A long time

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Uno ahora y otro en la nota

Pasamos la actualizaciones de lunes a miércoles por conveniencias técnicas

El otro es más sad pero más necesario también

3/4

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para el capítulo extra!

Post Dynamite


El día que Yoongi conoció a Jungkook, era una tarde nublada de otoño.

Lo vio sacándoles fotografías a los pájaros sentados en las ramas desnudas de los árboles en la plaza del centro.

Se había sentado en una banca para seguirlo con la mirada mientras respiraba el humo de su cigarro y calentaba sus manos contra sus muslos.

Era castaño en aquel entonces. Llevaba el cabello corto y los guantes en sus manos cubrían sus tatuajes.
Él llevaba el cabello rubio y la ropa gastada. Ambos habían cambiado desde entonces.

Yoongi se había sonrojado cuando el castaño se había volteado a verlo. Seguramente había sentido su mirada clavada en su nuca.
Dio una calada a su cigarro, volteándose para que sus ojos no se juntaran por más tiempo, pero, la risa suave del más alto, llegó a él junto al viento fresco del otoño.

Vio las hojas anaranjadas y amarillas elevarse frente a él y oyó el clic de la cámara a unos metros de la banca.

Jungkook se había acercado a él con una suave sonrisa, sentándose a su lado en silencio antes de mostrarle la fotografía que había tomado.

Yoongi sintió sus orejas rojas cuando vio su propia imagen, con sus piernas cruzadas, una mano entre sus muslos y la otra sosteniendo su cigarro mientras la nube de hojas de colores se alzaba a su alrededor.

—¿Te molesta si la conservo?— había dicho Jungkook con mirada ilusionada.

Yoongi fue incapaz de pedirle que la borre; no podía romper la ilusión de esa expresión de estrellas y galaxias.

Jungkook había dicho que a los modelos se les paga por su imagen y le ofreció al rubio una cena a modo de pago. Yoongi no pudo negarse y acabaron cenando en un buen restaurante en el centro de la ciudad.

Esa noche Jungkook lo acompañó a su departamento, acarició su mejilla con sus nudillos y dejó un beso en la comisura de sus labios.
Iba a marcharse, pero Yoongi lo jaló de la muñeca, juntando sus labios y haciéndolo pasar entre besos y tropezones.

Habían tendido sexo durante horas. Cada vez que uno acababa, un condón era reemplazado para volver a empezar.
Acabaron únicamente cuando se dieron cuenta de que no podían resistir otra ronda. Cayeron agotados a la cama y durmieron profundamente hasta que el móvil de Jungkook comenzó a sonar al el mediodía.

Yoongi lo vio con ojos cansados responder el móvil, sentándose en la cama y comenzando a vestirse a paso lento, susurrando sus palabras para no despertarlo.

Cuando la llamada finalizó, Min se estiró sobre sí mismo, soltando un sonido ahogado y preguntando quien había llamado a modo de saludo.

Jungkook se dio vuelta, dejando un beso en su frente mientras se abotonaba la camisa con una suave sonrisa antes de responder.

—Mi novia.

Yoongi abrió los ojos de par en par, sentándose en la cama y sintiendo como todo el sueño se iba de su cuerpo como si le hubiesen arrojado un baldazo de agua fría.

Lo echó de su departamento tan rápido como pudo. Arrojando sus zapatos en el pasillo y cerrando de un portazo con el corazón agitado y la respiración irregular.

Esa fue la última vez que vio a Jeon Jungkook.

▪  국기  ▪

—¡Yoongi!

Min alzó la mirada con pereza y cansancio. Su compañero de clases Seokjin estaba corriendo hacia él con una sonrisa de oreja a oreja grabada en el rostro, interrumpiendo su tiempo de descanso entre las clases.

—No grites, por favor— suplicó volviendo a apoyar su cabeza en la mesa del comedor, intentando que su cuerpo no volviera a caer en los brazos de Morfeo.

—Tengo entradas para la exposición de la que habló el profesor Kim— dijo Seokjin sentándose frente  a él. —Sábado ocho treinta.

—¿Por qué no vas con tu novio?— preguntó Min sin ganas.

—No es mi novio— bufó en respuesta, rodando los ojos y haciendo que el menor suspire. —Y Namjoon está ocupado.

