Parte 9

Estamos todos reunidos en la gran sala a la espera de la sentencia de Johann. Todos están nerviosos por saber que será de él.

—Eh, ¿te encuentras bien? —llamo la atención de Hipo que está cabizbajo y pensativo.

Me mira y me coge la mano apretándola. Por una vez, los dragones están fuera al cuidado de Patapez, pues él no quería escuchar nada de esto. De todas formas, no sirve para esas cosas.

—Sí, estoy bien. —me dedica una sonrisa de lado como siempre hace cuando no está seguro de algo.

—Hipo te conozco, sé que estás preocupado por lo que le pueda pasar a Johann, a pesar de todo lo que ha hecho.

—Bueno, puede ser... A pesar de lo que ha hecho, sé que merece un castigo, pero no la muerte.

—¿Cómo sabes que lo condenarán a muerte?

—Porque conozco a los del consejo y a mi padre. Y es lo más seguro.

—Hipo, sabes que nos ha estado engañando todo este tiempo, además de haber estado cazando, vendiendo y matando dragones. Así que supongo, que se merece ese castigo después de todo. —Hipo no parece muy convencido de mis palabras. Es una persona tan buena y justa que nunca le desearía a nadie la muerte.

Lo abrazo pillándole por sorpresa, pasando mis manos por detrás de su cuello y hundo la cabeza en su hombro. Adoro su olor, siempre me transmite paz y calma. Él me devuelve el abrazo y apoya su cabeza con la mía.

—No te preocupes por él. Ya sabes que él no se ha preocupado lo más mínimo por ninguno de nosotros. Ahora lo único que te debe importar es tu futuro. Él tomará un camino justo por su traición y tú tomarás el correcto para una vida digna y larga.

Hipo me aprieta más contra él, aunque es casi imposible de lo pegados que estamos ya.

—Gracias milady. Siempre sabes lo que decir y cómo animarme.

—Pues claro, soy tu amiga después de todo.

—Mi amiga, mi novia y mi prometida. —me sonrojo al escuchar la palabra "prometida". No sabía que iba en serio.

—¿Va en serio? —me atrevo a preguntar, separándome de él.

—Pues claro que sí.

—No te parece demasiado pronto.

—¿Pronto? Nos conocemos desde que somos niños y la verdad es que ya hemos esperado mucho para empezar a estar juntos.

—Bueno sí, tienes razón. —me sonrojo de nuevo, e Hipo da un paso adelante y me da un ligero beso en los labios. Me paralizo.

—Estás aún más guapa cuando te sonrojas.

—Tonto. —le pego en el brazo, riéndome. Él también se ríe.

—¿Habéis acabado ya de achucharos? —Patán Mocoso y los gemelos se unen con nosotros.

—¿Y tú has dejado de ser un idiota? —los gemelos ríen ante mi respuesta, incluso Hipo se ríe un poco. Patán parece indignado.

La sala se queda en silencio. Estoico y Bocón junto a algunos del consejo, incluyendo a Escupitoso, entran. Estoico para en medio de la sala, haciendo un ademán para hablar.

—Johann ha sido sentenciado.

Todos nos quedamos helados ante la expectación de lo que va a decir.

—Johann será enviado a la isla de los energúmenos, ofrecida por su jefe Dagur, y allí será ejecutado.

Todos nos quedamos con la boca abierta. Era muy probable que pasara. Dagur ha ofrecido su isla para eso. Sé que es muy vengativo. ¿Heather también estará de acuerdo? Ellos se fueron antes de empezar esta reunión, hacia su isla, no sin antes hablar con Estoico. Espero que nos veamos pronto. No creo que quiera estar en su ejecución.

—¡Mola!

—Molaría mucho más si volara en pedazos.

—Sí jajaja.

Los gemelos se empiezan a emocionar y a animar la sala. Todos se ponen a hablar olvidando el asunto de Johann.

—Hipo, ven un momento por favor. —su padre lo llama. Él que aún me coge de la mano y le ha empezado a sudar, me la aprieta y va con su padre.

—Bueno, la verdad es que me alegro de que estéis juntos. —las palabras de Patán me chocan.

—¿De verdad?

—Sí, la verdad es que estaba empezando a hartarme de vuestro "quiero pero no debería". Sobre todo Hipo, que se estaba poniendo muy pesado con que si debería pedirte salir, pero no quería arruinar vuestra amistad... blah blah blah.

—Así que es por eso que estabais hablando en secreto, últimamente.

—Sí, eso y de varias cosas más.

—¿Qué cosas?

—Aaah cosas...

—Vale, no me lo digas. No tengo por qué saberlo.

—¿Quieres saberlo? Vale, pero lo haré como Odín manda. —pero de qué habla. Patán se sube a una mesa y dice en voz alta. ¿Qué está haciendo?

—¡Atención todos! Astrid va a ser la futura señora Abadejo y la jefa de Mema. —tardo en registrar sus palabras hasta que me doy cuenta.

