Capitulo 23

Jo Cunningham miro el lado vacío de su cama y la embargo una abrumadora sensación de soledad. ¿Cuantas noches habian sido igual?, despertar completamente sola en la oscura habitación, deseando, al menos, un poco del calor que le provocaba su pareja.
Pensaba que estaba siendo egoísta, entendía perfectamente que en su ámbito laboral había horarios muy estrictos, mas sin embargo, el deseo de tenerla de vuelta era mas fuerte.

Un suspiro profundo salio de ella, como si en el quisiera soltar sus penas. Se puso sus lentes y miro el despertador en su mesita, la seis de la mañana era lo que marcaba. No tenia sueño, ya no, se destapo se levanto de su cama, se puso sus pantuflas y salio de su cuarto. Al abrir la puerta, se encontró con lo que hasta ahora había sido su compañía, la soledad y la oscuridad que opacaban lo que antes era una casa llena de vida y amor.

Dio el primer paso, cerrando la puerta detrás de ella recorrió el oscuro pasillo, el primer lugar que visitaba apenas despertar era el cuarto de su hijo. Siempre le gusto verificar su estado, y el verlo ahí dormido, relajado, alegraba sus mañanas, lamentablemente esta ves no fue así, pues su cuarto estaba vacío, la cama seguía tendida, y las cosas en su lugar, bueno, exceptuando la ropa tirada por doquier. Adolescentes, era lo que pensó cerrando de nuevo la puerta.

Aunque no era lo que quería ver, no se preocupaba, anteriormente le había mencionado que tendría una charla con Ladybug y Chat noir, por lo que su ausencia se podría deber a que la charla se extendió. Pero eso no significaba que se salvaría de su regaño.

Su mañana no comenzó como esperaba. Se fue a la sala para al menos poder abrir las persianas y dejar que la luz del naciente sol opacara, al menos un poco, esa interminable oscuridad. Fue un alivio, al menos cambiaba un poco de esa atmósfera. Ahora se fue rumbo hacia la cocina, encendió la cafetera, y puso algunos panes en la tostadora para iniciar con su desayuno.

También encendió la televisión de la sala en el canal de las noticias, la voz de Nadja Chamack de fondo hacia que al menos no se sintiera tan sola, ¿que tan patética tenia que ser?. Se ajusto su bata, fue a la alacena y de esta saco una bolsa de alimento para gatos, que puso sin mayor dificultad en un pequeño platito de color rosa. Alzo el platito y lo movió un poco.

― Ven pequeña, ¡El desayuno esta listo!. ―llamo dejando el platito en una pequeña esquina donde se encontraban algunos juguetes, como ratones de goma y una pequeña bola de estambre. El sonido de un cascabel resonó, y con el un maullido, doblando la esquina apareció una pequeña gatita de pelaje negro con manchas blancas y ojos azules, con un collar rosado con campana, maullando felizmente hacia la comida― Hola Marietta. ―saludo a la pequeña gatita acariciando su cabeza, recibiendo ronroneos de su parte― Al menos tu estas aquí.

Triste pero cierto, aquella gatita era como una guardiana que velaba por ella en estos días, cosa que agradecía de corazón. Pero no podía mentir, todo era tan... aburrido, estaba tan acostumbrada a su familia, cuidar de su hijo, consentir a su amada, que no tenerlos... era tan extraño. Y tan monótono.

Estos momentos de soledad hacían que se preguntara... ¿y si ellos ya no la necesitaban?, la sola idea de imaginarse no estar junto con ellos, la aterraba, le daba una sensación de pánico indescriptible. Amaba a su familia, mas que a nada en el mundo, sabia que ellos no eran así, pero entonces... ¿porqué se hacia esas ideas?, ¿porqué pensaba solo lo negativo?. Era la soledad... que trataba de mostrarle una realidad que ella no deseaba.

Llevo su mano a su cabello, entrelazando sus dedos por sus raíces. Una gota de agua cayo en su regazo, fue una gran sorpresa, pues esta provenía de sus ojos. ¿Cuando había comenzando a llorar?, y desde cuando..... ¿quedo sola?. ¿Por que no podía pensar lo contrario?.

― Cálmate.. deja de llorar. Tonta. ―Jo se decía a si misma, intentado inútilmente secarse sus lagrimas que seguían saliendo. No podía, se levanto del sofá, dispuesta a buscar su desayuno ya que la cafetera y la tostadora habían terminado su labor. Pero se detuvo, cuando su mirada quedo fija en un cuadro que estaba sobre la mesita del televisor.

Se acerco a pasos lentos, agarro el pequeño cuadro y lo observo con mucho cariño. La foto que ahí se mostraba era la de ellos tres, era una que se sacaron cuando Randy era todavía un niño. Su pequeño especial, recordaba como siempre usaba esa gorra roja, nunca salia sin ella. Siempre tenia ocurrencias.
Recordaba perfectamente la ves que la llamaron de la guardería porque se había escapado con Howard, todo para según ellos ver al "Ninja" de Norrisville, en ese momento creyó que eran solo ocurrencias, pero cuando se lo afirmaron, juraría que le dio algo, imaginar a su bebe en ese conflicto, y de que pudo pasarle algo. Fue uno de los sustos mas grandes de su vida.

