica de primero?
- Ya le dije que estar en una relación no es posible .- dejó soltar un suspiro con cansancio al recordar ese momento.
- ¿Y cómo se lo tomó?
- Evidentemente .- hizo una pequeña pausa -. Mal .- volteó la cabeza para verlo -. Creo que hace mucho que ningún chico la había rechazado .- de nuevo volvió sus ojos en el paisaje del frente para apoyar sus mejillas en las palmas de las manos -. Coge la confianza demasiado rápido. En la primera quedada ya iba llamándome por mi nombre.
- Vaya .- alargó la última letra -. Debió ser duro.
- Ni lo menciones...
- Perdón por tardar .- ambos se giraron para ver el melenas subir por las escaleras -. Se nos complicó la tarea.
- No te preocupes .- lo tranquilizó el capitán de Volleyball -. No pasaron ni diez minutos.
- Y bien .- se acercó a ellos -. ¿De qué hablabais?
- Suga rechazó a la chica de primero.
- Ah... .- dirigió la atención al nombrado -. ¿Y cómo te sientes?
- Si te soy sincero, me siento algo más ligero .- sonrió mostrando el alivio.
Sus dos amigos se alegraron al notarlo más sereno y no pudieron evitar felicitarlo por lo que está aguantando últimamente.
En seguida cambiaron de tema para centrarse en el deporte.
Las preliminares para entrar al Spring-High estaba por llegar en algunas semanas, otra gran oportunidad que tendrían para poder ir a las nacionales y jugar con las mejores escuelas de Japón.
Sugawara se lo veía con un poco más de energía y actualmente estaba dispuesto a hacer duros entrenamientos para los grandes partidos que lo esperaban junto con sus grandes compañeros de equipo.
El tiempo del descanso se esgotó. El pequeño grupo estaban tan concentrados en la conversación, que les pasaron los minutos realmente rápidos.
De inmediato, sin esperar mucho en el preciso momento que sonó la campana anunciando la vuelta de clase, los tres chicos bajaron las escaleras para ir a sus respectivas aulas, pero algo los hizo detenerse.
Koushi se incomodó al ver a cierta chica caminando por el pasillo de los de tercero con una de las muchas maestras.
Moto se percató de la presencia de los mayores y el peligris sintió un escalofrío recorrer su espalda al sentir su mirada chocar contra la de él.
Obviamente le estaba deseando lo peor.
Si las miradas matasen, él ya estaría bajo tierra.
- Déjala .- le recomendó el pelimarrón a su amigo, posicionando una mano en su hombro -. De seguro ya se le pasará.
- Creo que aún es algo joven para entender qué es un rechazo... .- sonrió nervioso el barbudo, observando con disimulo como la chica giró por un pasadizo con la profesora, perdiéndola de vista.
- Tenéis razón .- se masajeó la sien -. Tarde o temprano lo entenderá.
Una vez haberse despedido, el trío se separó para entrar a sus respectivas clases.
Sugawara se dió cuenta que el profesor aún no había llegado para tomar la materia y se dirigió a su pupitre para preparar el libro correspondido para esa hora.
Una vez echo, decidió en echar un ojo a su nuevo celular.
Como de costumbre, entró en su galería para disfrutar de los pequeños recuerdos que atesoraba en ese aparato.
Deslizaba el dedo encontrándose con varias imágenes de él con sus amigos o compañeros del club de Volleyball, más algunas fotos con las típicas frases de "Buenos días!" "Hoy es lunes, y vamos a empezar una buena semana" que enviaban en su grupo de familia.
Sin embargo, una de las imágenes hizo detenerse, sintiendo como algo en su interior se terminaba de romper.
- ¿Cuándo nos hicimos esa foto? .- murmuró confuso.
En la pantalla apareció dos personas sonrientes, mirando a la cámara.
Una de ellas era él, con su típica expresión de felicidad, sujetando el celular mientras la otra era básicamente (T/n), la cual mostraba una gran sonrisa, transmitiendo la vibra del buen momento que pasaron juntos.
Entrecerró los ojos para ver el fondo, reconociendo que la foto la realizaron cuando fueron al museo.
Sus cejas se hundieron de tristeza y melancolía.
Terminó en apagar el teléfono para no volver a hundirse.
No le era apropiado que le suceda eso cuando ya, poco a poco, se estaba recuperando.
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Capítulo editado
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