♈Narradora♎

Después de que el caballero de Dragón se encontrara con el caballero del Fénix,Ikki y que éste le dijera donde se encontraba Seiya, fue en su búsqueda encontrando que recién despertaba de su sueño en donde recordaba apenas un poco de su pasado.

Tras una pequeña charla informativa se ponen en marcha para ir al Templo de Athena en la cima de las Doce Casas, en el camino son testigos de como dos Templos Zodiacales son totalmente destruidos por dos ataques poderosos, éstos provenían de los dos caballeros Saga de Géminis y Shaka de Virgo, cada uno con la finalidad de detener al enemigo.
Seiya y Shiryu apresuraron el paso pues el antiguo maestro Dohko, caballero dorado de Libra, estaba punto de enfrentarse con quien fuera su gran amigo y gran amor.

Frente a frente, sostenían una batalla verbal sobre las posturas que cada uno tenía sobre la diosa Athena y sobre la otra cara que ella escondía. Dohko, teniendo más de 200 años por obra del tiempo tenía su cuerpo desgastado mientras que su enemigo, el Patriarca asesinado hace 13 años por la mano de Saga de Géminis, Shion de Aries quien fuera maestro de Mü de Aries se veía rebozante de un gran poder y juventud como en sus años mozos. Ambos guerreros tomaron sus posiciones de batalla, cada uno encendiendo su cosmos lanzaron simultáneamente un ataque simple pero dañino a quien se descuidada, siendo mandando a volar por la gran explosión al viejo maestro que rápidamente se posicionó para atacar.

Soltando un risa tranquila y a la vez burlona, el Espectro de Aries miraba orgulloso al pequeño anciano de ojos verdes- Veo que ya no tiene caso seguir luchando, esta batalla ya ha terminado.

---¿Qué dices? ¿Por qué estás tan seguro de eso? -pregunta ofendido el caballero de Libra. No debía subestimarle, él era fuerte y podía con este enemigo... Aunque su corazón gritara no ocasionarle daño alguno a quien fue una vez el hombre que siempre había admirado por su fuerza, sentido de la justicia y bondad. El paso de 243 años no había borrado ni una sola gota del amor que le profesaba aún.

Pero no dudaría en defender a quien una vez le ayudó en el dolor de una gran pérdida, en quién le confió un gran secreto que prontamente revelaría.

---Los años te han sentado tan mal, no eres el mismo que hace tanto tiempo me cautivó... Eres solo un anciano que se ha dejado manipular por semejante basura de diosa... - debía aclarar todo, no dejaría que ella le alejara nuevamente de los seres que amaba con toda su vida.

Tanto tiempo lejos de su pequeño guerrero dorado, de quien alguna vez le entregaría la prueba más grande de amor que nunca se esperó y que también, nunca llegó. Todo por ella, Athena, una diosa egoísta, débil y sin una pizca de compasión por alguien tan inocente como lo fue su primogénito no nato hace 243 años.

Un caballero amaría solamente a su diosa, ella a todos por igual, sin distinción alguna... Si osabas a profesar amor hacia alguien más, serías castigado. Esperó cualquiera cosa cuando estaba sentado en su templo, esperando la llegada de su amado quien tendría que ver si había algo de malo a las afueras del Santuario, su amigo Manigoldo llegó diciendo que Dohko había regresado, estaba alterado el carnero dorado pues era una misión de dos días y no de una semana. Subió a Libra, pues le dijo que ahí fue trasladado, entró y lo vio dormir con algunas heridas ya tratadas.

Mirando a ambos lados del templo, no había nadie y aprovechó para darle un pequeño beso. Después se marchó pidiendo una amable explicación a la diosa que ya también estaba contando con más de trece años. Recibió un amargo dolor como respuesta, pero también una gran confusión.

Resumiendo todo, un enemigo poderoso le atacó justo cuando regresaba, tan mal herido quedó que tuvo una grave hemorragia y la diosa estaba confundida pues le comentó que el caballero había tenido una vida en su interior. Le encomendó decirle al caballero la situación y le dejó ir.

Ese día fue uno tan amargo para él, así como para su amado. Pronto supieron que había sido uno de los más poderoso ayudantes de Hades, o eso les hizo creer....hasta ahora.

---No permito que le llames así, ella ha hecho y sufrido por nosotros. -vuelve a encender su cosmos listo para atacar.

---En tu actual condición, ni siquiera una guerra de 1000 días podremos tener. Derrotarte será más sencillo de lo que imaginé - y de nuevo lanzan sus ataques, mandando a volar al caballero Dohko.

Su conversación es interrumpida por la llegada de su querido alumno Shiryu, <<¿Por qué está aquí? >> Pensó el maestro e inmediatamente le dio su reprimenda y exigió saber que hacía en este lugar peligroso. Recibió negativas de dejarle solo en la batalla, pidió darle permiso de enfrentar al oponente pero se lo negó, poniéndole al tanto de el poderoso enemigo con quien se enfrentaban. No daba crédito el menor ante lo que recién sabía, no creía eso del Patriarca.

---Espléndido, ahora me tendré que encargar de otro estorbo. -de nuevo había burla en su voz, ¿Acaso Dohko se atrevió a reemplazar a su pequeño con semejante basura como ese ciego? ¿Y quién demonios es Shunrei? Negó,no era momento de perder los estribos. - Dohko, debes de saber que no tendré piedad con esa alimaña. Tengo una enorme ventaja sobre ustedes dos... Un cuerpo joven, mi antiguo poder restaurado, una nueva y gloriosa vida gracias a mi Señor Hades.

--- Es una mentira, una vaga ilusión -le dice el maestro a su viejo amigo, notando el desconcierto en su rostro.

--- ¿Pero qué dices? ¿Qué es una mentira e ilusión? -quería una explicación pues su ahora dios y señor Hades aseguró que eran cuerpos reales, no por algo ya no estaban en el cementerio. Era algo extraño pero a pesar de que los años se hubieran ido en su mejor amigo, aún conservaba esa valentía de afrontar cualquier adversidad pese a que estuviera en una gran desventaja. De nuevo su corazón había sido robado y el dolor y la furia también lo ocupaban. Debía decirle la verdad de todo, antes de que fuera demasiado tarde.