III

La tercera es la vencida

[Bíbidi bábidi bú, La Cenicienta]

El estrés puede ser un mal aliado...

Alexa ha dormido 10 horas en los últimos 2 días, vomitó el desayuno en ambos y se mantiene de licuados de avena. Pasó una mañana entera consiguiendo algunos ingredientes sorpresa para los postres, mientras que por la tarde, comenzó el trabajo con las masas y algunas cosas más que puede adelantar.

La madrugada previa al evento, apenas si consigue dormir y eso lo hace porque las 4 personas que trabajan con ella en la pastelería, la obligan. Probablemente sea por lo mal que se ve, así que no aceptan una negativa por respuesta y acondicionan la oficina para que ella descanse.

Su alarma suena y sale de inmediato para volver al trabajo, pero de nuevo la obligan a ponerse en primer lugar, y hacen que desayune. Gracias al cielo su estómago lo aceptó.

Cerca de medio día es cuando llega la primera camioneta con refrigeración que han rentado, es más grande que la que ellos tienen, así que les servirá para transportar más cosas. Las horas pasan y cada ayudante va partiendo hacia el evento para ir conformando la mesa y dar los últimos toques.

Alexa es la última en ir, como siempre. Da una rápida escapada al baño para lavar su cara y recoger mejor su cabello. Está hecha un desastre. Busca un uniforme limpio y presentable, intenta no verse tan mal. Cuando vienen por el último lote de postres, ella se va con ellos.

El evento promete demasiado. El lugar se ve impresionante aún sin personas, los arreglos están casi finalizados ya que en menos de una hora los invitados llegarán. A ella la conducen hacia una de las secciones de la cocina, es clima es frío para mantener todo estable. Alexa da unas últimas indicaciones sobre la presentación de las cosas y algunos minutos después comienzan verdaderamente a montar todo.

Helen llega cuando los invitados ya están presentes, luce realmente muy linda con su vestido de diseñador. Alexa ha notado que sus pocos compañeros no la toleran, pero a ella le agrada. Sin su ayuda no hubiera podido montar esto y seguiría con sus sueños volando.

—¿Está todo listo? —pregunta Helen con una gran sonrisa.

—Lo está —Alexa es la única que responde.

—Perfecto, recuerda que no podemos fallar, es nuestra oportunidad de lograr dar un gran salto —le menciona su socia.

Alexa está a punto de responder, cuando la organizadora se acerca a ellos.

—¿No falta nada? —pregunta y Helen de inmediato mira a Alexa para que responda, es claro que ella no tiene esa información.

—N-no. Todo está listo y en orden —responde la joven con timidez.

—¿Tú eres la chef repostera? —cuestiona la chica y observa su ipad ante el asentimiento de ella —. Estás en la lista de invitados, ¿qué haces aquí?

—¿Trabajo? —murmura Alexa en forma de pregunta.

—Ella no podía dejar esto, ¿quién iba a supervisar cada cosa? Necesita estar de este lado del show —se excusa Helen.

—Pues esperábamos verte del otro lado, pero está bien —dice la joven ejecutiva.

Helen recibe una llamada y se excusa para tomarla, se aleja de ellas y sale a un jardín.

—¿No te dio la invitación, verdad? —pregunta la elegante mujer.

—¿De qué habla? —Alexa ahora es quien pregunta llena de confusión.

—La señora Salma fue muy específica en ofrecer la invitación a ambas para asistir a este evento, quería darles un verdadero reconocimiento —responde sin dejar de ver a Helen —. Pero ya he visto que ella es la imagen y tú el cerebro detrás de todo. Espero que al menos puedas asistir a la fiesta posterior, no dejes que se tome todo el crédito.

Y diciendo esto, se aleja para seguir coordinando todo, dejando a la chica con una mezcla de emociones. Cuando Alexa se gira hacia sus compañeros, estos la observan de forma desaprobatoria.

—Debes ir —murmura uno de ellos, Paul.

—No lo creo —responde ella de inmediato.

—Claro que sí —afirma Karen —. La bruja de Helen no te dio tu invitación, pero estás en lista y debes ir a la fiesta.

—Alexa, ¡es tu momento! —secunda Jack.

—Alexa... Eres una de las personas más dulces y nobles que he tenido el placer de conocer, pero tu nobleza, a veces cae en una obediencia ciega. No dejes que nadie pase por encima de ti y que se quede con el crédito de tu trabajo —le dice Amelia, la mayor del grupo.

Alexa duda un poco, es entonces cuando reciben la indicación para revisar las charolas vacías y llevar de nuevo las mesas. Todos salen en fila para comenzar la operación.

Es ahí cuando lo nota, Helen está recibiendo una calurosa felicitación por el director general de Kering. Escucha claramente como la adulan por el trabajo que Alexa misma hizo, y que su socia, en ningún momento lo menciona, quedándose con todo el crédito. La chica se limita a tomar los platos y charolas vacías que de inmediato son sustituidos por unos llenos de los mismos postres.

