Una amarga despedida (parte 1)

-...Isabel.

Nada más escuchar el nombre de su querida amiga, Valeria bajó corriendo las escaleras con tanta rapidez que casi parecía que iba a caerse, pero no le importó nada. Solo quería abrazar a Isabel, quien la recibió con los brazos abiertos.

La joven lloraba amargamente mientras la mujer sólo la abrazaba con amor y poco a poco, todos sus ahora ex compañeros se fueron acercando para unirse al abrazo.

Aquel acto no sorprendió para nada a los jueces, pues estos eran muy conscientes de lo mucho que apreciaban a aquella maravillosa mujer, incluso Samantha no pudo evitar que se le escaparan algunas pequeñas lágrimas.

-Vamos chicos, no estéis tristes- animaba Pepe con rastros de lágrimas en sus ojos-. Puede volver a la repesca.

Ninguno de los concursantes hizo caso de lo que les decía el chef, ya que estaban demasiado tristes como para escuchar nada.

-Vamos, vamos, vamos- pidió Isabel con una sonrisa-. Volveré, lo prometo.

-Tienes que jurarlo, sino no funciona- señaló Kat intentado no hacer hipos.

-Lo juro por vosotros.

Dicho esto, Isabel se acercó a los jueces para abrazarles y decirles lo mucho que había disfrutado, además de agradecerles por todo lo que le habían enseñado para finalmente salir por la puerta.

Ninguno de los concursantes podía apartar la mirada de la puerta hasta que Jordi les dio un toque de atención para que se fueran dirigiendo hacia la casa.

Valeria fue la última en apartar la mirada y cuando se giró se topó cara a cara con Raúl,  el cual la miraba victorioso.

Pero antes de que la chica pudiera alcanzar a sus compañeros, el chico se acercó a ella sin pudor alguno.

-Yo que tú no albergaría tantas esperanzas- susurró-. Puedo encargarme de que tu "querida Isabel" no quiera volver a pisar una cocina en su vida.

Cuando todos llegaron a la casa, pocos fueron los que quisieron comer algo, pues el día había estado lleno de emociones y lo que más deseaban era irse a la cama, pero antes de hacerlo, Valeria no pudo evitar entrar en el cuarto de Isabel.

Todo estaba vacío, como si nunca hubiera estado allí.

Más tarde, mientras todos dormían, Valeria era incapaz de conciliar el sueño, pues entre la salida de Isabel y el rostro de satisfacción de Raúl, su mente no conseguía despejarse, por lo que decidió salir del cuarto para prepararse un refrigero que la ayudara a dormir, peo nada más llegar a la cocina, se fijó que entre los ventanales se movía una sombra que se colocaba frente a la puerta de la entrada y a pesar de estar muerta de miedo, decidió abrirla para toparse con una persona a la que no esperaba ver, pero que le debía muchas explicaciones.

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