Viaje intencificado
Aquella loba quien concentrada en saborear, lo que quizá, sea su primer beso de amor verdadero, despistadamente comenzó a escuchar un silbido de lejos.
Millie, quién trataba de disparar aquellas flechas con todo su dolor no lograba divisar bien su objetivo, pues es difícil mirar con los ojos llorosos, disparó y enseguida noto la perspicacia de la licántropo que enseguida lanzó al pequeño peliblanco fuera de su alcance, sin percatarse de que aquella flecha atravesó su pierna izquierda, Moxxie aún en shock miró gritar de dolor a su ahora susodicha pareja.
Asombrado por la cantidad de sangre que comenzaba a aparecer por todos lados, miro atónito a aquella licantropo que solo comenzó a gritar angustiadamente de dolor.
Al volver su mirada tratando de encontrar el arma que disparó quella flecha divisó una silueta obscura atravesar la maleza cómo si de un animal en dos patas se tratara, llamarle rápida era poco, era una estela que desaparecía al segundo; Tan pronto reacciono al saber de quién se trataba, se levantó, pero poco pudo hacer, de nuevo un golpe en su nunca lo volvía a desmayar.
Loona poco a poco perdía visión en la obscuridad y estaba aterrada de aquella sombra que se movía con agilidad, miro cómo derribo a Moxxie y pronto se acercó a ella.
Agallardada por la pronta inyección de adrenalina bufó: -Maldita rata desgraciada, si tan solo pudiera ponerme de pie suplicarlas por tu vida-.
Aquella sombra golpeó su hocico tan fuerte que sangre comenzó a brotar de él, sin embargo aún estaba conciente -Eres tan débil cómo tu padre, si tan sólo supieras que ese amor se te acaba pronto. . . Pero que digo, eres un estúpido animal, por supuesto que no sabes de lo que te estoy hablando-. Y sin remordimiento alguno escupió sobre ella, la loba intentaba con todas sus fuerzas ponerse de pie pero el dolor era insoportable.
Por cada intento la sangre escurría, por cada lamento su vista divagaba, hasta que su dolor la llevó a la oscuridad profunda del desmayo.
Tan solo dejando una imagen en negro.
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Loona estaba completamente desorientada, encontraba aquel lugar muy extraño pues a pesar de no ser visto se sentía muy familiar, era un extraño sentimiento de comodidad muy inquietante para ella, abrió los ojos esperando ver algo mucho peor que el infierno en el que vivía, literalmente.
Pero para su sorpresa, un cabaña muy antigua muy bonita y bien cuidada yacía en frente a ella, además de un increíble cielo azul, aves cantaban, las flores florecen, en días así. . .
No lograba comprender como había llegado al mundo de los vivos, más allá de eso se asustó por revisar que no estuviera en su forma humana, pero extrañamente aquel hechizo de transmutación no funcionaba.
Trato de tranquilizar los ánimos, era difícil por aquellos ruidos molestos cerca de ella ¿eso de afuera eran niños lobo?, jugaban alegres golpeando a una ardilla de dos colas, de pronto un instinto se apoderó de la licántropo que enseguida salió disparada hacia los dos infantes que enseguida sentían eriza la piel al escuchar a lo lejos un par de patas correr, sabiendo de quien se trataba intentaron correr, lamentablemente fueron tomados detrás por el cuello.
-¡Lo sentimos mamá!- gritaron al unísono, Loona sintió recorrer miedo por su espina dorsal, siendo lo de menos en aquel momento habló en voz alta -¿Qué dijiste enano?- exclamó sorprendida soltando enseguida a los cachorros que podía ver se parecían mucho a sus antiguos hermanos de camada.
