~La pequeña masoquista de Papi~ +18

Un par de meses habían pasado desde que Izuku había vuelto. Durante este tiempo, Mahoro había intentado tener un momento a solas con él, pero siempre que lo iba a ver estaba acompañada por su hermano o Kota. Tampoco podía ir a su casa como Eri, ya que su padre estaba preparando un viaje y necesitaba que su hermano y ella lo ayudaran.

Sin embargo, ese día al fin había llegado.

-Voy a extrañar a papá- decía Katsuma caminando hacia la UA junto a su hermana.

-No te preocupes tanto, no será mucho tiempo. Volverá en tres meses para mi graduación- contestó Mahoro mirando la entrada de la escuela.

-Lo sé, pero no recuerdas lo que paso en su viaje de hace años- añadió el chico recordando a su padre lastimado por Nine.

-Si lo hago, pero a diferencia de antes todos los villanos le temen a Izu-sama porque los puede detener en segundos- respondió Mahoro tirando varios golpes al aire.

-Supongo que tienes razón...- dijo Katsuma intentando dejar atrás su preocupación- Por cierto, hoy iré a casa de Kota con otros chicos y probablemente nos quedemos la noche ahí, ya le avise a papá- menciono el chico sin notar como el semblante de Mahoro se iluminó a notar su oportunidad.

-Si ya le avisaste a papá está bien, ya veré si hago algo junto a Eri- mintió en lo último intentando ocultar su creciente emoción morbosa.

Siguiendo su camino, se encontraron con Izuku caminando por uno de los pasillos.

-¡Izu-nii!- exclamo Katsuma al verlo.

-Katsuma, ¿de qué hemos hablado?- pregunto Izuku mirando a los hermanos con una sonrisa.

-Lo siento, Izuku-sensei- dijo el chico poniéndose firme.

-¿Entonces qué pasa? ¿Hoy vas a querer que entrenemos de nuevo?- pregunto acariciando su cabeza.

-Hoy no, sensei. Voy a salir con mis amigos- respondió el chico con alegría.

-Es bueno que te distraigas de vez en cuando, no todo debe ser entrenamiento- dijo dándole una mirada discreta a Mahoro que esta noto y causo que se estremezca- ¿Y tú Mahoro?

-Y... Yo t... tal vez salga con Eri, s... sensei- respondió la chica con un ligero sonrojo por la mirada que le daba Izuku quien claramente sabia la mentira, ya que hoy Eri saldría temprano.

-Ya veo... bueno, ya saben que mi oficina siempre estará abierta para ustedes. Pero Katsuma, deberías apresurarte, las clases están a punto de comenzar- dijo mirando su reloj.

Katsuma, al notar esto, se despidió y salió corriendo a su salón mientras Mahoro se quedaba junto a Izuku, ya que su clase era con él. Cuando el chico se perdió de la vista, Izuku le hablo a Mahoro.

-Dado que tenemos clase juntos... ¿Te importaría acompañarme a mi oficina por unos documentos?- pregunto con una sonrisa que le provocaba un fuerte hormigueo en varias partes del cuerpo a la chica.

-C... Claro, Izu-sama- respondió con un creciente sonrojo y un caliente respirar, lo que provoco que la sonrisa de Izuku creciera.

Ambos caminaban hacia el despacho de Izuku sin decir nada. El silencio era abrumador para Mahoro, que solo podía sentir la penetrante mirada del hombre que caminaba por detrás de ella. El calor crecía en su cuerpo a la misma velocidad que los nervios la invadían. Los pensamientos de lo que podría pasar inundaban su cabeza, tanto que no se dio cuanta cuando llegaron a la oficina e Izuku le abrió la puerta para que entrara.

Sin pensar, la chica había entrado a la oficina y solo fue cuando escucho la puerta cerrarse que reacciono, pero ya era demasiado tarde.