Jo negó ante ese recuerdo, imaginando regresar de nuevo a esos tiempos. Con eso, trato de dejar el cuadro de nuevo en su sitio, pero de golpe este se resbalo de su mano y cayo al suelo destruyendo por completo su cristal y esparciéndose por todo el piso. Quedo en shock, trato de alejarse pero de golpe se sintió mareada, sentía sus piernas temblar como si estuviera en un lugar algo, todo se movía a su al rededor y su respiración se volvió pesada, como si le costara cada ves mas.
También se hizo presente una sensación de malestar en su garganta y estomago, lo que causo que llevara su mano hacia su boca en un intento de apaciguar las nauseas. Pero no pudo mas, y se desvaneció, su cuerpo cayo en un golpe seco contra el suelo. Golpeando su cabeza de forma brusca.

Su vista estaba nublada, todo estaba oscuro, y solo podía escuchar los maullidos de Marietta, como si la gatita estuviera maullando para tratar de mantenerla despierta, o como si estuviera pidiendo ayuda. Lo sentía, pero no pudo aguantar mas.

■■■■

Otra jornada laboral terminaba, eso era todo lo que estaba en la cabeza de Miranda Cunningham. Guardo unos papeles en su bolso, y se despidió de algunos de sus compañeros y le deseo buenas noches a la recepcionista; bueno mas bien buenos días, que era una muy querida amiga suya. Se llamaba Renée, y le debía mucho a ella, fue la primera en darle la bienvenida, acogerla, y tratar de que se sintiera cómoda cuando recién comenzó a trabajar en este hospital.

Tras cruzar las puertas automáticas, saliendo finalmente de su "prisión"; aunque ama a su trabajo así lo estuvo sintiendo estos días, se dirigió con pasos apresurados en busca de algún taxi que pudiera llevarla a casa. Aun no amanecía, y esperar sola en la parada del bus, o andar sola por la calle, no era una de las mejores opciones, de hecho, era por eso que en la mayoría de veces Randy venia a buscarla; su hijo era bastante sobre protector.
Por fortuna, conocía un servicio de Taxis no muy lejos del hospital, de hecho ya estaba ahí, pues era solo una cuadra y luego doblar a la izquierda.

Ahi pregunto si había uno disponible, vendita fue su suerte cuando le dijeron que había uno en servicio. Por lo que muy agradecida se quedo a esperar al dueño del taxi. No fue tanto lo que espero, pues de la puerta venia entrando un hombre, de aspecto peculiar, usaba un sombrero de vaquero y tenia el cabello castaño anaranjado y los ojos azules.

― Señora. ―fue lo que dijo aquel hombre de voz grave, inclinando levemente su sombrero de vaquero como muestra de saludo― Por aquí por favor. ―hizo una pequeña seña con la mano indicando que la siquiera, por lo que sin dudar hizo. Saliendo afuera el hombre la llevo a su taxi, le abrió la puerta de atras para que suba, y luego se subió el― Bonita mañana no. ―el hombre se acomodo su cinturón y ella hizo lo mismo.

― Muy linda, si, no hace frio ni calor. Creo que es bastante cómoda.

― En mañanas asi es cuando da gusto trabajar. Bueno señora dígame, ¿a donde la llevo?.

Era extraño, pero ese hombre emanaba una sensación de familiaridad, le parecía conocido, pero aunque tratara de recordar donde lo vio, no podía. ¿Esto es a lo que llaman un Deja vu?, es como si esta escena ya la hubiera pasado. Raro, quizás solo estaba pensando de mas, por lo que prefirió dejar sus dudas de lado y sonriente respondió a la pregunta del hombre, indicándole la calle de su departamento. Iniciando hace con el pequeño viaje.

Saco su celular, quiso escribirle a Jo o Randy para avisar que iría a casa, pueda que tuviera suerte y ambos estuvieran despiertos, seria lindo ser recibida por sus dos amores después de tanto, aunque claro, tampoco le molestaba si estuvieran durmiendo, verlos bien es todo lo que le importaba.

― Bonita foto, ¿Es su familia?. ―le pregunto tras ver la foto de Randy y Jo desde el retrovisor― Disculpe si sonó metiche, soy alguien bastante curioso. Además que me gusta tener charlas con mis pasajeros. ―la sorprendió, pero no le molesto

― O no se preocupe, no me molesta en absoluto. ―y de forma orgullosa mostró la foto― Son mi amada pareja y mi hijo, las dos personas mas importante de toda mi vida. ―en la foto estaban Randy, Jo, y ella, abrazados y sonrientes con harina en el rostro. La foto fue de una ocasión que estuvieron cocinando juntos y pues bueno, termino en una guerra campal.

― Puedo notar por la foto, que es una familia unida. ―Miranda asintió, feliz por oír eso― Su hijo, se ve que es un buen chico. ―esta ves lo dijo tras prestar su atención en Randy.

