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El olor a comida y las voces de las demás personas acompañando en la cafetería, era lo que se vivía en un día normal en el receso escolar.
Alya y Nino que yacían sentados comiendo en una mesa, miraron con extrañeza como Adrien entraba totalmente decaído a la sala, solo.
-¿Estas bien?
Preguntó el de gorra a su mejor amigo que llegaba a sentarse a la mesa tratando de no soltar sus lágrimas.
-No, Marinette no me ama.
Ambos pensaron que se trataba de una broma, hasta que después de segundos entendieron que hablaba enserio.
-¿De que estas hablando? Ella te adora. Lo menciona cada momento que puede.
Adrien con dolor negó mientras Nino le daba leves palmaditas en su costado, mirando como sollozaba en silencio.
La morena al ver que algo estaba extraño, estaba por levantarse a buscar a su amiga, hasta que la miró totalmente concentrada en su libreta.
-Marinette ¿Qué le dijiste a Adrien?
Preguntó Nino al ver como ella se acercaba a la mesa sin siquiera haber levantado la vista a donde ellos.
-Solo la verdad, ahora si me disculpan, estoy tratando de concentrarme.
Adrien comenzó a llorar más fuerte mientras Alya miraba con enojo todo.
Bien, ¿Donde estaba el akúma?
-¿Qué te sucede? ¿Por qué dices que no amas a Adrien de la noche a la mañana?
La ojiazul por primera vez en la hora alzó su mirada de la libreta, totalmente extrañada.
-¿De que hablas? Yo amo a Adrien.
Los tres miraron con confusión todo hasta que Marinette pareció entender.
-Oh, ya recuerdo. El problema es que él piensa que tengo macarons, pero la única verdad es que ¡No traje macarons!
Le dijo directamente al chico lloroso que alzó la mirada y negó.
-Tus labios sabían a macaron.
La chica de la libreta rodó los ojos y habló de nuevo.
-Ya te dije que no tengo ningún macaron.
Adrien limpió sus mejillas y se levantó de la mesa.
-Ven, les dije que no me amaba. Si me amara me daría de los macarons que tiene. Me voy, no puedo estar sentado en la misma mesa que alguien que amo y no me ama.
Y se fue corriendo dramáticamente fuera de la cafetería, haciendo que Marinette también se levantara de su asiento.
-¡Si te amo pero ya te dije que NO TENGO NINGÚN MACARON!
Dejando olvidado el cuaderno en el que antes estaba tan concentrada, Marinette corrió tras el rubio como si no hubiera un mañana.
La curiosidad picó a Alya que con una sonrisa acercó el cuaderno donde ella y negó.
-¿Por qué Marinette leía los apuntes de química avanzada?
Pensó en voz alta hasta que Nino entrecerró los ojos y miró como en la mesa siguiente, Max, Ivan y Sabrina estaban repasando las mismas fórmulas.
-Hoy es el examen.
Los ojos de Alya se abrieron como platos mientras tomaba con apresuro el preciado cuaderno de Marinette.
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Adrien que iba corriendo sollozando fuertemente, intentaba ignorar como la azabache gritaba que lo adoraba.
Quería demostrarle que enserio le había dolido que no le diera macarons.
Estaba por entrar al salón en su mismo tono dramático, cuando por la ventana observó como la profesora Mendeleiev ya se encontraba dentro con varias hojas en mano y una sonrisa malvada.
Al el ojiverde parar de golpe, Marinette que venía persiguiendolo, chocó en su espalda, abrazandola instantáneamente.
-Enserio no tengo macarons, pero te puedo llevar a la panadería en la tarde, enserio te amo muc... Adrien, te estoy hablado.
La azabache dirigió su mirada a donde la tenía perdida su novio y negó.
-Adrien, durante el patruyaje te dije que había examen.
El chico solo giró a mirar con espanto a la chica que tenía adherida a su espalda, y con un hilo de voz, habló.
-Ayuda.
Continuara...
Es horrible cuando olvidas los exámenes importantes. Me pasó la semana pasada.
Por cierto, el especial de Shangai estuvo IMPACTANTE.
Lo adore.
En fin, disfruten.
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