-siempre me pregunte quien soy o quien podría llegar a ser- hablaba para reconfortarse a si misma una señorita de un cabello negro cual carbón desde sus raíces hasta que en las puntas se volvía un suave y delicado lila, tan largo que tenia que amarrarlo con una delicada coleta.

 -se quien fui y que he hecho para merecer a las personas y cosas que me rodean... pero faltan cosas para entenderlo mejor- la pollina de su cabello cubría un ojo dejando ver un verde esmeralda fuerte y potente igual al de su madre.

camino en la penumbra de su habitación la cual se iluminaba sutilmente con un candelabro.

-tuve una madre no muy agradecida, siempre pretenciosa ante el poder sobre las razas- la dama agarra el candelabro y se acerca hacia su reflexión que se posaba en el espejo -en cuanto a mi padre... El la amo, pero el egoísmo de mi madre siempre fue la prioridad. Dejando a si hija con un con su pobre, desdichado y triste padre por la perdida de su esposa el cual se volvió loco al tener recelo al mundo por miedo a que igual que mi madre lo deje. Pero sus cuidados se volvieron tóxicos, dejándome sin más alternativa que matarlo-  le ofrece una sonrisa nostálgica a su reflejo. 

la dama camina hasta su cama su cama mientras sus parpados pesados adornan sus ojos los cuales sufrían de heterocromia. Teniendo un ojo verde esmeralda y el otro de un color azul tan claro que parecían de cristal.

-buenas noches conciencia, espero esta noche pueda descansar...-se acuesta en su cómoda cama y agarra un libro con un pergamino dentro- espero mañana poder rebelarte a ellos...-