Para mí es imposible vivir sin seguir una rutina sana.

  En el desayuno suelo llenar la mitad de mi supertaza con café y leche. 

  Salvo que tenga el control de los 6 meses: me premio por los pinchazos y el ayuno en una de mis cafeterías preferidas con  pan gallego tostado, tomate, aceite de oliva extra virgen, zumo de naranja y café con leche (del Veracruz, ¡me encanta!).

  Mi comida principal es la ensalada, ¡las amo! A esta le he puesto todo en crudo: espinacas, canónigos, rúcula, tomates cherry kumato, cebolla, pimientos rojos (tienen más vitamina C que los kiwis y son riquísimos, os los recomiendo para evitar gripes, catarros y resfríos). También queso Philadelphia ensalada y pollo. Aderezada con aceite de oliva, claro.

  A esta otra le he puesto espinaca, rúcula, lechuga hoja de roble roja, tomates, pimientos rojos, cebolla,  aceitunas rellenas de anchoa, atún y cereales cornflakes (sin azúcar, claro, y ecológicos).

  Estas empanadillas son mi perdición: una vez a la semana caigo en la tentación. Son mediterráneas: atún, huevo, tomate.