Yoongi rió entre dientes, haciendo a Seokjin sonrojarse y voltear la mirada.

—No deberías salir con un profesor, Jin— susurró Yonngi, tomando su morral para usarlo de almohada.

—Ya no es mi profesor—espetó soltando un suspiro.

—Sabes lo que dijo en mi clase sin estar ahí— dijo con una sonrisa divertida. —Prácticamente lo es.

—Oh si vamos a hablar de no hacer cosas malas, deberías dejar de fumar— soltó, haciendo a Min chasquear la lengua. —Al menos lo mío tiene consecuencias morales, lo tuyo está volviendo tus pulmones un peligro biológico.

Yoongi rodó los ojos y abrazó su morral para acomodarse mejor, pero Seokjin jaló suavemente su cabello para hacerelo alzar la vista.

—Toma el folleto— dijo entregándole el papel. —Lee las presentaciones en exposición y marca las que quieras ver así comenzamos por ahí.

Yoongi suspiró cansado pero aun así tomó el folleto y lo guardó en su campera, logrando que Seokjin se marchara alegre.

▪  국기  ▪

Cuando llegó a su departamento, arrojó su morral al suelo, caminando con cansancio mientras dejaba su ropa por todo el mono ambiente sin preocuparse.

Había logrado que su jefe le dé la semana libre para estudiar para sus finales, así que luego tendría algo de tiempo para ordenar el desastre que hizo.
Se iría a duchar, se pondría un cómodo pijama y se sentaría en su calentita cama a leer los textos de su catedra.

Cuando regresó en busca de una toalla, vio el papel asomándose por el bolsillo de su campera. Suspiró y se sentó en la mesa para leer el folleto de una vez y olvidarse del tema hasta el sábado por la noche.

Abrió el papel de par en par, leyendo los artistas que se presentarían en aquella galería, ignorando las esculturas ya que eran lo que menos le interesaba en el mundo del arte.

Marcó un par de exposiciones y leyó por arriba algunos comentarios de los artistas, hasta que un nombre lo hizo paralizarse.

Jeon Jungkook.

Obviamente, el mundo no podía dejarlo en paz.

Habían pasado tres años desde que lo conoció. Tres años donde cada vez que alguien mencionaba una infidelidad, se sentía un asco y se decepcionaba de sí mismo.

Sus propios padres se habían divorciado por un engaño. Él era pequeño en ese entonces, pero recordaba cómo había maldecido hasta el último aliento a la mujer con quien su padre engañó a su madre.

Cuando conoció a la nueva novia de su padre, ya era un adolecente temprano. Estaba en plena etapa de rebeldía y no pudo evitar preguntarle a la mujer que se sentía arruinar una familia.

La pobre le respondió que ella no estaba consciente del matrimonio de su pareja hasta ya muy tarde, cuando estaban enamorados saliendo formalmente.

Yoongi se rió en su cara en aquel momento ¿Cómo era posible que no supiera si ese hombre tenía pareja? Pero, en retrospectiva, entendía que si alguien te coqueteaba, no ibas a preguntar si estaba en una relación.

Se sentía un idiota. No solo por odiar a su madrastra por tantos años, sino porque ahora también se odiaba a sí mismo.
Pero no iba a repetir el mismo error. No iba a perdonar al infiel por culparse a sí mismo. Jungkook era tan o más culpable de lo que era él.
Motivo por el cual lo echo de su casa al instante en el que confesó estar en una relación.

Soltó un gruñido de frustración arrugando el papel. Calmó el latir de su corazón con un trago de agua fresca y regresó a ver el folleto más relajado.

Los artistas solo se presentaban para el día de apertura y el de cierre de una explosión. Ellos irían en el fin de semana intermedio. Jungkook no estaría allí.

Marcó su exposición con curiosidad. Aprovecharía su ausencia para saber un poco más de él. Después de todo, solo sabía que tomaba fotografías, pero no habían hablado demasiado de su trabajo específicamente durante la cena.

Nunca tendría nada con un infiel. Jamás. Pero Jungkook le había dado el mejor sexo de toda su vida y en esos tres años estuvo presente en su mente cada vez que se tocaba o se acostaba con un hombre.

Sería su oportunidad para cerrar el ciclo.

