2. Destino o Casualidad
Daniel Franco:
Yessika...
...Ella es perfecta❤
En estos momentos me encuentro solo en la habitación ya que mi enfermera fue por mi desayuno...
Aun no recuerdo claramente que fue lo que sucedió conmigo anoche:
—Oye omega, ¿qué te parece si vamos al motel que está aquí cerca?
— ¿Qué te pasa? No me toques... Haz bebido demasiado...
—No te vaya hermoso... Nos divertiremos mucho
—Suéltame... me estas lastimando...
Es lo último que recuerdo de lo ocurrido anoche... Aún Me estremezco al recordar las manos de ese tipo sobre mi piel...
Era repugnante...
— volví~ —dice la pelinegra con su linda sonrisa — ¿me extrañaste?
—un poco —digo sintiendo como mis mejillas comenzaban a arder
—toma... te lo comes todo, ¿Ok? —Dice poniendo la bandeja sobre la cama... yo solo asiento —debo irme... ¿estarás bien solo?
—estaré bien...—Digo a lo que ella sonríe —Vete, pero no te tardes
—no lo haré —Dice para luego salir de la habitación
Desde el primer momento que la vi sentí una conexión con ella... algo especial...
No sé cómo explicarlo
Luego de que se marchó, comí y quise esperar que volviera, pero el cansancio se apoderó de mí y lentamente me fui quedando dormido...
Yessika
¿Realmente serás tú?
Yessika:
Salgo de la habitación revisando mi celular, Son las 11:46 am y hoy me toca impartir clases en el instituto, así que tomo mis cosas y salgo del hospital.
Mientras camino siento mi celular vibrar: un audio de Cassandra.
Decido ignorarlo mientras llego a la institución.
Al entrar veo que Sabrine se encuentra en la entrada (al parecer esperándome) Cuando me ve, camina decidida hacia mí, respira hondo antes de hablar:
—Emm... Yessika, la directora está esperándote en su oficina —me informa con la mirada baja.
Estoy a punto de agradecerle cuando veo que levanta su rostro y su mirada se fija en la mía, un ligero rubor adorna sus mejillas y luego de varios segundos añade:
—m...muchas gracias por lo de hace rato. Ese hombre iba a volverme loca —dice acomodando uno de sus rubios mechones detrás de su oreja
—No hay de qué. Es mi trabajo...—Sonrío provocando que la omega baje la mirada nuevamente —Mmm... ¿Algo más?
—Solo lo de la directora
—Ah, sí. Gracias. Voy para allá
Me dirijo a la oficina de la directora, y rezo que no me esté esperando para reñirme por llegar tarde
—Adelante —escucho decir detrás de la puerta a lo que obedezco
—me dijo Sabrine que estaba esperándome
—así es... No te preocupes, no has hecho nada malo... Sabes que eres una de las mejores enfermeras del hospital —me halaga
— ¿ah sí?— pregunto un poco insegura, Sondra no es de estar "halagando" a alguien
—Si... solo te mandé llamar para informarte que tenemos una nueva estudiante... es una joven Omega... y que ya las chicas están esperándote en el aula— añade al final y creo escuchar una risa bastante sutil
—¡Dios!... voy tarde... Adiós...— me despido para luego dirigirme a mi oficina...
El instituto es un lugar bastante grande, espacioso... y solo somos seis profesoras de las cuales las más "importantes" (según Sondra) somos Victoria, Sabrine y yo... También están las veintitrés alumnas... Bueno, ahora son veinticuatro; debería ir pensando donde puedo acomodarla...
Llego a mi oficina, recojo algunos libros que me hacen falta y me dirijo al aula...
Al acercarme, percibo un embriagador aroma que hace que me detenga en seco, mi respiración se agita y comienzo a sentirme un poco mareada. Trago con dificultad, hacía mucho tiempo no me sentía así... Decido restarle importancia mientras sigo mi camino.