― O si.. Mi Randy, mi niño, es lo mejor que pudo haber llegado a nuestra vida. Es un chico... muy especial, el ejemplo de mi pareja y mío para no dejarnos vencer por nada. ―el conductor asintió, aunque ella no supiera el entendió perfectamente a lo que se refería― Crece muy rápido.. a veces tengo miedo de que ya no nos necesite.

― Todo hijo, sin importar cuantos años tenga, sin importar que ya forme su propia vida, un hijo siempre necesitara a mamá, siempre, necesitara esa voz de la razón, aquella persona que a pesar de las cosas malas siempre lo amara y lo aconsejara. Una madre, es el único ser en el mundo que puede brindar esa protección.

Miranda, que conmovida por esas palabras. Y solo podía observar la foto en su teléfono con mucho cariño. Pensando, en que era verdad, nunca dejaría de estar para Randy sin importar lo que pasara. Ahora, ni nunca. Sobre todo, sabiendo su "responsabilidad".

― Señora, ¿no siente extraño hablarle de su familia a un completo extraño?. ―pregunto el hombre, casi riendo por el suceso. Ella solo negó, riendo también.

― Es extraño, pero usted me da una sensación de seguridad, como si fuera de confiar. Dígame, ¿no nos hemos visto antes?. ―el hombre solo negó moviendo su cabeza hacia los lados de forma lenta.

― Es la primera ves que la conozco señora, y puedo decir lo mismo de usted, Su familia, es afortunada de tenerla.

Subía de forma lenta los escalones de su edificio, rebuscando las llaves de su casa en su bolsa. Se detuvo frente a la puerta, desde ahí arriba pudo ver en la calle al taxi que la traje, ese hombre de sombrero vaquero se quedo ahí. "No me iré señora, créame, usted necesitara ayuda". No entendía muy bien a que se refería, por lo que solo presto atención en entrar a casa.
Alerta con un gas pimienta escondido en su manga, por las dudas.

Una ves encontró su llave la introdujo en la cerradura, a punto de girar, se detuvo de golpe, cuando un grito  se escucho del otro lado. Eran maullidos, fuertes y desgarradores, Como un animal pidiendo ayuda.

― *Marietta* ―pensó confundida y nerviosa tanto que su mano temblaba pero logro abrir la puerta.

Apenas escucho la cerradura abrirse azoto la puerta y se quito su bolso corriendo hacia donde se escuchaban los gritos del animal. Y ahí las vio, Marietta, la pequeña gatita de la casa estaba recostada aun lado de una inconsciente Jo, maullando con fuerza, hasta que la vio llegar y se levanto.

― Jo.. ¡¡JO!!. ―Miranda se acerco apresurada hacia su pareja, arrodillándose aun lado de ella la tomo suavemente y la volteo dejándola boca arriba― Jo, amor.. ―llamaba moviéndola un poco sin recibir alguna reacción. Agarro su muñeca, tenia pulso, luego acerco su oreja hacia su nariz, no escuchaba la salida de aire― No.. 

Viendo que no respiraba opto por hacer respiración boca a boca inclinando la cabeza hacia atrás, levantando la barbilla de Jo y apretando la nariz con los dedos. Soplo dos veces suave y lentamente. Hasta que asustada vio pequeñas manchas de sangre en el lado parental de la cabeza de Jo. Seguramente se habrá golpeado al caer.

― ¡¡Ayuda!!, ¡¡Por favor alguien!!. ―grito mientras seguía tratando de reanimar a Jo. El miedo la estaba consumiendo, el terror, estaban haciendo que se le complicara su trabajo. Las lagrimas no se detuvieron, cayendo de una en una en el rostro de su amada inconsciente.

Los pasos apresurados y el característico tono de las suelas se hicieron escuchar. De la entrada había llegado aquel taxista, quien con su expresión completamente calmada se acerco hacia ambas, tomando de forma muy cuidadosa a Jo entre sus brazos.

― Le dije que me necesitaría. ―dijo aquel hombre, sonriente― Vamos. ―ella asintió, agarro a la pequeña Marietta en sus brazos y siguió al taxista hasta la parte de abajo. Abrió la puerta de atras y dejo a Jo recostada, y claro, Miranda se sentó con ella dejando la cabeza de su novia reposando en su regazo― Andando. ―el hombre se santo en la parte de adelante y encendido el vehículo, arrancando a toda prisa.

― ¿Q-quien es usted?. ―pregunto con algo de dificultad por el llanto― ¿Cómo sabia que esto pasaría?.

― Tuve un presentimiento señora, y puede decirme "The creep", soy amigo de su hijo. ―eso fue todo lo que dijo cuando doblaron por una esquina― Quizás quiera avisarle. ―tenias tantas preguntas ahora respecto a este hombre, por lo familiar que le resultaba. Pero no tenia tiempo ahora, sus palabras eran ciertas, habían cosas mas importantes que necesitaban su atención.

Saco su celular y en llamada rápida marco a Randy, el tono comenzó a sonar, desesperándola cuando se hacia cada ves mas largo. Hasta que conecto, pero no como esperaba, pues aunque la voz que respondió era la de su hijo, no era la que necesitaba.

"Hola soy Randy, no puedo contestar ahora, así que déjame tu brutal mensaje y te llamare en cuanto pueda". ―no, no!, se repetía una y otra vez. Quería llorar, estaba llorando, necesitaba a su hijo pero esto es todo lo que podía recibir.

