5-Intentando sobrevivir.
Pv Yuu.
Las clases habían concluido para mi fortuna. Cuando salimos, Guren era una de las pocas personas que esperaba junto a la acera.
El calor y la multitud de gente enturbiaba el aire. Era como si tuviera vapor dentro de la nariz y de la boca. Provocando que un gruñido áspero y gutural saliera por mis labios.
Yumiko me miró de soslayo sin detener la marcha hacia el auto. Por alguna razón se ha mantenido muy callada después de nuestra...charla.
Mi piel escocia de una manera realmente dolorosa. No podía esperar menos estando en una atmosfera tan seca y caliente.
Intentando no gemir de dolor, fruncí los labios en una linea recta, caminando más aprisa al vehículo.
En estos momentos es cuando más envidio los poderes de Yumiko. Al ser un dragon de niebla, puede soportar mucho mejor este tipo de climas, debido a la humedad que almacena en su cuerpo, ella se ve fresca y natural.
Mientras yo me estoy asando como pavo en dia de acción de gracias.
Al llegar al vehículo Yumiko se sentó en el asiento delantero y yo, sin remedio me heche en la parte de atrás.
—En definitiva, aprenderé a manejar.—exclamó Yumiko con cierta emoción, para después mandarme una mirada de advertencia.—Ni creas que podrás conducir, de eso me encargare yo.
Puse los ojos en blanco. Para salvar mi vida, yo podría volar, pero nunca manejar un automóvil. Guren había tratado de enseñarme muchísimas veces en vano, yo era un desastre al volante.
No habia vez en que no estrellara el coche. Ahora que lo pienso, el mecánico hizo una gran fortuna gracias a nosotros.
— ¿Bueno? — pregunto Guren, dando marcha a la casa, sacándome de mis pensamientos.— ¿Como estuvo su primer dia en el colegio?
— Fabuloso. — afirmó Yumiko. Como para demostrar que era cierto, pero ella y yo sabemos que no era así.
Un leve vértigo me golpeó de repente y me sentí enfermo. Me apoyé en la ventanilla y deje que mi rostro descansara contra el vidrio calcinado por el sol.
Guren hecho un vistazo por encima del hombro. Pero no me inmute ni un poco.
— ¿Y como te fue a ti mocoso? ¿Conociste a alguien que logre soportarte?— preguntó en su típico tono burlón al mismo tiempo que Yumiko soltaba una risilla.
La imagen de Mika se deslizó por mi mente, como una estrella fugaz cruza el cielo en penumbra. Maldigo a mi cerebro por hacerme esto.
Con esfuerzo, gastando las pocas fuerzas que quedaban en mi ser. Logré retener el sonrojo que empezaba a nacer en mis mejillas.
—Fantástico. — exclamé sin emoción alguna en mi vos. No iba a comportarme como Yumiko, por mucho que lo intentara no podría.
Se que Guren, por alguna razón justa --la cual aun no logro encontrar--actuó de esa manera por nuestro bien. Pero algo dentro de mi aun no lo aceptaba.
No lo aceptaba, no comprendía el hecho de que de, un dia a otro llegara sin mas, diciendo que nos marcharíamos de casa. Como si hubiera sido una decisión colectiva y no nos hubiera obligado a escabullirnos en medio de la noche. Y como si, ademas, me hubieran dado la posibilidad de elegir.
Guren no mencionó palabra en lo que restó del camino, Yumiko miraba por la ventanilla, como si aquel paisaje repleto de edificios y contaminación, fuera la gran maravilla.
Me abstuve de mencionar algo que aumentara la tensión y volví a fijar mi vista a lo que ocurría del otro lado del cristal.
Nos detuvimos varias veces ante algunos estudiantes que obstruían el camino. Yo solo quería que se movieran para poder encerrarme en el refrigerador hasta el día siguiente.
Entonces lo divisé.
Era un vehículo que habia visto antes. Mi mirada se expandió en demasía y junto con el recuerdo broto el miedo, mi boca se lleno de un sabor metálico y cobrizo, como el de la sangre.