Sin darle tiempo a hablar, Izuku la tomo con fuerza del cuello, limitando su respiración, y metió su mano bajo su blusa y sostén para acariciarle el pecho. En esa posición, movió el cuerpo de la chica hasta sentarse en el sofá con ella encima.

-¿Acaso no me extrañaste? Porque yo lo hice mucho durante estos años y aún más durante este tiempo que no me visitaste- susurro Izuku en el oído de la chica mientras apretaba el pezón de la misma y liberaba su cuello.

-Haa... haa... Lo extrañé mucho, amo- respondió Mahoro dando profundas bocanadas antes de girar su rostro para besar a Izuku.

Mientras se besaban, Izuku metió su mano libre dentro de las bragas de la chica, comenzando a penetrarla con dos dedos. Ante la sorpresa de ser masturbada por los gruesos dedos de Izuku, Mahoro gimió ahogadamente en los labios de Izuku.

-Sigues igual de apretada que la última vez- murmuro Izuku separándose del beso y añadiendo un tercer dedo.

-Te amó- decía la chica entre gemidos.

-Yo también te amó- dijo presionando con más fuerza el pecho de Mahoro.

Sin decir más, Izuku abrió por completo la blusa de la chica, dejando toda su parte superior expuesta para acariciar ambos pechos mientras le mordía los hombros y miraba las ligeras marcas de dientes que le dejo la última vez.

Sonriendo con descaro, soltó sus pechos para tomarla del cabello y mover sus dedos con más fuerza, acercándola cada vez más al orgasmo.

-¡Amo, me corro!- grito la chica moviendo sus caderas frenéticamente, pero justo antes de que pudiera liberarse, Izuku se detuvo.

La chica sufría de ligeros espasmos por su orgasmo interrumpido mientras Izuku acariciaba su abdomen con una sonrisa.

-A... amo... ¿Por qué...?- pregunto Mahoro con la respiración agitada y una gran sensación de incomodidad.

-Puedes considerarlo un pequeño castigo por no haber venido, además, no querrás ir a clases con las bragas mojadas, ¿verdad?- respondió Izuku antes de meter sus dedos húmedos en la boca de Mahoro para después besarla -Pero descuida, después de clases tendremos mucho tiempo- añadió levantando a la chica que tenía las piernas temblorosas y la cara roja.

.

.

.

Continuando con su día, Izuku dio sus clases mientras Mahoro se sintió frustrada, pero eso solo hacía que sus ganas y excitación aumentaran más y más. Cuando por fin termino el día, Eri ya se habia ido, así que Mahoro estaría sola con Izuku.

-Sí, papá, ya te dije que voy a quedarme con unas amigas, no es justo que solo Katsuma pueda- decía Mahoro por teléfono -sí, voy a tener cuidado y te llamaré si pasa algo, te quiero- termino de decir antes de colgar la llamada y desaparecer del lugar.

Por el aire, Izuku saltaba sobre los edificios a gran velocidad con la chica entre sus brazos.

-¡Amo!- exclamo Mahoro con sorpresa.

-Lo siento, ya no podía esperar más para volverte a hacer mía- respondió Izuku besándola mientras llegaban a la terraza de un edificio -Bienvenida a mi nuevo hogar- dijo mostrándole el lugar sin bajarla -Y dime ¿Qué quieres hacer?- preguntó besándole el cuello y acariciándole un pecho.

-Yo... yo quiero hacerlo contigo- respondió Mahoro con el rostro completamente rojo.

-Buena respuesta- dijo Izuku colocándola sobre su hombro y dándole una nalgada.

Mientras la llevaba a su habitación, aprovecho para quitarle las bragas y penetrarla con sus dedos, moviéndolos con fuerza y velocidad. Cuando llegaron al cuarto, Mahoro fue lanzada a la cama con poca delicadeza e Izuku subió sobre ella.

-Oh, mi niña. No sabes cuánto extrañe jugar contigo- le susurraba al oído mientras la tomaba de sus manos para atarlas a la cabecera y le colocaba una venda en los ojos.

