¿Ahora que?

Habían sido días raros, Cade había pasado una semana hospitalizado pues al parecer su riñón bueno se había afectado por la quimio por lo que lo habían dializado, lo acompañe a su diálisis que era similar a la quimio salvo que aquí no parecía el exorcista aunque eran demasiadas horas.

En cuanto a la escuela todos creían que se había ido de Intercambio pues eso es lo que habían dicho sus padres, y yo... yo no había podido arreglar nada con Percy, siempre que me acercaba se iba, en clase prefería escribir que usarme como traductor.

En cuanto a Vic's la rubia tampoco había conseguido hablar con él, en casa las cosas no estaban mejor, parecían policías con la comida.

Esa mañana desperté, me había quedado dormido más de lo necesario, baje apresurado pues se me hacía tarde.

Estaba por lograrlo, unos centímetros de la puerta.

—Buenos días Jensen —dijo papá— a donde vas sin desayunar.

—Hoy regresa Cade a su casa, prometí que estaría ahí temprano —murmuré— pero alguien apagó mi alarma —gruñi al ver a mi hermano bajar.

—No es mi culpa que no te levantaras apagarla, hacía mucho ruido que esperabas —se defendió.

—¡Que me despertarás!, lo haces por cualquier estupidez —ataqué.

—Hey basta los dos —regaño Pa— Jensen desayuna de acuerdo.

—Pero Pa...

Me vieron con esa mirada, bufé cansado para sentarme a desayunar.

Cereal y unos waffles, era una dieta balanceada no, pero en este momento sólo querían que comiera más.

Comí tan rápido como pude.

—Jensen más despacio —miró papá arqueando la ceja.

—Se me hace tarde —dije con la boca llena de waffles.

—Te vas ahogar —me miró Pa.

—Nada les parece —me quejé.

Terminé de desayunar en un par de minutos, con unas terribles náuseas pero no importaba.

—Jensen podemos hablar antes de que te vallas —pidió papá.

—Ya voy tarde, puede ser cuando vuelva —pedí.

—Es importante Jens —dijo Pa.

Suspiré cansado para sentarme de nuevo.

—¿Ahora que hice? —me adelanté.

—Bueno tu padre y yo estuvimos hablando, sabemos que estos momentos son difíciles, estresantes y que quieres pasar la mayor parte de tiempo con Cade —explicó Pa.

—Pero creemos que no estás en condiciones para llevar esta carga —concluyó Papá.

—Claro le dire a Cade que me espere, se puede morir cuando yo me sienta estable, sin problemas seguro él lo entiende —murmure.

—Jensen no es lo que quisimos decir —rectificó Pa.

—Entonces digan lo que quieren decir —apresure.

—Solo queremos que te cuides de acuerdo, estás llevando mucho sobre ti en estos momentos, no te descuides y si quieres parar... respira y para hijo —aseguró.

Asentí, solo para darles gusto, en estos momentos no habría tiempo de parar.

Salí de la casa para ir a casa de Cade donde seguramente ya estaba.

Y como siempre llegó tarde, no lo iba a esperar en el hospital cual imbecil así que decidí irme a casa, Jeff nos esperaba mientras mi hermano me abrigaba bien para salir del hospital.

—No son demasiadas sudaderas —me quejé.

—No quiero que te enfermes —dijo Li poniéndome el gorrito.

Iba a decir una pendejada que lo lastimara así que mejor cerré la boca, el doctor Grant llegó.

—Listo para ir a casa —sonrió animado.

—Obviamente —comenté.

—Pensé que estaría tu amigo aquí —murmuro él.

—Dormir es lo suyo, mejor si no tiende atacar a las personas —expresé.

Él sonrió para acercarse a mi.

—Me has dado algo de trabajo eh muchacho —murmuro— lamento no haber podido ayudarte.

—Hizo lo que pudo —asegure dando un par de palmaditas en su hombro.

El me abrazo, así iba a ser esto, recibiría demasiados abrazos, después de un par de minutos me soltó por fin.

—Cuídate, diviértete y no seas malo con el niño quieres —pidió cortes.

—Agh por favor yo cuido muy bien a mi enanito —asegure.

—Por eso lo dejaste varado en Santa Mónica —interrumpió mi hermano.

—Casi recibe un balazo en la cabeza por eso —mencionó Grant quien lo revisó cuando su oído no le funcionaba bien.

—Y amenazo con decir su secreto —agregó Jeff.

