Entre a casa después de hablar con el idiota de Cade.

¿Me sentía mal por él?... realmente no estaba seguro, claro por años había pedido que se apartara de mi vida, sin dudas muchas veces me imaginé su muerte siendo devorado por un tiburón, un meteorito cayendo sobre él, Aliens abduciéndolo... oh si, sin duda de mis mejores deseos pero estoy seguro que nunca le habría deseado el cáncer.

Probablemente te preguntes porque tanto odio hacia este chico de buena pinta con cara de "Soy inocente", bueno por eso mismo...

Nuestra rivalidad empezó podría decirse que desde que iniciamos la primaria, si ,nuestra primera pelea fue por una galleta.

Con el tiempo todo continuo, peleas por juguetes, estrellas doradas, incluso por nuestra primera novia Jessica Pierce.

Si bien todo pudo seguir como una pelea infantil pero al pasar los años la competitividad entre nosotros se hizo mayor, ya no era un jugo o una galleta ¡Era todo!, calificación, equipos deportivos, él tenía que ser el mejor en todo, corrijo mejor que yo.

Cuando tienes papis ricos que te compran todo puedes crecer bastante, si tienes dudas contratas a un maestro particular, si necesitas practicar más en un deporte clases particulares con algún profesional, así fue prácticamente toda mi vida esforzándome sin poder ganarle.

Reconozco qué hay personas que pueden hacer muchas cosas mejor que yo pero no necesito que me lo estén recordando cada puto minuto de mi vida.

Pero esa no es solo una de las razones por el cual lo odio.

Lo odio por ser un maldito idiota, un pendejo en todo el sentido de la palabra.

Nunca me dejaba escapar alguno de mis errores y constantemente se burlaba de mi.

Medir 1.60 es algo frustrante porque para un hombre es una medida algo baja, papá sigue diciendo que creceré pero la verdad es que no lo creo y él con sus sólido 1.83 y creciendo se daba la libertad de burlarse de mí.

Pero no, no era solo eso, crecer en una comunidad donde el 80% es religioso es complicado... crecer con dos padres no lo hacía más fácil.

Después de casi catorce años viviendo aquí aún recibía burlas y claro obviamente de él, aún así amaba a mi padres y su opinión se la podía meter por el culo.

Así que esas son las razones por las cuales lo quería muerto, pero ahora que era algo real se sentía diferente.

Al entrar a casa vi la escena de siempre, mi hermano comiendo chetos frente al televisor.

—Hola Jake —saludé.

Él menor me ignoró como era común en él.

Mi Papá salió de la cocina con una bandeja de emparedados.

—Ayúdame a meterlos en el recipiente Jen —dijo él apurada.

—Hola papá que bueno verte —me burlé.

Mi padre suspiró y besó mi mejilla para abrazarme.

—Oh cariño es bueno verte —sonrió— ¡Mírate estás tan alto! —exclamó.

—Sigo igual pero gracias por el entusiasmo —contesté ayudándole.

—Es día de las naciones en el grupo de Jake y le tocó America así que nada más Americano que un emparedado de maní y jalea —sonrió tendiéndome uno.

Lo observé, era demasiado pegajoso y realmente no tenía buena pinta.

—Comételo —ordenó viéndome molesto.

Le di un bocado y no estaba tan mal.

—Bien regreso a las siete, la comida ya está solo métela en el horno —remarcó.

—Si, solo iré hacer un trabajo a las siete así que regresaré algo tarde —informe.

No le tomo importancia pues era común.

—Bien solo ten cuidado y come antes de irte —ordenó— Jake vámonos.

Mi hermano apago el televisor y me miró extrañado.

—¿Cuándo llegaste? —preguntó confundido.

Negué con la cabeza y solo sonreí.

—No mates a nadie en el grupo de acuerdo —pedí.

El castaño solo levantó los hombros y salió tras papá.

Mi papá era enfermera por lo que casi no la veía y mi Pa trabajaba para el padre de Cade en un puesto en el que viajaba demasiado.

Yo era el hermano mayor de un pequeño demonio de doce, mi hermano era... era una amenaza en potencia.

Jake es hiperactivo por lo que se la pasaba en actividades para no destruir la casa y si, ya había pasado.

