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(T/n) iba caminando por la acera con su cuaderno y libro de cierta asignatura más un pequeño estuche de azul oscuro.
Se dirigía hacia una cafetería, la cual iba con frecuencia cada vez que en casa no podía concentrarse para estudiar o para hacer los deberes, pues estos días sus vecinos les visitaron unos familiares, quienes llevaban consigos un crío de cinco años totalmente molesto, a la mínima que le negaban alguna que otra cosa, este empezaba a llorar como si lo estuviesen asesinando.
Ya llevaban así dos días y la pobre peli(t/c) no a sido capaz de ensimismarse con sus materias ni un minuto.
Una vez habría hecho las tareas, tenía decidido quedarse minutos más en la misma cafetería, leyendo una de las muchas historias de Wattpad que tenía guardadas en su biblioteca.
Al llegar, abrió la puerta, siendo recibida por la propietaria del lugar con una dulce sonrisa.
- Ohayo, (T/a)-san .- saludó con su típica voz tranquila y dulce -. Me alegro verte de vuelta.
- Igualmente, señora Tachibana.
- ¿En el mismo sitio de siempre?
- Claro, si no está ocupado.
- Siempre estará guardado para ti .- le hizo una seña para que la siguiera y así lo hizo.
Desde siempre, (T/n) ha sido y es bienvenida a esta cafetería, todos los que trabajan ahí la conocen como una clientela fiel, pero para la jefa es como una hija más, pues ella pasa de los cincuenta años y el primer día que la menor vino, ya le pareció una muchacha de los más amable y simpática.
Se acostumbraron a verse cuatro veces a la semana, pero últimamente por razones personales, la peli(t/c) no tenía mucho tiempo libre para visitarla o para moverse de casa.
La señora Tachibana le alegró verla de nuevo, y siempre tiene reservada la mesa que ocupa la chica.
- ¿Querrás el mismo batido de siempre? .- interrogó una vez que (T/n) ya se había sentado en la silla.
- Sí, porfavor.
- De acuerdo, en un momento te lo traigo .- (T/n) contestó con una pequeña sonrisa en el instante que la mayor se retiraba.
Ella tomó la iniciativa y abrió el libro de la asignatura que en esos días la ha atormentado y no ha podido concentrarse: matemáticas.
Esos dichosos ejercicios donde debías estar medio año en descifrar cuales eran las operaciones correctas, después escribirlas y resorverlas, terminando siempre en llenar la página del cuaderno de sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, pi al cuadrado, pitágoras, incógnitas, etc, etc, etc.
- Lo normal... Encuentras una manzana por el bosque y te dan ganas de encontrar el perímetro de esta .- gruñó, teniendo el ceño levemente fruncido, maldiciendo la hoja que tenía delante.
Se podría decir que ella con las matemáticas, es peor que el mismísimo Tooru.
La jefa del café, al llegar, sonrió con ternura y dejó el batido que siempre pedía a un lado de la mesa sin interrumpirla, sabía que era muy trabajadora y le dificultaba concentrarse porque se distrae mucho y por eso venía con frecuencia a su local.
(T/n) no se dió cuenta de la aparición de la bebida hasta que quiso tomar su teléfono para usar la calculadora. Al verla, dejó el lápiz que tenía en mano para sustituirlo por el vaso de vidrio, dió un sorbo sonoro y volvió al trabajo.
El recipiente se fue vaciando poco a poco al igual que la cabeza de (T/n), la cual esta se estaba vaciando de tanto estrés por los deberes.
Los problemas se iban resolviendo a medida que pasaban los minutos, hasta dar las siete de la tarde, aunque ella ignoró totalmente el sonido de su reloj que daba la hora en punto.
Pero una voz ya conocida para ella la sacó de sus pensamientos enredados, siendo llamada por su nombre en un tono suave y tranquilo.
- ¿(T/a)-san? .- la nombrada levantó la cabeza, encontrándose con unos orbes marrones, que aunque sean muy comunes, daban un aire diferente. No pudo evitar perderse en esos ojos por unos segundos.
- Ah... Perdón .- se disculpó por no saber de su aparición -. No me había dado cuenta que me estabas llamando.
- No te preocupes .- la tranquilizó sin quitar su sonrisa de su rostro -. Solo que... Había quedado con unos amigos aquí... Y te vi .- se explicó, haciendo que (T/n) separara los labios en un intento de pronunciar un "Oh".
