"Creo que me voy a enfermar, jeje."

Observé como sacabas a tus pokemon de sus pokeball para que se pusieran cómodos.

"¿Acaso no hay nadie?"

Negué, según una nota en la cocina al parecer todos en la casa no iban a regresar hasta mañana en la noche.

"Que conveniente."

Temblé un poco al ver su expresión.

Los pokemon de ambos se quedaron en la sala de estar y yo le mostré en donde podía cambiarse la ropa mojada por la lluvia.

"Gracias por dejar que nos quedásemos a dormir en tu casa."

Se sentó a mi lado, usaba una pijama bastante cómoda, yo asentí y le resté importancia para poder levantarme e ir a cambiarme.

Pero me lo impidió tomando de mi muñeca y volviendo a sentarme.

"Extrañaba mucho a mi novio."

Novio, esa palabra que suena tan dulce de sus labios, pero lo suena mucho mejor al saber que se refiere a mi.

Se acercó y nos besamos con suavidad, no quería empapar su ropa así que mantenía las distancias, pero Aura no ayudaba.

Acarició mi rostro y con la mano libre buscó mi mano para colocarla en su cintura, queriendo demostrar su aprobación y que poco le importaba ensuciarse.

Me dejé llevar y terminé pasando mis manos por debajo de su pijama, tocando su tibia y suave piel.

"Blasco..."

Me regocijé de alegría al oír como suspiraba sólo por mí.

De a poco nos comenzamos a echar en la cama, aún encima de ella seguimos besándonos.

Cuando reuní la suficiente valentía para comenzar a besar de a poco su cuello nos interrumpieron.

"¿Kir, kirlia?"

Ambos nos levantamos y nos separamos de golpe al oír la voz de mi pokemon.

"A-ah, ¿Que están mirando?"

Dijiste nerviosa al ver que todos nuestros pokemon estaban en la puerta observandonos desde quien sabe cuando.

Reímos nerviosos antes de que nuestros pokemon se nos unieran a dormir.

Luego de cambiarme me recoste junto a ti cuando ya estaban la mayor parte, incluidos tú, dormidos.

Y sonreí al ver tu rostro angelical.

¿Que hubiera pasado si no nos hubieran detenido?

...