Me senté en el sofá a descansar hasta que la hora de irme llegara.

Llegue tarde como siempre al hospital, mi hermano mayor ya me esperaba.

Mis padres no había podido estar conmigo pues un cierre millonario se había presentado, no me molestaba ya estaba acostumbrado sin embargo me cuestionaba la presencia de mi hermano aquí.

Liam es un buen hermano pero no está hecho para las cosas estresantes, desde pequeño siempre había sido nervioso y cuando la situación lo sobrepasaba no temía devolver lo que hubiera comido y lo último que quería era estarme preocupando por si me vomitaba o no.

—¡Llegas tarde! —exclamó.

—Cuando he llegado temprano a algo en mi vida —señalé lo obvio.

—Entonces tendrás que mejorar tu puntualidad—señalo mi doctor.

—Créame eso no pasará —asegure.

El Doc solo puso los ojos en blanco y me llevo a la sala de quimioterapia, dijo tantas cosas que realmente no escuché que por suerte mi hermano anotaba en su teléfono.

Me percaté de lo que pasaba cuando la aguja cruzó mi brazo.

—¿Cuanto tiempo tardará esto? —pregunté viendo el líquido entrar a mi cuerpo.

—Bueno una hora y media —contestó— probablemente no tengas efectos secundarios por ser la primera quimio pero pueden suceder.

—Estaré bien —me reconforte— pero en cuánto tiempo se me empezará a caer el cabello por que pedí una peluca pero tardará en llegar en un mes.

Él sonrió, pensaría probablemente que era una broma para sobrellevar esto pero no era así, de verdad tenía que mantener las apariencias.

—No a todos se le caen pero es casi frecuente —explicó— empieza a caerce de quince a veinte días después de la primera quimio.

—De acuerdo —acepté.

El doctor me dejo, realmente solo sentía mi brazo algo caliente pero era a lo que me tenía que aguantar.

Esto era básicamente una carrera primero llenarían mi cuerpo de quimioterapia esperando que eso ayudara con la leucemia principalmente, pero aún así me someterían a cirugía para retirar mi riñón canceroso al igual que harían con el pulmón y el páncreas... solo si la quimio funcionaba.

Cerré los ojos un momento cuando escuché a mi hermano gimotear.

—Por favor no llores —me quejé.

—Es la alergia —mintió.

Abrí un ojo para comprobar que no era la alergia.

—Si vas a llorar hazlo fuera de la sala —ordene.

—Ya no lo haré —aceptó— ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien —lo calme— pero una hamburguesa no me haría mal.

—La vomitarás —dijo una voz.

Abrí los ojos y era una chica un poco mayor que yo.

—¿Quieres apostar? —rete a la chica.

—Veinte a que lo haces —aceptó retadora.

—Hecho —dije extendiendo la mano hacia la chica quien respondió de la misma manera.

—Eve Lynch, osteosarcoma —informó innecesariamente.

—Cade Hope, leucemia —respondí a su presentación.

—¿Primera quimio? —preguntó.

—¿Tan novato me veo? —pregunté, ella soltó una pequeña risa.

—Así es, yo voy por mi tercera —dijo presumiendo.

—Así que esto es una competencia —concluí.

—Bueno lo es, mi doctora dice que probablemente me amputen una pierna —comentó para hacer más interesante esta pelea.

—Mi doctor dice que no llego ni para navidad —remate.

—Muy bien tú ganas —aceptó— pero hablas mucho y no te veo comer nada.

Mande a mi hermano por una jugosa hamburguesa que metió de contrabando, apesar de que gané la apuesta no me sentía orgulloso pues el olor la había hecho vomitar.

El tiempo pasó sorprendentemente rápido, ella terminó un par de minutos antes.

—Aún me debes mis veinte —le recordé.

Ella bufó pero terminó por sacar el dinero y pagar su apuesta.

—Te veré después niño —se despidió.

—Oh dios espero que no —sonreí— por cierto linda peluca.

Ella sonrió y miró a mi hermano.

—Lindo hermano —observó de arriba abajo.

—Es virgen así que puedes estrenarlo —me burlé.

Mi hermano solo se puso rojo cual tomate, ella salió de ahí riendo.

