Capítulo Único
Yok había sido clara con sus consejos para que Porsche pudiera recuperar a su hombre, volverlo loco de placer y tenerlo totalmente a sus pies.
"Tienes que parecer débil" fue el primer consejo que la bella mujer dueña del bar donde Pachara solía trabajar de bartender, le había dado.
Por esa razón había aprovechado que Pete había ido con el señorito Khun a ver películas. Ese era su momento.
Se había mantenido en ropa interior y con su camisa blanca. Bailaba con emoción por toda la sala de la habitación, queriendo calentar su cuerpo para convencer a Kinn de que estaba enfermo, aún cuando no era así.
-Kinn va a caer por mi.- se dijo Porsche con seguridad, bailando sobre el sofá y por toda la sala, sintiendo cómo poco a poco su cuerpo si que se iba poniendo más caliente.
Pronto unos toques en su puerta lo alertaron de la presencia del hombre que dominaría esa noche. Corriendo se recostó en el sofá y se tapó con la colcha que había dejado ahí estratégicamente.
Anakinn entró con su pijama de seda azul, con la bata abierta, dejando ver su escultural torso.
-¿Estás bien?.- preguntó el hombre de piel pálida, preocupado por el estado de su guardaespaldas.
-No.- mintió Porsche tosiendo falsamente para hacer más creíble su débil estado.
El futuro jefe de la mafia se apresuró a acercarse al menor, sentándose en el sofá para comprobar si este tenía fiebre. Con cuidado dobló las mangas de la camisa ajena y sintió la cálida piel, desabotonando la camisa del moreno puso su mano sobre su pecho para una vez más sentir el calor que el cuerpo tumbado emanaba.
-¿Tomaste medicina?.- preguntó Anakinn sinceramente preocupado, pues nunca había visto enfermo a su guardaespaldas y ahora que le tenía tanto cariño, no podía evitar pensar en cuidarlo.
-No.- respondió Pachara tratando de sonar débil. -Pete no estará en toda la noche, fue a ver películas con el señorito Khun, así que tal vez lo espere.-
-Yo voy con él.- dijo Kinn tratando de ponerse de pie, siendo detenido por el moreno.
-No hace falta.- comentó Porsche haciendo que el pálido volviera a sentarse. -Si en realidad quieres ayudarme, es suficiente con que me limpies.- agregó.
-¿Enserio eso es suficiente?.- preguntó Anakinn confundido por la actitud de su guardaespaldas.
-Ujum.- fue la afirmación que dio el menor.
-Entonces iré por una toalla.- Anakinn haría lo que su guardaespaldas necesitará, porque siempre se preocupaba por ese hombre que le había robado el corazón.
-No es necesario, estoy listo.- se apresuró a decir Pachara, deteniendo una vez más al hombre de piel pálida. Con la mirada y su maño le señaló la mesa en la que había dejado un cuenco con agua y junto a esta una pequeña toalla.
Kinn miró extrañado al hombre recostado en el sofá. Sabía que Porsche estaba actuando muy extraño, pero de alguna forma le parecía divertido y quería ver hasta donde llegaba el moreno.
El pálido metió la toalla al agua y exprimió el exceso de esta. Poco sabía el futuro jefe de la magia que mientras él hacía eso Porsche ya estaba quitándose la camisa.
-Bien, quítate la ropa.- pidió Anakinn antes de darse la vuelta, encontrándose ya con que Pachara estaba desnudo, solo cubriendo su intimidad con la colcha.
Porsche estaba muy decidido con lo que quería hacer y la voz de Yok en su mente le decía cual era el siguiente paso en su plan por atraer de nuevo a su hombre. "Controla la situación, no dejes que el enemigo haga lo que quiera".
Kinn miraba extrañado a su guardaespaldas, no entendía para nada esa extraña actitud. No comentó nada respecto a la disposición del moreno por desvestirse, por lo que solo volvió a sentarse y tomó el brazo de Porsche para limpiar su piel.
-Levanta el brazo.- pidió el pálido, pasando con delicadeza la húmeda toalla por la piel ajena.
De pronto, cuando Anakinn pasaba por el pecho de Porsche, este hizo un extraño ruido, como un quejido.
-¿Estás bien?.- preguntó Kinn, sin saber si reír o mantenerse preocupado por su guardaespaldas.
Pachara sólo asintió en respuesta, escondiendo su rostro en la mano en la que estaba recargado. No importaba el lugar por donde el pálido pasara la toalla húmeda, el moreno no dejaba de hacer ruidos, casi como quejidos.
