Capítulo 21

Una semana y media después...

Chanyeol no se le hubo acercado a Baekhyun, o si quiera lo intentó, aquello siempre ponía una sonrisa en el rostro del enano que osaba llamarse a sí mismo "Emperatriz". Sus encuentros, frecuentes pero poco fogosos o muy carentes de sentimientos, comenzaban a cansar al Emperador, lo hacían cuestionarse sobre sus acciones, sobre si hizo bien o mal al tratar a Baekhyun como una ramera de la calle. Su orgullo herido le impedía decirse a sí mismo más allá de cuatro palabras: "Él tiene la culpa"; y se excusaba tras esa estela de humo que en momentos perdía su densidad.

"Él quiso asesinarme..."

"Fue Baekhyun quien provocó esto"

"Su daga habría acabado con mi vida así como acabó con mi amor por él"

Y tal vez tenía razón, quizás Baekhyun era el culpable absoluto, pero Chanyeol no se hallaba conforme con eso pues en el fondo de su resquebrajado corazón estaba sembrada la semilla de la duda junto a aquella olvidada semilla de amor que Baekhyun sembró al instante de conocerlo.

"Lo hizo por su hijo", se recriminó a sí mismo en un esfuerzo de darle fin a toda esa tormentosa historia griega.

¿En verdad Baekhyun tenía un hijo o fue una excusa que inventó para tratar de salvarse?

"Tu harías lo mismo por un hijo tuyo"

Sí, pero el orgullo era más poderoso que cualquier otro pensamiento o resolución.

El Emperador reparó en que, desde hace varios días, el doncel no se hubo presentado ni en los desayunos, almuerzos, o cenas, algo que le llamó mucho la atención y preocupó enormemente.

¿Estará enfermo?

Ninguna de las doncellas o los guardias del palacio le informaron sobre algún inconveniente con el chico, y pensó que quizás era sólo porque el descarado doncel no podía verlo a los ojos. Incluso Kyungsoo le comentó acerca de la ausencia de su anterior kómpos, aunque no recuerda lo que dijo porque ese comentario estaba cargado de palabras altisonantes que el Emperador no estaba acostumbrado a oír ni a decir.

Esa tarde, caminando por los pasillos del palacio se encontró dirigiéndose a la habitación del escurridizo muchacho, y tan sumido en sus pensamientos estuvo que no escuchó la disputa que se libraba dentro. Abrió la puerta y se encontró con Kyungsoo, una doncella, y Baekhyun de rodillas en el piso junto a una cubeta. El doncel no lucía un aspecto sano, estaba pálido, con ojeras poco marcadas en los ojos y se le notaba cansado.

- ¿Qué sucede aquí? –cuestionó de improvisto dejando pasmados a los presentes.

- ... Baekhyun –contestó con simpleza Kyungsoo como si aquello resolviera cualquier duda-. Al parecer la pequeña zorra se está tomando más libertades de las que en verdad posee.

"Tú también", le quiso contestar Chanyeol al oír tan burdo comentario que le lastimó los oídos.

- El joven Baekhyun está enfermo al parecer –le dijo la doncella de voz dulce saliendo en defensa del muchacho en el piso.

- ¡Mentiras! Él sólo está fingiendo para que Chanyeol le tenga compasión.

- ¿Es reciente? –le preguntó de vuelta a la mujer ignorando el mordaz comentario del tercero.

- Pues..., no –confesó apenada y temerosa-, ha estado así toda la semana pero me pidió que no lo comentara.

- Asumiré que ningún médico lo ha visto aún.

- No, Emperador.

Chanyeol se acercó al joven, al acuclillarse frente a él pudo certificar cuan decaído estaba, su respiración agitada y leves temblores en el cuerpo le decían que pronto se desplomaría sin más. Al Emperador aquello no le gustó para nada. Baekhyun era demasiado bonito para verse tan mal por enfermedad.

- Kyungsoo, llama al médico –indicó antes de tomar a Baekhyun en brazos con sumo cuidado y recostarlo en la cama.

- ¿Qué? No lo haré. Tienes muchos sirvientes en el palacio como para que me lo pidas a mi.

- Pero tu posición aquí no es diferente, para mí sigues siendo un sirviente.

Parecía aquello una declaración de guerra que terminaría en catástrofe. Seguramente ni las guerras greco-romanas, o los conflictos civiles eran tan de temer como la ira de un doncel despreciado y humillado.