—Idiota —atacó molesto.

—Lo sé —sonreí.

Tarde un rato más hasta que me dejaron ir por fin, el doc me advirtió de los efectos pero realmente no creía en ellos.

Llegue a la casa para ver a Jensen sentado en la acera.

—Llegas tarde —gruño molesto.

—Lo siento no controlo cuanto dure una quimio —me defendí.

—Pudiste enviar un mensaje —remarcó.

—Si, si pude —sonreí torpe.

Entramos a la casa, mi hermano estaba en la sala jugando videojuegos demasiado cerca.

—Te vas a quedar ciego —lo regañe, el menor me miró pero al ver que venía con Jensen solo bajo la cabeza— ¿No deberías estar en el club?

Dean solo levanto los hombros a manera de respuesta y se acercó a mi.

—¿Que tal la clase de manejo? —preguntó.

—Nada que no supiera ya —le seguí la corriente.

Él sonrió y miró a Jensen, sin duda no era el tipo de personas que solía traer.

—Soy Jensen Blue —extendió la mano.

Mi hermano saludo cordialmente.

—¿Hermano de Jake? —preguntó nervioso.

—Cualquier cosa que te haya hecho lo siento, nadie lo controla —se disculpó.

Mi hermano solo levanto los hombros, era sin duda su respuesta favorita.

Nos fuimos a mi habitación para empezar.

—¿Clases de conducir? —preguntó arqueando la ceja.

—Si... él no lo sabe —contesté— es algo frágil —concluí.

—Planeas morir sin decírselo —insinuó.

—Exactamente —contesté— pero a trabajar no te pago para que vengas a platicar.

—Aún no me pagas —se defendió.

Bufé, saqué mi cartera y le pagué lo acordado.

—Pero hay condiciones Jensi —establecí— tú y yo seguimos siendo enemigos.

—No era opción —puso los ojos en blanco.

—Caerás ante mis encantos es inevitable, pero como sea tu y yo no somos amigos y no puedes decirle a nadie, ni a Vicks —dije.

—Ni a tu prima le dirás —se quejó.

—Mucho menos a mi prima la conoces bien —le recordé.

Él lo pensó por un momento pero terminó por aceptar.

—Bien iniciemos —sonreí.

Le di la estupida cámara que había costado demasiado.

Él la revisó y se quedó observándola por un buen rato.

—Entonces...

—No sé es tu proyecto dime qué hacer —se quejó.

—Bueno nunca había grabado un video que verán cuando este muerto —dije.

—Ni yo —contestó poniendo los ojos en blanco—solo siéntate donde sea y empieza.

—¡Bien! —exclamé.

Me senté en mi silla de videojuegos, estaba nervioso y más por tener que expresarme frente a ese idiota.

—Mi lado derecho es mejor —comenté mientras acomodaba mi cabello.

—Estarán más centrados en el hecho de que estas muerto —señaló acomodándose para grabar.

—Aún así me veré fabuloso —asegure.

—Bien solo habla lo que quede mal lo edito —dijo.

—De acuerdo —acepté.

—¿Para quién es la primera? —preguntó.

—Mi hermano —contesté.

Hola Liam... Bueno no se como hacer esto, hoy fue mi primer quimioterapia y como siempre eres la persona que está para mi, también agradezco que no me hayas vomitado encima de mi.

Desde pequeño has sido mi cómplice en los crímenes y no por opción.

Eres un buen hermano y una mejor persona así que permítete disfrutar la vida, no te preocupes demasiado porque la vida es más corta de lo que crees.

Quiero disculparme porque he sido un dolor en el culo desde que nací, lamento haberte roto la pierna cuando tenía seis... bueno si inicio disculpándome no acabaría.

Se que estos meses fueron difíciles y si ves esto es porque como sabíamos iba a morir, aunque no esté ahí sé que te convertirás en un gran hombre porque de todos eres quien más futuro tiene, naciste para brillar hermano.

No me pondré cursi ya que nunca lo he sido así que solo te dire que te amo y cualquier cosa que te haya dicho enfermo era el cáncer.

Estoy seguro que nos veremos pronto.

Se despide tu hermano favorito.