“Te amo, Ayano”

Segundos después, sus palabras se las llevó el viento, dejando un vacío en ella.

Cuando estaba recostado en el frío del asfalto, aún mantenía una diminuta sonrisa.

Todo estaba bien, incluso dentro de la ambulancia que llegó minutos después.

Hasta caer en coma.

(...)

Su casa ahora le transmitía tanta frialdad y tanto vacío, que casi no podía respirar.

Miedo.

Era la primera vez que lo sentía.

“Estarías feliz de saberlo, Budo.”

Lo sentía por él, por el miedo de que jamás vuelva a abrir esos ojos oscuros pero llenos de vida. Aquellos ojos que de algún modo le transmitían paz.

Miedo de leer la carpeta, porque lo que las paredes en las que creía podían derrumbarse en un instante.

El sótano estaba oscuro, prendió la luz y algunos pequeños recuerdos se colaron en su mente. Sin embargo, fue directamente a dónde recordaba que estaba la carpeta.

Una carpeta simple color madera, textura lisa y con algo de polvo. Tenía grabado en grande “Aishi”.

Paciente: Aishi Ayano
Psicóloga: Akane Aoi

Ha sido detectado el Alzheimer infantil, el vacío emocional y síntomas de depresión.

Eso parecía ser lo último, ya que las demás hojas eran de años anteriores y algunas estaban tachadas.

Se quedó con esa hoja, volviendo a poner la carpeta en su lugar.

(...)

Todo tenía un poco más de claridad.

El por qué de la conversación de Budo con su madre, las actitudes de ambos…

Solo espera que Budo despierte.

Decirle todo, escapar de todo.

Vivir felices.

Quizás jamás la perdone por matar a Raibaru, pero hará lo imposible por hacer entenderlo.

Aoi, ella debía tener todas las respuestas que buscaba. Todas las verdades que le hacían falta.

(✿✿✿)

—Mamá, ¿sabías que Aya-chan es muy inteligente? —el menor estaba fascinado.

—¿De verdad? —le responde alegre su madre.

—Es geniallll.

La noche se aproximaba, las nubes también aparecían, y con ello las gotas comenzaron a caer.

—¿Aya-chan nunca me recordará? ¿Seguiré siendo un desconocido? ¿Me seguirá queriendo?

En la soledad de su habitación estaba desprendiendo lágrimas sin control, anhelando momentos felices y soñando sueños falsos.

—Aya-chan lo golpeó hoy, ¿qué será de mañana? ¿Acaso siempre estará para protegerme?

(...)

Ahí estaba ella otra vez, pasando por los pasillos y dirigiéndose a su aula. Cargada de insultos que hacían eco pero parecían no importarle.

Quisiera ser como ella.

Fuerte.

Ser una luz.

Pero más quería ser algo para ella.

Budo pretendió olvidarla y quedar como dos extraños que cuando se encuentran solo sienten un déjà vu.

Pero olvidar, una palabra simple que cuesta mucho esfuerzo.

Y está más que claro, que jamás se puede olvidar completamente.

(...)

Desde los tiempos que recordaba le hacían bullying.

Siempre se preguntaba por qué, a pesar de que las razones eran obvias.

“Masuyama"

El apellido tan prestigioso, manchado por alguien más.

Manchado por él mismo, porque era tan débil.

Tan ingenuo, tan puro.

¿Por qué alguien querría recordar a alguien como él?

(✿✿✿)