-Ah Kinnie.- gimió Porsche cuando la toalla fue pasada por su pecho.
Está vez el nombrado miró muy extrañado al hombre enfermo. Pocas veces escuchaba a Porsche gemir su nombre y definitivamente nunca había sido en una situación tan extraña como en la que estaban ahora. Queriendo jugar aún más con el tierno hombre, Anakinn volvió a pasar la toalla por el pecho ajeno.
-Tengo frío.- jadeó Pachara con voz temblorosa, aparentando tener frío, aún cuando todo era una vil mentira.
-Está bien, bien.- Kinn dejó la toalla sin cuidado sobre la mesa frente a ellos. -Te cubriré.- dijo haciendo amago de cubrir el cuerpo ajeno con la colcha.
-No, no.- se quejó Porsche deteniendo al mayor. -Dije que tengo frío.- agregó pasando su mano por sobre el muslo ajeno, acariciando sutilmente a Kinn.
El pálido miró demasiado extrañado a su guardaespaldas, confundido era poco con lo que sentía en esos momentos, aún cuando le parecía muy divertida la actitud casi de ebrio que tenía el moreno.
-Y aquí está más cálido.- afirmó Pachara llevando su mano sin escalas a la intimidad de Anakinn, acariciando su miembro por sobre la seda color azul.
-Estas muy raro hoy.- dijo Kinn y cuando menos lo notó, Porsche ya estaba quitándose la colcha.
Sin esfuerzo alguno Pachara empujó a Anakinn sobre el sofá, recostándolo ahí, subiéndose a su cuerpo, justo sobre su pelvis. El pálido abrió los ojos con sorpresa por lo dominante que estaba siendo el hombre con el que tanto se había encariñado.
-¿Te gusta?.- preguntó Porsche poniendo sus manos sobre el fornido pecho ajeno.
No hubo respuesta verbal, pero las manos de Anakinn buscaron su lugar en el redondo trasero de Porsche, tan rápido que incluso se escucho como una nalgada, cosa que encendió la llama en ambos hombres, pues para que negarlo si les gustaba la rudeza en el sexo.
Kinn adoraba demasiado amasar el perfecto trasero de Porsche, lo estrujaba con gusto y satisfacción, admirando el hermoso rostro del hombre sobre el, el cual llevó sus manos sobre las que tomaban su trasero, como incitándolo a tomarlo con más fuerza.
Pachara no perdió la oportunidad de pasar sus manos por todo el fornido torso que adoraba, subiendo por el hermoso rostro que solo le sonreía a él, que sólo junto a él se volvía dulce y tierno. Anakinn se levantó un poco y buscó los labios ajenos para poder besarlo, sin importarle si realmente Porsche estaba enfermo, pues nada podría menguar ese deseo que el moreno encendía en él.
Con el deseo corriendo por su ser, Kinn metió sus manos debajo de la ropa interior blanca que sabía que Porsche adoraba usar por sentirse cómodo. Entre sus manos tenía esa suave piel del redondo trasero del moreno y eso lo hizo endurecerse por completo.
Su beso no duró demasiado, pues Pachara tenía otros planes para ellos, por lo que se alejó del pálido y atacó directamente las clavículas ajenas, muy cerca de uno de esos prominentes pechos que sabía que eran muy sensibles. Anakinn suspiró en el oído ajeno antes de morder el lóbulo del moreno, paseando su lengua por ese lugar que hacía estremecer a Porsche con cada jadeo que resonaba en su oreja.
De pronto el sonido de la puerta siendo abierta los alertó. Porsche jaló a Kinn sobre su cuerpo y rápidamente los cubrió a ambos con la colcha con la que antes estaba tapado. La forma tan descuidada en la que lo hizo permitió que los pies de Kinn se asomaran.
-감사합니다(Kamsahabnida).- dijo un Pete muy borracho, haciendo una reverencia como cuando se iba a rezar al templo, aún con una botella de soju en la mano.
-¿No dijiste que verías películas con el señorito Khun toda la noche?.- preguntó Porsche cubriendo bien la cabeza de Kinn, para que el más bajo no fuera a descubrirlos.
-Si, pero el señorito Khun quería beber, así que yo también bebí un poco y el ahora está dormido.- explicó el ebrio hombre acercándose al sofá. -Porsche creciste mucho.- dijo poniendo su mano sobre el pie que estaba justo al lado de donde él se sentó.
-Estás viendo borroso.- dijo Pachara, tomando ventaja de que su ebrio amigo probablemente ni fuera a recordar lo que había pasado esa noche.
