V
Primera cita
[Entra en mi vida, Sin bandera]
Alexa está viendo su teléfono más de lo usual. Para sus compañeros eso no pasa desapercibido y bromean al respecto, pero ella se limita a sonreír de manera tonta y sonrojarse.
Por otro lado, Helen ha estado muy sospechosa respecto a varias llamadas y citas con algunas personas, la chica quiere preguntar, pero no sabe cómo hacerlo.
A veces se cuestiona el haberse asociado con ella, a decir verdad no lo planeó mucho, la conoció durante su primer año especializándose en repostería, ambas iniciaron los cursos juntas, pero Helen realmente no tenía ese don. Alexa, al contrario, hasta en sus momentos más torpes conseguía conquistar a todos, así que Helen se terminó acercando a ella con la propuesta de la pastelería. Alexa pondría el talento y Helen el capital, el 70% para ser exactos. Todo fue realmente bien, comenzaron a hacerse fama con clientes locales y estos fueron haciendo pedidos cada vez más grandes, contrataron a 4 personas más, aunque Alexa siempre estuvo a cargo. Todo fue muy bueno para ellas, sin embargo, la actitud de Helen era lo que no iba tan bien, siempre fue así, sin embargo, la actitud noble de la chica, que a veces caía en sumisión, no le permitía darse su lugar.
Justo cuando Alexa está terminando de comer, un mensaje de Chris llega con el nombre de una cafetería en el centro, además, le pregunta si desea que pase por ella. Lo piensa un poco, pero al final decide rechazar la oferta y verse allá, quiere pasar a su casa a cambiarse.
Helen se va poco después de las 5:00 pm, alega que tiene una importante cita, por lo cual, parece que se desata el buen humor entre todos. Amelia logra sacarle a Alexa información sobre la cita con el actor, y todos concuerdan en que debe salir antes para prepararse. Ella intenta negarse, pero al final la convencen y se va a casa.
Luego de tomar un baño, saca una montaña de ropa de su armario, nada le parece suficiente para aquella cita. Su ropa se divide en: ropa de casa, ropa deportiva, la parte casual y demasiadas prendas con estampado de superhéroes.
Se decide por unos jeans, una blusa sencilla y suelta de color rosa muy claro, unas botas de tacón cuadrado y una chaqueta. Intenta peinarse, pero sus dotes no son muy buenos, así que opta por tomarlo todo en una coleta; y del maquillaje no hablemos, pues usa lo más básico como delineador, máscara de pestañas y un humectante de labios con color.
Llega puntualmente a la cita, es un lugar con poca afluencia de gente, a pesar de esto, tarda un poco en encontrarlo, está en el fondo y al verla la saluda con la mano.
Alexa se siente nerviosa cuando hace contacto visual con él, con esa forma tan cálida en que la ha mirado, de nuevo llena su pecho de un sentimiento indescriptible.
"Izquierda, derecha, izquierda, derecha", piensa mientras camina hacia él.
—¡Hola! —Chris se levanta de la silla para dar un pequeño beso en su mejilla y luego correr la silla para ella.
—Hola —murmura Alexa un tanto cohibida por la situación.
Inmediatamente una camarera se acerca a pedir su orden, cada quien pide una bebida y agregan un mix de galletas para acompañar.
Alexa no sabe realmente qué hacer, sus citas siempre eran un caos y terminaban ahí. Pero Chris parece disfrutar hasta de sus silencios. Le da su espacio y no la presiona para hablar, al menos hasta que llegan con su pedido.
—¿Te digo un secreto? —pregunta Chris una vez que ha probado la primera galleta de chispas de chocolate, Alexa asiente —. Prefiero las tuyas.
Ella no puede evitar regalarle una pequeña sonrisa. Se apresura a probarlas y emitir un juicio sobre las galletas, aunque se lo guarda para ella.
—Gracias, me siento halagada —afirma.
—Mi madre adoró los macarrons, y qué decir de mis sobrinos, ellos se volvieron locos y no sabían cuándo parar.
—¿Llevaste lo de ayer con tu familia?—pregunta muy sorprendida.