― Randy.. ― no quedaba de otra, solo esperar a que por algún milagro pueda escuchar el mensaje― Es Jo.. escucha cariño, encontré a mamá desmayada en casa, la estoy llevando en este momento al hospital donde trabajo, por favor si escuchas esto llámame. ―colgó, guardo su celular, se concentro en su mujer. Como lo hizo en la casa siguió reanimándola, dándole respiración de boca a boca, en un intento de hacer tiempo― ¡¡Por favor!!, ¡¡¿Cree poder darse prisa?!!. ―pregunto a merced del pánico, del miedo, y de la desesperación, y era entendible, la mujer que amaba estaba inconsciente en sus piernas.

― Hora de romper algunas reglas. ― The Creep bajo un poco su sombrero, le ajusto el cinturón a Marietta que estaba sentada en el asiento de copiloto, y adelanto a fondo pasando varios semáforos―  Tome esto, sáquelo por la ventana y haga una señal para dar a entender la situación. ―le entrego un pañuelo blanco a Miranda que no dudo en hacer lo dicho. Bajo la ventanilla y saco su brazo para empezar a mover el pañuelo.

 Funciono de forma perfecta, los autos al ver el pañuelo se hicieron a un lado y con The Creep tocando la bocina no tuvieron mas problemas en avanzar. Llegando de forma rápida hacia el Hospital donde trabajaba Jo.

Bajo primero The Creep y se abrió la puerta de atras para agarrar de nuevo a Jo en sus brazos, Miranda fue la segunda en bajar, agarrando en brazos a Marietta y así todos correr hacia el hospital.

― ¡Ayuda por favor!. ― el grito de Miranda capto la atención de todos los presentes. Varios de sus compañeros la miraron sorprendidos, pero solo una persona fue la que logro reaccionar y se acerco hacia ellos corriendo― ¡Susan!. ―su amiga, la misma que atendió a Randy hace tiempo.

― Mira, ¿Que sucedió?. ―pregunto Susan acercándose a Jo, revisando sus ojos con una linterna, viendo que tenia las pupilas dilatadas.

― ¡No se!, llegue a casa y la encontré inconsciente. ―Susan asintió y llamo a unos enfermeros para que trajeran un camilla.

― Esta bien amiga, deja que me encargue de Jo. 

― Iré contigo. ―dijo Miranda pero fue rapidamente detenida por su amiga―¿Qué pasa?.

― Eres muy susceptible a tus emociones, el ver a Jo así no te dejara pensar, y puedes complicar la revisión. Así que por favor, espera afuera. Te avisare si es necesario. ―no pudo negar nada ante eso, porque era verdad. 

Solo pudo quedarse en el medio de la entrada, viendo como como Susan y otros paramédicos se iban, y con ellos llevaban a una inconsciente Jo en la camilla. Su corazón se encogía cuando su amada se alejaba cada vez mas, y cuando cruzo la puerta, desapareciendo de su vista, supo que no podía hacer nada mas que esperar y que todo saliera bien.

Estaba sola, busco con la mirada a "The Creep", aquel extraño taxista, pero.. este se había esfumado apenas se llevaron a Jo. Soltó un suspiro pesado, y camino hacia paso lento a una de las sillas de espera, sentándose, mirando hacia la nada, ocupando su mente de cualquier cosa que podía imaginarse.
Para reconfortarse, o en un intento de hacerlo, abrazo a la pequeña gatita en sus brazos, quien maulló, y le comenzó a lamer el rostro. Demostrando, que no estaba tan sola ya que la pequeña le hacia compañía.

― Gracias.. ―acaricio a la pequeña gatita― Randy.. te necesito aquí hijo. ―susurro al aire. 

 ■■■■

Ninja se agacho cuando una patada por parte de Ladybug paso encima de su cabeza, levanto su pierna y bloqueo una patada de Chat noir para luego simplemente empujarlo, el gato perdió el equilibrio así que lo agarro de la cola de su traje y lo lanzo alejándolo un poco. Luego levanto su mano y atrapo el puño de Ladybug a centímetros de su rostro.

No se mostraba, pero debajo de la mascara una mueca se había formado en sus labios, sintiendo su mano entumecerse por la fuerza de la heroína, temblaba un poco, apenas pudiendo soportar el agarre, por lo que con su otra mano la agarro del brazo y le hizo una barrida tirándola al suelo. Luego se alejo dando unos pasos hacia atras para acomodarse.
Agito su mano levemente, abriendo y cerrando su puño; Dolía un poco.

Pero lejos a ser malo, era muy bueno, y lo hacia realmente feliz. La super fuerza que poseen, que le otorgan sus poderes, no era algo para tomar a la ligera, ya fue testigo de ella varias veces, hasta el punto de levantar autos, autobuses, edificios, o muchas cosas mas que describiría como 'sorprendente'.

Se preparo, ellos ahora sacaron sus armas, Ladybug con su yo-yo ataco a la distancia y Chat noir con su bastón, haciéndolo girar seria el quien atacaría a corta distancia.