▪  국기  ▪

La galería estaba llena de obras de arte en muchas formas diferentes. Seokjin parecía particularmente interesado en una exposición interactiva que Yoongi no acababa de comprender, pero aun así se mantuvo a su lado viendo lo que ocurría.

Su corazón estaba extrañamente agitado su pecho sentía como si el aire le faltase y no podía acabar de comprender el porqué de aquello. Llevaban un par de horas en aquel lugar y no había visto a ningún artista y menos a Jungkook.

Era imposible que tuviese tan mala suerte en la vida que lo viese cuando ningún otro de los artistas estaba presente.

—¿Vamos a la exposición que marcaste?— preguntó Seokjin mientras salían de la sala.

Yoongi asintió, mordiendo el interior de su mejilla, intentando calmar su cuerpo extrañamente agitado, sintiendo la mano de Kim en su espalda, dirigiendo sus pasos a la exposición de Jungkook.

Cuando entró a la sala, las fotografías de Jeon se extendían por todas las paredes donde la obra principal estaba al final del pasillo. Era una imagen de una chica con un vestido blanco, rodeada de árboles de otoño y a lo lejos se veía una acumulación de gente mirándola y susurrándose al oído.

Yoongi avanzó entre los cuadros para ver el título en el gafete de a un lado. Viendo su nombre antes que todo lo demás.

Parpadeó mientras leía antes de alejarse para ver mejor la fotografía, cuando la voz de Seokjin resonó entre las paredes con eco.

—Yoongi.

Min se volteó, encontrando a Seokjin viendo fijamente un cuadro, haciendo que se acerque a él dudoso y algo confundido por su expresión, pero, al llegar a él y girar su vista, comprendió el motivo de su expresión.

La fotografía que Jungkook la había tomado el día que se conocieron.

—Eres tu— murmuró haciendo que lo vea de reojo. —¿Conoces a este sujeto?

Yoongi asintió en silencio, haciendo que Kim devolviera su atención al cuadro.

—¿Te pagó por esto?— preguntó el mayor. —Debería haberte pagado.

—Si me pagó— susurró mordiendo su labio inferior. —Algo así.

—¿Hace cuánto ha sido?— Preguntó ladeando la cabeza.— Tenías el cabello claro.

—Tres años— respondió acercándose para leer el título de la fotografía. —“Recuerdos”.

Seokjin alzó las cejas, viendo de reojo al menor y mordió su labio con incomodidad, haciendo que este se preocupe por él.

—¿Es tu ex novio o algo así?— preguntó haciéndolo negar al instante.

—Solo nos vimos ese día— dijo apartándose de su fotografía. —Iré saliendo— soltó desviando la mirada. —Te espero en el café de frente.

Seokjin asintió y lo vió salir ligeramente apresurado, haciendo que lo vea confundido y curioso.

▪  국기  ▪

Estaba decidido. Hablaría con él, le preguntaría porque conservaba la fotografía después de tres años y que había hecho con su novia tras engañarla.

No podía seguir sintiendo la culpa en sus hombros toda su vida. Necesitaba enfrentar lo que hizo, lo que Jungkook había provocado y las consecuencias que había causado.

Estaba de pie frente a la exposición, con la entrada en la mano y el corazón en su garganta.
Durante el cierre de las exposiciones, los artistas siempre se presentaban para agradecer la atención y cobrar las obras compradas a lo largo de los días.

Solo debía entrar, buscar a Jungkook y pedirle que hablaran en privado.
Solo eso. No era tan difícil. Pero parecía la tarea más dura de la humanidad en esos momentos.

Respiró hondo y entró a la galería, pasando entre las personas, sintiendo sus piernas temblorosas y su corazón cada segundo más acelerado. 
Entró a la exposición de Jungkook, viendo a las personas a lo largo de la habitación y a una pareja viendo la fotografía central.

Justo ahí, a un lado de la pareja al final del pasillo, estaba Jungkook, hablando con aquellas personas con una suave sonrisa en el rostro.

Tenía el cabello negó, largo y recogido en una coleta, dejando ver su perfecto perfil y sus orejas perforadas.
Su traje tensaba justo en los lugares correctos y su porte firme y seguro lo hacían ver incluso más atractivo de lo que recordaba.

Soltó un suspiro al verlo sonreír y recordó esa noche cuando estaban en el restaurante hablando de todo y de nada a la vez.