—Sí, a ellos iba a visitar, aunque luego me di cuenta que me excedí un poco con la cantidad. Al final mis hermanos se llevaron varios a casa, mi madre se quedó con otra gran parte y yo aún tengo unos esperando en casa por mí —le confiesa.
—Es maravilloso, gracias —dice con mucha sinceridad.
Chris siente algo en el pecho ante la mirada que ella le dedica cuando le agradece, nunca antes había experimentado algo así.
Anoche tuvo el atrevimiento de hablarlo con su madre. El sentimiento que parece nacer en él es abrumador y no hubo segundo en todo el domingo en que no pensara en Alexa. La sonrisa en su madre dijo todo, pero a la vez ella no habló mucho al respecto, sólo le pidió que siguiera sus instintos.
Pero ahora todo es diferente. Puede notar que Alexa quiere iniciar alguna conversación, pero al final se queda callada y cuando él saca un tema, ella responde bien al principio, pero cuando comienza a emocionarse, se contiene y termina callada.
Su instinto le dice que esta es sólo una carcasa y que debajo de todo esto, hay una mujer completamente diferente, pero debe dar en el blanco para sacarla. Piensa un poco mientras come un par de galletas más, no es mentira, prefiere las que probó de la pastelería de la chica.
Empiezan por lo básico, ambos cuentan parte de su vida, su familia y sus carreras a grandes rasgos. Parece ser algo superficial, pero la forma en que él se expresó de su trabajo, no se compara con lo que ella ha visto en algunas entrevistas, fue más personal y lo agradece.
—¿Por qué elegiste eso? Ya sé que tienes mucho talento pero, ¿por qué?—suelta de pronto con la esperanza de hacerla hablar con soltura.
Alexa suspira y dirige su mirada hacia las pocas piezas de galletas que quedan en el plato.
—Simplemente me gusta.
—Hay algo más —dice él mirándola a los ojos al mismo tiempo que alza una ceja.
El nuevo suspiro que emite la joven es más profundo, nota que sus hombros se relajan y un pequeño brillo aparece en ellos. Parece que ha dado en el blanco con ese cuestionamiento.
Por su parte, Alexa se siente muy cómoda con él, la ha hecho reír y hasta este momento, le ha dado su espacio. Una parte de ella, siente que puede hablar con él de cualquier tema y que siempre será respetuoso. Olvida por completo haber visto su nombre en los créditos de famosas películas y se concentra completamente en el hombre caballeroso que está conociendo.
—¿Alguna vez, de niño, sentiste que naciste para algo y te veías trabajando toda tu vida así? —pregunta y el actor asiente —. Algo así me pasó, aunque no de niña. Cuando era pequeña primero quise ser una princesa y luego el power ranger rojo.
Chris no puede evitar soltar una pequeña risa, pero no hay un ápice de burla, sino que es una risa nostálgica, probablemente él quería ser algo similar. Esa actitud la reconforta.
—Estaba en secundaria, sinceramente se me quemaba hasta el agua —murmura —. Me veía viviendo sola en un futuro y comiendo comida para calentar en microondas.
Chris escucha cierta confianza en su voz y se niega a interrumpirla.
—Fue una ocasión en que mis padres me dejaron sola con mi hermano un fin de semana. Teníamos la opción de pedir comida, pero mi hermano se aferró a preparar algo, fue la sopa más horrible que he probado en la vida, aunque me la comí porque tenía hambre. Esa tarde busqué un viejo libro de recetas de mi madre y encontré algo para preparar en la cena, seguí cada paso y al final funcionó, mi hermano no dejó sobras. A partir de ahí, buscaba cualquier oportunidad para preparar algo, aunque eran cosas sencillas y con poca presentación, pero siempre obtenía el mismo buen resultado. Alguien sugirió la escuela de gastronomía, y sonaba demasiado bien para ser real. No me fue tan mal, mis sentidos fueron agudizados al igual que mis técnicas. Pero fueron dos clases las que me encantaron, administración y repostería —Alexa habla de corrido y Chris permanece admirando cada pequeño gesto y esas sonrisas discretas que se le escapan cuando menciona a su familia o algún buen recuerdo —. Fue bonito mientras duró, aprendí demasiado y al final terminé trabajando en un pequeño restaurante. Pero quería más y anunciaban un curso muy importante e interesante de repostería, no dudé en apuntarme y sin dejar de trabajar, lo tomé. Ahí estaba en miel sobre hojuelas, ¿Sabes? Los colores, los sabores y las técnicas me encantaban, era divertido. Ahí conocí a Helen, ella me sugirió la asociarnos y aquí estoy.