—Buenas tardes chicas— saludo al grupo al colocarme frente al escritorio
—Buenas tardes— responden todas al unísono colocándose en pie... pero me llama mucho la atención una chica, la estudiante nueva. Ella no se colocó de pie, (ni siquiera notó mi presencia); se encuentra con la cabeza hacia abajo mirando su celular y tiene colocados los auriculares... Su cabello rojo cae sobre su rostro y hombros impidiendo que pueda saber de quién se trata... Hago una seña a lo que las demás chicas se sientan, yo coloco los libros sobre el escritorio y me dirijo hacia aquella chica; ella, al darse cuenta de mi presencia levanta la mirada lentamente...
Es Ella❤
Al vernos ambas quedamos en shock... Ella se levanta quedando a pocos centímetros de mi, liberando su aroma de manera inconsciente, su respiración se agita y de sus ojos comienzan a escapar algunas lágrimas... yo tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para no llorar y abalanzarme sobre ella (aunque justo ahora me doy cuenta que mi autocontrol no es suficiente)
La omega se quita los auriculares y creo que intenta decir algo... Luego me doy cuenta que las otras chicas están observándonos y susurrando cosas sobre nosotras, así que seco mis lágrimas, giro sobre mis talones y me dirijo al escritorio dejando a la omega bastante confundida...
Tranquila Yessika
—como se podrán dar cuenta tenemos una nueva compañera... Señorita Rodríguez ¿quisiera presentarse?— digo a lo que parpadea un par de veces para luego inspirar profundamente y decidirse a hablar:
—H-hola a todas... mi nombre es Diana Rodríguez, tengo 20 años... y...— tartamudea un poco, puedo ver como sus piernas tiemblan... todavía está sorprendida, y no la culpo, la verdad estoy igual que ella (o tal vez peor)
Levanta la mirada viéndome a lo que sus piernas flaquean obligándola a sentarse de nuevo...
Luego de eso, la clase estuvo tranquila... Por más que yo hablaba, la omega intentaba no mirarme a los ojos...
—bueno chicas, fue todo por hoy... pueden retirarse, Sabrine está esperándolas en la entrada para darles sus respectivas indicaciones...— digo a lo que las chicas comenzaron a salir... —usted no Señorita. Rodríguez— hablo con una mirada seria, intentando que mi voz suene neutral... todas las chicas salen y me apresuro a cerrar la puerta colocándole seguro... La pelirroja comienza a liberar nuevamente su aroma; parece incómoda, nerviosa...
Me sitúo frente al escritorio, mi posición denota autoridad.
—Acércate... — digo a lo que ella se levanta y camina lentamente hacia mí quedando cara a cara.
Es tan hermosa
—Y...Yess... Yessika... yo...— tartamudea a lo que no puedo contenerme más y me lanzo a abrazarla... la estrecho fuertemente contra mi pecho, en el fondo temo que todo esto sea otro de esos sueños donde ella es arrebatada de mi lado, percibo como sus lágrimas comienzan a salir para luego corresponder al abrazo...
—Diana... Diana... Mi dulce omega— digo su nombre una y otra vez como si de un mantra se tratase. Su dulce aroma es como bálsamo para el dolor que ha estado torturándome por tantos años
—Yessika... ¿por qué?... ¿por qué huiste?...—me pregunta cuando por fin le permito apartarse de mí
—no huí, Nunca lo hice... Siempre he estado contigo....— digo tomando sus mejilla entre mis manos... aun no puedo creer que finalmente esté conmigo... mi mirada se dirige a su mano izquierda donde tiene colocado un brazalete rosa con una corona de reina en color dorado en el centro...
El brazalete que le deje...
Ese día
—pero... tú...— intenta decir pero al momento guarda silencio al ver cómo saco del bolsillo de mi uniforme un brazalete igual al de ella, pero de color negro, para luego colocarlo en mi muñeca izquierda
—Siempre he estado contigo... ¿ves? Solo que no la uso cuando estoy en el trabajo...
—Yessika...— dice mi nombre para luego volver a abrazarme
—ven, siéntate; tenemos mucho de qué hablar...
