La noche que el amor (no) surgió

-Oh no, no, no, NO ¡NO! ¡MIERDA, NO!- gritaba el pequeño Moxxie esquivando perdigones a diestra y siniestra, pues, por más que intento hablar con su exesposa y antigüo jefe no escuchaban para nada.

Loona no tuvo más opción que salir del auto y correr pues no quería hacer daño a una antigua compañera, o casi, pues la chica demonio no se salvó de algunos buenos zarpazos de la licántropo.

Ambos corrieron en dirección opuesta, pero ante la misma idea se reencontraron centímetros después -¡Corre! ¡La camioneta!- gritó Loona esquivando las tajantes cortadas de las tijeras metálicas industriales que portaba Millie -Moxxie amorcito, sólo quiero hablar cariño- habló Millie con la dulzura que sólo ella podía imitar al amenazar de muerte, Moxxie solo volteó pues aún en sus adentros quería creerle -¿Eres imbécil? Te castrará apenas te alcance, sólo espera que le creas para matarte- habló Loona al entrar a la camioneta pues miraba a Moxxie mirar por el espejo retrovisor con anhelo, lo hizo entrar en razón y arrancaron la camioneta, pero apenas piso el acelerador un brazo tomó el cuello del peliblanco -¡La magia del guión hijo de puta!- gritó Blitzo desde detrás ahorcando con fuerza a su exempleado
-LA GUA *AUGH* NTEDA- se escuchaba entre ahogo a Moxxie que apuntaba a la susodicha guantera, Loona la abrió inmediatamente y se encontró un arma negra de gran tamaño -¡No voy a matar a mi papá idiota!- recriminó la loba, Blitzo volteó con lágrimas en los ojos sin dejar de ahorcar con fuerza al demonio peliblanco -Awww gracias loni-pupsi- dijo enternecido -NO * OUHG * BALAD. . . ELEC * UGH * TRDICA- dijo con lo último de su aliento, Loona lo entendió y disparo justo a la frente de su padrastro, dos cables junto a las agujas que se incrustraron en su frente -Oh mierda. . . Eso va a dejar marca- dijo el exjefe y Loona presionó el botón comenzando a transmitir una gran cantidad de voltios al cuerpo de Blitzo dejándolo en el suelo.

Tan pronto escucharon el sonido de una motosierra venir detrás de ellos supieron en seguida de quién se trataba; Y en efecto, era Millie quien los seguía desbordante de obsesión por la venganza, Moxxie aceleró de nuevo tomando con un sólo brazo a su exjefe -¿Qué haces ahora?- Dijo Loona mientras miraba por el retrovisor cómo la demonio se hacía de una fuerza increíble en las piernas cómo para seguirle el paso a un auto -Tú papá tiene juguetes muy divertidos que esconde de nosostros- Moxxie trataba de encontrar algo en el traje de su exjefe que seguía aún inconsciente -¿A qué te re- Loona fue interrumpida por el gran cinturón que le sorprendió, contenía gran cantidad de gadgets cómo si del mismísimo Batman se tratara, binoculares, munición pequeña, un arma de gancho y lo más importante: Granadas de diferentes tipos.

Millie corría. . . Corría con toda la fuerza que podía reunir en sus dos pequeñas piernas, sentía la rabia recorrer cada centímetro de su cuerpo en segundos, sólo podía pensar en la amenaza que resultaba la licántropo, no podía digerir el hecho de que su excompañera, la cuál hasta donde recuerda odiaba a todos en la oficina (Al menos a los cuatro demonios que trabajaban ahí), no tenía idea de lo que pudo haber hecho Moxxie cómo para que la psicópata de Loona le besara y terminarán huyendo juntos, tanta fue su distracción en sus pensamientos que sólo pudo mirar un objeto cilíndrico negro salir por la ventana del auto en movimiento, después de eso sólo veía blanco y muy borroso, sus oídos no estaban mejor, pues aunque escuchaba la camioneta acelerar no coordinaba hacia donde.

-¿Aún de cariñoso con tu ex? Si sabes que trata de matarnos ¿No?- bromeó Loona pues la granada utilizada fue sólo aturdidora, Moxxie volteó molesto para responder: -¿Qué hay de ese "no a mi papi" de hace rato? ¿Eh?- Loona sólo fingió ignorarlo y bajó la cabeza avergonzada.