Antes de poder moverse, Jungkook se giró, viéndolo a los ojos mientras su sonrisa cordial se deformaba en una expresión de sorpresa al verlo.
Se acercó a él apresuradamente, haciendo que Yoongi retroceda un par de pasos, logrando quedar acorralado entre la pared y azabache.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Jungkook con una suave sonrisa. —No creía volver a verte.

Yoongi tragó duro, sintiendo el aroma ajeno impregnarse en él como al comienzo de aquella noche.

—¿Podemos salir a tomar algo?

▪  국기  ▪

El día estaba nublado pero el calor de la cafetería hacía que todo el ambiente se sintiese acogedor, claro, si no se hacía mención de que el cuerpo de Yoongi temblaba a causa de una mezcla de sentimientos creciendo en su pecho.

—¿Le has dicho a tu novia lo que has hecho conmigo hace tres años?— preguntó Min cuando la mesera que les dejó su café se marchó en silencio.

—Claro— dijo acercando los hombros y llevando su taza de café a sus labios. —Pero ya no es mi novia.

Yoongi aguantó una risa entre dientes y tomó su taza con los dedos nerviosos mientras mordía el interior de su mejilla intentando controlar sus palabras.

Tenía tantas ganas de restregarle en la cara a ese hombre que la infidelidad era el principio del inevitable fin que sería capaz de escupirle en la cara si no se controlaba.

—¿Acaso no era de esperarse si le has sido infiel?— preguntó rodando los ojos y dándole un sorbo a su taza.

—Yo no le he sido infiel a nadie— soltó, haciendo que Min ría con ironía.

—Me follaste por horas mientras tu novia estaba, probablemente, durmiendo en su casa— dijo con voz seca.

—Teníamos una relación abierta, Yoongi.

El silencio inundó la mesa mientras que Jungkook volvía a tomar de su café, ignorando la mirada de suma sorpresa en el rostro del más bajo.

—El poliamor es natural en el ser humano, Yoongi— dijo al notar que el otro no se recuperaba de aquella declaración. —La monogamia es un invento, bastante machista y patriarcal, si se me permite acotar.

Yoongi solo pudo pasar saliva con dificultad. Había oído hablar de la poligamia antes pero nunca había conocido a alguien que la lleva a cabo, por lo que jamás se le había pasado por la cabeza que Jungkook estuviese en esa situación.

—¿Por qué no me lo dijiste?— preguntó en un susurro, haciendo a Jungkook reír entre dientes con esa hermosa sonrisa que enamoraría a cualquiera.

—No te ofendas, pero solo pensaba pasar esa noche contigo y no me parecía necesario contarte sobre mi relación— aclaró alzando los ojos. —Aunque, he de admitir, que luego del sexo, si pensé en repetirlo en otras ocaciones— confesó haciendo al más bajo sonrojarse al instante. —Y es por eso que te confesé sin demasiadas vueltas que tenía novia.

Yoongi bajó la mirada, aun sonrojado pero notoriamente avergonzado por aquel mal entendido que lo persiguió como si fuese un pesar de fantasma por tres largos años.

—¿Puedes hablarme de eso?— preguntó sin atreverse a levantar la vista. —De tu relación con tu ex.

Jungkook sonrió complacido con aquel pedido, dándole un largo trago a su café antes de verlo atento y curioso en busca de una motivación de su duda.

—Éramos exclusivos a nivel emocional— explicó calmado. —Nunca me vi en la capacidad de enamorarme de más de una persona a la vez y ella lo respetó— continuó viéndolo desde el otro lado de la mesa. —Nos acostábamos con diferentes personas y lo hablábamos cada vez que nos quedábamos a dormir juntos— dijo pensativo. —Teníamos como norma no pasar la noche con nadie que no fuese de confianza, así que mi plan era, ese mismo día decirle sobre ti.

Yoongi bajó la mirada pensativo. Había vivido casi toda su vida con terror a la infidelidad, con pánico al engaño. No se le podía pasar por la cabeza, una peor forma de terminar una relación que de esa manera; pero bajo esos lentes, el panorama se veía más colorido.

—Podría intentar algo asó— susurró Min con la mirada en su café. —En lugar de seguir viviendo con miedo al engaño.