Debía ser honesto, ambos tenían buena química, resultado de tanto tiempo luchando codo a codo. Su trabajo en equipo, su combinación, y el saber lo que piensa el otro, son algo que sin dudas los beneficia a la hora del combate, y que muy posiblemente sea algo que los ayude a mejorar mas adelante. Lo sentía así,
Sentía un poco de envidia la verdad, el siempre estuvo solo luchando contra los inventos de Viceroy y los Trokeados del hechicero, quizás con alguien acompañándolo las cosas hubieran sido diferentes.

― ¡Vamos gatito!. ―el grito de Ladybug fue el detonante para iniciar nuevamente la batalla. Siendo como un impulso para Chat noir que se lanzo hacia el.

Se preparo, saco un bastón retráctil de su traje, presiono un botón y lo activo, choco armas con Chat noir, y por sorprendente que pareciera chispas salieron al contacto de ambas armas. Ambos lanzaban golpes laterales o de arriba hacia abajo, buscando golpear una zona débiL del otro, que en este caso son las piernas, el pecho y la cabeza.
Ninja cambio de mano, con la que tenia el bastón detuvo el ataque de Chat y con la que tenia libre le dio un golpe con la palma en el mentón, lo que provoco que el héroe sea aturdido, y con una patada Ninja lo derribo.

Pero se sorprendió cuando el yo-yo de Ladybug se enredo en su brazo. Esta chica, sabia aprovechar las oportunidades, con su brazo inmovilizado Chat noir se recompuso rápido, y barrio sus piernas, lo que aprovecho Ladybug para hacer uso de su fuerza y arrojarlo lejos.

El dolor que sintió en su espalda tras impactar contra las paredes, no fue bonito, nada de nada. Se puso de pie, con algo de dificultad, pero sonrió bajo la mascara. Notando que se estaban confiando señalo debajo de ellos, donde al mirar, notaron dos pequeñas esferas.

― Boom. ―dijo Ninja y las bombas de humo explotaron cubriendo por completo el lugar, cegando la visión de los héroes.

Ese era el plan atacar, pero cuando estaba a punto de hacerlo todo fue detenido cuando la imponente figura de un Samurái se hizo presente en medio del Dojo, disipando el humo con un movimiento de espada.

No fue sorpresa cuando dicha acción causo mucha confusión en los héroes. Sobre todo en Ninja, ya que el actuar del libro fue raro,  no hacia este tipo de cosas sin dar aviso, por lo que era sumamente extraño. El samurái doblo sus piernas y se sentó sobre sus rodillas en medio del dojo, luego alzo su mano y los señalo a los tres, centrándose únicamente en Randy.

De pronto los ojos de la mascara Shogun del samurái, soltaron un brillo y encima de ellos, en el techo del dojo, un enorme agujero se abrió y sin ninguna razón absorbieron a los héroes. Quienes gritaron debido a la sorpresa. Siendo cegados por un resplandor.

La luz blanca desapareció, abrió sus ojos, encontrándose con el cielo oscuro de la noche; bueno no tan oscuro puesto que estaba amaneciendo. Se sentó, y sostuvo su cabeza, estaba confundido y un poco aturdido por lo repentino del momento, teniendo varias preguntas que le gustaría hacer. No obstante, un quejido femenino capto su atención, Ladybug también estaba despierta.

Ambos se miraron confundidos, sin entender mucho de lo que había pasado. De Ladybug era entendible, pero Ninja.. el si que no entendía las acciones de su libro.

― ¿Eso significa que por esta noche... la lección termino?. ―Ladybug pregunto, genuinamente confundida, creyendo que eso era todo. Sin saber que Ninja tenia planeado mas cosas, pero lo abrupto de la situación no lo dejo.

Simplemente, le quedo afirmar eso, ¿Que mas podía hacer?, al menos para su alivio ya pasaron las pruebas y fueron aceptados como aprendices de las artes Ninjas, ese era el plan desde el inicio. Por lo que cumplido eso no veía el problema con terminar el entrenamiento, aunque claro, no estaba muy conforme de no haber hecho todo lo que quería.
Un ronquido, resonó en el silencio de la noche, Chat noir se había dormido, ni siquiera despertó a la salida del Nomicon, el rubio solo dormía de lo mas tranquilo.

Miro a Ladybug, ella solo se cubría el rostro con su mano, avergonzada por el comportamiento de su compañero, aunque bueno, tampoco podía culparlo, se le veia realmente cansado desde que llegaron, ella también lo estaba, y ahora que termino el entrenamiento deseaba con todas sus ganas llegar a casa y tirarse a la cama.

― M'Lady.. ¿Qué hace vestida asi?. ―Chat murmuro, pero los otros dos lo escucharon, y Ninja solo miro a Ladybug notablemente confundido, a lo que esta solo procedió a negar muy rápido, iba a matar a ese gato.

Solto una pequeña risa, de cierta forma esto era divertido. De su traje, saco un cuaderno, era el mismo cuaderno que Kagami le había entregado, aquel donde ella hizo todo el ejercicio físico para ayudar a los héroes, le agradecía tanto por eso, de no ser por Kagami se hubiera mandando una buena. ¿Qué haría sin su amiga?, probablemente seria un destre peor que ahora.