Tres minutos de aceleración continua fueron suficientes para recordar que aún tenían consigo el cuerpo de Blitzo inconsciente en la parte trasera de la camioneta -¿Y que haremos con tu papá?- preguntó el demonio de cabello blanco, conducía con nerviosismo pero no sin control, Loona por su parte sólo miraba algo emocionada el mar rojo tan brillante que yacía en el fondo del haberno en el que estaban -¿Podriamos parar un momento?- pidió; Moxxie sólo miro sorprendido el cambio de actitud tan extraño de su compañera, de nuevo miró cómo su cola daba golpecitos en el asiento expresando sentimientos que nunca hablaría abiertamente.

Se detuvieron frente a una cafetería abandonada, entraron temerosos de algún guardia o Jason Voorhees que estuviera al acecho. . . Pero no. . .

Sólo silencio del lugar y el sonido del "mar" entrando por las ventanas rotas, todo el lugar estaba descontinuado, los muebles carcomidos por la salitre, las barras y mesas llenas de polvo, arena por cada rincón del suelo, incluso vegetación creciendo por los muebles de cocina, no había un sólo centímetro que no se hubiera estropeado por los años.

-¿Quieres esconderte en éste basurero?- dijo Loona tratando de no despertar a los insectos que se habían apoderado del inmueble -Se trata de escondernos, no de pasarlo "genial en el Jacuzzi"- dejó su maleta en alguna de las pocas mesas que no estaban tan sucias, tomó asiento y se estiró relajando sus músculos, Loona sólo volteó al suelo malhumorada de nuevo.

-Estoy muy aburrida, no hay señal y no tengo batería ¡Carajo! ¿Por qué decidí venir ¡Ugh!- gritaba y se quejaba mientras caminaba dando vueltas -Loona, necesito dormir. . . o mañana terminaremos en un barranco. . . Después encontraremos dónde cargar tu teléfono- dijo un Moxxie recostado sobre aquel mueble acolchado maltrecho tratando de conciliar el sueño que estaba pasando factura por su mente.

-Bien, te dejaré sólo. . . Idiota. . .- dijo en voz baja, ni siquiera era con molesta, era tristeza, cosa que no pasó desapercibida por Moxxie que enseguida volteó; Loona caminaba fuera del lugar con la cola entre las patas y su rostro torcido de mala manera -¿Por qué tienes que ser tan dramática?- murmuró en sus adentros aquel demonio peliblanco, solamente respiró profundamente y se levantó, siguió a la licántropo hasta la orilla de aquel mar carmesí.

-Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer que te haga mujer
Dime, luna de plata
¿Qué pretendes hacer con un niño de piel?
Ah-ah-ah-ah, ah-ah-ah-ah
Hija de la Luna. . .- contaba melodiosamente la chica de pelaje platinado, sorprendiendo al instante a Moxxie quien poco a poco se acercaba en silencio, solamente carraspeando al final de la melodía para no interrumpir a la intérprete -No sabía que cantaras. . . Y sobretodo no que lo haces tan bien, ¿Que era éso?- preguntaba sentándose a su lado -Se llama "hijo de la Luna" mi madre me la cantaba antes de dormir, era del mundo humano en los viejos tiempos, no lo hago muy seguido, es estúpido- Moxxie miró enojado a la licántropo -Es absolutamente absurdo considerar eso cómo algo estúpido, y aún más sabiendo ese peso emocional que tienes con ella. . . Así que, no lo vuelva repetir, es una canción hermosa- ninguno dijo nada, fué sólo el sonido seco del golpeteo de su propia cola que confirmó su gran animo.

-No hablas mucho acerca de tu familia biológica, ¿No quieres desahogarte?- preguntó cariñoso aquel demonio, la loba inhaló pesadamente, sin duda era un tema del cual nunca llegó a pensar fuera a contar a alguien más allá de su padrastro.

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Mamá era alguien muy bonita, era una licántropo igual que yo, la Reyna de la camada en su época dorada.

Aún a pesar de ello y del gran potencial que ofrecía, decidió, no volver a la camada si eso significaba perderme.

Papá. . . Papá era un alma aventurera, más dé lo que debía, conoció a mamá en una de sus tantas aventuras exentricas, le prometió bajar la luna sólo para ella y cuando menos se lo espero. . . Ya estaba en un vuelo rumbo a San Fernando del Jerónimo hacia México.