Mire a los tres serio, claro que conspirarían contra mi.

—¡Muy bien lo cuido al cabron! —exclame.

Tal vez no pero ya habíamos pasado por eso.

Me fui a casa sin ganas de regresar a este lugar, al llegar ya estaba Dee en mi cuarto esperándome, me acosté en mi cama para abrazarlo y llenar de besos su cachetitos.

—¿Cómo estás? —le pregunté.

—Yo... le dije a Jake, lo siento —se disculpó triste.

—Hey está bien, siempre es bueno tener un Blue de tu lado no es así —le calme.

Él asintió para abrazarme más, necesitaba un amigo que lo ayudara a llevar esto... necesitaría a Jake más que nada cuando yo ya no estuviera.

—¿Compraste lo que te pedí? —recordé.

—Claro soy un experto con la tarjeta de crédito —sonrió.

Era verdad, y a su edad él ya tenía una otorgada por mis padres en su cumpleaños, el chico se la pasaba donando a cualquier asociación benéfica que se le cruzara.

Mi hermano me dió lo que le había pedido, ya solo hacía falta que llegara el propietario del regalo, que todavía se tardo media hora en llegar.

—Antes de que me regañes ya se que llegue tarde —gruñó— y por completo no es mi culpa.

Mire de arriba a bajo inspeccionándolo.

—¿Por qué solo traes un zapato? —pregunté confundido.

—El perro de tu vecina me persiguió —suspiró para sentarse en el borde de la cama.

—Jensen no mames es un pomerania cabron, estás chiquito pero no jodas —me burlé.

—¡Ese no pendejo! —exclamó molesto— el gran danés de tu vecino de enfrente.

Ahora tenía más sentido.

—No sé, en algún momento lo perdí y preferí no regresar a buscarlo —explicó.

Negué divertido para verle.

—Anda te daré un regalo para animarte —sonreí.

—No aceptaré...

—Cálmate no es nada caro —asegure.

Tomó la caja para abrirla, con cuidado de no romperla, quería apurarlo pero eso solo haría que se tardara más.

Vió lo que contenía la caja para mirarme molesto.

—Es una broma no es así —gruñó.

—Oh vamos esta genial —sonreí.

Mire la playera rosa que sostenía, NO ALIMENTAR DESPUÉS DE LA MEDIA NOCHE, decía en letras blancas.

—No, no lo está —me miró serio— pero gracias.

—Eso amigo mío usarás en mi funeral —asegure.

—No, no lo haré —me miró arqueando la ceja.

—O si lo harás —gruñi.

—No, no lo haré porque es una falta de respeto a tus hermanos y no quiero una paliza de tus amigos —bufé.

—De quien es el funeral Jensen —le recordé.

—Ya, y quien no estará ahí —murmuro.

Puse los ojos en blanco para bufar.

—Contigo no se puede —gruñi.

El levantó los hombro para guardar la playera en su mochila, algo que aprendí de Jensen es que al pequeño no le gustaba expresar sus sentimientos: tristeza, felicidad... cualquiera que no fuera enojo le era difícil expresar.

—Hey Gremlin —lo llame— ¿Estás bien?

—Perdí un zapato —levantó su piesito molesto.

—¿Es todo lo que te molesta? —me atreví a preguntar.

El chaparrito me miró para suspirar cansado.

—Cade no eres mi puto terapeuta—me recordó.

—Pero somos amigos —sonreí.

—No te quiero sobre mi de acuerdo —estableció— Si vamos hacer esto no quiero que me estés preguntando si estoy bien, si puedo con esto o si ya comí, no soy un bebé y mucho menos soy débil...

—Nunca dije que lo fueras —intervine, aunque ciertamente si era un bebé.

—Entonces deja de verme como si me fuera a desmoronar —estableció.

Asentí pues tenia razón, me preocupaba que tuviera un ataque.

—¿Ahora que? —preguntó.

—Puedes darme un abrazo —sonreí.

—Al carajo que no —gruñó.

—Anda yo sé que quieres —lo jale hacia mi.

—No, en definitiva no —arqueó la ceja.

Lo atraje hacia mi para darle un abrazo, se resistió claro, pero ya sabía yo que podía ablandar al chico, se separó de inmediato.

Se sacudió un poco el dramático, su cabeza calva claro no como la mía lo hacían verse más pequeño dándole ese toque malévolo incluso.

—¿Jugamos un rato o vemos una película? —preguntó.

