Capítulo 12
Bajo el sol de la tarde, en el jardín del palacio se encontraban en una larga y amena charla los tres donceles mientras se servían fruta picada y pequeños bocadillos que Baekhyun pidió que prepararán para ese encuentro. Fue extraño porque Chanyeol le dijo que dispusiera de los sirvientes del castillo a su antojo, aún peor, lo dijo frente a toda la servidumbre por lo que los rumores de que asumiría en lugar como Emperatriz ahora cobraron más fuerza. La situación no era buena porque de por sí ya sentía su corazón alocado por Chanyeol aún más lo estaba por lo que se decía de él.
- Casi no puedo creer cuan cerca está la boda –comentó Tao con nerviosismo.
- Tú sugeriste que se hiciera cuanto antes.
- Lo sé, Min, mas no creí que sería así de rápido.
- Puedo asegurarte que Kris está mucho más nervioso que tú –le dijo Baekhyun llevándose un trozo de melón a la boca.
- ¿Todo está listo ya? –le preguntó el tutor.
- Eso creo, aunque por los nervios bien podría olvidar algo.
- ¿Y has pensado sobre tener hijos?
- Yo sí, Baekhyun, pero no sé si Kris quiera hijos tan pronto.
- ¿Cuál sería el impedimento? En mi opinión no son demasiado jóvenes y el matrimonio es un buen camino para tener hijos con tu pareja.
A Baekhyun le recordó cuando, en una desafortunada noche, quedó embarazado sin estar casado, el padre de su hijo no quiso el compromiso ni mucho menos deseó al niño por lo que tras fallar en su intento de convencer al doncel de abortar con una partera, este lo acusó con el Señor Akiloz para que fuese apedreado y, con suerte, perdiera al bebé. Fue un verdadero milagro, que agradecería su vida entera, que el Señor de Esparta fuera indulgente y le permitiese vivir, pero nada es gratis en la vida, no todos son buenos samaritanos. Ahora su acreedor exigía el pago de su amabilidad de la peor forma imaginada, debía asesinar a Chanyeol o sería la vida de su pequeño Tassos la que se cobraría. Empero no quería perder a ninguno de los dos.
- Kris teme ser muy severo con nuestros hijos, siendo un General del ejército es entendible que esté acostumbrado a dar órdenes.
- Él no te trata como a uno más de sus soldados, ¿o sí? –Tao negó.
- Por Zeus, Baek, no creo que a sus soldados les lleve flores o se los folle en las noches.
La broma dicha por Minseok causó un gran sonrojo en el pálido rostro del ojeroso y provocó también que saliera su lado posesivo.
- Kris sólo tiene esas atenciones conmigo.
- Entonces no hay nada de qué preocuparse. Como padre será estricto cuando deba y le dará todo el amor que tiene. No hay nada de malo tener un poco de mano dura con tus hijos.
- ¿Y tu Baek? –contraatacó Tao- ¿Has pensado en tener hijos?
- ... Yo, la verdad es que...
Baekhyun lucía nervioso y con un deje de tristeza en la voz, no supo si debía o no revelar la verdad, tal vez lo mejor era decir la mitad de la verdad, aquella mitad que no dañaría a nadie.
- ¿Baek?
- Tengo un hijo –soltó ante la insistencia del doncel comprometido.
- ¿Un hijo? Entonces debes estar casado, y si es así, ¿qué haces aquí con Chanyeol?
La voz de Minseok sonó un tanto molesta como si las suposiciones que hizo le dijeron todo, pero estaba equivocado.
- No estoy casado.
- Deberías estar muerto –comentó Tao con un poco falta de tacto.
- Entonces soy un fantasma –bromeó Baek con una sonrisa triste-. Tuve a mi bebé fuera del matrimonio, me llevaron a juicio con el Señor de Esparta, Akiloz, y el decidió perdonar mi vida.
- ¿Por qué lo haría?
- Dijo que en un futuro cobraría su favor, y lo hizo enviándome como un regalo al Emperador.
