Cuando el huracán se cierna sobre ti,

seré yo, que me entretendré soplando las nubes.

Cuando se hunda todo aquello que construyes,

seré yo, acariciando con mis manos el agua.

Cuando en la noche huelas tu miedo,

seré yo, divirtiéndome en las sombras.

Cuando una mano invisible evite que hieras a otros como lo has hecho conmigo,

seré yo, que he vuelto de entre los muertos.

Pídeme disculpas: tal vez te perdone.