Esta echó un ojo a la mesa, sonrojándose ligeramente por el desastre que había hecho, escampando las hojas, los bolígrafos y los lápices. Rápidamente empezó a recoger los utensilios en el estuche y juntó el papeleo que tenía esparramado.
- ¿Q-quieres sentarte? .- preguntó aún avergonzada por su desorden.
- ¿No te molesta? .- se aseguró antes de todo, respondido por una negación de la menor, aún recogiendo sus cosas -. De acuerdo, gracias .- se quitó su abrigo para colgarlo detras de la silla que tenía delantey se sentó, enfrente de la peli(t/c) -. Puede que tarden un poco, vení demasiado temprano .- se explicó, rascándose la mejilla.
- Me viene bien que ahora hable con alguien, necesito tranquilizarme .- confesó, cerrando la cremallera del estuche y dejándolo a un lado, encima de su cuaderno y libro, para después apoyar sus dos manos en cada mejilla y poner los codos encima de la mesa.
- Te ves cansada... .- hizo una mueca de preocupación -. ¿Estabas haciendo deberes?
- Sí... Las dichosas matemáticas .- este formó una sonrisa de compasión, dirigiendo su mirada a los materiales escolares.
- ¿Necesitas ayuda? Ah no espera, estabas ocupada ¿no? .- se alteró, señalando con el dedo índice la puerta de entrada -. ¿Q-quieres que me vaya para que puedas hacer los deberes con tranquilidad?
- No, no .- movió la cabeza con negación -. No te preocupes Sugawara, está bien. Ya dije que necesitaba descansar un poco. Y gracias, pero no quiero molestarte en nada.
- No es molesto .- aclaró -. Puedo ayudarte si quieres, u otro día si te apetece... .- dijo lo último con un rubor en las mejillas, avergonzándose por su atrevimiento.
Ella le sonrió -. Oye .- el peligris la miró .- Nunca me dijiste de que escuela eres.
- Oh .- abrió levemente los ojos, acordándose que aún no se hablaron nada de los estudios -. Sí, es verdad. Soy un estudiante de Kara-.
La melodía de un teléfono empezó a sonar, siendo reconocido por la oji(t/o) que en un momento a otro, tomó el aparato en sus manos que estaba situado en la mesa.
Miró la pantalla para ver el nombre del contacto y alzó la cabeza para darle una seña al ojimarrón con la mano para que se esperara un momento.
- ¿Dime? .- Sugawara observó las expresiones del rostro de la chica -. ¿Cómo? .- pausa -. Entiendo, sí sí .- cruzó miradas con este -. No, no te preocupes. Ahora voy .- dicho eso, colgó la llamada -. Lo siento, debo irme .- avisó, levantándose de la silla para abrigarse y coger su material bajo los ojos del peligris -. Mis tíos de otra ciudad vinieron de visita, y mi madre me dijo que querían verme .- informó, sacando algo de dinero de uno de sus bolsillos de abrigo para pagar el batido -. Espero que no te moleste que me vaya ahora .- lo miró con un poco de tristeza por irse, realmente se entretenía hablando con él.
- No pasa nada, no te preocupes.
Ella asintió no sin antes dedicarle otra sonrisa, yendo hacia la barra para pagarle a la señora Tachibana y salir del lugar.
El peligris, al perder de vista a la chica, suspiró con disguto, pues pensaba que podría estar más rato con (T/n), él también le agradaba su compañía y por lo que la ha conocido en este poco tiempo, no le importaría estar con ella las veinticuatro horas del día.
- Suga .- el nombrado volteó a ver la voz grave de su amigo que había aparecido de repente, dando un pequeño bote por el susto.
- Daichi .- lo llamó viéndole ya -. Os estaba esper-.
- ¿Quién era esa chica tan linda? .- preguntó con curiosidad Tanaka mientras levantaba las cejas consecutivamente, refiriéndose a una interrogación indirecta.
- No es nada de lo que pensáis chicos .- se quedó recapacitando un momento -. Espera, ¿cómo sabéis que estaba con esa chica precisamente?
- Me da pena decirlo pero... .- empezó a hablar el de la barba nervioso -. Preferimos quedarnos a fuera al ver que estabas con una chica...
- ¿Me estáis diciendo que os quedaisteis espiándonos?
***
➳ Capítulo editado
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