🌸🍃| U N O |🍃🌸

El sonido de las gotas de lluvia atravesando el agujereado techo hacían eco en aquel pequeño templo en el que se encontraba refugiado el cuerpo semi inconsciente del joven de cabellos platinados, poco a poco su percepción se ajustaba al estado en el que se encontraba, abrió su ojo derecho con pesadez, al lograr enfocar la vista pudo encontrarse con un techo de madera vieja y destartalada cubierta de agujeros y goteras, poco a poco los recuerdos venían a su mente, la lluvia, el dolor, la sangre, Obito, y la misión, se levantó de manera abrupta sintiendo una vez más la punzante herida en su abdomen soltando un quejido, tocó su ojo izquierdo sintiendo un nuevo vendaje, al menos no dolía como antes, trato de levantarse con mucha dificultad y al lograrlo cayó en cuenta de que estaba cubierto por una pequeña manta, examinó a su alrededor descubriendo un pequeño equipaje en la esquina de la habitación del cual sobresalía un antiguo pero fino Shamisen, escuchó el traqueteo de venía desde fuera, se puso alerta tratando de tomar su tantô, pero para su sorpresa no estaba ahí, se fijó en si mismo llevaba la misma ropa que ese día, salvo que no estaba cubierta de sangre, estaba limpia, rápidamente buscó con la mirada su estuche de armas, una vez que lo vio rebuscó encontrando una afilada kunai, fue entonces que la puerta corrediza se abrió, ignorando por completo el dolor de su heridas se abalanzó sobre la persona que se disponía a entrar, la tomó del cuello con fuerza y la sometió en el piso apuntando la afilada hoja a su garganta listo para asestar el golpe final.

Abrio su único ojo bueno más de lo normal al percatarse que no era más que una joven chica de cabellos azabache y ojos color onix que lo miraban con evidente miedo y pánico, su respirar era irregular, podía percibir el temblor del cuerpo contrario que se retorcía tratando de liberarse.

- No me mates...

Dijo tratando de recuperar el aire bajo el apretado agarre de su cuello, el peli plata se levantó mientras que la joven se alejó rápidamente tosiendo de manera inmediata.

- Lo siento, creí que no eras de fiar...

Soltó tambaleándose sintiendo el efecto de la adrenalina desvanecerse decayendo en el dolor de sus lesiones.

- Si no fuera alguien de fiar te habría dejado morir en la lluvia ¿no crees?.

Soltó levantándose y sacudiendo su desgastado kimono violeta claramente ofendida.

- ¿Así resuelven las cosas los shinobi?

Preguntó entregándole su banda metálica en la cual estaba grabado el símbolo de la aldea oculta de la hoja, una de las más grandes potencias shinobi del territorio del fuego.

- Dame eso...

Exigió estrechando su mano a lo que la chica se mordió el labio inferior retrocediendo instintivamente.

- Tómalo, no quiero que me ataques otra vez...

Dijo pasando de el dispuesta a buscar algo entre su equipaje.

- Dormiste por cuatro dias, tus heridas eran graves, están cicatrizando rápidamente pero aquí hay un ungüento de hiervas que ayuda a la cicatrización y la desinfección de la piel, te dejé algo de arroz con pescado, si te llega a dar fiebre debes tomar mucha agua, te sentirás mejor en un día o dos, no pude conseguir más comida, ha llovido demasiado.

- Ah, gracias-

- Shizune, mi nombre es Shizune.

Sonrió leve, mientras que el chico abrió la boca para luego cerrarla una vez más, al parecer había causado molestias en la chica, sin contar con que casi le corta la garganta.

- Lamento lo de hace rato.

Dijo agachando la mirada.

Shizune: Tranquilo, no hay problema.

Respondió acariciándose el cuello cuya piel había empezado a enrojecerse producto de la violenta presión ejercida, el chico apartó la mirada algo apenado.

Shizune: Ven a comer, no seas tonto, tienes que recuperar energías.

Le sonrió de manera espléndida entregándole un pequeño cuenco con arroz y pescado ahumado.

- Si, gracias.

Cedió el joven shinobi sentándose a su lado.

- Soy-

Shizune: No mientas, no hace falta que me digas tu nombre, respeto la confidencialidad de tus actos.

Le codeó giñandole un ojo sonriendo cómplice, a lo que el peli plata se limitó a asentir para luego comer en silencio, la chica tenía razón, no tenía porque decirle nada, además de que pronto tendría que irse, debía alcanzar a Obito, en cuanto la chica se durmiera el se iría sin despedidas ni cosas así, por una parte se sentía un desagradecido, pero como el bien había dicho, un shinobi antepone la misión ante cualquier cosa.

