Capítulo 6

6. La despedida.

Ashley

Hoy se cumplen tres semanas desde que estoy aquí, y recién estos días me comencé a llevar bien con las muletas como para poder salir de la habitación por las tardes.

Voy despacio al cuarto de Jack, aunque todavía no estoy segura si llamar a su puerta, puede que esté Allison y no quiero tener problemas. Le mando un mensaje, y espero la respuesta, aunque no está en línea. Me acerco un poco más a la puerta y comienzo a oír una conversación un poco agitada.

— Ya te he dicho que no puedo Ally, no es por ti — la voz de Jack se escucha un poco distorsionada, pero aun así reconozco que es el.

— ¡Pero estábamos planeándolo juntos, ya está casi terminado! — increíblemente reconozco esa voz, y los recuerdos del sueño vuelven haciéndome sentir bastante molesta por su tono.

— ¿Podemos hablarlo luego? — Jack baja el volumen y debo acercarme más para escuchar —. No creo que sea el momento ni el lugar.

— Siempre quieres que todo lo hablemos luego.

— No tengo opción Ally, será solo un tiempo.

— Nunca tienes otra opción Jack, ese es tu problema.

Siento unos tacones acercándose a la puerta e inmediatamente me alejo hacia el pasillo esperando que no me vean.

La puerta se abre y sale ella. Todavía sigo impresionándome por lo real del sueño.

Tiene el cabello rojizo y largo hasta un poco debajo de los hombros perfectamente peinado y planchado, está vestida como si fuera sacada de una revista de modas, un sweater de cuello alto negro y unos jeans blancos con tacones a combinación.

Comienzo a sentirme un poco frustrada con el pijama que es evidentemente unos talles más grandes que el mío.

Allison camina apresuradamente por el pasillo en dirección a los elevadores. Detrás sale Jack, quien parece que no me nota.

— No te vayas así — dice demasiado bajo. Ella ya está bastante lejos, a punto de entrar al ascensor.

Está por volver entrar a su cuarto otra vez, hasta que mira hacía mi dirección notando que ahí estoy.

— ¿Hace cuanto estas ahí? — pregunta con mala cara.

Apoya un brazo sobre el yeso en un intento de cruzarlos, haciendo que así se le marquen algunos músculos debajo de su remera gris.

— No mucho — aprieto los labios con vergüenza.

Odiaría que crea que soy una chismosa.

— ¿Escuchaste eso?

— Algo..., pero solo el final — me explico rápidamente. Me doy cuenta que estoy hablando como idiota así que me digo a mi misma que debo calmarme. — ¿Quieres hablar?

Se queda inspeccionándome unos segundos. Analiza mi rostro y comienzo a pensar en todas las malditas cicatrices que todavía siguen moradas, principalmente mi ojo y pómulo.

Niega y vuelve a distenderse.

— Preferiría no hacerlo, pero si quieres podemos irnos a escribir afuera.

Me relajo un poco, pensé que se enojaría por estar escuchando conversaciones que no debo.

— Deberás seguirme el ritmo, voy lento todavía.

— Bien sonrisas, espera que tomo las cosas y vamos — me sonríe volviendo a la normalidad.

Ese estúpido apodo me hace sentir cosas extrañas y me tengo que reprimir para que no se note. Vuelve a su habitación, y luego de unos minutos sale con la mochila en el hombro.

— Bien, sonrisas, vamos — se acomoda a mi lado y camina a mi ritmo bastante lento —. Lindo pijama, por cierto — se burla con media sonrisa.

— ¡Ja! Sigues siendo tan gracioso como ayer — ruedo los ojos.

Subimos al elevador y él aprieta el botón hacia la planta baja.

— Soy más gracioso que Connor.

— ¿Comenzarás con eso otra vez?

