🔪 Capítulo 38💌

Miércoles 23 de Noviembre.

La mañana era más fría de lo usual. El sol apenas se asomaba en el este de la ciudad. Caía una leve capa de nieve dejando un lindo degradé en las flores escarchadas. 

Los estudiantes caminaban con prisa hacia el instituto por la falta de tiempo. Siendo este el caso de Aishi Ayano.

Corría por la acera a toda velocidad,ya casi iba a ser el comienzo de clases y aún no llegaba a su destino. Entre multitudes de estudiantes lograba escabullirse y salir victoriosa de no chocarse con nadie.

O eso habría pensado si no hubiera chocado con alguien.

—¿Estás…?

Ambos conectaron sus miradas como si fuera la primera vez que se vieran. Una mirada inexplicable. 
Se sintió como si el mundo y el tiempo se detenían,dejando el centro protagonista para ellos.

—¿Budo?

—¿Aya-chan?

No era nada raro haberse encontrado,pero con aquella supuesta discusión era quizás incómodo dirigirse la palabra.

—Perdón por lo del otro día,yo…

—No—interrumpió Ayano—Perdóname a mí. Tienes toda la razón en enojarte conmigo. Me hice la estúpida y no me dí cuenta que estabas junto a mí. Lo lamento,Budo.

Eran palabras sinceras que habían salido de su corazón. Tan reales eran aquellas palabras que al más alto que se le derretía el corazón.

Pero un fuerte rojo carmín se pintó en su cara al sentir los brazos de la pelinegra rodeando su figura.

Un abrazo.

Cálido.

Sincero.

Tantas sensaciones sentía ahora mismo que no las podía expresar.

—Una disculpa.—susurró Ayano en el oído del mayor quien ardía en rojo.

(…)

—Masuta,¿se encuentra bien?—preguntó la profesora viendo como la cara de su estudiante era completamente roja.

—¿Ah? Si,estoy bien. Discúlpeme.

—No creo que estés bien, estás todo rojo y estás sudando. Ve a la enfermería.

—Pero…-

—A la enfermería, Masuta.

El pelinegro resignado se levantó de su asiento en plena clase de biología. Salió del salón para encaminarse hacia la enfermería por donde realmente no quería ir. 

Desde hace tiempo corría el rumor de que la enfermera seducía a los alumnos y más específico los hombres. Por supuesto eran simples rumores pero uno siempre debe estar precavido. 

Budo entró sin hacer un solo ruido más que la misma puerta. 

—Oh cariño,te estaba esperando.

Volteó a su costado derecho para ver la figura de Ayano riendo como nunca.

—¿De verdad te asustaste? Palideciste en menos de un minuto—decía entre risas.

—Idiota, qué iba a saber que me iba a encontrar contigo…

—¿Disculpa?

—Nada, olvídalo.

—Ajá—pausó Ayano—¿Pensaste eso verdad?

—¿Qué cosa?—devolvió la pregunta Budo.

—Lo de la enfermera seductora.

—Ah… Sí,si lo pensé.

—Pervertido.

—¿Eh?

—¿Pensaste cosas sucias con ella verdad?

—¡Jamás! ¿¡Cómo se te ocurre eso!? Me da asco hacerlo con alguien que no amo.

—¿Y si lo haces conmigo?—preguntó con una sonrisa pervertida.

Aparte de estar rojo por la fiebre, ahora estaba más rojo gracias a esto.

Unos pensamientos lascivos pasaron por su mente mientras evitaba a toda costa la mirada de la contraria.

—C-como sea… ¿Dónde está la enfermera?

—Veo que te gusta esconder todo.—se "indignó" Ayano.—Y la enfermera,no lo sé. Se habrá ido con su nuevo estudiante seducido.—volvió a mirarlo viendo como el sudor en él se hacía más visible.—Te enfermaste,¿verdad?

—¿Ah? ¿Supongo?

—Quería una respuesta,no una duda. Pero siéntate ahí en la camilla. Te traeré el analgésico.

—¿Cómo sabes dónde está?

—Es obvio,¿no? Vine tanto tiempo con el propósito de robar los sedantes que ya sé de memoria dónde está cada cosa.

—Hablas como si estuvieras orgullosa de lo que hiciste.

—Lo estoy. Ahora siéntate ahí.—señaló la camilla más cercana.

—Bien.—el mayor acató a lo pedido y comenzó a divagar en sus propios pensamientos.

—Toma.—apareció Ayano luego de 10 minutos con la pastilla y un vaso descartable con agua.

—Gracias.—agarró lo que Ayano le trajo y tragó la pastilla.—¿No deberías estar en clase?

—Algo así.

—¿Cómo es eso?

—La clase de física estaba aburrida.

—¿Entonces decidiste ponerte rebelde y escapar?

—Ajá.

—Supongo que para ti es fácil manipular a la gente.

—Demasiado—sonrió orgullosa.—¿Quieres venir a casa después del colegio? Puedo cuidar de ti.

—¿Ah?—enrojeció aún más el mayor.—¡Y-yo puedo cuidarme solo!

—Pero estoy segura de que quieres venir a mi casa a pesar de estar enfermo.

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Capítulo relleno mis galletitas 🙂👍
¿Por qué? No sé,el relleno siempre va para que estos dos se den amor o Budo se ponga rojísimo xd
Lamento el retraso,mucha flojera y demasiadas tareas. Intentaré retomar la actividad.
Para actualizar más rápido haré capítulos cortos.
También estoy preparando es especial de preguntas y respuestas wiiiii
¡Adiós y gracias por leer!~

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