-Creo que me iré a dormir.- anunció Pete poniéndose de pie, caminando a tropezones hasta la habitación que compartía con Porsche. -Buenas noches.- agregó, además de algunas palabras en coreano que nadie entendió.
Una vez la puerta fue cerrada, Porsche descubrió el rostro de su guapo amante, el cual lo miraba con cierta preocupación, pero sin dejar de lado el deseo que había despertado en él.
-¿Que hacemos?.- preguntó Kinn, mientras el moreno acomodaba el cabello negro que se había despeinado a causa de la colcha.
-No lo sé.- respondió Porsche algo preocupado, pues nadie en la mansión sabía de su "relación" con el heredero de la familia mayor.
-Pero esto también es emocionante.- mencionó el pálido apretando la cintura ajena, estirándose para acercar su rostro al del moreno.
-Estas loco.- se quejó Pachara intentando alejar a Kinn, el cual se mordía el labio con deseo. Aunque el moreno no podía entender cómo este se mostraba tan tranquilo cuando podían atraparlos si hacían algo.
-Hey.- gritó Pete de pronto, abriendo la puerta de la habitación.
Rápidamente Porsche tapó con la colcha a Kinn, abrazándolo contra su pecho, totalmente asustado por su ebrio amigo.
-Te voy a contar la trama de la serie.- anunció el más bajo caminando hasta el escritorio, donde jaló la silla para sentarse.
Pachara sentía su corazón latir preocupado. Aunque debajo de la colcha, el pálido no contenía su deseo, traviesamente comenzó a dejar besos por todo el pecho del moreno, incluso se atrevió a lamer uno de los duros pezones.
-Al final de la historia...- comenzó a contar Pete, acomodando su rostro sobre el escritorio, cerrando los ojos.
-Pete.- lo llamó Porsche al notar como su amigo se había quedado dormido. -Hey Pete.- lo volvió a llamar un poco más fuerte, pero este ni se inmutó.
Lentamente Pachara descubrió a su amante y este volteó hacia donde estaba el más bajo, durmiendo plácidamente.
-Pete.- lo volvió a llamar el moreno, mientras Kinn y él salían de la colcha, demasiado ansiosos por seguir con lo que planeaban hacer, aún con el inesperado invitado que tenían.
Porsche fue empujando al pálido para recostarlo de nuevo sobre el sofá y con fuerza lo jaló de las piernas para acomodarlo justo donde él quería, subiéndose de nuevo sobre su pelvis. Por un momento Kinn vio con algo de miedo al hombre que deseaba, pues nunca había sido así de dominante cuando estaban en la intimidad.
Tomando la colcha, Pachara los cubrió a ambos, inclinándose sobre Anakinn para poder besarlo.
-¡Ya!.- gritó Pete de pronto, asustando a los dos hombres bajo la colcha.
Se quedaron quietos un momento, viendo a los ojos con sonrisas cómplices y divertidas, como si fueran adolescentes apunto de hacer alguna travesura, pero así se sentía ese excitante momento, pues nadie debía descubrir que Kinn tenía una especie de relación con su guardaespaldas, Porsche.
Al solo seguir escuchando las palabras incoherentes que Pete decía en otro idioma, decidieron seguir con su plan inicial, pues el más bajo en serio parecía demasiado ebrio como para siquiera notar lo que pasaba a su alrededor.
Kinn llevó sus manos directamente a la parte que más adoraba de su amante, ese firme y voluptuoso trasero. Con deseo lo apretó a su completo antojo, recibiendo en sus labios los jadeos de Porsche.
El moreno tenía aún en mente que él debía controlar la situación, por lo que movía sus caderas de forma lenta sobre la erección del pálido, extasiado con los jadeos que este soltaba debido a la fricción en su parte íntima.
Pachara tomaba entre sus manos el sobresaliente pecho de Anakinn, estrujando esos firmes pectorales a su gusto. Sus labios apenas se rozaban, ambos jadeando, mirándose con ese deseo que siempre parecían sentir por el otro.
-Porsche.- gimió bajo el pálido, sintiendo las traviesas manos ajenas juguetear con sus sensibles pezones.
El nombrado sonrió con gusto al poder provocar tanto en ese guapo hombre que se hacía pasar por un jefe frío y despiadado. Pachara nunca dejó de mover sus caderas sobre la erección ajena, el mismo estaba duro y le gustaba sentir como sus partes bajas se friccionaban.
-No hagas ruido.- ordenó Porsche sonriendo con malicia, aumentando el ritmo de sus caderas, apretando los duros pezones con los que jugaba, causando que Kinn mordiera su labio para intentar retener los gemidos que quería soltar.
