Capítulo 22

(Bruno Mars - Granade Esp. versión)

- Baekhyun ha estado enfermo estos días.

- Eso me dijo Kris. Ya han pasado tres días desde que el médico lo visitó y no ha habido gran mejoría.

- Chanyeol está que manda a matar al médico -se mofó Minseok-. Según lo que me contó Jongdae, el médico le comunicó al Emperador de que se trataba de una descompensación alimenticia.

- Y por supuesto Chanyeol no se halló conforme -aseveró el otro

- Sólo hay algo que me inquieta, Tao, y es que esos síntomas son los que tengo yo por mi embarazo.

- Si eso es lo que sucede con Baekhyun... bueno, supongo que es mejor que vayamos a hablar con él.

Salieron de la casa de Tao y se encaminaron por las calles terrosas de Atenas hasta el palacio imperial, los guardias los reconocieron de inmediato y abrieron las puertas cafés para ellos. Recorriendo los pasillos, se encontraron con la doncella de Baekhyun quien llevaba en sus manos una charola de comida lista para el doncel enfermo.

- ¿Se la llevas a Baekhyun?

- Sí, Señor Tao.

- Permítenos hacerlo, de todas formas vamos a verlo.

La mujer no se opuso, no podría aunque quisiera pues se trataba del esposo del General del ejército griego, y del esposo del Príncipe. Tao tomó la fuente en sus manos y junto a su amigo siguieron su recorrido, las escalera para el ala de las habitaciones se hallaban cerca de la salida al jardín, justo a un costado de la apertura curvada que indicaba el inicio del cuidado santuario florístico.

- Qué sorpresa, ¿qué los trae por aquí? -el imponente Emperador los saludó desde la entrada del jardín.

Lo que fácil viene, fácil se va,
esa es solo tu forma de vivir (como vives),
coges, coges, lo coges todo,
pero nunca das.

- Vinimos a ver a Baekhyun, supimos que no estaba muy bien de salud.

Luego de decir eso, Tao notó como el cuerpo del Emperador se tensaba, incómodo o bien molesto, pero no indagó más allá de una escrutadora mirada. Minseok le comentó a Chanyeol su preocupación por el doncel, y el otro acordó en ello.

- No ha tenido gran mejoría además de su apetito. Aún está siempre muy cansado y con nauseas todo el tiempo.

- Él estará bien -soltó casi inconscientemente Minseok con gran nerviosismo pues no tenía que preguntarle a su amigo para afirmar con vehemencia que él estaba embarazado-, quiero decir, Baekhyun se repondrá.

Chanyeol asintió con la cabeza algo insatisfecho, entonces decidió acompañarlos a visitar al doncel a quien, desde que le envió al médico, no fue a visitar por evitar una pelea o que su corazón se alterara por el temor y el reproche. Ahora parecía ser el momento ideal para cumplir con la visita de rigor y librarse de su molesta conciencia.

Debería haber sabido que eras un problema
desde el primer beso, tenías los ojos bien abiertos.
¿Por qué estaban abiertos?

Los escalones parecían eternos, cansinos como si estuviese escalando el monte Olimpo, quizás eso sería más fácil que saber que debías ver al joven que, aunque lo amas, dañaste tanto. Adicionalmente, un mal presentimiento se instaló en su pecho con cada paso, su corazón martilleaba y su cerebro se prendió en alerta, pero en ese momento no supo porqué. No hasta que llegado al pasillo de las recámaras se escucharon gritos, algo suaves, y plegarias doloridas.

- ¡Por favor no! ¡Ah!

Era la voz de Baekhyun lo que los detuvo en seco.

- ¡Detente! -los sollozos acompañaron a tan lastimeros gritos que se intensificaban más-. Por favor... mmgh... ya no más.

Chanyeol corrió a prisa apartando casi bruscamente a Minseok del camino cuando su cerebro finalmente hizo conexión con el resto de su cuerpo y pudo mover sus piernas al fin. Por el rabillo del ojo vio que tanto Tao como Minseok venían corriendo tan asustados como él.

- ¡Ayuda!

- ¡Cállate! -era el grito de una segunda desconocida voz- ¿Qué crees que pasará ahora que has fallado? Akiloz no puede perdonar tu error, y no lo hará tampoco con la vida de tu hijo.

- Es sólo un bebé... te lo pido, no le hagas daño.

- Debiste pensarlo antes de no cumplir con tu tarea.

Te di todo lo que tenía,
y tú lo tiraste a la basura,
lo tiraste a la basura, lo hiciste.
Que me dieras todo tu amor es todo que te pedí,
porque lo que no entiendes es que...

