Miedo
Después de probar todas las elaboraciones de los concursantes, Valeria pudo respirar tranquila al ver que ninguno de sus amigos había sido expulsado.
-No veas lo acojonada que estaba- señaló Raquel.
-Pues sí, yo pensaba que me iba a dar un infarto- dijo Elena a su lado.
-Bueno, pero ahora todo a acabado- respondió Isabel intentado tranquilizar a los jóvenes.
-Tienes razón Isabel, ahora será mejor que nos vayamos a casa- opinó Hugo.
Al llegar a la vivienda todos los concursantes se reunieron al salón para hacer una pequeña celebración por haber superado las pruebas del primer programa.
Muchos se quedaron hasta tarde pero cuando Valeria, quien era la última que se había quedado para recoger el salón empezó a subir la escalera para ir a su habitación apareció Raúl, el cual parecía que llevaba esperando un buen rato para hablar con ella.
-Debes de tener mucha suerte- dijo el chico con voz fría a la vez que se acercaba a ella.
-¿Qué?- cuestionó la chica con voz ahogada.
-Que tú no deberías estar aquí- contestó enfadado-, tú deberías seguir viviendo una patética vida.
Si Raúl ya era un tipo que daba mala espina, aquella forma de hablarle ya había sido suficiente para darse cuenta de que aquel chico podía se capaz de hacerle daño.
-Estoy aquí porque han visto que tengo talento- se defendió con voz temblorosa.
De repente, Raúl le agarró el brazo con tanta fuerza que Valeria no pudo evitar soltar un pequeño grito.
-No me tomes por imbécil estás en el programa porque no eres más que un ser mediocre que no merece la pena- respondió Raúl cada vez más enfadado.
Valeria muerta de miedo, intentó zafarse de él pero Raúl seguí apretándole el brazo sin intención de soltarla.
-Suéltala ahora mismo- ordenó una voz en la oscuridad.
Entonces Raúl encendió las luces encontrándose con Alex a unos pocos pasos de ellos con una expresión enfurecida.
-Vaya si ya está aquí el príncipe que viene a salvar a la princesa- se burló Raúl.
-Te daré una paliza como no la sueltes ahora mismo- volvió a amenazarle.
Al ver que Alex hablaba muy enserio, Raúl soltó a Valeria para dirigirse a su habitación.
-¿Estás bien?- le preguntó muy preocupado.
-Si- contestó la chica aún con el miedo en el cuerpo.
Tras despedirse de su amigo, Valeria se dirigió a su cuarto procurando hacer el menor ruido posible para no despertar a Kat, pero en cuanto se metió en la cama no pudo dormirse hasta bien entrada la madrugada, pues la imagen de Raúl amenazándola siguió rondado por su cabeza como una terrible pesadilla.
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