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Iwaizumi se encontraba en el supermercado, delante de unas estanterías donde estaba repleta de golosinas y dulces de diferentes marcas.
Demasiados colores para sus ojos.
Estaba con una mirada inexpresiva mientras pensaba en cuales de todas ellas escoger, y ya llevaba unos minutos comiéndose el coco.
Al final decidió en coger uno de cada uno e ir directamente a la caja para pagar.
Hecho eso, se dirigó a su destino caminando en silencio, llevando en su mano derecha la bolsa de la comida y la mano izquierda escondida en el bolsillo de su pantalón.
De aquí a unos diez minutos, llegó delante de una casa y se quedó dubitativo en cuales de las dos opciones que tenía en mente realizar.
Tomó la opción en entrar al jardín y rodear la casa hasta quedar frente a una ventana abierta. Curvó los labios y se asomó para ver a dentro.
- (T/n), ¿estás aquí? .- un "sí" largo y cansado escuchó, proviniendo de la cama donde había un gran bulto que claramente se podía deducir de quien se trataba -. Voy a entrar .- se sacó sus zapatos rojos y los sujetó en la mano, saltó para atravesar el marco de la ventana para estar dentro y al hacerlo, dejó el calzado en un rincón para que no estorbara y se acercó a la cama, sentándose en un borde, al lado de su novia que estaba encogida bajo las sábanas.
- ¿Por qué no llamaste directamente por la puerta? .- preguntó ella sin mostrarse -. Te dije que no es molestia que te abra.
- Estás con el periodo y sé perfectamente los dolores que tienes. No quería molestarte y hacer levantarte .- explicó, dejando en el colchón la bolsa de los dulces -. Te he traido algo.
La menor, al escuchar la bolsa de plástico, sacó su cabeza, observando lo que tenía delante.
- ¿En serio viniste aquí expresamente para comprarme los dulces? .- cuestionó con una mirada inocente al chico.
- Obvio que sí .- las lágrimas empezaron a acumularse en los ojos (t/o) de esta y abrazó la cintura del pelimarrón agradeciéndole el detalle tan bonito.
Pues (T/n) podía no enojarse fácilmente como otras chicas a causa del periodo, pero sí se ponía sentimental o se emocionaba demasiado, haciendo que para Hajime solo le pareciese mucho más adorable de lo que ya es.
- ¿Te duele? .- preguntó en un tono bajo mientras le acariciaba el cabello con suavidad en el momento que se acomodó y apoyó su cabeza en la pierna del ojiverde.
- Hace una hora que me tomé una pastilla y se me ha estado calmando el dolor .- respondió, mirando a un punto fijo de su habitación, calmando los ojos del sueño.
- ¿Quieres algo más?
- Ya me compraste caramelos, con esto ya tengo suficiente .- de repente se extrañó al no sentir el tacto de la mano de su pareja y volteó la cabeza para mirarlo desde abajo, viendo que él también tenía sus ojos clavados en ella -. ¿Qué sucede?
- Hazme un hueco .- la chica sonrió y se apartó de él a la vez que el chico se quitaba su chaqueta.
Miró a (T/n) que había quitado la sábana y daba palmadas en el colchón indicando que se estuviera allí.
Hajime estiró su brazo para dejar lo que se había quitado en la silla del escritorio de la habitación, poner la bolsa de las golosinas en el suelo y se acostó a su lado para que la peli(t/c) se acurrucara en su pecho y este la rodeara con sus brazos con cariño después de cubrirse con la sábana.
Pronto entraron en calor, sintiendo el uno al otro las palpitaciones del corazón que iban al ritmo.
Iwaizumi volvió a acariciar su cabello con suma delicadeza mientras (T/n) se centraba en disfrutar de su tacto cariñoso y cerrar los ojos.
- No te duermas .- habló con burla, siendo respondido por un asentimiento de cabeza de parte de la menor.
Sonrió inconscientemente y no pudo evitar plantarle un pequeño beso en los labios.
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- ¿Vas a invitar a (T/a)-san al partido de Volley? .- interrogó Tanaka.
- Lo dudo.
- ¿Por? Estoy seguro que darías todo de ti si ella te ve .- comentó con picardía el capitán, viendo como el contrario se sonrojaba al imaginar como sería eso.
- ¿Crees que hace falta?
- Venga Suga-san .- el de la mecha rubia empezó a darle palmadas en la espalda, haciendo que casi el peligris escupiera el batido -. ¡No tengas vergüenza!
- C-creo que lo vas a matar .- avisó el melenas con preocupación al ver la expresión de su amigo.
Sugawara tosió después de casi ahogarse después de que el enano terminara de darle palmadas, ayudándose con el puño a darse unos leves golpes en el pecho.
- ¡Estás muy bruto hoy, Nishinoya! .- se quejó, cosa que este rió a lo bajo ante el comentario del mayor.
Suspiró derrotado.
- Ahora en serio .- volvió a intervenir Daichi -. ¿No te gustaría que (T/a) fuera?
- No lo sé... Supongo que sí me haría ilusión.
- ¿Entonces a que esperas? .- preguntó impaciente el calvo -. Noya, ¡toma su teléfono!
El nombrado, con una sonrisa de picardía, obedeció y rápidamente cogió el aparato del peligris que estaba en la mesa.
- ¡Nishinoya! .- el pobre barbudo se encogió en su sitio mientras se protegía con las manos ya que estaba al medio de ambos chicos.
- ¡Tiene el teléfono desbloqueado!
- ¡Una mala elección Suga-san!
La gente de alrededor de la cafetería los observaban con confusión ante el teatro regalado que tenían delante, alguna que otra madre decía "Hijo, no mires".
- ¡Ya basta! .- exclamó Daichi al ver el alboroto que esos tres estaban armando, pero fue ignorado olímpicamente.
No tardaron en escuchar todos el sonido de un cristal rompiéndose, voltearon a ver que sucedió, viendo en el suelo dos recipientes en el suelo y el batido esparcido.
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Esta suspiró con cansancio -. Los perdonaré esta vez porque sé que solo son unos estudiantes de preparatoria y es la primera vez que causais un problema en mi local .- comentó -. Pero a la próxima los haré pagar si rompen amigo más, ¿entendido?
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Capítulo editado
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