- ¿Qué pasó con tu bebé? –preguntó preocupado Minseok.
- Lo cuidan en casa de Akiloz las sirvientas.
- ¿No lo tendrás de vuelta?
- Si su Majestad se cansa de mí entonces podré regresar a Esparta y con mi hijo.
- Lamento decir esto, Baekhyun, pero no creo que él vaya a dejarte ir muy pronto.
Odió escucharle decir eso a Tao, en primera porque era una gran mentira, porque cuando lo asesinara no tendría oportunidad de si quiera refutarle su partida. Lo peor era que Baekhyun tampoco quería dejar a Chanyeol, ojalá pudiera tener a ambos.
- ¿No se te ha ocurrido pedir su ayuda?
- ¿La de Chanyeol? ¿Cómo podría él ayudarme?
- Es el Emperador, ni el mismo Akiloz puede ir contra su palabra.
- No quiero involucrarlo en mis problemas, no sería justo para él.
- A veces eres demasiado noble Baekhyun.
Esa era otra gran mentira, de noble Baekhyun no tenía más que su apariencia, ser bueno en este punto era algo que no podía tribuirse a sí mismo; él se creía a la par del peor criminal en toda Grecia, y como tal merecía ser tratado, pero Chanyeol era demasiado bueno como para eso. Una de las razones por las que lo amaba era esa, porque lo trató con cariño, paciencia y dándole el valor como ningún otro hizo antes.
- Serás una buena Emperatriz.
Cerca del anochecer, Baekhyun se despidió de sus amigos y regresó al salón del trono, entró sin llamar ni anunciarse mediante un soldado; sólo abrió la puerta sin cuidado pues suponía que la sesión del día hubo terminado ya, pero no contó con encontrarse con los asistentes del Emperador, guardias y un joven frente a Chanyeol. Se sonrojó ante su imprudencia. Chanyeol sonrió de medio lado al verlo y le indicó con la cabeza que se acercara. Caminó recto y con la cabeza gacha para evitar las inquisidoras miradas de los presentes, al llegar al trono tomó asiento sobre las piernas de Chanyeol.
- Prosigan –demandó Chanyeol ante el asombro de los soldados presentes y especialmente de aquel joven, blanco, de cabello negro, ojos grandes y labios carnosos. A Baekhyun le pareció un joven muy hermoso.
- Como decía, el Señor de Tesalia, ha enviado un agrado para usted, un joven que podría incluir a su Harem.
Baekhyun se dijo que Chanyeol no tenía un Harem, no uno formal hasta donde sabía, y se preguntó si tenía la intención de establecer uno en el palacio. Eso le dolería mucho.
- No poseo un harem y no he concebido la idea de formar uno.
- Oímos que tenía un kómpos.
- Sólo uno, por ahora no me interesa poseer otro.
- Podría reemplazarlo –le dijo el joven con cierta arrogancia viendo con desdén a Baekhyun.
El doncel se apegó a Chanyeol y él le acarició la cintura viendo con diversión al impetuoso joven.
- No tiene porqué conformarse con él si yo estoy aquí.
- ¿Qué dices, Baekhyun, te gustaría tener un compañero? –le preguntó con sorna no teniendo la intención de realmente acceder a la petición del muchacho pelinegro.
- ... Eso no depende de mí, Señor –contestó Baekhyun con la voz apagada.
- ¡Vaya! Aceptaré el regalo –el joven se relamió los labios sintiendo la victoria en sus manos-, hace tiempo que necesito un nuevo sirviente para el palacio.
- Pero –trató de refutar el otro.
- Es todo, pueden retirarse.
Cuando el salón quedó vacío, Baekhyun abrazó a Chanyeol hasta casi asfixiarlo por la emoción de que no sería reemplazado por ningún muchachillo petulante con aires de hijo de Afrodita.
- Gracias.
- ¿Tuviste miedo de que aceptara?
- Sí.
- Te diré que es un temor absurdamente infundado porque ni ese joven ni nadie podría reemplazarte, no al menos para mí.
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