09. ❝VOLVIENDO ALA VIDA❞
ELENA APARECIO EN UNA GRADAS JUNTO AL RESTO DE LA FAMILIA SANCHEZ, SE CONFUNDIO AL NO ver a Manolo alado de ella y aún más cuando lo vio en el centro de la arena.
─ ¡Tienes que terminar a todos los toros que han derrotado la familia Sanchez!.
Se atragantó con su propia saliva al escuchar tal cosa, según el pueblo la familia sanchez había sido muy famosa por derrotar a miles se toros y ella estaba segura de que esto no sería nada fácil.
─ Deben ser miles.
─ Todos, a la, vez, si cumples esta tarto vivirás de nuevo y si fracasas tu y Elena serán olvidados para siempre ─ la castaña trago saliva.
Manolo observo a su alrededor con el pánico corriendo por sus venas, miles de toros a su alrededor dispuestos a acabar con el pero el también con ellos, haría todo lo que estuviera a su alcance para que Elena volviera con su familia.
─ ¡Vamos Toros!.
Esquivo a varios se ellos con mucha astucia recibiendo gritos de apoyo de su familia, y de las dos personas más importantes para el.
─ ¡Vamos, Manolo! ─ grito su mamá en apoyo alado de su nuera.
Elena puso sus manos alrededor de su boca como si fuera un megáfono ─ ¡Tu puedes, Manolo! ¡No olvides que te amo!.
Y solo ese grito hizo que el interior de Manolo se encendiera en llamas, saber Que Elena lo amaba y que algún día formaría una familia con ella solo lo hicieron concentrarse más en su objetivo.
─ ¡Manolo, tu padre está aquí! ─ escucho el grito del hombre de cerca y en su interior sintió un revoltijo.
─ ¡Papa!.
─ Elena, Manolo ─ los miro a ambos con preocupación en sus ojos y ella temió lo peor ─ Chakal y sus hombres están en la entrada de san ángel ─ Elena suspiró preocupada ─ Mande a llamar a tu padre, espero que lleguen a tiempo ─ le dijo a su nuera.
Manolo se levantó con dificultad, tenía que regresa a salvar el pueblo que lo vio crecer.
Y cuando Menos lo noto un enorme toro, pero enorme y se pregunto si tal vez podía vencerlo porque de eso dependía su vida.
Elena jadeo preocupada cuando el Toro empujó a Manolo fácilmente casi llegado ala onda de fuego que estaba alrededor de ellos.
─ Por favor, mi amor se que tu puedes ─ murmuró uniendo sus manos rezando para que todo saliera bien y su futuro esposo saliera intacto.
─ ¡La bestia callo!.
─ Es tiempo de acabar con esto.
Manolo observo con duda la espada y la guitarra, y por un momento su mirada se dirigió con decisión hacia su futura esposa quien le dio una dulce sonrisa sabiendo lo que hiba hacer a continuación y ella lo apoyaría en todo momento.
El Toro volvió en sí y Manolo tocó una melodía pequeña dispuesto a hacerlo recapacitar, el Toro sin esperar lo volvió a golpear lanzandolo lejos.
─ ¡Manolo! ─ Elena grito con preocupación al ver a Manolo caer tan fuertemente temiendo que hubiera salido lastimado.
Manolo se levantó de nuevo y tomó la guitarra mirando la escritura en ella, Sin dudas su amada siempre lo apoyaría.
─ Toro me da pena y te suplico perdonar...─ Elena sonrío al escucharlo cantar con esa voz tan dulce ─...A los que algún día te vinieron a matar, sufriste la injusticia de otros tantos como tú, te ofrezco mis disculpas respeto y gratitud.
El Toro se acercó dispuesto a aplastarlo.
─ ¿Me perdonas, Toro me perdonas? Mi verdad esta en esta canción, si nos quisimos matar te ruego que hoy me puedas escuchar, si puedes perdonar, si puedes perdonar, la paz llegará. Si puedes perdonar, si ojetes perdonar, el amor vivirá, siempre vivirá.
Tocó la pata del toro haciendo que este se desintegrara en miles de pétalos de rosas asombrando a toda la multitud.
─ ¡Lo logró! ─ Elena corrió escaleras abajo corriendo hacia Manolo quien la esperaba con los brazos abiertos, se lanzó hacia el y la levantó unos centímetros del suelo mientras se besaban con todo el amor.
Pegaron sus frentes mirando a los ojos, el amor se veía reflejado en ellos.
─ Lo lograste, Manolo, lo hiciste ─ lo abrazo y el paso las manos por su cintura acariciándole con lentitud.
─ Lo logramos ─ dijo su futuro esposo al separarse ─ Y te prometo que desde ahora ambos escribiremos nuestra propia historia, con amor, peligro y todo.
─ Peligro no, porfavor, tuve suficiente ─ pidió ella con un puchero haciendo reír al músico.
