Caminando con su estilo peculiar se dirige a la cabina donde solamente se encuentran los camarógrafos y la conductora del programa.

—Bien Llane ¿Estás listo?

Frota sus manos: —Listísimo.

Victoria, la conductora, le coloca en los ojos una venda y se asegura de que él no pueda ver nada.

—Vamos, estoy esperando —Comenta inesperadamente nervioso.

—Ya tranquilo, ya te traemos a la chica.

Las luces se apagan, y él puede saberlo porque escucha un interruptor bajarse, se mantiene inmóvil durante el sonido de alguien caminando hasta su frente, y en cuanto puede sentirla cerca, con movimientos descuidados puede encontrar la cara de la chica.

Toca con la yema de sus dedos la mejilla seguido de los labios y cuando se siente seguro procede a besarla.

El beso, como todos lo que suele dar, es apasionado, e incluso dura más cuando se separan y ella ataja los labios de él con una pequeña mordida.

—Eso dolió —Musita con una risita.

—No seas tonto y sigue.

Llane puede seguir besándola cuando ella coloca las manos en su cuello y él las suyas en las nalgas de la chica.

—Ya no mas —Susurra ella tratando de no sonar tan molesta.

Juan David escucha nuevamente el interruptor y segundos después Victoria le ayuda a quitarse la venda.

—Estuvo bueno —Admite. Posteriormente uno de los camarógrafos se concentra en él y continúa: —De no haber sido por el labial de maracuyá habría sido perfecto.

Victoria quiere soltar un gran exhalo y lo hace para ver la cámara y alzar los hombros.

—Supongo que debemos buscar a otra ¿no?

—Seguro que sí.