—Si existen los engaños en la poligamia, Yoongi— confesó Jungkook, haciéndolo alzar la vista. —Cada pareja sienta sus propias bases y encuentran juntas el equilibrio que les hace felices a ambas o más partes.

Jungkook le regaló una sonrisa débil y se inclinó sobre la mesa para verlo a los ojos.

—La confianza y la comunicación son tan importantes como en la monogamia— confesó Jeon. —Solo que, a veces, el engaño no es simplemente acostarte con alguien más.

—Mi padre…— susurró desviando la mirada de la ajena. —Engañó a mi madre con su actual pareja y por eso se divorciaron hace años.

—En ese caso, lo grave no sería el sexo— dijo tomano su mano para que alce la mirada nuevamente a él. —Sino el haberle mentido a su esposa o, incluso, el haberse enamorado de su amante.

Yoongi vió los ojos con miles de estrellas que brillaban en ellos, suspiró recordado como se oscurecían en la cama y eran reemplazados con obres oscuros y opacos de un color propio del negro del abismo cuando la lujuria se apoderaba de ellos y mordió su lengua para dejar de pensar en aquello.

—¿Es posible solo tener sexo con otros y realmente amar únicamente a tu pareja?— preguntó en un suspiro, viéndolo tragar duro y presionar sus manos entre las suyas.

—Si es lo que quieres, con lo que todos en la relación se sienten cómodos, puedes hacerlo así, si— respondió, lamiendo sus labios y sintiendo su pecho pesado a causa de la mirada que le daba Min.

—¿Lo harías con alguien que nunca lo ha intentado?— preguntó Yoongi tomando las manos ajenas para entrelazarlas con las suyas.

—Claro— susurró sintiendo sus manos contra la piel caliente ajena. —¿Quieres intentarlo?

Yoongi sonrió, recordando la noche increíble que pasó durante ese día que se conocieron hace ya tres años; y no solo hablando del sexo, la misma cena donde hablaron de todo y nada había sido increíble.

—Me gustaría, sí.

▪  국기  ▪


Yoongi no podía creer el estar repitiendo aquella noche con Jungkook. Se había jurado odiarlo toda su vida y ahora estaban entrando a tropezones a su departamento.
Lo peor de todo era que le encantaba.

Los besos de ese hombre eran exquisitos, tan suaves y firmes que le permitía a la perfección sentir el sabor al café de vainilla que había pedido hacía unas horas.
Incluso eran mejor de lo que los recordaba; a menos que haya mejorado en esos años, posibilidad que le entusiasmaba por el llegar a la cama.

Jungkook bajó sus besos por su cuello, empujándolo contra la pared más cercana y pegando su cuerpo al suyo, dejando que sus miembros acabaran de encarecerse dentro de sus pantalones a causa del roce.

Yoongi arqueó la espalda y pasó sus manos por el cuerpo ajeno, deshaciéndose de su chaqueta para pasar sus manos debajo del sweater de lana que llevaba el contrario; haciéndolo jadear por el tacto de sus frías manos contra su caliente piel.

Jungkook se quitó rápidamente la prenda, dejando que Yoongi pase sus yemas frías por cada centímetro de su cuerpo duro y tenso, mientras era alzado del suelo para que rodee su cintura con sus piernas.

Jeon le arrebató su ropa a medida que cargaba con él por el pasillo, sin importarle si las cosas caían tras sus pasos y solo enfocado en despojar al pálido de sus prendas hasta dejarlo completamente expuesto ante él.

Cuando Yoongi cayó a la cama, su cuerpo estaba desnudo y lo único que lo protegía del frio del exterior eran sus apretados bóxers que se alzaban a causa de su notoria erección.

Jungkook lamió sus labios mientras encendía la calefacción y se deshacía de su cinturón sin apartar la mirada del fino y agitado cuerpo de Min, acostado en su cama, con las piernas entreabiertas y apoyado sobre sus codos para verlo desde abajo.

—Tengo frio— jadeó Yoongi abriendo más las piernas.

Jungkook soltó una corta risa mientras dejaba caer los pantalones hasta sus tobillos para dejarlos en el suelo al caminar hacia él.

—Deja que entremos en calor— susurró subiendo a la cama para acomodarse sobre él.

