Parte 2
Regreso a mi cabaña con Tormenta mientras le doy vueltas a lo que me ha dicho Patapez. "¿A qué estás esperando?" Su pregunta resuena una y otra vez en mi cabeza como un mantra. Eso es lo mismo que me pregunto, ¿a qué demonios estoy esperando? Quizá tengo miedo a que nuestra amistad se eche a perder por mi absurda declaración. Mi mente no deja de reproducir la escena en la que Hipo me rechaza apurado, diciéndome que sólo me ve como una amiga y yo caigo un triste vacío, en el que, ni él ni yo volveríamos a mirarnos de la misma manera. Salgo de mis pensamientos cuando llego a la cabaña. Recojo lo que había preparado para salir con Tormenta y lo cargo en la bolsa de su lomo. Espero que no le pase nada malo a Heather. A pesar de las complicaciones que tuvimos la primera vez que nos conocimos, ella ha llegado a ser a algo parecido a una hermana, mi mejor amiga. Y las mejores amigas se ayudan y apoyan en todo.
-Ah estás aquí -suelta de repente Brusca sobresaltándome.
-Por supuesto que estoy aquí, ¿dónde esperabas que estuviera?
-No sé, creía que ya estabas con Hipo.
Solo con escuchar "estabas con Hipo" me ruborizo, e intento esconderme detrás de mi flequillo.
-No... ¿qué quieres?
-Bueno, yo sólo vengo de mensajera. Algo que no me gusta, pero por lo menos he sacado algo de provecho de la situación y me ha regalado tres botes más de aceite de pescado.
La miro extrañada, ¿de qué habla? Se acerca con paso ligero a mí y me entrega un papel enrollado.
-Es para ti. De parte de Johann Trueque. ¿Johann?
-Y ¿cómo...? -dejo la pregunta a medio formular cuando me doy cuenta de que se ha ido.
Perpleja, desenrollo el papel y parece que es una nota.
Señorita Astrid,
Solicito tu presencia enseguida, en la isla cerca de vuestra base del Confín del dragón. Necesito informarte sobre la señorita Heather e indicarte la dirección a la que se ha dirigido. Quiero que vengas tú sola, ya que no quiero involucrar a los demás en el problema. Te espero pacientemente.
Johann Trueque.
¡Qué tonta he sido! Tanto ahínco con encontrar a Heather y no sé dónde se encuentra el lugar al que se dirige. Necesito saber el lugar exacto para encontrarla. Tengo que irme ya y tengo que ir sola. No sé porque Johann quiere que vaya sola pero supongo que es para no levantar sospechas de que se ha chivado.
Despabilo a Tormenta que estaba quedándose dormida y le hago una señal para que salgamos fuera. Monto en ella con rapidez.
-Vamos pequeña, necesitamos hablar con Johann.
Ella lo entiende y nos ponemos en vuelo en seguida. Me siento mal por Hipo. Le prometí que no iría sola a ninguna parte. La culpabilidad me consume. Antes de que me de cuenta, diviso el barco de Johann, pero no lo veo a él, que raro... Le digo a Tormenta que descienda al barco para averiguar qué va mal. Cuando aterrizo, veo la cubierta del barco completamente vacía. ¿Estará en la parte de abajo? Inspecciono la cubierta sin rastro de nada y decido bajar abajo. Cuando estoy bajando las escaleras escucho un ruido apagado.
-Señorita Astrid...
Ese tono me sobresalta y hace que agarre más fuerte mi hacha.
-¿Johann...?
Miro a una oscura esquina y lo veo sentado en una caja de madera. Parece bastante nervioso.
-Johann me has asustado, creía que te había pasado algo.
Me acerco a él para verlo mejor, pero me detiene con una voz grave.
-¡No! Quiero decir... señorita Astrid, prefiero que te quedes a la distancia en la que estabas antes. Hoy no me encuentro bien, y quiero algo de espacio.
Extrañada, lo intento inspeccionar bien y le hago caso colocándome a la distancia de antes.
-Bueno, ¿tienes la dirección?
-No, tengo algo mejor. -extiende el brazo y veo que en su mano sujeta un mapa. Me lo lanza para que lo coja.
-Un mapa... gracias Johann.
-No hay de qué. El mapa te muestra la ruta exacta que debes seguir para dar con el paradero de Dagur y así encontrar a Heather.
Lo desenvuelvo y tiene razón. La ruta está marcada con un carboncillo carmesí.
-Bueno debo salir ya, si quiero alcanzarla, bastante tiempo he perdido ya. Te debo una.
Me giro para salir, y responde con la voz apagada.