¿Pero qué ha hecho? Me pongo roja como un tomate. Todos se ponen a reír y empiezan a decirme cosas pero no les escucho. Cojo a Patán del cuello de la camisa y le golpeo en la cara haciéndole caer. Idiota. Salgo de la sala antes de que empiecen a agobiarme con preguntas.

Veo a Patapez con los dragones y se le cambia la cara cuando me ve.

—¿Qué ha pasado?

—Nada, Patán es un idiota como siempre.

—¿Patán?

Me dirijo a Tormenta y me monto en su lomo.

—Voy a dar una vuelta.

Salgo volando sin darle tiempo a contestar y me dirijo hacia la cala.

Cuando llego me siento en un tronco delante del estanque. Pienso en lo poco sensible que ha sido Patán con el asunto. Además que no es de su incumbencia. Nunca sabe cuando cerrar la boca. Oigo un ruido a mi espalda, y sé enseguida que es Desdentao. Se pone a jugar con Tormenta y noto que Hipo se acerca y se sienta a mi lado.

—Lo siento, Astrid. No quería que se enterarán así. De todas formas es Mocoso y nadie lo toma en serio.

—No tienes que disculparte. No es tu culpa.

—Bueno pero en parte es mía, por contarle a Patán mis intenciones contigo. —suspiro ante su respuesta. Necesito cambiar de tema.

—¿Qué quería tu padre?

—Oh, quería comprobar si estaba bien y quería que te devolviera esto. —saca algo del bolsillo del pantalón y me lo pone en la palma de la mano. Es mi colgante con el emblema del clan Hofferson, el que había desaparecido de mi cabaña en el confín.

—¿Dónde lo has encontrado?

—Mi padre se lo ha quitado a Johann, lo han registrado antes de llevárselo.

—Gracias. Creía que lo había perdido. —Hipo pasa un brazo por mi hombro y me acerca a él. Yo me apoyo contra su hombro.

—¿Estás bien con lo de Johann?

—Sí, he comprendido que es su destino por todas sus fechorías.

—Bien. —al decirlo tan tranquilamente caigo en la cuenta de que puede interpretarlo mal y me pongo nerviosa—. A ver no quiero decir que esté bien que Johann vaya a morir, si no que está bien que tú estés b... —Hipo me pilla por sorpresa y me hace callar con un beso. Yo se lo devuelvo enganchando mis manos en su pelo. Nos tan besamos apasionadamente que casi nos quedamos sin aire. Hipo tira mi labio inferior con sus dientes, y eso envía calambres y señales a mi cuerpo. Nos separamos para respirar y juntamos nuestras frentes.

—¿A qué ha venido eso?

—No sé, tus labios se movían sin parar y tenía ganas de besarte.

—Ay que ver que eres bobo, cariño. —se me escapa el mote sin querer y a Hipo le brillan los ojos cuando mira a los míos.

—Me gusta que me llames así, milady. —Hipo me da un beso debajo de la oreja y deja un reguero de besos hasta llegar a mi cuello. Mi cuerpo se estremece con su contacto. Mis manos tiran de su cabello. No es el momento para esto.

—Y a mí me gusta que me llames así. —vuelve a mirarme a la cara y se aclara la garganta, creo que esto le ha afectado tanto como a mí. Ya hemos llegado muy lejos.

—Astrid, quiero que me prometas que te casarás conmigo algún día y crearemos una vida juntos. Una vida feliz en Isla Mema.

—Hipo...

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo. No ahora, sino cuando pase un tiempo. Aún quiero salir contigo primero antes de casarnos. —me sonrojo al pensar en Hipo como mi marido. Me coge las manos y me las aprieta entre las suyas.

—Claro, yo también. Quiero pasar el mayor tiempo posible con Desdentao y contigo por supuesto.

—Desdentao siempre está incluido de todas formas.

—Siempre lo va a estar. —los dos nos reímos.

—Ahora podemos aprovechar, ya que se ha acabado todo el rollo de los cazadores y Viggo... —le doy un doble sentido intencionado para ver cómo reacciona. Hipo se sonroja un poco y me lanza una mirada pícara. No sé por qué pero reacciono levantándome del tronco, hasta que me tira del brazo y me lanza al suelo. Él se coloca encima de mí.

—Yo también pienso lo mismo. —Hipo lleva las manos a mi estómago y empieza a hacerme cosquillas. Me retuerzo de la risa. Desdentao y Tormenta se unen a la lucha de cosquillas. Pasaremos todo el tiempo posible juntos.



¡Aaah! ¡Por fin os traigo el último capítulo! Lo he hecho más largo porque quería que hubiera más Hiccstrid en esta última parte ;-)

He disfrutado mucho escribiendo esta historia y espero que vosotros hayáis disfrutado leyéndola. Gracias a todos los que habéis leído esta historia ❤️ Espero que leáis mis próximas historias. Porque sí, habrá más... y a lo mejor serán más subidas de tono, no sé si me entendéis 😏 Pronto las subiré. Espero que seáis pacientes.

Gracias de nuevo por todo, y nos leemos pronto en otra historia Hiccstrid x

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