Kyungsoo no se sintió nada cómodo con que el otro lo tratase de nuevo como un sirviente, uno que limpiaba el piso sumiso y expectante a la siguiente orden de su amo. Sin más, el enano masculló una maldición y se retiró de la habitación dejando claro que no haría lo pedido, por lo que Chanyeol se lo pidió a la sirviente quien se movió con agileza para conseguir al médico. El rostro de Park denotaba un claro disgusto que, si bien era por preocupación, Baekhyun lo interpretó como irritación, molestia por tener que ayudar al traidor.

- ... ¿Has dejado de preocuparte por ti mismo? –recriminó con dureza.

Baekhyun desvió el rostro frunciendo los labios molesto porque otra vez Chanyeol le estaba juzgando sin conocer lo que en realidad sucedía, sin ser consciente de la historia de fondo. Por su puesto, en esta ocasión en particular era mucho mejor aunque no por ello menos molesto o doloroso.

- Debiste solicitar un médico cuando empezaste a sentirte mal.

- No importa –contestó con la voz rasposa y cansada-. Sé cuál es mi enfermedad y no puede ser curada.

"No por ahora", añadió mentalmente el doncel.

- Pero soy yo quien exige saber de tu enfermedad también.

"Mi enfermedad la provocaron tus pasiones desmedidas, tus palabras dulces en mi oídos, y cada empuje de tu cuerpo. Mi enfermedad también la mancillaste con tu salvajismo, con tus palabras hirientes y con tu apetito desmedido por una venganza dolorosa que mi cuerpo coloreó de morado"

Chanyeol bufó cansino antes de retirarse diciendo:

- Poco gana el que lo entrega todo, y nada entrega el que lo gana todo.

"¿Cómo se dice cuando ambos lo entregan todo pero no ganan nada? ¿amor?", estuvo a punto de refutar Baekhyun con aquella soltura de boca que casi nunca tenía.

.....


Después de lo que Baekhyun consideró una media hora apareció el médico en su habitación. Un hombre mayor, de unos cincuenta años pensó Baekhyun, con una túnica color hueso y un bolso de piel de animal. Él se presentó como el Doctor Zhang.

- ¿No quieres que te revise? –le preguntó a Baekhyun con asombro luego de que este le dijera que estaba en perfectas condiciones y que la consulta era innecesaria.

Para el médico, como para nadie, el joven lucía próximo a visitar a Hades. Al médico le preocupaba que se tratara de una enfermedad desconocida y letal para la población.

- ... Yo sí sé que me sucede.

- ¿Y qué es?

- Si se lo digo debe jurar que no se lo dirá al Emperador.

- No puedo prometer tal cosa.

- Entonces no puedo decírselo, ni puedo permitir que me revise.

- ... ¿Por qué no quieres que el Emperador lo sepa? ¿Piensas que te hará daño?

Baekhyun negó inmediatamente.

- Sólo cometerá el error de quedarse con el traidor que dañó su corazón.

...


- ¿Y bien?

- Él joven se encuentra estable, Mi Señor, sólo se ha tratado de una descompensación en su alimentación.

- ¿Sólo eso?

- Así es, no hay nada más que un poco de desnutrición en él. Me parece que ha pasado por momentos de mucha preocupación y tensión, yo le recomendaría que lo mantenga tan relajado como sea posible, y que le brinden una alimentación completa.

"Mala alimentación"

¿Por qué no podía creer en ese diagnóstico?

"¿Qué ocultas Baekhyun? ¿qué es eso que no quieres decirme? ¿tanto miedo te doy?"






...




En Esparta, una misiva era recibida por el Señor Akiloz en su salón a manos de un joven espartano fiel ciervo del hombre.

"Misión fallida"

- Maldita sea.

"Imposible nueva oportunidad"

Pero él no dejaría las cosas tan simples o tan mal.

- ¡Suho!

Uno de sus mercenarios, Suho, se apareció en el salón vistiendo un traje de soldado hecho de acero y un casco con plumas rojas que denotaba su rango dentro del ejército, aunque aquello no le impedía realizar actividades fuera del campo de batalla.

- Ve a Atenas y castiga a Baekhyun por su error.

- ¿Y su hijo?

- Cuando hayas cumplido mi orden, el hijo bastardo de Baekhyun será tu recompensa.

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