-No me debes nada, ya está todo pagado.
Oigo sus últimas palabras antes de volver a la cubierta del barco. Tormenta está allí inquieta esperándome. Parece que tiene un mal presentimiento. Miro al cielo. Puede ser la tormenta que se avecina.
-Vamos pequeña, volvamos al Confín antes de que se enteren de que nos hemos ido.
Guardo el mapa a buen recaudo en la bolsa. Y volvemos volando hasta el Confín.
Cuando llego a mi cabaña, veo que está todo un poco desordenado. ¿Qué ha pasado aquí? Miro urgentemente en la caja de debajo de mi cama, donde tengo guardado un colgante con el símbolo del clan Hofferson, el cual mis padres me lo cedieron por mi cumpleaños, llevaba generaciones en mi familia. Rebusco entre mis cosas y empiezo a delirar. ¡No está! ¿Pero quién ha podido llevárselo? Tengo que encontrarlo, no quiero decepcionar a mis padres diciéndoles que lo he perdido. Caigo en la cuenta y pienso en los demás. Voy a buscarlos.
Tormenta y yo escuchamos varias voces que hablan acaloradamente. Nos acercamos a la base, y me asomo a la puerta. Veo que todos mantienen una discusión. Patán que está de cara a la puerta me mira sorprendido. Todos empiezan a seguirle la mirada y cortan la discusión. Hipo que estaba de espaldas me mira como si no acabara de creérselo. Desdentao nos ve y corre hacia nosotras contento. Yo le acaricio la mandíbula. Todos empiezan a acribillarme con preguntas, excepto Hipo.
-¿Dónde estabas? -esto me lo pregunta Brusca, que al parecer no se enteró de que iba a hablar con Johann.
-¿No te habían secuestrado?
-Creíamos que te había pasado algo malo.
-Pero Astrid, no nos puedes dejar así... -Patán se acerca a mí con intención de darme un abrazo pero yo lo aparto.
-¿Pero qué ha pasado aquí? Me estáis volviendo loca. -digo un poco culpable por provocar todo este malentendido.
-Lo que ha pasado... -por fin habla Hipo, pero en vez de mirarme a mí, mira al suelo-. Claro que no te has enterado de nada, ¡porque no estabas! ¿Dónde, por el amor de Thor, has ido? Sabes lo preocupado que me has... nos has dejado. ¡Te dije que no debías salir sola! Y tú has hecho lo que te ha dado la gana.
Lo miro dolida. Nunca se ha dirigido a mí con ese tono. Intento alejar mi parte de culpa cubriéndome los brazos con las manos.
-Chicos, ¿podéis dejarnos un minuto?
Todos lo miran extrañado. Pero no tienen más remedio que hacerle caso. Antes de salir todos se dirigen a mí. Brusca me da un pequeño abrazo, al cual no sé cómo responder. Chusco me da un apretón de manos y me dice "Me alegro de que sigas aquí", tampoco sé que responder. Patapez me da un gran abrazo de oso que me aplasta y sale fuera. Patán intenta acercarse a mí pero no le dejo, en cambio me dice "Lo hemos pasado mal, sobre todo...", Hipo no lo deja acabar y sale cerrando la puerta detrás de sí.
-Hipo, yo... -bajo la mirada avergonzada sin saber qué decir. Por fin, tiene la voluntad de mirarme. Su mirada parece perdida.
-Fuimos a buscarte a tu cabaña y al parecer todo estaba hecho un completo desastre. Vimos que no estabas y no asustamos, creíamos que te habían llevado junto a Dagur. Como no sabíamos dónde está situada la base de Viggo, empezamos a perder los estribos. Sobre todo yo. Me prometiste que no saldrías y tu promesa se ha perdido con el aire ¿no es así? -todo esto lo ha dicho sin tomar aire una sola vez. Parece que estaba preocupado de verdad.
-Lo siento... quería decirte que iba a ver a Johann pero no había tiempo. Tengo el mapa de la ruta para llegar a la base de Viggo.
Sus ojos se abren y me miran fijamente. Se dirige a mí rápidamente y me asusto un poco por su reacción. En un acto reflejo me pego a la puerta, y él coloca una de sus manos al lado de mi cabeza apoyada sobre la puerta. Lo miro fijamente y me ruborizo sin saber qué hacer. ¿Astrid Hofferson qué te ocurre? Sigo el camino de su otra mano que para en una de mis mejillas. Me ruborizo aún más. Tengo las mejillas muy calientes y seguro que Hipo lo ha notado. Sólo él me pone así de nerviosa.