Juntaron sus labios casi a la vez que sus pechos se pegaron y sus erecciones chocaron. Yoongi rodó su cintura con sus piernas y su nuca con sus manos, atrayéndolo más a él y sintiendo como el miembro ajeno se acomodaba en su trasero aun cubierto por la única prenda, además de sus calcetines blancos que quedaba en su cuerpo.

Jungkook bajó sus besos por su cuello a su agitado pecho, dándose tiempo de lamer y mordisquear sus rosados pezones mientras le quitaba sus ajustados boxers para dejarlo desnudo a su disposición.

Yoongi sonrió sonrojado cuando el contrario se separó, tomando sus tobillos para alzar y separar sus piernas, logrando ver su ansiosa entrada que suplicaba en pálpitos necesitados por su atención.

Jeon no podía pedir una mejor imagen. El fino y delicado torso de Yoongi, sus pequeños y rosados muslos enmarcando su erección húmeda y venosa, dejando ver, bajo esta, la entrada rosada y apretada que hacía que el sonrojo en sus mejillas se intensificara más a causa de la notoria exposición de su vulnerabilidad.

Esos labios rosados, esos ojos hundidos en excitación que brillaban como un océano bajo la luz del sol del mediodía. Como el sonrojo se apoderaba de su expresión desde la punta de su nariz hasta sus orejas. Como su cabello negro y despeinado lo hacían ver incluso más apetecible.
Quería detenerse a sacarle una fotografía. Poder enmarcar ese momento y recordar siempre aquella imagen, pero no podía perder tiempo en pedirle algo semejante, por lo que simplemente se inclinó sobre él para tomar de su mesa de noche el lubricante y un preservativo.

Yoongi sintió los besos en sus piernas hasta sus muslos cuando Jungkook embarró sus dedos del lubricante transparente antes de acariciar su entrada con la yema de su índice, viendo el rostro jadeante del pálido en busca de una señal para detenerse que nunca llegó.

Adentró sus empapados dedos en su interior, viendo como Yoongi se estiraba en la cama al sentir la intromisión acariciando sus sensibles paredes, haciéndolo ahogar un gemido y separar más las piernas.

Jeon separó sus dígitos, embistiendo suavemente contra el cuerpo ajeno, buscando que su cuerpo se relaje con sus movimientos y se prepare para recibirlo, con ayuda del espeso lubricante que llenaba, lentamente, su cálido interior.

Yoongi soltó un jadeo, llevando su mano al brazo cubierto de tinta del contrario, clavando sus uñas en sus músculos haciéndolo aumentar la velocidad de sus empujes hasta hacerlo gemir y juntar sus muslos.

Cerró sus ojos y frunció el ceño, aguantando el orgasmo que se asomaba por los intensos golpes en su próstata, hasta que Jungkook se detuvo abruptamente, haciéndolo suspirar con frustración pero también con ansias.

Lo vio ponerse de pie para quitarse los boxers, arrojándolos a un lado de la habitación junto con sus medias, cayendo bastante lejos de sus pantalones.

—No quiero que sientas presión— dijo Yoongi acomodándose mejor en la cama. —Pero recuerdo esa noche como el mejor sexo de mi vida y más te vale estar a la altura.

Jungkook soltó una risa entre dientes mientras abría el preservativo para colocarlo en su erección, subiendo a la cama mientras acariciaba su polla ante la atenta y lujuriosa mirada de Min.

Tomó nuevamente los tobillos de Yoongi, separando mejor sus piernas para ver su entrada chorreante de lubricante, lamiendo sus labios mientras sentía el calor subiendo por su cuerpo.

Yoongi lo vió acomodarse mejor sobre él, haciendo que abra bien sus piernas para poder sentir el glande apoyarse contra su entrada que se contrajo por instinto, haciendo que esa primera penetración se sintiese aún más placentera para ambos.

Arqueó la espalda, dejando los ojos en blanco mientras Jungkook entraba más y más hondo en él, hasta que apoyó su frente en su pecho, permitiéndole disfrutar de la base contra su anillo y el glande contra es lugar tan profundo que lo hacía sentir lleno y completo.

Jeon besó su pecho y subió sus labios calientes por su piel sudada hasta llegar a esos exquisitos belflos rosados e hinchados, lamiéndolos y mordiendo la carne, logrando que Yoongi lo bese con hambre y desesperación.