Él le pregunta un poco más sobre lo que preparó para el brunch de Gucci, y ella responde con la misma facilidad. Chris asiente con una pequeña sonrisa y es cuando Alexa se da cuenta que lleva hablando media hora casi sin parar.
—Lo lamento, hablé demasiado —se disculpa ella, llevando por mero instinto su mano a su boca para cubrirla.
—No, fue perfecto. Me gustó escucharte y me pareció muy interesante todo lo que dijiste —él se apresura a decirle.
—¿De verdad? —la voz de Alexa tiene un ápice de ilusión.
—A decir verdad, escuché un poco de lo que dijiste en la fiesta cuando hablabas con los socios de Salma, quedé fascinado cuando hablaste tan segura —admite, y la chica lo nota un tanto ruborizado. Es guapísimo.
Pasan un poco más de tiempo en el que él le cuenta parte de su vida como actor, pero se limita a cosas referentes a sus inicios y los fracasos que tuvo, el resto era fácil de encontrar en Internet, pero aún así tocó el tema.
Faltaba media hora para que cerraran la cafetería cuando ellos salieron, pidieron una bebida más y aperitivos salados. Él de inmediato se ofreció a llevarla a su casa y ella no pudo negarse, simplemente no quiso hacerlo.
El auto de él era de alta gama y estaba muy cuidado, Alexa no quería tocar nada para no arruinarlo. Durante el trayecto, hicieron algunos tontos comentarios sobre el clima antes de llegar al pequeño edificio en el que ella vivía. Chris de inmediato bajó para abrirle la puerta, Alexa no estaba acostumbrada a este tipo de actitudes.
—Me gustó mucho salir hoy —murmura Alexa tomando parte del valor que aún quedaba en ella.
—A mí también —responde él con las manos en los bolsillos de su chaqueta —. Me gustaría repetirlo.
Ante esas palabras Alexa tropieza pero no cae, Chris de inmediato la toma del brazo. Ella le sonríe apenada.
—A mí también me gustaría —responde.
—Estaré aquí un par de semanas y luego iré a Nueva York por unos días, espero verte durante mi estadía aquí —dice y ella asiente entusiasmada.
Chris le da confianza, ha quedado claro. Le gusta la forma en que él le habla y la paciencia que le tiene. Es muy dulce.
Alexa no quiere pensarlo demasiado y ahora es ella quien se acerca hacia él, y parándose sobre la punta de sus pies, deja un pequeño beso sobre su mejilla cubierta por una pequeña capa de barba. Chris sonríe ante el pequeño gesto, le gustó que ella tomara la iniciativa.
—Descansa —dice Alexa cuando se separa del actor y camina hacia la puerta del edificio.
—Igualmente. Te llamaré para ponernos de acuerdo —le avisa y ella asiente con uns pequeña sonrisa.
Y así lo hizo.
Chris le envió un mensaje a la mañana siguiente para quedar por la noche, y así fueron las siguientes dos semanas. No hubo día en el que ellos no se vieran, se había vuelto común que Chris pasara al menos cada tercer día a comprar algo a la pastelería y que misteriosamente Alexa estuviera despachando, para luego platicar por varios minutos. La fue a recoger algunas veces y en otras, quedaron en restaurantes para cenar. Fueron un par de veces al cine y una mañana salieron a correr, buscaban cualquier pretexto para verse.
Pero sólo quedaba una cita antes de que él volviera a retomar su agenda.
Ayyy, me encanta escribir de este par❤️
Espero que les guste este capítulo ❤️
Gracias por leer y por sus comentarios, ahí voy con las respuestas😅
A ver si encuentran una clara referencia a Fangirl🥺❤️
Por cierto, hoy es mi 4to aniversario en wattpad 🥳🥳 ¡Chris para todas! ❤️🥳
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