― ¿Qué es esto?. ―pregunto Ladybug tras haberle dado una hoja que arranco del cuaderno, leyendola cuidadosamente, notando que solo eran ejercicios, flexiones, sentadillas, como debe respirar al correr, incluso había una dieta.

― Es un pequeño plano de entrenamiento para practicar en sus formas civiles, para no perder condición, tranquila lo de la dieta no tienes que seguirla de forma tan estricta, solo cuando lo veas necesario. Los ejercicios están programados para que los hagas al despertar o hasta cuando tengas un pequeño tiempo libre por las tardes. No son muy excesivos, y te ayudaran bastante. ―Ella asintió, un tanto nerviosa, jamas en su vida había hecho ejercicio, lo mas parecido era correr desde su casa a la escuela― Creo que alguien también tiene sueño. ―dijo al ver que ella daba un pequeño bostezo que trato de cubrir con su mano― Esta bien, no hay problemas en que te retires. Yo me encargo de Chat.

― ¿Seguro?. ―pregunto un tanto dudosa, el simplemente asintió― Esta bien... ―Ladybug doblo el papel y lo metio dentro de su yo-yo, si, podía usarlo como bolsillo también― Eh?, aun tengo.. la tela. ―se miro a si misma, dándose cuenta en su cintura seguía atada aquella tela negra con el símbolo de los Norisu Nine, la que le dio el First Ninja en ese extraño lugar― Se siente... como parte de mi traje de Ladybug. ―acaricio la tela, y el simbolo dio un pequeño resplandor rojo― Es curioso.

― Te acostumbraras. ―no era tan dificil, la tela de su traje Ninja era la misma, y bueno, no era para nada incomoda, es como si no usara nada puesto.

― Bien, si ya no es molestia me retiro. ―estiro su yo-yo y lo hizo girar― Ninja.. lo que dije.. fue en serio, estamos los tres juntos en esto.. y ademas de ser compañeros, me gustaría que fuéramos a amigos. Pero.. eso si tu estas dispuesto. ―la heroína sonrió y estiro su yo-yo para salir impulsada hacia el aire. 

Su figura siendo iluminada por el color rojizo del amanecer fue lo ultimo que vio de ella antes de que finalmente desapareciera. Sonroo debajo de la mascara, no era tan malo esto. Otro ronquido provino de Chat noir. Asi que se acerco y le dio unos cuantos golpecitos en la mejilla, logrando que este reaccionara, con baba aun cayendo de su boca el héroe rubio reacciono.

Estiro su cuerpo y se puso de pie de un salto, y por supuesto la primera pregunta que salio de su boca fue una que ya esperaba.

― ¿Y M'Lady?. ―si, eso era todo lo que le preocupaba al rubio. En verdad tendrían que hacer algo con eso.

― Se retiro. Es todo por esta noche, asi que ya puedes ir a descansar. ―esas palabras fueron suficiente para que las energías de Chat noir regresaran, no es que le haya disgustado la situación, pero si hubiera sido en otro dia no habría problema, pero hoy su padre lo mantuvo con varios trabajos de modelaje y demás, curiosamente todo era con temática Occidental― Ten. ―le entrego otra de las hojas arrancadas del cuaderno― Te dire lo mismo que a Ladybug, son entrenamientos que pueden hacer en su vida cotidiana, no son excesivos, de esa forma su cuerpo estara en movimiento. Lo de la dieta igual no debes seguirla al pie de la letra.

― Lo de la dieta no es problema.. tengo una aun mas estricta que esta por mi trabajo. ―y era cierto, lo que tenia aquí no se comparaba con lo que le hacia comer Nathalie y su madre para ser modelo― Es mas creo que esta variedad que me otorgas es mucho mejor. ―doblo el papel y lo guardo en un bolsillo de su traje― Entonces eso es todo. Viejo vaya noche. ―nuevamente estiro su cuerpo haciendo que sus articulaciones tronaran― Por casualidad... ¿nos darás mas de esas bombas vomitivas?, es para un amigo..

 ― Ya veremos, a lo mejor obtengan la suya propia. ―solo es una idea, pero quizás si se esfuerzan el Nomicon les de la oportunidad de tener sus propias armas Ninjas, aunque eso es lo que le quería hacer entender, Chat noir solo escucho la parte donde tendría mas bombas apestosas. Cosa que pareció haberlo emocionado tanto que se despidió, y se fue de lo mas emocionado, como si el cansancio con el que llego se esfumara.

Quedo solo, encima del arco del triunfo siendo iluminado de apoco por la luz del amanecer. Camino hacia el Nomicon; que seguía en el suelo, y lo levanto, su tapa soltó un brillo y de golpe el timbre de su celular se escucho. Con una mirada de extrañeza dirigida al libro, saco su celular, viendo que tenia una llamada perdida de su madre Miranda, y ahora un mensaje de voz.