Nadamás nacer, mi madre me trató de cuidar lo mejor que pudo, tuvo suficientes trabajos de asesina, mercenaria, espía, etc. Nunca fallaba en cualquier misión.

Fue sólo su gran depresión el traidor que atacó por la espalda silenciosamente aquella noche de abril.

Era la noche calma, el sereno fallecido y la brisa del mar abrazándonos ligeramente, ella recitaba la misma melodía de siempre, intentaba hacer que durmiera, sólo actúe como si lo estuviera, pero pude ver todo desde aquella silla, sus últimos balbuceos fueron "Sigue el camino de tu madre querida, el vestigio de luz que se forma cómo un sendero que debes recorrer" "Sé tú, Loona".

Sólo la mire caminar hacia el mar siguiendo aquel camino de luz que formaba la luna llena. . .

Hasta que. . .

Ya no la ví.

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Aquél demonio peliblanco sólo escuchaba con nostalgia aquella anécdota tan desgarradora y profunda.

Nunca se puso a pensar los problemas que su compañera pudiera cargar cómo para tener aquel carácter tan fuerte a su corta edad.

El joven demonio tomó de las manos a su contraparte en señal de seriedad -Loona, quiero que sepas, que agradezco mucho tu confianza, pero debo decírtelo, por mucho que te haya dolido, no debes culparte por tan errática decisión de tu madre, también quiero que sepas que por muy enojada que estés de ahora en adelante puedes contar conmigo para desahogarte, por qué te quiero, y no hablo de sólo romance, te quiero. . . De verdad- dijo abrazando a la chica que ahora sólo trataba de aguantar las ganas de saltarle encima de felicidad y lamerlo cuál cachorro viendo a su dueño de nuevo después de tanto tiempo, le era casi imposible -No llores de tristeza nunca más. . . Por favor- termino sus palabras con un fuerte abrazo que derrumbó por completo a la licántropo, se soltó a llorar sin más.

La escena cambió por completo, habían encendido una fogata, Moxxie saco de su maleta aquella guitarra vieja y Loona acompañaba vocalmente al peliblanco -Reloj. . . No marques las horas, por qué voy a enloquecer. . . Ella, se irá para siempre, cuando amanezca otra vez- cantaba Moxxie con la voz más grave que pudo conseguir -Nada más nos queda está noche, para vivir nuestro amor. . . Y tú tic tac me recuerda, mi irremediable dolor- cantó Loona con su melodiosa voz finalizando las partes solitarias de cada uno, al momento comenzaron a cantar al unisono acercándose lenta e inconscientemente mientras recitaban aquella canción tan magnífica para la escena -Reloj detén tu caminó, por qué mi vida se apaga, ella es la estrella que alumbra mi ser. . . Yo sin su amor no soy nada- cantaron al mismo tiempo -Deteeeen el tiempo en tu manos, has de esta noche perpetua, para que nunca se vaya de mi, para que nunca. . . amanezca- recitó por último el peliblanco hipnotizado por completo a la
licántropo, que al igual que él, estaba tan cerca de su rostro, que fue inevitable lo que sucedería.

Los dos volvieron a besarse, pero está vez se tomaron su tiempo, sintieron el tiempo pasar lentamente, el silenció los acompaño hasta el último segundo, sólo hasta que se separaron y ella habló -Yo no sé que se hace ahora. . . Tu eres el experto en cosas de enamorados ¿Que deberíamos hacer?- preguntó incrédula, era la primera vez que sentía algo así de intenso -Creo que ahora debería decirte. . . Qué te amo. . . Aunque no sé si respondieras igual y. . . Y. . .-
dijo Moxxie aún balbuceando con miedo, La loba por instinto lo tomó del traje para besarlo de nuevo apasionadamente, el sólo asumió que eso era un sí.

Pero desde un lugar lejano una silueta se veía moverse entre la maleza -¿Cómo osas burlarte de mi de esa forma gusano inmundo? Esa perra te tiene loco ¿No? Veamos si su estúpida reunión de media noche continúa. . .- estiró lo que parecía ser un arco y flecha apuntando justo a la frente del piel roja.

La distracción que no le favoreció en nada fue su propio corazón romperse en mil pedazos, al ver con sus propios ojos cómo su amado esposo compartia aquellas noches de bohemia que prometió serían sólo de ella y para ella. . . siendo compartidas con alguien más.

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