Las últimas semanas fueron insoportables cuando estos dos idiotas se cruzaban, lo único que hacían eran mandarse insultos ocultos en estúpidas bromas. Parecían dos niños peleando por un juguete, y en este caso el juguete era yo. Connor repetía que a mi me conoce hace más tiempo, y Jack decía que a pesar de eso yo era su mejor amiga.

Lo más divertido de todas esas discusiones era Alex y su estado neutral. Los mirábamos como un partido de tenis en donde ninguno tenía razón, porque ninguno tuvo en cuenta la amistad, casi hermandad, que comparto con mi ex vecino.

— Claro que sí, nosotros tenemos más conexión.

Al fin llegamos al patio, y como esperaba, no hay nadie en el lugar, así que nos vamos a uno de los bancos más amplios que está un poco escondido debajo de un árbol.

— No voy a comenzar esa discusión, son diferentes casos.

— Es verdad, él está enamorado de ti — me susurra como si fuera un secreto entre los dos.

— Eso no es verdad — lo empujo un poco para que se aleje de mí.

— Sabes que lo es —. Ruedo los ojos ante su interpretación. — Es tan evidente — dice como si hubiera descubierto el secreto mejor guardado —. ¿Por qué no sales con él? Claro... además de que es idiota, aunque parece no importarte.

Me pasa la laptop, aunque tenemos tiempo porque solo nos queda el último capítulo.

— No lo merece — confieso bajando un poco la voz —. No creas que lo digo de forma arrogante. Sería egoísta darle ilusiones cuando yo soy como soy, no merece pasar por eso.

— No entiendo... ¿a qué te refieres?

— Ahora estoy bastante rota, y no lo digo solo por estas cicatrices — intento bromear, pero el solo se queda mirándome fijo —, lo digo porque debajo de toda esa fachada, el es un chico bueno, y yo solo llevo problemas a quien esté cerca mío...

— Estás diciendo estupideces — me corta antes de seguir con mi monólogo.

Su mano atrapa mi muñeca y la acaricia.

— No me conoces — saco mi mano con disimulación.

No necesito que diga nada, solo le dije lo que pienso, y ahora me arrepiento un poco de haberme ido de boca.

— Claro que lo hago, te conozco demasiado.

— Conoces a la Ashley del sueño Jack.

— Estamos hace casi un mes aquí encerrados, hablamos todos los días ¿y aun así crees que no te conozco?

— Yo...

— No, ahora déjame hablar — se acomoda poniéndose frente a mi — eres una de las personas mas buenas que conozco, tienes carácter y tú también intentas tener un disfraz que no sirve porque siempre terminas mostrando que, en realidad, muy en el fondo, eres la chica del sueño.

— No soy la chica del sueño...

— Eres perfecta así —, susurra acercándose un poco más a mi y apoya su mano en mi mejilla — eres maravillosa Ashley.

Nuestros rostros están demasiado cerca, y creo que se me ha cortado la respiración porque olvidé cómo hacerlo. Bajo la mirada con un poco de timidez que es bastante impropia de mí, así que me obligo a volver a sus ojos. Trago en seco al notar que su mano ahora viaja a hacia mi oreja, colocando mi cabello detrás de ella.

— ¿Qué haces? — susurro entrando en pánico por dentro.

— Lo siento.

Se aleja de mí de repente y aprieto los labios ante mi estúpido exabrupto. Si me mantenía callada tal vez... ¡no!, él no me hubiera besado, y yo tampoco quiero que Jack me bese. El tiene novia y mañana ya no nos veremos más.

— Iré a comprar algo para comer — se levanta con rapidez —. ¿Tu quieres algo?

— Lo que tu compres — contesto intentando sonar normal.

Espero que mi tono de voz no me delate, pero mi corazón aun sigue latiendo con demasiada rapidez, y siento ese vacío horrible en el medio del estómago luego de todo eso.

Tomo la laptop y abro el documento nuevo para comenzar escribir el final.