Cuando Alexa llega de nuevo a su sección en la cocina, algunas lágrimas se escurren por sus mejillas. Está molesta, pero tampoco quiere hacer un escándalo. Igual no haría mucho, pues siempre que discute, termina llorando.

Respira profundo y escapa rápidamente al baño para lavar su rostro. Continúa trabajando hasta que los invitados comienzan a marcharse para la preparación del evento nocturno.

—¿Irás? —le pregunta Jack a Alexa que niega con la cabeza.

—La madrastra ya se ha ido, es momento de que el hada madrina haga su aparición —dice Karen cuando llega con las mobiliario sucio.

—Helen no es mi madrastra —murmura la chica.

—Bueno, es una unión de todas las hermanastras, ¡la detesto! —afirma Paul —. Debes ir, Alexa. Nosotros nos haremos cargo de todo.

Amelia nota la indecisión en su rostro y le da un pequeño golpe con un batidor globo, simulando que es una varita mágica.

—No hay mucha magia en esto, pero como segunda al mando, te relegó de tus actividades y te envío a que te prepares para la fiesta —dice Amelia.

Están comenzando a convencerla. Pero, ¿Qué usará? Helen llevaba un vestido de diseñador y es probable que esta noche aparezca con uno diferente. Recuerda el vestido que aún tiene la etiqueta y que reposa en el fondo de su closet, le podría servir, pero aún queda el resto del arreglo. Cuando les hace saber eso a sus compañeros, ellos ya tienen la solución.

—Karen irá contigo —dice Paul viendo a su novia —. Es la mejor.

—¡Debemos irnos Alexa! —exclama la chica para que su compañera no pueda negarse.

—¡Corre, Cenicienta, corre! —gritan Jack y Paul al unísono.

Con mucho trabajo, Karen la saca del gran lugar del evento y encuentran rápidamente un taxi. Primero lleva a Alexa a su casa para que tome un baño y se preparé, mientras ella hace un viaje rápido a la suya por su maquillaje y demás utensilios.

Alexa no sabe decir que no, y en este momento, no lo desea aprender. Una parte de ella quiere ir a esa fiesta, sentirse importante por algunos minutos.

Como le ha pedido Karen, toma una necesaria ducha y seca su cabello con ahínco, hidrata su piel y aún con la bata puesta, saca aquel gancho con una bolsa encima. El vestido realmente es bonito y cuando su compañera lo ve, queda encantada. Según Karen, el color queda bien con su piel y el corte acentúa los lugares correctos en su cuerpo.

La chica estudia brevemente la piel de Alexa y luego de esto comienza su trabajo. En el tiempo que lleva maquillando, lo que verdaderamente es su segunda fuente de ingresos, Karen ha aprendido que el peor error es darle una imagen que no corresponda a lo que es. No quiere dejar a una Alexa irreconocible, sino a una mujer que se vea bella y lo más natural posible.

Cuando finaliza con su maquillaje y cabello, no deja que Alexa se vea hasta que se coloque el vestido y los tacones. Una vez lista, la conduce hasta el espejo de cuerpo completo dentro de la habitación principal.

Alexa realmente se siente Cenicienta y que sus compañeros son los ratoncitos que la animan, mientras que Karen es el hada madrina que consiguió el cambio. Le agrada que siga siendo ella, sólo que con la piel más tersa y algunos destellos, pero lo demás se mantiene natural. Se siente bonita.

—¿Esto se cae a media noche? —pregunta Alexa señalando su cuerpo.

—¡Claro que no! Te ves maravillosa y debes disfrutar esta noche —afirma Karen muy satisfecha por su trabajo, por algo es la encargada de pintar los pasteles a mano, es la mejor.

—Gracias, Karen —murmura y la abraza.

La chica devuelve todo a su gran maleta y bajan del edificio, Paul ha conseguido que su hermano le preste su bonito auto y se ha ofrecido a llevarlas, así como ayudar a su novia con sus artilugios.

Durante el trayecto, Paul y Karen intentan mantener a Alexa con mucha confianza, no dejan de adular lo bien que se ve y que realmente merece esto. Al llegar al evento, Alexa siente miedo y antes de que se arrepienta, Paul desciende del auto y la hace bajar, pues ella comienza a negarse.

—Si necesitas volver a casa, me llamas, pero no aceptaré tus llamadas hasta luego de media noche, ¡diviértete! —le dice el chico y sin esperar respuesta, corre al auto para abordarlo, Karen se despide de ella desde el lado del copiloto.

No es muy complicado que Alexa entre, a pesar de que no lleva invitación, su nombre está en la lista y se inmediato la hacen pasar.

