Capítulo 1

El sonido del golpeteo de la lluvia en el techo se mezcla con el crujido de la madera vieja mientras Darnell se prepara para una noche tranquila. Sin embargo, su tranquilidad se ve interrumpida cuando escucha un golpe en la puerta principal. Darnell siente una fuerte opresión en el pecho y no puede evitar fruncir el ceño, preguntándose quién podría ser a esta hora de la noche.

Con cautela, se pone en pie y se encamina hacia la puerta, sintiendo el palpitar acelerado de su corazón.

Al abrir, se encuentra con la figura empapada de su viejo amigo de la infancia, Bruno Colbert. El cual mantiene una expresión de urgencia en su rostro, apenas logrando mantenerse de pie bajo la lluvia torrencial.

—¿Puedo pasar? —pregunta, su voz tintineando, sonando más a una súplica, lo que deja a Darnell desconcertado— Por favor, déjame entrar —añade con voz entrecortada por la angustia.

Sorprendido por la repentina aparición de Bruno después de tantos años de ausencia, Darnell vacila por un momento antes de ceder y hacerle paso.

Mientras Bruno se despoja de los zapatos, Darnell busca una toalla para que se seque. Ninguno de los dos emite palabra, pero las miradas compartidas entre ambos hablan por sí solas.

—No era mi intención venir, pero no tuve más opción —murmura una vez se ha acomodado en uno de los asientos.

—Recuerdo que acordamos no volver a encontrarnos —anuncia Darnell después de un prolongado silencio. Su mirada oscureciéndose al rememorar el pasado con su amigo.

—Lo sé, pero te aseguro que no pude evitarlo. Necesito tu ayuda. Estoy desesperado —tartamudeaba y temblaba con cada palabra, dejándole claro a Darnell que no se trataba de una tontería, sino de algo más grave.

—¿Qué está sucediendo? ¿Por qué has venido? —pregunta Darnell y aunque se siente molesto, decide encender la chimenea para su amigo y buscarle ropa seca.

—Gracias —murmura una vez se ha cambiado.

—¿Ya puedes contarme? —insiste Darnell, tomando asiento frente a él.

—Sí... —murmura, bajando la mirada— Me están persiguiendo. He estado huyendo durante semanas.

—¿Quiénes son? ¿Y por qué te persiguen? —lo interrumpe.

—Por una deuda —responde nervioso, consciente de la repulsión que siente su amigo hacia las deudas monetarias.

—¿Por qué razón pedirías dinero prestado? —pregunta algo irritado— Recuerdo que abandonaste el ejército porque tus abuelos habían fallecido y una gran herencia te esperaba en casa, ¿Qué sucedió? ¿Acaso no fueron suficientes lujos? —pregunta con irritación, su tono deja a Bruno sin palabras, pero no le sorprende, después de todo había abandonado a su amigo en su peor momento— Estoy seguro de que ese dinero te habría durado para toda la vida.

—Las cosas no son como piensas —declara con firmeza, pero no puede evitar quebrarse— No quería que las cosas salieran de ese modo, sabes que no es así. Me dejé llevar por lo que me dijeron y terminé invirtiendo todo en la empresa de Ethan, pero me engañaron, Darnell. Sé que me advertiste y no te hice caso. No sabes cuanto me arrepiento —solloza. Darnell no puede evitar sentir compasión por su amigo; verlo en tal estado le rompe el corazón, así que no le queda más que acceder.

—Te ayudaré, por los viejos tiempos —anuncia y Bruno no puede contener su emoción. Apenas tarda unos segundos para levantarse de su asiento y acercarse a Darnell con expresión de entusiasmo.

—¡Gracias, gracias, gracias! —chilla dando saltos por todo el lugar.

—Siéntate, deja la celebración para después —demanda Darnell.

—Sí, lo siento —tartamudea, rascándose la cabeza en señal de vergüenza, antes de acomodarse nuevamente.