Como si fuera real todo comienza a pasar por mi cabeza, el aroma de su perfume para ocasiones especiales, las diferentes texturas que tenía el vestido, el calor de su saco sobre mis hombros, y el maldito sentimiento al tenerlo cerca, como si nunca en mi vida podría encontrar a alguien como a él.

¿Qué haré cuando salga de aquí? ¿Cómo se sigue la vida luego de haber conocido a Jack Douglas? ¿Cómo era mi vida antes de ese sueño y el maldito accidente?

No puedo ni siquiera imaginarme que haré en un edificio abarrotado de gente sin tener a Jack a mi lado, y por el momento odio ese sentimiento, porque no debería ser así. Yo debería ser lo suficientemente capaz de olvidar lo que fue solo un sueño y seguir mi vida, pero el pánico de volver a lo de antes me ataca como nunca.

Sigo escribiendo lo que recuerdo del sueño, pero ahora con otra sensación. Siempre fue algo bastante neutral todo esto, solo sentía lo que mi "yo" de Castle Combe sentía. ¿Pero ahora? Ahora solo tengo ese perverso presentimiento de que voy a tener que seguir sola.

— No había mucho, solo conseguí gomitas y chocolates.

Jack aparece ante mí como si fuera un fantasma. Estaba tan sumida en mis pensamientos que casi no noté que él estaba a mi lado.

— Algo es algo — me encojo de hombros, ahora ocultando que estoy volviéndome loca con la despedida.

El se sienta a mi lado, y deja una distancia prudente que me hace sentir un poco rechazada, aunque ni siquiera entiendo lo que me pasa. Desde mi vista periférica puedo notar que le está costando abrir el paquete de gomitas, así que tomo el pequeño empaque de sus manos y con un tirón rápido lo abro.

Hay un silencio incomodo a nuestro alrededor, y me comienzo a poner un poco nerviosa cuando lo siento mirándome fijo.

— Siento lo de antes, no sé qué me pasó — lanza luego de unos segundos de estar mirándome como un psicópata.

— Olvídalo, no fue nada.

— ¿Estamos bien?

— Claro que si — me giro un poco para verlo de frente —. No pasó nada, solo dijiste lo que pensabas..., gracias por eso.

Me sonríe no muy convencido.

— ¿Por dónde vas?

Se que quiere cambiar de tema y lo acepto, yo tampoco estoy lo suficientemente cómoda ante todo esto.

— Está a punto de comenzar la carrera — susurro cerrando los ojos.

Intento concentrarme en cada detalle, pero por alguna razón el recuerdo comienza a volverse borroso. Comienza a comportarse como un verdadero sueño, como esos que quieres recordar porque sabes que fueron increíbles, pero igual tienes que hacer demasiado esfuerzo porque no puedes controlarlo.

El se acerca para mirar la pantalla y lee lo último que escribí en voz baja.

"El motor de un auto a nuestro lado nos tensa a los dos y nos hace separarnos. Miramos por la ventanilla que Jack mantiene abierta y un rostro conocido nos dedica una mirada jocosa, como si estuviera disfrutando del momento."

— Ahí aparece Will — afirma un poco más lúcido que yo.

Pasa la mano por su cabello y al igual que yo hace unos momentos, cierra los ojos por unos instantes.

— No puedo recordarlo bien, no se que pasa.

— Puedo narrarlo — se ofrece volviendo a la normalidad —. Yo dije mierda unas cuantas veces, luego tu me diste un poco de apoyo moral para que gane y encendimos la radio.

— ¿Puedes ser un poco más específico, Jack?

— Espera, pondré la canción y tal vez lo recuerdes.

— Eso sirvió la primera vez — asiento buscando el celular en mis bolsillos.

Tecleo Wonderwall en el buscador y aumento el volumen para que ambos podamos escucharlo.

"Today is gonna be the day, that they're gonna throw it back to you..."

