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(T/n) se miró en el espejo de su baño por última vez para comprobar que no tenía ningún mechón de pelo que le estorbaba, afirmó con la cabeza y rápidamente fue a la puerta de entrada ya preparada para salir, llevaba su ropa de siempre y su riñonera donde guardaba su monedero, celular y llaves de casa.

Después de despedirse de su madre, salió a la calle con... ¿Nervios? ¿Emoción?

Esos dos sentimientos son perfectos para describir como se sentía en ese entonces.

A lo largo de una semana y media, no hubo ni un día donde no dejó de hablarse con el peligris que lo conoció por primera vez en el supermercado, quedaron en pasar una tarde juntos como buenos amigos que eran ahora.

Pero, ¿por qué estaba tan inquieta al saber que volvería a encontrarse con él?

Habían organizado una quedada, decidieron en pasar el mayor tiempo en un museo que estaba en la ciudad, la peli(t/c) comentó que le gustaban mucho las constelaciones, cosa que el chico no lo dejó pasar.

Era una pequeña información de ella que le podría valer, hasta llegar el día en que supo sobre una exposición sobre ese tema a cierto museo.

Tuvo que estar pensándoselo varias veces si invitarla o no, obviamente no les explicó a sus amigos, lo estarían molestando cada dos por tres y eran capaces de que su móvil fuera robado y enviaran ellos la invitación.

Reunió el valor para al fin hablarle sobre eso, a lo que ella estuvo de acuerdo.

(T/n) andó por la calle para llegar hacia la estación de tren donde su parada era el sitio en que quedaron encontrarse.

Las palpitaciones de su corazón aumentaban la velocidad en el momento que las puertas del tren se abrieron, ¿tantas ganas tenía de volver a verlo?

Buscó entre la multitad hasta divisar en la lejanía un chico de espaldas de cabello gris, sonrió inconscientemente y se aproximó a él.

Alzó el brazo dubitativa y tocó su hombro con el dedo índice de una manera bastante delicada, supongo que por miedo a que fuera ¿la persona equivocada?

La más baja vió como este se volteaba a verla encontrándose con unos ojos marrones con ese característico lunar debajo de uno de ellos, sabiendo a la perfección que es quien estaba buscando.

En cambio, Sugawara pudo notar como su corazón dió un vuelco al verla, su reacción fue una tímida sonrisa al observarla al fin nuevamente y dándose cuenta en ese momento que podía sentirse algo atraido por ella, solo un poquito, nada más. No quería confirmarlo aún.

- Hola .- saludó primero (T/n) sin deshacer su curva de sus labios.

- Hola, es bueno verte otra vez .- correspondió el contrario, finalizando con un silencio sepulcral entre ambos sin saber que decir a continuación.

- ¿Eh... Está por aquí cerca el museo?

"Ya te lo encontraste varias veces (T/n), ¿por qué tanto nerviosismo?" se preguntó ella misma sin saber dar por una respuesta.

- Claro, estaremos ahí en diez minutos andando .- contestó, haciendo un gesto con la cabeza dándola a entender que podían empezar a caminar.

***

***

- Lo siento, las entradas se tenían que pedir por internet, no las vendemos directamente.

A Koushi se le bajaron los ánimos al escuchar la frase de la dependienta.

"¿Es en serio?".

- D-demo, en este museo siempre se han podido comprar las entradas directamente, ¿cómo es posible que se haya cambiado?

- Esa exposición decidimos realizarlo porque mucha gente lo propuso, pensamos venderlas por internet para que las personas no tuvieran complicación alguna de conseguirlas.

- ¿No hay ninguna posibilidad de conseguir alguna? .- insistió el pobre -. Aún falta media hora para que comience, debe de haber alguna otra opción.

- Me temo que no podrá ser posible.

Ui las ganas de estrangular personas.

- Entiendo.

- Lo siento .- dicho eso, el dúo se despidió de la chica y salieron del museo.

Sugawara no sabía como mirar a la cara de (T/a) por lo que acababa de pasar, primera quedada (o cita) que organizaba y todo se va al garete.

Realmente dios le odia.

- Lo... Lo siento .- se disculpó sin dirigirle la mirada.

La chica frunció los labios al ver su expresión, no sabía como responder y posicionó su mano en el hombro del peligris, haciendo que clavara sus ojos en ella.

- No pasa nada, podemos aprovechar las horas para pasear por la ciudad .- volteó la cabeza para observar las calles repletas de gente caminando animadamente, se notaba la diferencia de población -. Hace mucho que no iba a esta ciudad .- volvió a mirarlo -. Me dijeron que hay una feria a dos calles de aquí .- hizo un gesto con la mano para que avanzara -. ¿Vamos?

Sabía que debía sentirse averngonzado por no haberse informado lo suficiente, pero no le parecía lo suficiente malo como para entristecerse.

Le habló con un tono bastante cariñoso para que se le subieran los ánimos, se puede decir que algo de preocupación se le fue al escuchar las palabras de la oji(t/o) y él no quería que la tarde se fuera a la quinta China por uno de sus pucheros.

Le sonrió como respuesta y fueron los dos donde había dicho la fémina.

- ¿Te gusta el algodón de azucar? .- preguntó dirigiendo sus ojos al rostro del chico mientras andaban con el intento de entablar una conversación.

- No acostumbro a comer dulces .- admitió causando que esta frunciera levemente el ceño.

- ¿No? .- ladeó la cabeza -. Entonces deberás probar los que hacen en la feria .- miró nuevamente al frente -. De pequeña me acuerdo que iba a esta feria varias veces, aprovechando la semana que es festivo en esta ciudad .- movió sus orbes (t/o) viéndolo -. Te encantará, ya verás.

Koushi no podía evitar no sonreir al estar al lado de esta chica, estar cerca de ella sentía una sensación cálida y agradable en su pecho.

Pensó en el día que la vió por primera vez.

Rió en sus adentros al recordar lo sucedido y qué provocó para que hablasen.

"¿Quién iba a decir que conocería a alguien como ella por un pote de lentejas?".

***

Capítulo editado


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