-Estas siendo malvado.- gruñó el pálido adentrando sus manos bajo la ropa interior del moreno, llevando sus dedos a ese lugar íntimo que ansiaba tanto profanar.
-Cállate, hoy yo tengo el control.- sentenció Porsche rodeando el cuello ajeno, uniendo sus labios desesperadamente.
El guardaespaldas disfrutaba mucho de los arrebatadores besos que su jefe le daba, aún cuando le había costado tanto aceptarlo, quería a Kinn y le gustaba cuando estaban en la intimidad, aún cuando él fuera el pasivo de la relación.
En su apasionado beso sus lenguas se enredaban con placer, compartiendo su saliva de forma desastrosa, haciendo que esta se escurriera por la comisura de sus labios.
-Kinnie.- jadeó Pachara cuando sintió un travieso dedo adentrarse en él.
-Me gusta tanto tu voz gimiendo mi nombre.- murmuró Anakinn llevando hasta el fondo su falange, buscando el punto dulce de su amante.
-Ah Kinn.- gimió bajo el moreno, dejando caer su cuerpo sobre el pálido, gimiendo en su oído, lamiendo traviesamente esa sensible parte del cuerpo ajeno.
Ambos habían olvidado por completo que tenían a un invitado en la misma sala. Se sonreían con placer y deseo, compartiendo en sus miradas ese mar de sentimientos que sólo el otro ocasionaba en ellos. Porsche gemía por lo bajo cada que su próstata era tocada, cuando un dedo se sumaba a su estrecho pasaje o cuando Kinn gemía en su oído.
-Porsche.- repetía Anakinn ayudando al moreno a seguirse moviendo sobre él, friccionando sus erecciones.
Escuchar a su jefe gemir su nombre era todo un placer auditivo. Esa voz tan sensual despertaba en Pachara un deseo que nunca antes había sentido, todo su ser se encendía con esos gemidos.
Con desesperación Porsche alejó las manos de Kinn de su cuerpo y como pudo se quitó la ropa interior, tratando de mantenerlos aún cubiertos por la colcha, en caso de que Pete despertara o alguien más decidiera interrumpirlos.
Para fortuna del moreno, su jefe solía usar sólo esa pijama de seda, sin nada debajo, lo cual era de gran ayuda en esos momentos que quería ser tomado.
-Siempre estás listo, ¿no es así?.- preguntó Porsche en un murmuró, sentándose sobre los muslos ajenos para poder acariciar la húmeda erección ajena.
-Para ti siempre estoy listo.- afirmó Kinn paseando sus manos por el cabello del moreno, jalándolo hacia su boca para besarlo con rudeza, mordiendo sus labios y succionando su lengua a su completo antojo.
"Tienes que tomar el control" se recordó Porsche alejándose de los dulces labios de su amante. Con sensualidad levantó sus caderas y alineó la dura erección ajena en él, bajando lentamente, disfrutando ver como Kinn jadeaba y apretaba su trasero, producto del placer.
El calor bajo la colcha era casi insoportable, sus cuerpos estaban sudorosos, pero de alguna forma eso solo agregaba más placer a su encuentro. Además del hecho de que podían ser descubiertos si Pete despertaba a causa de lo ruidosos que estaban siendo.
Porsche comenzó moviendo sus caderas de adelante hacia atrás, tratando de contener sus gemidos al sentir el pene de pálido rozar su próstata. Una vez se sintió más cómodo con el gran miembro en su interior, descendió sobre el cuerpo de Kinn, juntando sus torsos y sus labios al mismo tiempo.
Mientras se besaban, Pachara continuaba con sus movimientos, usando sus piernas dobladas se levantaba un poco y volvió a enterrar el miembro de Anakinn en él, causando que ambos gimieran en su beso.
Kinn parecía querer tomar el control de la situación, apretando el trasero del moreno para ayudarlo a penetrarse aun con más fuerza.
-No no no.- Porsche se alejó de los rojos labios.
El pálido lo vio extrañado, aunque no podía quejarse, estaba disfrutando dejarse hacer por su amante.
-Yo tengo el control.- murmuró de forma sensual el moreno, poniendo sus manos sobre el pecho ajeno, impulsándose para empezar a dar pequeños saltos sobre el miembro que estaba profundamente dentro de él.
-Porsche.- gemía Kinn por lo bajó, amando lo apretado que siempre estaba su amante.
Sin oponerse, Anakinn se mantuvo solo apretando ese redondo trasero que lo volvía loco desde el primer día, pues no iba a mentir, le encantaba ver su guardaespaldas con el traje negro que se amoldaba tan bien a su espléndido cuerpo y que hacía ver su trasero tan perfecto.