La tomo de la cintura y la acerco a él de golpe sacandole un grito ahogado.
─ Cómo mi reina diga.
La beso con decisión y desde ese momento Manolo supo que siempre estaría para Elena, siempre y cuando ella lo quisiera.
SHIBALBA SE EQUIVOCO, EL MIEDO DE MANOLO NO FUE LIDIAR CON TOROS
─ Siempre te dije que un Sanchez jamas se disculpa ─ Manolo intento decirle algo con una voz triste ─ Pero tu cambiaste todo eso, debí ser un mejor padre.
Elena atrajo al padre de Manolo y a la madre para abrazarse como la Familia que eran.
Y EN ESO MOMENTO MANOLO SUPERO SU PEOR TEMOR, SER EL MISMO
─ Cómo dictan las ancestrales reglas...─ el hombre de cerca llamo su atención ─ Te, damos, vida ─ pronunciaron los tres seres tomándose de la mano para cumplir su palabra.
─ Ten cuidado allá arriba, hijo ─ Manolo asintió ante las palabras de su madre, Ella se acercó a Elena y tomó sus manos entre las suyas ─ Por favor cuida de mi hijo y hazlo muy feliz ─ pidió.
Elena le regalo una sonrisa amistosa ─ No sé preocupe, su hijo estará en buenas manos ─ Miro a su futuro esposo quien le sonreía con cariño.
Solto las manos de la mamá de Manolo y tomó la mano de él, con las manos entrelazadas una luz los envolvió, Elena cuando su color normal había vuelto se sentía viva de nuevo aunque para ella jamás lo hubiera estado, Sintió una fuerza elevarla su cuerpo estaba pegado al de Manolo quien la abrazaba contra el protegiéndola, ambos tenían los ojos cerrados esperando lo que pudiera pasar.
Elena alcanzo a observar al Chakal y miro a Manolo, se alejaron y lo primero que hizo Manolo cuando estaba al vista de todos fue darle un golpe fuerte al Chakal en la mandíbula quitándole la medalla en el proceso.
Elena tomó una espada que estaba tirada en el suelo, supuso que era de Joaquin porque muchas veces se la había presumido, la tomó con fuerza dispuesta a pelear por su pueblo, hasta que sintió unos brazos delgados abrazarla, una persona sollozaba en su hombro negándose a soltarla.
María había sufrido tanto cuando recibió la noticia de la muerte de su hermana que no lo creyo y verla hay viva le causaba miles de sensaciones.
─ Elena ─ sollozo su hermana seperandose de ella.
Elena sonrío y tomó las mejillas de su hermana quitando cualquier rastro de lágrimas ─ ¿Estas bien? ¿Que rayos te paso? ─ pregunto preocupada al ver algunos rasguños en su piel.
─ Eso no es importante ahora ¿Cómo estás viva? ─ pregunto anonadada.
─ Tampoco es importante ahora, toma tu espada y no la sueltes jamás, el pueblo es lo más importante en este momento ¿De acuerdo? ─ su hermana asintió y ambas vieron como Manolo se acercó a ella.
No le dio tiempo de reaccionar cuando su prometido la atrajo por la cintura y puso una mano en su pecho ante la sorpresa.
─ Prométeme que te cuidarás ─ Pronunció Manolo con un gesto preocupado porque aunque quisiera sabía que no habría manera de cambiar la Desicion de Elena, incluso si la encerraba en algún lugar ella buscaría la forma de salir para luchar por su pueblo.
Elena asintió y acaricio la mejilla del hombre ─ Te lo prometo pero tu prométeme que también te cuidarás.
─ Lo prometo, de eso no hay duda.
Justo cuando Chakal hiba a interrumpirlo Manolo tomó de sorpresa a todos cuando la beso frenéticamente enrollando sus brazos alrededor de su cintura protectoramente.
Cuando se separaron Elena suspiro anonadada y toco sus labios con una sonrisa totalmente enamorada, jamas le habían dado un beso tan apasionado que hiciera que las mariposas en su estómago volarán como locas.
─ Cuídame esto amigo ─ le lanzó la guitarra a Joaquin y este no tuvo otra opción aunque agradecía que Manolo estuviera aquí ─ ¡Oye! ─ llamo la atención del Chakal quien parecía furioso de ser ignorado ─ Mi padre dice que odias a los toreros.
─ Odio a Toro el mundo ─ Elena frunció el ceño ante tal chiste tan malo y aún más cuando Chakal escupió a uno se sus secuaces.
─ Entonces peleare contigo ─ desenvaino ambas espadas dando una genial vista a Elena quien mordió su labio extasiada.
Elena sacudió su cabeza reprendiendose de tener esos pensamientos en un momento así, no era momento de pensar en eso, era momento de pelear...
...Era momento de defender su pueblo a capa y espada y eso haría.
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