Chanyeol abrió las puertas de la habitación de par en par sin miramientos, sus ojos fueron directo a la cama donde su pequeño Baekhyun estaba tirado boca abajo con la túnica desgarrada por los azotes de una fusta en manos del agresor. La ira del Emperador se incendió cual pólvora en plena guerra, y quizás sí era una guerra que acabaría con una dulce venganza.

- Agh... -la respiración agitada de Baekhyun inundó el silencio de la habitación cuando el agresor, Suho, se sorprendió de ver al Emperador de Grecia ahí.

- Tu amante ha llegado a tu rescate -se burló el hombre.

- Vayan por un médico y por Kirs, ¡ahora!

La orden fue bien acatada por los donceles amigos de Baekhyun.

"Por favor vete", suplicaba Baekhyun entre lágrimas que se desplomaban contra las sábanas. "Él va a lastimarte, Yeol. Vete ahora"

- ¿Quién eres tú? -preguntó con voz dura cargada de cólera.

- Un soldado de Esparta -contestó con orgullo y sin miedo, lo que le llevó a pensar a Chanyeol que aquel hombre debía ser muy valiente para verse tan apacible.

- Akiloz te envió -aseguró-, ¿por qué?

- Porque un traidor debe recibir su castigo, y yo he de terminar lo que Baekhyun no logró, asesinar al Emperador.

Cogería una granada (explosiva) por ti,
arrojaría mi mano a una cuchilla por ti,
saltaría delante de un tren por ti,
sabes que haría cualquier cosa por ti,
pasaría por todo ese dolor,
me dejaría disparar una bala a través de mi cabeza.
Sí, yo moriría por ti,
pero tú no harías lo mismo.

El hombre sacó una daga, aquella misma daga que Chanyeol reconoció como el objeto con el que Baekhyun quiso matarlo. La ironía no podía ser más grande ni menos amarga. Cuando el hombre quiso abalanzar sobre un desarmado Chanyeol, el alto recordó todas aquellas tardes de su juventud en el campo de entrenamiento junto a Kris, cuando su padre le decía la importancia de saber luchar cuerpo a cuerpo pues no siempre tendría a su mano una espada. Se recordó ir al panteón a agradecerle a su padre.

"Chanyeol... por favor vete, esta no es tu batalla"

Chanyeol lo esquivó y comenzó pelear, pero le preocupó saber que aquel sujeto no sólo tenía una fusta y una daga consigo, si no que además tenía una espada aguardando a ser utilizada. Suho rasgó el brazo de Chanyeol que le arrancó un siseo al alto, pero no fue lo suficientemente profundo para detener su avance.

"No importa lo que pase, no importa lo que intentaste conmigo, esta es mi batalla para salvarte, Baekhyun"

No, no, no, no
Negro, negro, negro y azul
me golpearon hasta estar paralizado.
Dile al diablo, le dije "hola"
cuando regresaste al lugar de dónde eres.

El Emperador se valió de un candelabro para bloquear los ataques con la daga y lo logró hasta que esta rebotó de la mano enemiga y cayó al piso. Una pequeña e insípida victoria que Chanyeol no pudo saborear al verlo desenvainar su espada.

- Akiloz tiene razón, no eres digno de reinar Grecia si no puedes cuidar de ti mismo.

Por ello comenzaría a llevar un arma a cualquier lugar que fuese, no se permitiría tropezar con la misma piedra dos veces.

- Ni siquiera pudiste inferir que Baekhyun estaba aquí para matarte.

- Si vino aquí para eso no lo logró.

- Y es por eso que Akiloz quiere su vida y la de su hijo.

"En verdad tiene un hijo"

Aquello ponía todo en perspectiva. Si nunca le mintió sobre la existencia de su hijo cautivo en manos del desalmado Señor de Esparta, entonces entendía su necesidad por salvarlo. Entonces, ¿por qué su orgullo no lo dejaba entender del todo? ¿acaso esperaba que antepusiera la vida de su hijo a su amor? ¿o era el disgusto de saber que el joven hubo procreado un hijo con alguien más?

Mujer loca, mujer mala,
eso es solo lo que eres, sí.
Te ríes en mi cara, y después rompes los frenos de mi coche.
Te di todo lo que tenía,
y tú lo tiraste a la basura,
lo tiraste a la basura, lo hiciste.
Que me dieras todo tu amor es todo que te pedí,
porque lo que no entiendes es que...

- No permitiré que los lastimes.

- Un rey no defiende a un traidor.

- Baekhyun no me traicionó, Akiloz sí.

- ¿No crees que es algo tarde para darte cuenta de eso? Ya no lo tienes a él, ¿o si?