Los jadeos resonaban bajo la colcha, aunque intentaban mantenerse lo más callados posible, pero aún así no podían evitar gemir el nombre del otro, demasiado perdidos en su burbuja de placer.
Porsche subía y bajaba a su completo gusto por el miembro de Kinn. Nunca pensó disfrutar tanto tener un pene en él, pero ahí estaba, moviendo sus caderas en busca de más placer.
Sentir las grandes manos del pálido apretar su trasero, lo encendía aún más. Adoraba la posesividad con la que Kinn apretaba cada una de sus nalgas, ayudándolo a enterrarse aún más profundamente.
-Kinnie.- Porsche no pudo evitar gemir cuando una estocada particularmente fuerte dio en su próstata y sin siquiera tocar su miembro se corrió. Su esencia manchó el pálido torso de su jefe y esa imagen le gustó más de lo que alguna vez admitiría.
-Porsche.- gimió Kinn llegando a la cúspide del placer. Le fue inevitable no correrse al sentir la opresión en su miembro, ver la cara contraída de placer de su amante y escucharlo gemir su nombre.
Anakinn ayudó a que Pachara siguiera moviéndose sobre él, dejando toda su esencia en ese cálido pasaje que disfruta a mucho tomar. Ambos jadeaban en busca de aire, temblando ante lo sensibles que estaban sus cuerpos después del orgasmo.
Lentamente Porsche se recostó sobre el pecho ajeno, buscando los labios de Kinn para besarlo de forma suave. Ya no había pasión ni deseo, solo un inmenso cariño que guiaba su dulce beso.
Ambos se sonrieron, acariciándose tiernamente después de haber obtenido otro delicioso orgasmo con el hombre que querían.
Un ruido llamó la atención de la pareja, recordándoles que no estaban solos en la sala de estar de la habitación de Porsche y Pete.
-¿Crees que despertamos a Pete?.- preguntó Kinn preocupado.
Porsche no respondió, pero sacó su cabeza de la colcha y miró hacia el escritorio, notando como Pete ahora dormía en el suelo, pues probablemente se había caído de la silla en la que ellos lo vieron por última vez.
-Dudo que vaya a recordar lo que hizo hoy, así que no te preocupes.- respondió Pachara quitando la colcha de sus cuerpos para buscar papel y limpiar sus cuerpos.
Kinn no pudo evitar morderse el labio ante la sensual vista que tenía del cuerpo desnudo de Porsche, el cual le daba la espalda, dejándolo ver como la esencia blanquecina corría por sus muslos.
-Gracias por otra gran noche.- dijo Kinn tomando la cintura del moreno, el cual se había vestido con unos pantalones de pijama después de limpiarse a sí mismo y al pálido.
-Siempre es un placer.- mencionó Porsche poniendo sus manos sobre el pecho ajeno, aún descubierto.
-Aunque tenga que ser a escondidas.- agregó Anakinn con una sonrisa coqueta, dando un corto besos en los labios ajenos a forma de despedida. -Deberíamos hacerlo así más seguido, fue interesante.- comentó desde la puerta de la habitación.
-Pervertido.- lo regañó Pachara, aunque sinceramente había disfrutado como nunca ese caliente encuentro.
Ahora solo esperaba que Kinn se hubiera dado cuenta de que lo tenía a él, que Porsche le era fiel y lo quería, aunque no lo dijera en voz alta. Esperaba haberle demostrado a su jefe que no necesitaba a Tawan, que ahora él era su amante y que no permitiría que ese desconocido se interpusiera entre ellos.
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Después de como mil años, finalmente les traje este one-shot que prometí en el de "Muy Feliz Cumpleaños" jaja
No me culpen, la inspiración no me llegaba del todo, pero de repente llego y en dos días termine de escribir este pequeño OS de una escena también muy icónica de la serie.
Espero que lo hayan disfrutado, mas porque pues todo es sacado de mi imaginación, es lo que yo creo que sucedió y me gusto el resultado, así que espero que a ustedes también.
Si quieren que escriba de alguna otra escena me lo pueden dejar aquí y veré que puedo hacer. Ya tengo una en mente que probablemente termine siendo un mini fic porque tendrá varias escenas, pero tampoco quiero hacer mucho spoiler.
Sin mas, de antemano agradezco sus votos y comentarios.
Siganme para no perderse ninguna nueva historia y pasen a mi perfil a ver las que ya hay.
Los amo mis girasoles, nos leemos en otra historia💙💙💙💙
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