—Ya se que eres un flojo y te gusta hacerte pendejo pero tenemos trabajo —establecí.

El chico asintió para preparar las cosas, era mi momento.

Puse la cámara para organizar las cosas, terminé dándole su peluca.

—No, este lo haré así —negó.

—Pero te ves como la mierda —asegure.

—Ese es el objetivo pequeño Jens —sonrió.

—Llámame pequeño Jens otra vez y te mataré antes que el cáncer —sentencie.

—Lo que tú digas pequeñín —repitió divertido.

Dios dame paciencia porque con fuerzas te lo mando antes de tiempo...

Levanté el dedo medio para sentarme en el puff, el chico se acomodó, las grandes ojeras resaltaba ante su piel pálida grisácea, sus ojos hundidos y brillosos, había perdido peso significativamente.

Di señal para que iniciara.

Hola mamá y papá, si ven esto lo siento pero ya no estoy, quiero que sepan que me fui sintiéndome como la mierda gracias a ustedes...

—Cade —interrumpí— no puedes decir eso.

—¿Por? Es la verdad —señaló molesto.

—Si... pero son tus padres —señalé— sé que estás molesto pero recuerda que esto es lo que les quedará de ti.

Él me miró para suspirar.

—Jensen, no eres mi puto terapeuta ahora graba —ordenó.

Suspiré para asentir, al menos lo había intentado.

Hola mamá y papá, si están viendo esto es porque ya no estoy, morí sintiéndome como la mierda probablemente y eso es gracias a ustedes...

Sé que no hicieron todo esto porque son mis padres, porque me quieran o cualquier otra cosa que un verdadero padre hace, lo hicieron porque como en todo yo era su mejor inversión.

Gracias supongo, me obligaron a ser el mejor lo cual ame indudablemente, pagaron mi educación, mis gustos y si, también mis vicios... pero eso no es ser padres.

No entienden las maravillas de hijos que tienen, un maravilloso escritor que mierda, tiene uno de los mejores libros qué hay y por si no lo saben una nieta encantadora.

Tienen a un futuro arquitecto y un futuro padre extraordinario, porque quiéranlo o no el ha sido mi fortaleza desde que nací.

Y más importante tienen un hijo con tanto potencial que hará cambios en este mundo, es un chico del que deberían estar orgullosos, que deberían decírselo porque se lo merece.

Pero decidieron poner todos sus huevos en esta canasta, una canasta que moldearon a su manera, que le permitieron ser una mierda de persona porque así se mueve este mundo ¿No?

No, y no estoy orgulloso de lo que soy o lo que dejo, pero les permitiré tomarme como ejemplo para que ese niño que llega este mundo... mi hermano no se convierta en su títere.

Permítanle amar, disfrutar, relajarse y más importante sentirse amado y apreciado por ustedes, que no tenga la necesidad de sentir que les debe algo, de sentir que debe hacer todo por su aprobación...

Por último solo dire... los perdono, por todo lo bueno o malo de mi vida, yo los perdono.

Por favor háganlo bien esta vez, cuiden de sus hijos que los necesitarán en estos momentos y recuerden que a pesar de todo los amo.

Se hizo un ligero silencio, podía ver a Cade procesar lo dicho, no los decía de verdad y no lo culpo.

Me levanté para acercarme a él y abrazarlo, el chico me abrazo de vuelta y se lo permití solo por unos minutos.

—No eres tan mierda cómo crees —murmuré.

—¿Ah si? —preguntó alzando la ceja.

—Tu... solo dramatizas, no eres tan malo —sonreí.

—Gracias por mentir —murmuró.

—De nada —asentí.

Su hermano llegó riendo, con una bolsa en mano.

—Jens el vecino me dió esto, creo que te pertenece —comentó riendo— dijo que su perro persiguió a un niño pequeño hasta aquí, que lo siente y pagará el daño de tu tenis.

La risa de Cade era lo que más me jodia, vi mi tenis nuevo completamente destruido.

—Gracias Dee —murmuré.

—Te puedo dar uno de mis tenis, creo que calzados igual —ofreció feliz.

Cade solo se empezó a reír más al punto de que casi se ahoga, yo terminé yéndome de esa casa con unos tenis de Dean... más humillante no podía ser.

La cosa se nos va a poner sería a partir de aquí 😔 pero disfrutemos que aún tenemos a nuestros nenes preciosos 💕

Les dejo aquí el dibujo que se hizo para el especial de San Valentín 🥰 no podían faltar estos nenes ❤️

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