—Mañana podemos ir al cajero más cercano. Pero dime, ¿cuánto dinero has tomado prestado? —pregunta Darnell con calma.

—Diez millones… —murmura entre dientes, haciendo que Darnell frunza el ceño en incredulidad.

—¿Qué dijiste? No te entendí.

—Dije, diez millones —repite con más claridad.

—¡¿Diez millones?! ¿Estás loco? —exclama, levantándose del sofá y dando vueltas por la habitación, nervioso. Ya que, si estas personas habían realizado un préstamo de tanto dinero, significaba que no eran prestamistas comunes, eran probablemente mafiosos con fachada de prestamistas— No tengo esa cantidad de dinero —alega rendido.

—Darnell, no vine a pedirte que pagues mi deuda —anuncia al ver a su amigo en un estado de shock.

—¿Ah, no? —responde Darnell, extrañado— Entonces, ¿por qué has venido?

—Necesito que me ayudes a ocultarme de ellos.

—¿Ocultarte? ¿No planeas pagarles? —Darnell levanta una ceja con incredulidad.

—No, Darnell, no seas ingenuo. No les pagaré ni un solo centavo. La tasa de intereses que me pusieron es ridícula, imposible de pagar.

—Bruno, nada es imposible. Las cosas solo requieren algo de esfuerzo. Nada llega por sí solo.

—Lo único que llegara es un grupo de asesinos si no me ayudas a escapar de aquí.

—¿De qué estás hablando? ¿Permitiste que te siguieran?

—Lo siento, no tuve más remedio. Sabía que si no lo hacía, no me ayudarías —se arrodilla angustiado en el suelo— Por favor, Darnell, te lo ruego.

—¿Tengo otra opción? —suspira tendiéndole la mano a su amigo.

—Gracias, eres el mejor.

—Lo sé, pero ya tendrás tiempo de elogiarme. Ahora lo más importante es saber a qué nos enfrentamos.

Darnell se deja caer en el sofá, con la mente enredada. La urgencia de la situación se cierne sobre él. Si Bruno ha caído en manos de prestamistas del bajo mundo, no hay tiempo que perder.

—Tenemos que planificar todo cuidadosamente —anuncia Darnell, levantando la mirada hacia Bruno, el cual asiente y entiende su misión.

—Son una red de prestamistas clandestinos, conectados con el bajo mundo. No les importa a quién arruinan o a quién destruyen en el proceso. Solo buscan su propio beneficio —explica con determinación.

—¿Tienes alguna idea de quiénes son? —pregunta Darnell.

—El nombre de la oficina era ‘‘Chamaeleon’’ —Darnell no puede evitar angustiarse al escuchar el nombre.

—¿Chamaeleon? —repite y Bruno asiente— ¿En serio no sabes quiénes son? No tienes idea de quienes te están buscando en este momento.

—Darnell, me estás asustando. ¿Quiénes son? —pregunta alarmado.

—Los dueños de la marca Chamaeleon son los Zabala. La familia más poderosa de Estados Unidos. ¿Te das cuenta de con quién te metiste? —El rostro de Bruno reflejó un miedo nunca antes sentido— No podremos ocultarnos —declara y aprieta los puños con furia.

—No puede ser —Bruno siente una fuerte opresión en el pecho y no puede evitar soltar un gruñido.

—Tengo algunos contactos que podrían ayudarnos a desaparecer temporalmente. Pero necesitaremos mantenernos alerta y un paso adelante en todo momento —Bruno asiente, reconociendo la gravedad de la situación.

—Entonces, empecemos ahora mismo. Prepararemos lo necesario y nos moveremos lo más rápido posible —indica con emoción, pero Darnell niega con la cabeza.

—No es tan fácil cómo crees. Estaríamos escapando de quienes tienen ojos en todas partes —Bruno se notaba cada vez más preocupado— Estamos juntos en esto, Bruno. No te abandonaré.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top