-Perdón si te he asustado. Pero me has hecho pasar un mal rato, bueno a todos... Sé de alguna manera que siempre acabarás haciendo algo que no quieres, por los buenos resultados que esto conlleva. Sé que me has desobedecido porque tienes en mente salvar a Heather, y lo entiendo, créeme lo sé. Pero por favor, la próxima vez avisa antes, e iremos todos juntos, como un equipo. Ya me ha pasado algunas veces más contigo, que me dejas intranquilo y preocupado por ti.
Desliza su mano hacia arriba y retira el flequillo de mi ojo hacia un lado. Yo me quedo embelesada con ese gesto.
-No te escondas de mí Astrid. Sé que eres fuerte y valiente, capaz de enfrentarte a todo. ¿Por qué no te enfrentas a mí?
Mi corazón se acelera con fuerza. ¿Acaso está diciendo que le confiese lo que siento por él? Me mira dudoso y retira su mano de mi rostro y de la pared. No me gusta este abandono que siento cuando se aparta de mi lado. Parece decepcionado. Debo decirle algo...
-Hipo... -lo agarro del brazo para que vuelva a mirarme. Lo hace sin dudar-. Yo te aprecio mucho, eres como mi hacha derecha, es decir, quiero que siempre estés a mi lado porque... no soportaría estar sin ti.
Mis palabras me llevan a aquella vez, no muy lejana, en la que Hipo me dijo que no podía imaginar un mundo en el que yo no estuviera. Esas palabras quedaron grabadas en mi corazón y yo también se lo hice saber, porque es la pura verdad.
Hipo sonríe de lado y parece que se ha sonrojado. Al ver su reacción, no dudo ni un segundo y lo abrazo por el cuello. Él me corresponde de la misma manera, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello. Esto me hace afianzarme más a él. No sé que han significado mis palabras para él ni que significa esto para nosotros, pero lo que sé es que estoy a un paso más cerca de confesarle lo que siento de una vez.
-Pienso exactamente igual que tú. -susurra en voz baja.
Mi corazón salta de emoción y vuelve a acelerarse. Oh Thor. Eso significa que puede sentir algo más que amistad por mí. Deshago el abrazo. Él me mira con ¿cariño? yo intento devolverle la mirada de la misma manera. Oigo un carraspeo detrás de mí y me giro. ¿Cuándo se ha abierto la puerta?
-Perdón por interrumpir, pero los demás se están preguntando si vamos a salir a buscar a Heather. -Patán parece estar cansado de esperar.
¡Heather! Casi la olvido. ¿Cómo he podido olvidarla? Eso sólo me pasa con Hipo.
Hipo se aleja de mí y llama a Desdentao.
-¿Estás preparado para salir campeón? Vamos fuera. -sale fuera y me deja sola con Patán.
-Qué, ¿sois novios ya? -suelta Patán. Yo me sonrojo de nuevo.
-¿Pero qué estás diciendo?
-Os acabo de ver abrazados amorosamente.
-N-No digas tonterías. Era un abrazo de reconciliación.
-¿Reconciliación? Creía que Hipo te lo había dicho. -me confunde.
-¿Decirme el qué?
-¡Será tonto del bote! Le dejo el camino libre, y él lo desaprovecha. Supongo que querrá morir sin decírtelo.
-¿Pero de qué estás hablando?
-¿Acaso no lo ves? Hipo está enamorado de ti. -dice exhausto.
-Chsst... No hables tan fuerte. ¿P-Pero qué dices? ¿estás seguro?
-Pues claro que sí, le gustas desde siempre. Desde que eramos pequeños. Y espero de una maldita vez que te lo diga, porque he renunciado a ti por él.
-¿Él te lo ha dicho?
-No. Pero yo lo sé, no soy idiota. Todos lo saben. Cualquiera que se fije en vosotros lo ve.
******************************************************************
¡Feliz Navidad a todos! :-* Espero que estéis pasando unas buenas vacaciones con vuestra familia y haciendo lo que más os gusta. Yo por ejemplo aprovecho para leer ^_^ Bueno aquí tenéis otro capítulo más de esta historia. Creo que va a ser más larga de lo que esperaba :-P
P.D.: Mi otra historia "Shades of Haddock", espero poder continuarla pronto, ya que lleva más tiempo y dedicación que ésta.
Espero poder subir otro capítulo pronto. No os prometo nada porque no quiero volver a deciros perdón por el retraso.
Os quiero dar las gracias por vuestro apoyo y por seguir mis historias. Nos leemos pronto :-) Nos proponemos complacer. x
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top