-Solo protegiamos la casa de extraños, como nos enseñaste mami- por alguna razón el corazón de la licántropo se sintio enternecido por el rostro tan inocente que difícilmente se le hizo no comparar con aquel recuerdo de su madre -Bien, creo que me están confundiendo amiguitos, ¿dónde viven?- puede ser una hija de perra (literalmente) pero no piensa dejar a dos cachorros en la misma situación en la cual termino ella -¿Te golpeaste la cabeza o algo así madre?- cuestionó el pequeño cachorro limpiando su pantalón levantándose del suelo -Oye, estoy tratando de ayudarte pequeño, no me hagas cambiar de opinion- el joven estaba bastante confundido, trato de hayar respuesta en su hermana que se encontraba a un lado pero ésta solo se encogió de hombros igual de pérdida que él "Quizá esté fingiendo para saber si estamos listos para salir" susurró la hermana, los dos se miraron aún confundidos pero decidieron jugar con ella.
-¿Qué deberíamos hacer?- se pregunto asi mismo aquel cachorro, mientras miraba al suelo evitando no dar demasiada información, miro con una idea en mente a su hermana y comenzó a gritar -¡Ayuda!- su hermana obviamente igual de sorprendida que la mayor, decidieron cubrir su boca -¿Quieres que nos castiguen?- preguntaba exaltada la pequeña, mientras que Loona casi al unísono chillo también: -¿Quieres que me arresten?- soltando al cachorro por la falta de respiración volvieron a intentarlo de nuevo -Bueno. . . Aclarando que no eres una psicótica, asaltante, ni clérigo. . . Creo que lo primero es, pedirte que nos lleves con alguien a quien conozca o lugar que logre recordar- dijo mirando a todos lados, quizá por lo abrumador que se sentía la mirada de las dos mujeres que se encontraban viéndole, pero por más que intentaba no lograba reconocer nada.
No fue, si no, hasta que su hermana pequeña le dio un buen golpe en la cabeza que el joven reaccionó al voltear
-Pues vivimos aquí ¿dónde más?- dijo el cachorro apuntando a aquella cabaña, su hermana y "madre" yacían rodando los ojos y cruzandose de brazos instintivamente, solo por ser lo más obvio, la estatura, dirías que podrían ser gemelas perfectamente.
Tomando por sorpresa la mano de la loba se apresuraban a llevarla hasta ahí -¡llévame en tu espalda mami!- grito la pequeña lanzándose hacia el lomo de la mayor ocasionando un ruido impactante:
*Crack!*
Si bien, es cierto que era algo pesada, Loona podía jurar haber escuchado su espalda crujir de una manera muy incómoda, como si. . . Como si hace mucho no hubiera podido hacerlo, algo como de lo que el viejo Blitzo se podría quejar. . . Pero ella no. . . ¿O si?
Tras varios quejidos y uno que otro chiste cariñoso de parte de los niños acerca de lo vieja que estaba su madre llegaron a la entrada de aquel acogedor hogar.
-Huele muy bien. . . ¿Es casa de tus padres?- su nariz sucumbió ante la indiscreción de la alta cocina, no paraba de oler tan familiar manjar que se cocinaba.
-Mamá. . . Estas muy rara, no sueles halagar la comida de papá. . . ¿Segura que no te golpeaste otra vez la cabeza? El abuelo Blitzo dijo que fue muy dura la caída en su viaje de campo ayer. . .- Loona miraba estupefacto a los niños ¿conocían a Blitzo?, más importante aún ¿Desde cuando le gustaban los días de campo si no eran para coger al aire libre? -ahmm si, tal vez fue una rama. . .- mintió.
Tocaron y una voz familiar termino abriendo la puerta -Creí que jugarían afuera, ¿Lograron traer a su madre?- dijo un hombre de pequeña estatura de cabello pálido y diente sobresaliente.
-¡¿Moxxie?!- gritó Loona abrazando al hombrecillo, estaba feliz de ver alguna cara conocida, sobre todo, la de él.
-Estás muy cariñosa hoy querida ¿volviste a beber con blitz?-
Se apartó de él enseguida y lo miro muy confundida nuevamente
¿Qué estaba pasando?