Mi piel se tensó al instante, ardiendo en deseos de manifestarme y escapar cuanto antes de allí. Luché contra el impulso, ignorando el dolor que producía eso. El instinto de mí dragón me jugaba en contra.
Una camioneta negra y reluciente, con una barra de luces sobre el techo, estaba estacionada pocos metros de distancia a nuestro auto.
Como si estuviera lista para salir a toda velocidad en cualquier instante. Ese vehículo cumplía una función específica.
Era una maquina diseñada para atraparnos.
Me incliné hacia adelante, causando que el asiento de cuero crujiera bajo mis movimientos.
— ¿Podemos largarnos ya? —pregunte intentando reprimir un gruñido de advertencia a Yumiko. No podía quedarme quieto.
Observé la camioneta nuevamente, mi vista no se alejaría de ese vehículo hasta que estuviera fuera de mi campo de visión.
Había muchas chicas alrededor de la camioneta, impidiéndome ver quien o mejor dicho quienes se encontraban allí. Y una pregunta no pudo evitar cruzar por mi mente en ese momento
¿El estaría allí?
Contento y decepcionado a la vez, me hundí en el asiento.
De pronto, como si lo hubiera invocado, presentí que se aproximaba. Mi piel se estremeció y los bellos se me pusieron de punta, preso de la excitación y el miedo. Justo como sucedió en el corredor repleto de estudiantes, incluso antes de verlo ya sabia que se encontraba cerca.
Como si de un gato se tratase, me ergui tan solo un poco, quedando mis ojos al borde de la ventanilla y examine la calle. El semáforo pronto cambiaría a verde y podríamos avanzar.
Con pasos largos, emergió entre dos vehículos, exhibiendo la confianza y tranquilidad que parecía poseer.
El sol brillo en su cabello rubio con reflejos platinos. Ver a Mika nuevamente hizo que mi pecho se pusiera tenso y dentro de mis pulmones creciera el fuego.
Tal vez hice un ruido o lancé un grito ahogado, no lo sabía, pero Yumiko se dio vuelta y me miro. Reitero, aveces odio tener este lazo de mellizos.
Intente respirar profundamente por la nariz, tratando de apagar la fogata que se expandía en mi interior.
Yumiko me escrutó con la mirada, ya conocía esa expresión en su rostro. echo un vistazo por la ventanilla buscando a a quién yo miraba. No pude evitarlo, e hice lo mismo. No podía NO mirar.
Y de nuevo, Mika se detuvo y levanto el rostro, como si hubiera olfateado en el aire, lo cual era imposible. No podía adivinar mi presencia como yo lo hacia. Pero luego me divisó.
Durante un efímero momento nuestras miradas se fundieron. Después, por alguna razón esbozo una sonrisa, y yo, no podía estar más incendiado por dentro.
Pero entonces, el semáforo cambio a verde, y el auto emprendió de nuevo la marcha, lo último que logré ver fue como una chica se lanzaba a abrazarlo por la espalda.
El calor volvió a disminuir de a poco, al notar que Yumiko aún buscaba con la mirada a alguien me confirmó que no lo había visto.
Yumiko masculló por lo bajo. Luego me miro molesta.
— ¿Qué? — pregunté a la defensiva. Con expresión de indiferencia, ella volvió a recargarse en la ventanilla.
Creo que aún no me perdona el hecho de que casi me halla manifestado en la escuela.
Transcurrido un tiempo, por fin llegamos a "casa" Sin hacer demasiado ruido entramos. Mire el interior en manera de desaprobación, no me gustaba,estoy seguro que nunca podré adaptarme aquí.
✴✴✴✴✴✴
Mientras Yumiko y yo lavamos los platos, Guren se encontraba en la sala, buscando algun trabajo. Mantener un techo sobre nuestras cabezas y comida en nuestros estómagos no era tarea sencilla.
Apenas reuníamos lo suficiente para pagar el alquiler de esta casa. Nuestro presupuesto se estaba agotando y pronto escacearia.
La cena de aquella noche había sido en mi honor. Guren estaba intentando ser bueno conmigo. Pensé que me tendría lastima.