El sonido de la canción me transporta a los sonidos de los motores, el humo en el ambiente y el frío que se colaba por debajo de mi vestido congelándome por dentro, pero siendo combatido por la adrenalina de las carreras.

Comienzo a escribir palabra por palabra lo que nos dijimos. Mi mano pasando por su cabello, el que estaba un poco más corto que el de ahora; sus labios sobre los míos, el sabor de sus besos y su efecto tranquilizante que me dejaba complacida; La mezcla de nervios que ambos sentíamos por estar metidos en eso otra vez, como si yo en algún momento lo hubiera podido dejar atrás.

En el fondo podía sentir un pequeño pinchazo de felicidad, porque sabía que, a pesar de toda esa mierda ilegal, él estaba ahí, al fin había encontrado a alguien que sintiera lo mismo que yo, con quien podía sentirme yo misma, sin tapujos ni disfraces.

Mientras escribo la parte del choque, el accidente real se viene a mi cabeza, el golpe horrible que me dejó la marca en la parte posterior de la cabeza, luego la herida contra el vidrio que me dejó la marca sobre la frente, y el golpe seco en mi mejilla que ahora sigue teniendo ese tono morado que me hace ver bastante deplorable.

Como si no quisiera, los ojos de Jack asustados llegan a mi memoria, y no estoy segura de si es el sueño o la realidad.

— Estaba asustado como la mierda — comenta como si hubiera leído mi mente.

— ¿En el sueño o en la realidad?

— En ambos. En el sueño creía que te había matado, sentía que iba a perderte para siempre y tenía miedo de continuar vivo luego de eso — aprieta los labios y niega intentando borrarlo —. En la vida real me culpaba por todo lo que había hecho, no deberíamos haber llegado a eso, lo siento tanto.

Comienzo a sentir el pánico en su voz, supongo que a él le afecta tanto como a mí, a veces olvido que no soy la única involucrada de la historia.

— Oye, fue solo un accidente — dejo la laptop a un lado y doy media vuelta haciendo que me mire de frente —. Ambos sabemos lo que pasó, no debes darme explicaciones, y menos disculpas, ya está.

Sin decir más, y como puedo, me abalanzo sobre él. Paso mis brazos por sus hombros y nos fundimos en un abrazo. Acomodo mi cabeza en su pecho y me quedo ahí, recibiendo su calor. El tarda un poco más en reaccionar, pero pasa sus brazos por mi cintura y me acerca con fuerza, como si en serio necesitara ese mismo contacto.

— Te quiero, Ash — susurra contra mi cabello.

La maldita sensación que no podía borrar, ahora se acrecienta, haciéndome sentir cada vez más miserable.

— Yo a ti, Jack — respondo de la misma manera.

Nos separamos despacio luego de estar demasiado tiempo en la misma posición.

— Bien, creo que terminamos esto — le aviso cuando pongo el punto final.

— Ponlo en un archivo compartido así también lo puedes tener.

— Bien, hazlo tú porque no se muy bien cómo es eso.

Nos levantamos luego de ordenar un poco todo lo que dejamos, y volvemos lentamente a su cuarto, con un silencio de velorio que me pone un poco melancólica. Creo que estoy dramatizando, pero conozco perfectamente las despedidas.

Llegamos a su puerta y nos quedamos mirando el suelo, como si nos fuera a decir que debemos hacer ahora para continuar.

— Bien, creo que seguiremos en contacto — digo tomando mis muletas.

No quiero alargar mucho más todo esto, nunca fui buena.

— Claro, si vas a Cambridge ya sabes a quien llamar — asiente con media sonrisa.

— Adiós.

Paso una de mis manos por su mandíbula y la dejo en su nuca para sostenerme. Como puedo me pongo de puntillas, y dejo un beso en su mejilla.

Sin mirarlo otra vez sigo el camino hacia mi puerta.

No tengo idea de que ha pasado este último mes, pero ahora solo quiero borrarlo de mí. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top