Suho se burló con una sonrisa torcida, como si supiera de antemano la victoria. El hombre le arrebató de forma brusca el candelabro y le propinó un par de golpes en el estómago a Chanyeol, pero el Emperador aún se mantenía de pie. La espada de Suho se dirigió con rapidez hacia el estómago de Park, pero su rapidez no fue lo suficiente como la del Baekhyun.

Chanyeol lo tenía frente a él, viendo aquellos orbes avellana que tanto amaba, con su tembloroso cuerpo impidiendo el paso de la espada al su cuerpo, pero deteniéndolo con el propio. Los puños de Baekhyun apretaban la túnica de Chanyeol conteniendo los chillidos cuando muy poco de la espada de Suho lo atravesó.

Cogería una granada por ti,
arrojaría mi mano a una cuchilla por ti,
saltaría delante de un tren por ti,
sabes que haría cualquier cosa por ti,
pasaría por todo ese dolor,
me dejaría disparar una bala a través de mi cabeza.

- Agh... ¡Ah!

- Baek-

- ... Yeol..., Yeollie perdóname por favor, por favor, agapi mou.

- ¡Baek! -se exaltó Chanyeol cuando el muchacho cerró los ojos desmayado.

Suho sacó lo poco de la espada que pudo enterrarse en el joven mirando la escena sorprendido, seguramente aquello era algo que nunca hubiese esperado. La sangre de la herida comenzó a brotar como las mismas lágrimas en los ojos del doncel entre temblores de su cuerpo por mantenerse de pie y consciente.

"Que ironía. Como tu dijiste Chanyeol, debía de probar el acero de la traición yo mismo para sentir tu dolor... sin embargo, ¿por qué siento que el dolor mi vence y mi cuerpo se desvanece?"

Sí, yo moriría por ti,
pero tú no harías lo mismo.

- Supongo que Akiloz me recompensará el doble si llevo en mi espada tu sangre también.

"No me dejes mi amor, no por favor, no puedes hacerme esto Baekhyun"

Dejó en el piso el cuerpo de Baekhyun y tomando la daga la utilizó para clavarla en el hombro de Suho; la lanzó sujetándola desde la punta de modo que al lanzarla diera vueltas en el aire y se incrustara en su objetivo. Aquello sólo lo hubo visto en Kris quien era diestro en las armas y la lucha, pero jamás se le ocurrió intentar, y agradecía a Ares que no le fallara ahora.

El grito del enemigo le hizo saber que hubo logrado su cometido, y antes de que el otro quisiera responder le hundió su propia espada en el estómago, tanto que faltaban pocos centímetros para que el mango tocase la piel.

- Si te he podido matar ahora, que el bastardo de tu Señor no tenga duda de que le haré lo mismo.

Si mi cuerpo estuviera incendiandose,
tú me verías arder en llamas,
y decíasque me querías, eres una mentirosa.
Porque tú, nunca, nunca, nunca lo hiciste nena...

Kris y el médico llegaron en minutos, aunque Chanyeol no estaba contento de saber que su General se demoró demasiado tiempo. A Kris le partió el corazón ver al Emperdor sollozando abrazado al cuerpo del doncel no queriendo dejarlo ir. Baekhyun fue llevado a la habitación de Chanyeol para ser atendido, el médico les pidió salir a todos especialmente al Emperador quien estaba al borde del colapso. Fueron horas esperando y esperando, especulando sobre la vida del doncel y lágrimas de Tao y Minseok, y él tratando de retener sus propias lágrimas.

"¿Qué harías si él muriera?", su temible conciencia le preguntó, y Chanyeol respondió: "Lo seguiría en su camino a Hades"

Pero cariño todavía cogería una granada por ti,
arrojaría mi mano a una cuchilla por ti,
saltaría delante de un tren por ti,
sabes que haría cualquier cosa por ti,
pasaría por todo ese dolor,
me dejaría disparar una bala a través de mi cabeza.
Sí, yo moriría por ti,
pero tú no harías lo mismo.

Mas Chanyeol no tendría que hacer tal sacrificio, no al menos tan pronto.

Cuando el médico por fin salió no tenía una expresión consoladora, todo lo contrario, Chanyeol sólo esperaba escuchar que su pequeño y dulce Baekhyun...

- Él está bien.

Pero si estaba bien, ¿por qué no parecía feliz?

- Perdió sangre pero mejorará.

- ¿Cuál es el problema entonces?

- Lamento informarle, Emperador, que por la herida el joven perdió al bebé que crecía en su vientre.

No, tú no harás lo mismo,
tú no harías lo mismo,
oh, tú nunca harías lo mismo,
no, no, no, no.

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