Comenzó a moverse lentamente, embistiendo el cuerpo de Min que jadeaba y gemía en el beso, sintiendo su cuerpo subir y bajar entre la cama y Jungkook, golpeando contra su duro cuerpo y notando como el color subía tanto por sus cuerpos que comenzaba a arder en el roce de sus pieles.

Jungkook no tardó mucho en  aumentar la velocidad y la fuerza de sus movimientos, haciendo que los profundos y apasionados besos se vean interrumpidos por gemidos y gritos de placer.

El sonido de la cama golpeando contra la pared y los resortes de colchón crujir bajo ellos se volvían más fuerte, al igual que las palabras sin sentido de Yoongi que escapaban de su garganta con necesidad y sin filtro alguno.

—¡Más, joder, así!— gimió, clavando sus uñas en su espalda y antes de morder los labios ajenos.

Jungkook soltó un gruñido, alzando la pierna de Yoongi para acomodarla en su hombro y, así, poder aumentar la velocidad, separándose de él para verlo retorciéndose de placer, con los ojos brillantes y cristalizados a causa de las lágrimas de placer.

Yoongi soltó un gemido de placer, aguantando el orgasmo, pero no pudo retenerlo más cuando un golpe dio justo en su próstata tan duro y firme que acabó por liberar esa ola de placer que contrajo su vientre y soltó espasmos intensos en sus piernas, viniéndose y manchando de su semen el vientre marcado del azabache.

Jungkook jadeó al sentir su miembro apretado por el caliente interior de Yoongi y no pudo evitar tomar la otra pierna ajena, para doblarlo a la mitad y comenzar a embestirlo tan rápidamente que el semen que comenzó a salir de él, comenzó a hacer un ruido húmedo y pegajoso que hizo a Min sonreír complacido mientras veía a Jeon sufrir un intenso orgasmo sobre él.

Cayó a su lado, agitado y sonrojado mientras que Yoongi ignoraba el dolor en su espalda baja para cubrir sus cuerpos sudados con la manda que estaba mal acomodada a los pies de la cama.

—Dame unos minutos— jadeó Jungkook mientras Yoongi se acostaba en su pecho. —Y juro que te haré venir toda la noche como hace tres años.

Yoongi rió entre dientes y se estiró para poder dejar un beso en sus labios, antes de sentir los brazos ajenos rodeando su cintura.

—¿Por qué no todas las relaciones son poligamicas?— susurró Yoongi, sin poder evitar denostar la emoción que sentía por comenzar esta nueva etapa de su vida junto con Jungkook.

—El mundo ha idealizado la monogamia por siglos— dijo Jungkook, acariciando su espalda desnuda bajo la manta. —No te muestra las demás posibilidades.

—Supongo que no es para todos— susurró Min, dibujando figuras invisibles sobre su pecho.

—Definitivamente— asintió Jungkook. —Veremos juntos si es para ti. 

Yoongi sonrió, ignorando el calor de sus mejillas antes de juntar sus labios con los ajenos, dejando que los brazos de Jeon envuelvan su cintura y lo acuesten bajo él en la cama.

—¿Quieres que te diga un secreto de la poligamia?— preguntó haciendo al pálido asentir en silencio. —Te permite saber si realmente quieres estar con alguien o es solo costumbre.

Yoongi sonrió, antes de que los labios ajenos se posen en los suyos, dando inicio a una nueva ronda que acompañaba ese nuevo inicio de su vida; un inicio por el cual estaba ansioso y curioso de experimentar.

Tal vez se acabaría dando cuenta que no era para él, tal vez acabaría cerrando esa herida del divorcio de sus padres, pero la mejor posibilidad era llegar conocer aún más a Jungkook. Conocerlo en un sentido en el que jamás había conocido a nadie.

Era algo nuevo para él y esperaba que Jungkook viva esa experiencia tan bien como él ansiaba vivirla.

Fin

Lamento informarles que vamos a pasar a actualizar una vez por mes (el primer miércoles de cada mes desde la siguiente actualización)



Para nada afecta el OS extra que se entrega después de el siguiente capítulo de esta historia

(Les repito: los usuarios que dejen la mayor cantidad de comentarios en
Fiction, Who are you, bunny?, A long time y el siguiente OS, recibirán por privado un OS extra)

Bueno, nada más
Perdón por esto, pero confío en que será lo mejor para todxs 😇

Besos 😘

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