Diana Rodríguez:
—A ver, déjame verte— dice tomando mi cabello con ambas manos para colocarlo a un lado —no tienes ningún tipo de marca— dice, noto como trata de disimular esa sonrisita se forma en sus labios
—Claro que no... ¿Y tú? Cuéntame de ti... ¿Qué has hecho todo este tiempo?— digo sentándome en sus piernas liberando mi aroma... siempre le ha gustado que haga eso — ¿por qué te fuiste así, sin despedirte?— pregunto viendo como ella coloca su cabeza en mi pecho; acaricio su cabello y ella libera su aroma ronroneando, como si de una cachorra se tratase
—es una larga historia Lobita, mejor hablemos de algo más, ¿sí?— susurra pegada a mi pecho, sonrío como tonta, esta mujer no cambia...
—Está bien. Cuéntame desde hace cuánto trabajas aquí—. Decido indagar un poco. La pelinegra se separa de mí y me mira a los ojos; toma un mechón de mi cabello y lo coloca detrás de mi oreja. El roce de sus dedos causa que mi piel se erice.
—Estuve viviendo casi cinco años en Estados Unidos; aunque vivía más entre libros y batas blancas en el hospital donde hacia mis prácticas que en mi propia casa... Hace dos años el director del hospital me ofreció la oportunidad de volver aquí y ejercer al lado de su hija Sharlotte... tuve que esperarla mientras terminaba sus estudios para que volviéramos juntas...
—mmm... si. ¿Y es muy linda esa amiga tuya?— pregunto sin darme cuenta. Yessika me mira ladeando la cabeza, una sonrisa parecida a la del gato de Cheshire de Alicia en el país de las Maravillas se forma en su rostro
—mmm... Sí, es muy linda. Es alta, rubia de ojos grises... Una Alpha bastante atractiva... ¿Quieres que te la presente?— quedo muda al escucharla ¿Alpha? Siento como mis mejillas arden de vergüenza
—No... No es necesar...—soy interrumpida por la pelinegra quien comienza a reírse... ¿de mí?
— ¿Se puede saber de qué te ríes? —cruzo mis brazos a la altura de mi pecho desviando mi mirada esperando una respuesta
—En primer lugar, que estas bastante roja —dice tomándome del mentón haciendo que la mire a los ojos, luce una sonrisita juguetona en su rostro que la hace ver tan sexy —y en segundo lugar... estas celosita —dice mientras ríe bajito
—Celosa... ¿yo? ¿Cómo crees?
—No lo creo... Estoy segura —rueda los ojos mientras saca su celular de su bolsillo. —Debo irme, tengo algunos pacientes... ¿te gustaría acompañarme?
— ¡Obvio que sí!
Yessika:
Camino junto con Diana rumbo a la habitación 212 para ver a Daniel... Si la pelirroja se puso de esa manera con el simple hecho de nombrar a Sharlotte, no quiero ni imaginar su reacción al ver al omega
Esto será difícil
—Yess, ¿podrías darme algún dato sobre el paciente?—pregunta con cierta suspicacia
—Emm... Claro: Su nombre es Daniel Franco, tiene 21 años...
—Daniel Franco —la escucho balbucear un poco pensativa mientras ralentiza sus pasos — ¿podrías... facilitarme su expediente?
—Sí, claro —se lo extiendo dudosa ante su tan extraña reacción deteniéndome frente a la puerta. Respiro profundamente antes de abrir la puerta, veo la bandeja del desayuno a un lado de la cama, y al omega quien duerme como un bebé.
Camino hasta él observándolo moverse
—Buenas tardes~ —saludo al somnoliento paciente quien al verme parpadea un par de veces acostumbrándose a la luz
—Hola —saluda más dormido que despierto
—Daniel, hola...—saluda la omega detrás de mí con un tono de voz un tanto preocupado
— ¿Diana...? ¿Qué haces aquí?—pregunta el chico bastante confundido... (Aunque no tanto como yo)
—¿Estas bien?— ignora por completo la pregunta hecha por el omega acercándose más a él revisando su rostro... Yo sinceramente no sé en qué momento me perdí, ¿Qué es todo esto?
—ehh... ¿ustedes... se conocen? —pregunto desconcertada mientras observo la escena
— ¡Claro! Daniel es mi primo...
Ehh??...
Oh no!!
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