Un golpe certero de Yumiko en mis costillas, fue suficiente para regresarme a la realidad.
— ¿Y?— Preguntó en un tono coqueto.
— ¿Y... Qué? — pregunté de vuelta, Aunque ya sabía de qué trataba esto. Por mucho que intente persuadirla, tendré que decirle la verdad. ¿Pero hasta que punto de verdad?
— No te hagas el tonto. Dime ¿Quién es el chico que llamo tu atención?
— ¿Quién dice que es un chico?— dije en defensa. La carcajadas de Yumiko casi me dejan sordo.
— Si claro, tu tienes de heterosexual lo que shinoa de pechos. — Para ese momento mis mejillas no podían estar mas rojas.— Dime, ¿Quién es?
Desvié la mirada, ¿Como podría decirle que me fije en un cazador? y peor aún ¡¿Uno de los que casi acaba con nuestra existencia?!
— Es guapo. — fue mi única respuesta. Yumiko frunció el ceño molesta ante mi escasa respuesta.
— ¿Y que más?
¡Piensa Yuuichiro, piensa!
— No lo recuerdo.
— ¿Qué?
— Solo lo vi una vez, no puedo recordar su físico.— me excuse— Cuando lo vuelva a ver te lo diré.
Yumiko me miró inquisitivamente, parecía no creerme del todo, pero al final se rindió soltando un suspiro pesado.
— ¿Y que hay de tí? — pregunté cambiando de tema , Yumiko me miró curiosa— ¿Has encontrado a alguien?
— No en realidad— dijo con simpleza— Debo elegir bien. Además, no soy tan rápida como tu hermanito.— Yumiko me guiñó un ojo mientras posaba el último plato en la repisa.
Mis mejillas se tiñeron de carmín en un instante. Quise refutarle pero era demasiado tarde, habia ido directo a su habitación. Suspiré, comenzar una nueva vida lejos del clan sería difícil, pero daría mi mejor esfuerzo. No quiero causar más problemas.
Sin mas me dirigí a mi habitación, necesitaba descansar de tan ajetreado dia. Sin delicadeza me deje caer en mi cama, soltando todo el aire acumulado en mis pulmones.
Sería mejor dormir antes de que mis pensamientos comiencen a ganar paso.
Espero que mañana sea un mejor día.
✴✴✴✴✴
Pov Yumiko
Corría entre los pasillos poco habitados, rogando por llegar antes que el profesor. La primera clase habia comenzado hace diez minutos aproximadamente, este dia no era de los mejores.
El cambio de horario tan radical nos ha afectado Yuu y a mí en demasía. Normalmente en casa las clases eran a medio dia y solo dos veces por semana. Si bien nos encantaba despertar antes del alba, no nos era de mucha ayuda a la hora de partir a un instituto, en una ciudad desconocida.
Llegue al aula de clase justo a tiempo, rrecorri los asientos ignorando a mi hambriento estomago y a la culpa que me carcomía por no poder estar cerca de Yuu.
Al ser hermanos mellizos, nuestro lazo es demasiado fuerte, por lo cual, es dificil pasar demasiado tiempo alejados uno del otro.
Pero, de alguna manera, yo sabia que el estaria bien. Al menos logre convencerme de eso.
La campana sono tan fuerte que pude jurar que los oidos me sangraron, pero no fue asi. Tome asiento en uno de los lugares vacios junto a la ventana. Un grupo de alumnos que en un principio se mantenían charlando fuera del aula, ahora entraban soltando carcajadas, el profesor se encontraba detras diciendo que mantuvieran silencio y tomaran asiento.
Observe sin interés a los que pasaban, y tan pronto lo hice unos ojos mieles se posaron en los míos, era la misma chica castaña de los comentarios obsenos y poco correctos. Podía sentir la pesada mirada sobre mi, parecía matarme con la mirada, mientras se abrazaba con fuerza al chico rubio.
"Es mio" parecía decirme entre las llamas que cubrian sus iris. Y yo sonrei con satisfaccion, mirando detenidamente al chico rubio.
Tal vez ya encontré mi nuevo objetivo.
✨✨✨
Hasta la próxima .3.
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