Muchas personas caminan a su alrededor, pero nadie le presta verdadera atención. Su mirada busca a Helen, la encuentra rodeada de varias personas. En su mente comienzan a repetirse todo lo que sus compañeros le han dicho los últimos días, se siente usada y molesta, cosa que no es muy buena combinación, pero que en este momento se arma de valor para que camine hacia ese pequeño grupo de personas.

—Buenas noches —saluda Alexa con toda la seguridad que puede.

Helen la observa sorprendida mientras su sonrisa desaparece, pero Salma se aleja de su esposo para estrecharla en un caluroso abrazo.

—¡De ella hablaba, señores! Esta chica es un diamante en bruto —exclama con su singular acento —. Quería presentarla hace un rato, pero no te vi

Alexa es el centro de atención, así que ha quedado muda y no puede responder a la amabilidad de la mexicana. Su poca confianza se esfumó.

—Ella ha sido la responsable de todo lo dulce en el brunch —continúa la actriz —. Y la creadora del pastel de Valentina —le dice a su esposo.

El magnate sonríe complacido, recordar la sonrisa de su hija ante aquella creación lo hace feliz. Se acerca a Alexa y estrecha su mano, seguida de una sincera felicitación.

Helen está molesta. Se supone que Alexa no iba a asistir y se quedaría en la pastelería, pero aquí está, tomando la atención que antes era para ella.

Alexa logra murmurar palabras de agradecimiento al millonario que no se detiene y le muestra algunas fotos de su hija con su pastel, causando que la chica se sonroje. Baja la mirada al escuchar todas las buenas palabras de Salma hacia ella, y cuando la levanta, su mirada hace contacto con una que no se aparta.

Alejado de ella por algunos metros, pero dentro del mismo círculo, alguien la observa. Su mirada está fija y la pone un tanto nerviosa. Él se mueve un poco y puede distinguirlo. Su corazón da un vuelco de inmediato y su fangirl interior quiere comenzar a gritar de la emoción. Chris Evans sonríe con discreción cuando sus miradas se encuentran, pero Alexa es lo suficientemente tímida como para fingir que no ha pasado y continuar la plática con la pareja.

Chris no puede apartar la mirada de aquella joven, es preciosa. Aquel vestido se acomoda a los lugares correctos y su rostro es muy dulce. Se sorprende cuando Salma la presenta como la verdadera cerebro detrás de lo que Helen presumía. Le parece adorable cuando el magnate se acerca a ella y la chica se sonroja, pero luego su mirada se suaviza cuando le muestra las imágenes.

—¡Debo presentarte! —exclama de nuevo Salma y toma del brazo a la joven para comenzar con su idea.

Alexa siente que ya le duelen las mejillas de tanto sonreír y ha perdido la cuenta de las veces que ha dicho "gracias", pues cada persona que Salma le presenta, sólo tiene cosas buenas para decirle y ella no puede estar más que feliz, aunque algo incómoda por la excesiva atención.

Helen se les une de pronto y entrelaza el brazo libre de Alexa contra el suyo, la deja confundida aquella actitud, pero cuando llegan frente a Chris Evans, lo entiende. Y es que Helen si había notado que el actor no había dejado de mirar a la chica, que la escanea constantemente y que le sonrió cuando Alexa se dio cuenta.

—Ella es la mejor pastelera del mundo y la gran mente detrás de mucho de lo que degustamos en el brunch, Alexa Smith, y él sólo es Chris Evans —dice la actriz sonriendo con burla.

El actor le sonríe de una forma inexplicable, hay tanta calidez en esa sonrisa, que de inmediato percibe aquel calor alojarse en lo más profundo de su pecho. Los ojos azules de Chris parecen brillar más de lo usual cuando Salma menciona el nombre de la chica, la preciosa joven ahora tiene un nombre.

Salma se aparta de Alexa para que Chris se acerque a saludarla, pero Helen no tiene los mismos planes y no desea soltar el brazo derecho de la chica. El actor lo nota y toma el brazo de la socia mayoritaria para apartarlo del de la joven, y poder tomar su mano entre las suyas.

Alexa está sintiendo que el aire le falta ante aquel contacto, y casi se siente morir cuando el ojiazul lleva su mano hacia sus labios, para dejar un pequeño beso en el dorso de esta.

Definitivamente él es el príncipe azul, obviamente Alexa es Cenicienta y aún se debate entre el lugar que tomará Helen, tal vez como madrastra o una de las hermanastras.

Alexa se sonroja ante tal gesto y siente sus piernas temblar, es demasiado galante. Helen rápidamente se aproxima al actor y entrelaza su brazo con el suyo

—Sigamos con las presentaciones —dice Salma al notar aquel momento tan raro.

¡Ya se conocieron! 🥳🥳

Espero entiendan la referencia 😅

Gracias por leer ❤️ ❤️ ❤️

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