Shizune: ¿A donde te diriges?

Habló con la boca llena, de pronto tragó.

Shizune: Ah, cierto, eres un ninja, no me digas, de seguro es secreto, wow,  ser un ninja debe ser muy complicado...

Susurró mientras que sus ojos resplandecian reflejando la emoción y la curiosidad, el chico se sintió abrumado con tantos comentarios, preguntas y especulaciones sin sentido, ¿que acaso no se cansaba de hablar tanto?, fingía susurrar cuando en realidad hablaba tanto y tan fuerte que juraría que las personas de otro pueblo la oirian sin problemas.

Shizune: ¡¿Es cierto que los ninja pueden caminar sobre el agua?!
¡Una vez escuché a un hombre que dijo que los ninjas eran capaces de manipular las cinco naturalezas utilizando algo llamado chakra! ¡¿es cierto todo eso?!

Negó con la cabeza tratando de controlarse para no costurarle los labios.

Shizune: Ahora que lo pienso, aunque así fuera, lo negarías.

Concluyó concentrada.

Shizune: Wow ya oscureció, lo lamento no paro de hablar y hablar, debes descansar, tienes que quedarte un día o dos, una vez que mejores te dejaré ir, pero para eso debes hacer todo lo que yo te diga.

Le regañó para luego sonreír.

Shizune: Tranquilo, estaré vigilando así que cualquier cosa que pase gritaré y te despertaré, hay muchos mequetrefes una vez que oscurece, tu duerme tranquilo, yo me encargo.

Informó comodandolo sobre el suelo apoyando su cabeza con una tela rellena de hojas para luego entregarle una vieja y polvorienta manta al peli plata que se recostó sin protestar, ella tomó su Shamisen y se fue al otro rincón de la estancia.

Shizune: ¿No te molesta si toco?

Al preguntarle el chico le dio la espalda sin decir nada, fue entonces que la chica rasgó las cuerdas tocando una suave melodía acompañando a la incansable lluvia que les hacia compañía desde fuera, más el joven shinobi estaba lejos de quedarse dormido, sabía que la despistada chica se dormiría en algún momento, en cuanto eso sucediera el se marcharía, no podía permitir que Obito continuara solo, debía alcanzarlo y apoyarlo, agradecía la ayuda de la chica pero su mejor amigo y la misión que a ellos había sido asignada era prioridad, no sabia exactamente que vendría después.

" Wow, ser un ninja debe ser muy complicado..."

Vaya que lo era, el no saber cuando es que llegaría la hora, de misión en misión, de batalla en batalla con la muerte pisandote los talones, verse a sí mismo en un espejo y no ver más que a un vulgar asesino que se oculta en las sobras, sin voluntad, sin hogar, sin corazón, sin futuro, no tenia nada, nada más que a su mejor amigo Obito, el cual le había demostrado muchas cosas desde que lo había conocido, el cual le había dado su amistad incondicional a los largo de los años, ambos había ingresado a la academia cuando tenían cinco años, y egresaron tres años más tarde asumiendo misiones de menor rango, pero la habilidad creciente en ambos los armó para campos más exigentes, mentiría si dijera que había estado exento de tropiezos pero era parte de su oficio.

Soltó un pesado suspiro mientras miraba la pared fijamente, hacia ya bastante tiempo que el sonido se las cuerdas del Shamisen se habían apagado con el correr de las horas, se volteó llevándose la sorpresa de que la chica se había quedado dormida afirmada en la pared que daba a la puerta podía escuchar los dientes castañeantes de la chica producto del crudo frío, la lluvia seguía sin dar tregua, era extraño que lloviera en primavera sin duda le había tomado por sorpresa, tomó la manta y la situó encima de ella que se aferró como si su vida dependiese de ello, salió en silencio mirando la gotas de lluvia que cubrían el manto de la noche, volvió alistando sus cosas y se quedó sentado esperando a que llegase la madrugada, debía partir a Konoha lo antes posible, probablemente su compañero no había avanzado tanto producto del clima, confiaba en el y en sus habilidades, pero no podía evitar preocuparse por lo que sea que fuese a ocurrir, debía ser paciente y esperar.

Continuará...

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Espero le haya gustado.

Los quiere y aprecia.

Linaly Rose

Rose

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