-Yo también lo extrañé mucho, Amo- respondió Mahoro tratando de besarlo sin éxito.

-Aún no, mi niña- dijo Izuku levantándose de la cama -Aún hay que traer los juguetes- añadió saliendo del cuarto dejando a Mahoro en silencio y obscuridad.

Esos fueron los minutos más largos en la vida de Mahoro, la expectativa solo provocaba que sus bragas no pararán de mojarse y ya quería saber que haría su Amo. El silencio solo duro un par de minutos más antes de escuchar la puerta abrirse y varios pasos. Silencio otra vez y algo cayendo al suelo.

-¿Amo?- pregunto sin recibir respuesta más que el sonido de algo abriéndose y poco después un peso sobre la cama que se acercaba a ella.

-Hay que comenzar- fue lo único que escucho de Izuku antes de sentir como le colocaban una mordaza -Has crecido bastante, ahora podemos jugar más duro, ¿no te parece?- dijo con voz ronca mientras la desnudaba poco a poco, estremeciéndola por la excitación.

Cuando estuvo completamente desnuda, sintió como sus piernas eran a amarradas con las rodillas dobladas, dejándola totalmente expuesta a algo que acariciaba su vagina, provocando que soltara aún más fluidos.

-Oh, mi pequeña niña, sí que has estado muy necesitada- dijo Izuku antes de darle ligeros golpes con la fusta en su vagina, haciendo que diera muchos gemidos ahogados por la mordaza -Pero no te preocupes, aún tenemos mucha tarde- termino de decir mientras le acariciaba la mejilla y le besaba el cuello.

La tarde continuó con Izuku usando como quisiera el cuerpo de la joven chica bajo él. La golpeaba con la fusta o los látigos y metía toda clase de juguetes por sus orificios, pero nunca su pene. Haciendo que la chica quisiera rogar para que lo hiciera, pero siéndole imposible hacerlo por la mordaza.

-Mira como mueves tus caderas, tanto deseas mi pene- dijo acariciándole el abdomen donde se alojaría su útero, haciendo que el cuerpo de la chica temblara violentamente y diera varios balbuceos -Muy bien, creo que ya jugamos suficiente- revelo para deleite de la chica -Pero no podemos dejar que el resto de juguetes se desperdicien- añadió para tomar un par de juguetes más.

Mahoro estaba expectante a lo que pasaría cuando sintió como unos vibradores a máxima potencia eran pegados a sus pezones, dándole pequeños espasmos. Lo próximo que sintió fueron como las grandes y fuertes manos de Izuku la tomaron de la cadera para ponerla en cuatro y comenzar a acariciar su ano y su vagina antes de sentir como le introducía un plug de bolas...

1...

2...

3...

4...

5...

Bolas habían entrado en ella.

-Bien, supongo que ya es suficiente- dijo dándole unas palmadas en el pubis antes de tomar su pene y usar la punta para acariciar los labios vaginales de Mahoro, quien intentaba introducirlo en ella -tranquila, mi niña. ¡Aquí está tu recompensa por jugar conmigo y ser una niña tan obediente!- exclamo, introduciendo su pene hasta el fondo con fuerza, provocando un fuerte orgasmo en la chica -Debes de haber esperado mucho esto si terminaste tan rápido. ¿Qué tal si te quitamos esto para oírte?- preguntó quitándole la mordaza sin detener su movimiento.

-Amo... Amo... por favor no pare... soy tuya y solo tuya...- gritaba Mahoro con una excitación desbocada.

-Tus deseos son órdenes- respondió aumentando su velocidad y dándole varias nalgadas que dejaron rojo el trasero de Mahoro.

Mientras la penetraba. Aprovecho para soltarle las manos y tomarla del cuello para quedar erguidos de rodillas.