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Moxxie por fin probaba la certeza de la incertidumbre sin conocer el paradero de su propio ser;
Miraba alrededor y no veia mas que tenues manchas desfiguradas, su sentido de la vista esta jodido todavia.
Aún alerta del peligro inminente se aventura a la batalla hablando por primera vez en su encuentro con lo desconocido.
-Hay. . . ¿Hay alguien ahi?-.
Nada.
-¿Hola?. . .-
Aun sin respuesta.
Sintiéndose tonto por no intentarlo desde un inicio, abrió los ojos lentamente, pues el temor de encontrarse muerto por alguna extraña razón le daba una sensación incomodamente familiar.
Un paisaje algo extraño yacía en su frente, paredes de roca marrón cenizo.
A su derecha la misma suerte.
-No. . . No es verdad, Lauren era inmortal- se escuchaba del lado derecho reconociendo ser un pasillo para Moxxie quien no dudo en acercarse aún más ¿cuándo fue la última vez que escucho ese nombre? -Señorito Moxxie, no tengo tiempo de estupideces infantiles, o lo aceptas o te jodes- ordenó aquel demonio de traje aburrido, azotó la puerta de su oficina con fuerza y dejó al pequeño peliblanco llorando.
Moxxie quién se mostraba algo abrumado por la escena, limpio sus lágrimas y miro su reloj, estaba completamente destrozado.
Adentrándose por los pasillos de aquella institución sólo pudo deducir una cosa, no estaba en el mundo real.
Decidido a averiguarlo abrió una de las tantas puerta que yacían en aquel recinto de estudio, la primera en abrir mostraba un pequeño Moxxie siendo abofeteado por su padre, fue cuando los demás chicos lo golpearon por ser bajito, la segunda era muy confusa, era obscura y una luz divisaba el paisaje de ruinas, su primera casa del árbol, incendiada por su hermano Ruxxie, el rayo de luna iluminaba todo a su paso que solo eran cenizas y tabiques maltrechos.
Cansado de explorar se sentó en una banca de un parque que recordaba en su juventud, era claro que estaba en su mente, o al menos, explorando sus memorias.
Moxxie en efecto había estado ahí muchas veces, más de las que hubiera querido, viajando en su pasado se perdió en su propia mente, irónica y literalmente.
"La escuela rectora para niños caprichosos y maricas" era el nombre formal de aquella institución tan. . . "Ambigua" en sus formas de enseñanzas.
Muchas escuelas en el infierno se forman en un orden de memorización con base a la tortura física, cosa muy normal hablando del lugar en el que están; pero aquellos de mejor clase se regían por una tortura mucho peor, la psicológica.
Para Moxxie era increíblemente favorable recibir un buen golpe de sus profesores en el rostro que una sesión más con aquella doctora de psiquiatría "Antoa nerves" quién le hacía revivir sus peores miedos con tan sólo chasquear sus dedos.
Su modus operandi era personificado meticulosamente para dañar de tal manera que con tan sólo el sonido de alguna campana o el ya mencionado chasquido de dedos ponía a cualquiera bajo su disposición.
Eran zombies muy obedientes, siempre a la orden de quien fuera su tutor, como reloj de pared podían ser serviciales a la hora que impusiera, o inclusive se podrían ingeniar otro tipo de "servicios" para los demonios más perversos, estamos en el infierno ¿Qué esperabas? ¿Un pony?, ¿un musical? ¿Qué clase de imaginación retorcida romantisaria el infierno?.
Al mirar quedarse sumergido en sus recuerdos no cayó en cuenta que se sentó en uno de ellos, al descuidarse por unos segundos comenzaba a pensar que estaba de nuevo en aquel tiempo más joven.