― ¿Por esto es que terminaste con el entrenamiento?. ―el libro soltó otro brillo. Era un rotundo si, agradecía, jamas ignoraba las llamada de sus madres, por lo que esta ves no seria la excepción, aunque en lugar de ser llamada era un mensaje de voz. Por lo que, guardo el libro en su traje, y sin mas reprodujo el mensaje, acercando el teléfono un poco a su oreja.

― Randy.. Es Jo...

■■■■

Aterrizo de forma cuidadosa en su balcón, diciendo las palabras "poder fuera" quito su transformación, dejando que el resplandor rosa cubriera su cuerpo para regresar de su nuevo a su pijama. Saliendo Tikki; su pequeña kwami, disparada de sus aretes hacia sus manos. Tikki se veía exhausta, soltando uno que otro bostezo mientras se frotaba un ojo con su manita. La vio con entendimiento, había estado mucho tiempo transformada, o al menos así lo sentía, no sabia cuanto paso realmente entre estar dentro del libro que afuera.

― Tengo sueño Marinette.. ―Tikki solto otro bostezo, cuando sintió algo extraño en ella, mas bien que colgaba de su cuello― ¿Un pañuelo? ―y si ambas, al fin se dieron cuenta que atado en el cuello de la pequeña kwami, un pañuelo de tela negra colgaba, con el símbolo de los Norisu Nine― Nunca e usado algo asi... ¡Me gusta!. ―Tikki exclamo con total alegría, emocionada por su nueva prenda.

La miro de forma curiosa, ese pañuelo, era similar a la tela que colgaba de su cintura al ser Ladybug, la que le dio First Ninja. Entonces... ¿también afectaba a Tikki?, ¿que tipo de tela era?. Como diseñadora le era bastante llamativo, y muy curioso. Pero obviamente lo atribuye a algo mágico.

Dejo eso de lado, Tikki se subió sobre su cabeza, y ambas pasaron por el traga luz. Se dejo caer en la cama, la suavidad del colchón y su almohada, fueron como si una gran sensación de alivio recorriera su ser. Estaba tan cansada, abrazo una de sus almohadas, se tapo, y cerro sus ojos con una sonrisa, lista para por fin descansar.

― Em.. ¿Marinette?. ―o tal vez no.

― ¿Si? Tikki. ―se tapo la cabeza con la manta, deseando dormir por fin, pero las palabras dichas por su kwami, rompieron toda ilusión.

― No me gustaría arruinar tu momento pero.... solo te queda una hora y media para ir a la escuela. ¿Estas segura que prefieres dormir?, podrías aprovechar y darte un baño para quitar el cansancio, y desayunar algo.

― Esta bien Tikki.. solo.. una horita es mas que suficiente. ―un ratito, es todo lo que Marinette pedía para poder dormir, sabiendo que tendría que ir a la escuela, faltar no era una opción, sus padres le pedirían una explicación del porque, y estar desvelada no es una buena excusa― Solo un ratito.. la  verdad es que Ninja me golpeo duro.. ya ni recuerdo cuantas veces bese el suelo. ―el pequeño comentario causo una pequeña risa en la kwami― En serio, ni siquiera con los akumas me a pasado eso.. golpea fuerte. ―al pensar en eso una mueca se formo en sus labios, aunque no tenia nada en su cuerpo, podía sentir el dolor fantasmal de los golpes.

Tikki miro con compasión a su portadora, riendo un poco, esta claro que estaria de ese modo puesto que apenas es el primer día, pero como dicen, si no duele no sirve, tenia confianza en que ella podrá con todo, porque así es Marinette Dupain Cheng. Por lo que sin mas se acerco a ella y beso su cuello, deseándole buenas noches, y por ultimo apago la lampara de noche. Viendo que Marinette ya estaba dormida, atravesó de nuevo el traga luz, y en el balcón voló hacia la barandilla.

Se sentó en esta, tenia sueño, pero la pequeña estaba concentrada en mas cosas. Miro el atardecer, como el sol se asomaba desde el horizonte, viendo que la luna seguía ahí. Fue lo que mas le llamo la atención, estaba completamente llena, y resaltaba de forma evidente en el cielo.

― Se esta acercando.. el eclipse de la luna roja.. y con ella la oportunidad de encontrar el Prodigious... para liberarlo a "el" ―la expresión en su pequeño rostro, era de seriedad y de enojo, muy raro tomando en cuenta que la pequeña kwami siempre es positiva― Estoy muy preocupada.. Tentomushi.. tu que tanto luchaste, dale fuerzas a Marinette, la sucesora del miraculous de la creación.. porque temo que no este lista para enfrentarlo. ―pidió con todas sus fuerzas― No es coincidencia que Ninja apareciera en estos momentos.. como aquella ves... que sus caminos se cruzaron.

La kwami se quedo en aquella barandilla por un largo tiempo, dejándose llevar por las preocupaciones la invadía, poco sabia ella, en otra parte, mas específicamente en la mansión del diseñador mas famoso de todo Paris, su compañero. Plagg, estaba en la misma situación..

Plagg, aquel kwami amante de los quesos, estaba frente al enorme cristal que tenia la habitación de su portador, mirando el cielo, con una expresión seria en su rostro. Quizás no parezca nada grave, pero para aquellos que lo conocen sabrían que eso era sumamente poco común en el.