-Me encanta tu cuerpo. Caderas anchas y pechos grandes, listos para criar a mis hijos- dijo acariciándole de la cadera, pasando por su abdomen hasta apretar sus pechos mientras le mordía la oreja y sintiendo como la vagina de la chica se ajustaba más -¿Te excitaste más por la idea de tener hijos? ¿Qué tal si hacemos uno ahora?- pregunto, sintiendo como la chica soltaba más fluidos y se apretaba más.

-¡Sí...! ¡Deme a sus bebés, Amo!- gritaba en éxtasis solo para ser levantada por Izuku en la pose Full Nelson.

-Entonces prepárate, ¡porque ahí viene la primera carga de bebés!- revelo corriéndose con fuerza dentro de Mahoro.

-¡Sí! ¡Gracias por darme a tus bebés!- gritaba Mahoro al sentir a Izuku llenarla con su semilla y su propio orgasmo explosivo.

-No tienes que agradecer nada, estoy iba a pasar eventualmente. Además, aun no terminamos- le dijo Izuku al oído volviendo a moverse.

.

.

.

.

.

Entrada la noche, la puerta de la casa de Izuku era abierta. Por ella entraba una joven chica de cabello blanquecino con un pequeño cuerno.

-¿Papi? ¿Estás aquí?- preguntaba Eri mirando las luces de la casa encendidas.

-¡En la cocina cariño!- escucho la voz de Izuku desde el fondo de la casa.

Con más confianza, entro a la casa y si dirigió a la cocina donde vio a Izuku preparando comida.

-Buenas noches, Papi- dijo Eri acercándose a un Izuku muy feliz para darle un beso.

-Buenas noches, mi niña. Llegas justo para la cena- menciono Izuku apagando los fogones y preparando la mesa -¿Puedes ir a buscar a Mahoro en lo que termino aquí? Está en mi habitación- revelo colocando los cubiertos sin dejar su sonrisa.

-Claro, Papi. Yo la traigo- respondió con una sonrisa dirigiéndose a la alcoba principal.

Cada paso que se acercaba, escuchaba más claro los gemidos ahogados y el sonido de vibraciones. Al abrir la puerta, se encontró con una Mahoro atada nuevamente con un shibari y vibradores por todo su cuerpo sobre unas sábanas empapadas en fluidos.

-Parece que se dejó llevar bastante- dijo Eri acercándose a Mahoro, sacando los juguetes de la vagina y ano de Mahoro, despegar todos los vibradores y desatar sus manos y piernas -Muy bien, Ahora no te muevas, déjate quito eso de la boca- agrego soltando la mordaza con cuidado y sin esperar cuales serían las primeras palabras que saldrían de su compañera.

-Voy a ser mamá- revelo en un susurro lastimero, dejando paralizada a Eri antes de explotar en un grito.

-¡¡¡¿¿¿QUEEEEEEEEE???!!!- grito corriendo hacia Izuku -¿Por qué ella y yo no?- pregunto tecleando a Izuku, aunque no lo movió ni un centímetro.

-Bueno, ella no reduce la edad de sus órganos para hacerlos infértiles- dijo Izuku como si nada.

-Eso no es justo, yo creí que tu querías esperar hasta que no graduáramos para tener bebés- revelo abrazando a Izuku.

-Yo nunca dije nada, pero si quieres podemos cambiar eso- respondió Izuku cargándola de sus suaves y redondas posaderas.

-¿De verdad? ¿Me lo prometes?- pregunto mirándolo con ojitos de cachorrito.

-¿Cuándo te he mentido, mi niña?- pregunto Izuku besándola -Pero primero ve a ayudar a Mahoro para que comamos y tengamos energía para esta noche.

-De acuerdo, Papi. Te amo- dijo Eri volviendo junto a Mahoro.

-Yo también las amo- replico terminando de acomodar la mesa para reponer energías para el segundo round...

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No tenia planeado sacar este episodio tan pronto, pero como ya estaba listo me dije: "Ya que, sacalo de una vez" y aquí esta. Así que espero que les guste, hasta la próxima.

Sin más, no se olviden de dejar su estrella y comentario. Hasta la próxima.

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