Miraba gente ir y venir, se encontraba en el banquillo de un instituto de educación superior , estaba ahí por que su nueva "vida" así lo requería, enseñar a nuevos demonios a usar armas para la guerra tan basta en la que siempre a estado el infierno, algunos eran muy reconocidos pues intentaba cruzar al "otro lado" pero siempre eran detenidos por los altos mandos, no querían otro "demonio de la radio" recorriendo las calles de Nueva Reik de nuevo, el mundo de los vivos era extraño, pero propiedad de ellos y por belzebub que no lo intentarían tomar. . . Otra vez.
Volviendo al joven demonio, se encontraba desilusionado, eran 2 años ya de una vida monótona que nunca quiso, tal vez por su padre, pero no tuvo mejor idea que la enseñanza, pero en estos días ¿Qué bebé no sabe usar una Desért Eagle para matar perros en la calle?, era una vacante que existía, pero no se necesitaba.
Así que, estando ahí, viendo su teléfono sonar con diferentes mensajes de su jefe que exigían volviera al trabajo ya que esos fondos no se lavarian solos.
Abrumado por la situación lanzó su teléfono a la basura y siguió mirando aquel edificio. . .
Es curioso como se organizan algunas sociedades, pero si me preguntas a mi la más extraña es la del infierno.
Cerca de aquel lugar se encontraban algunos de los demonios más destructivos y amenazantes para la burocracia infernal, se les condenaba a vivir un tiempo en el "coliseo" reformatorio donde se le daba ese apodo por que para sorpresa de nadie disfrutaban de poner a pelear a todo aquel que estuviera dando problemas a jefes y poderosos.
De nuevo, pensando en la monotonía que sería volver a ser un rector se aventuró a visitar aquel evento, era un secreto a voces, que entre cuchicheos de alumnos suyos logró escuchar y desde entonces la morbosidad se apoderó de él.
Miro la entrada escondida por la parte trasera del recinto y se adentró, cientos de demonios gritaban y aplaudían a barbarie tan sangrienta que ocurría en el centro de aquel lugar, Moxxie asustado y nervioso de la situación no contuvo su estómago y devolvió aquel desayuno.
Manchando la entrada y en específico a un guardia lo tomaron entre dos demonios y fue machacado a golpes -Oh jo jo, se lo que podemos hacer con el- susurró uno de los tantos demonios que lo paseaban por diversión, lo volvieron a tomar del cuello y fue llevado hasta al frente de aquel lugar donde fue lanzado desde las gradas mientras gritaban "chuleta" llamando la atención de aquellos competidores que, sedientos de sangre se abalansaron sobre él.
Fue entonces. . . Que una gran alarma sonó, una de las cortinas que daban entrada al lugar se abrió y unos ojos brillantes yacían vigilando en la obscuridad.
-¡Con ustedes! La competidora nueva que esta arrasando la competición, siendo superada solo por su hermana. ¡LA MUERTE ROJA MILLIE!- una maraña de gritos y vitores se escucharon a la par que aquella demonio salía de entre las penumbras.
Después de aquello el silencio abrumador fue lo siguiente, seguido de un golpeteo de una cadena metálica muy pesada.
-El patio de mi casa. . .-
Se escuchaba el canto tan bello para Moxxie, que aun y todas las contusiones que tenía logró ponerse de pie para presenciar aquel espectáculo tan maravillado como aterrorizado, aún sin divisar a quien recibían aquellos gritos pues un demonio muy grande y obeso le obstaculizaba la vista.
-Es particular. . .-
Otro golpe más se escucho, seguido por los tintineos de la cadena.
-Si llegan visitas. . .-
Dijo elevando la cadena para hacerla girar en el aire provocando el miedo irracional en toda aquella bandada de ángeles caídos.
-Las voy hacer. . . ¡LLORAR!- corriendo enérgicamente hacia aquel demonio obeso se hizo de una habilidad tremenda y sobre su salto aplico la suficiente fuerza como para atravezarle por completo el pecho y quedarse con el corazón en su mano.
-Hola querido. . . ¿Eres nuevo por aquí?-
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