Saliendo del baño, Adrien Agreste secaba su cabello, completamente refrescado y renovado el mas joven de los Agreste sonrió satisfecho. Realmente necesitaba esa ducha, todavía estaba cansado, pero no podía dormir con tan poco tiempo para ir a clases, ademas, que seguramente la asistente de su padre; Nathalie, lo venga a buscar para darle su agenda del día.

Pero esta bien, ya esta acostumbrado a funcionar con pocas horas de sueño, un don y una maldición a la vez. Lo que si no estaba acostumbrado, era al silencio de su pequeño compañero, se le hacia extraño que no le estuviera molestando para que le diera su tan preciado queso, el silencio era algo raro en su habitación.

― Plagg... ¿Estas bien?. ―Adrien pregunto, ya comenzando a preocuparse por su compañero, mas ahora que ni siquiera volteo a verlo― ¿Plagg?. 

―Adrien.―el kwami hablo finalmente, para su sorpresa no lo llamo por algún apodo o algo, como normalmente hace para molestarlo― Algo esta por pasar, algo grande y peligroso... como su compañero tendrás que estar a su lado, te va necesitar.. porque "el", no es un juego.

Esas palabras lo descolocaron por completo, pero no pudo preguntar cuando unos toques se escucharon de su puerta, por lo que Plagg tuvo que ocultarse, sin mas fue hacia la puerta, al abrirla se encontró con Nathalie, quien como siempre traía consigo su agenda, y andaba con esa cara de seriedad total.

― Bonjour Adrien. ―y le extendió la hoja con la agenda― Eso es lo de hoy, después de tus clases tendrás tus practicas de esgrima, tus clases de Chino, iras a una entrevista. Eso sera todo por esta semana.

― ¿Por esta semana?, ¿de verdad?. ―pregunto Incrédulo, que tenga que hacer esto solo un dia era sumamente extraño

― Así es, es mi deber informarle que en unos días tu padre iniciara un viaje a China, con el objetivo de estudiar mas su cultura para los diseños occidentales que prepara, y solicita que tu vengas con el. Por lo que, el resto de la semana tus actividades quedan suspendidas, para que prepares todo antes del viaje. Con eso me retiro Adrien.

La noticias fue.. bastante inesperada, estaria libre por el resto de la semana, ¿viaje?, ¿su padre hará un viaje a China?. Era sorprendente, ya había tiempo que el no hacia algo asi. Y aunque sea por trabajo, quizás y haya una oportunidad de poder pasar el tiempo juntos, una idea lejana, pero nada perdía con la esperanza.

― Un viaje a China.. se escucha interesante, aunque probablemente tenga que modelar o dar algunas entrevista sobre el trabajo de papá, no quita el hecho de que podria ser divertido.. ―miro la hoja de su agenda con una sonrisa, quizás venga bien el viaje. De repente Plagg volo frente a su rostro, su expresión era de emoción, y tenia una sonrisa de complicidad― ¿Qué?.

― ¡Es perfecto!, es como si el destino te estuviera diciendo que tienes que ir a China, aprovecha esta oportunidad Adrien, y alístate.. cosas grandes se vendrán. ―de nuevo, no entendía muy bien lo que quería decir su kwami, ¿que es eso de que el destino quería que fuera a China?, Plagg era un misterio.

― Eso me recuerda, tengo que hablar con Ladybug y Ninja, si me voy a China... entonces Chat noir ya no estará en Paris, no podrá ayudar si hay un Akuma, ni tampoco podrá estar en los entrenamientos.

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Estaba desesperado, corría por los edificios, saltaba por los autos. Usaba sus poder hasta donde se le fuera permitido para poder avanzar mas. La estela naranja que dejaba a su paso era prueba de ellos. Si no fuera por la mascara, se podría notar la expresión de miedo plasmada en su rostro.

En su mente estaba plasmada una única cosa, "date prisa", era lo que se decía una y otra vez. La sensación era la misma, podía verlo, estaba de nuevo corriendo por los pasillos desolados de su escuela, con el aroma a cuerpos quemados, a los gritos de alumnos, y con la única meta de encontrar a Howard y Heidi. Solo que esta ves... a quien quería ver bien era a una sola persona.

Aterrizo frente a la entrada de aquel hospital, sin importarle que lo vieran se quito la mascara y se adentro. Mirando hacia todas direcciones, enfermeras, doctores, pacientes, seguridad, ninguno era la persona que buscaba. Estaba alterado.

Quería solo una cosa... Ver a su madre Jo.

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Buenas, e vuelto, y es que andaba un poco bloqueado, esta historia me tiene estresado, exige mucho ya que quiero que las cosas sean lentas, pero a la vez interesante. Espero que les guste el cap, pues quiero centrarme en varios personajes que solo los principales, en este caso, la familia de Randy.

Una cosa mas, quiero recomendarles una historia de una persona que aprecio mucho, la historia se llama "La Catarina de Norrisville [LadybugxRC9GN]" de la usuario Undyne-kun, y como dice el titulo es de Ladybug y Ninja, echenle un ojo, no se arrepentirán y al menos tendrán algo mas increíble para leer hasta que actualice xd

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