A Ti Mi Lealtad, Mi Cuerpo, Mi Alma Y Mi Amor [Final Parte 2]


Y llegamos a la última parte de este final...sonó extraño pero yolo. Si tienen alguna duda me las colocan en los comentarios y yo se las resolveré, sin más que decir.


¡¡¡¡¡A Leer!!!!!




----------------------------------------------------------------------------------------------------------------






-Ya veremos quién extingue el alma de quien en esta batalla...Hermana.

¿Saben? Es algo gracioso y normal las peleas entre hermanos pero ninguna debería ser a muerte, como la que llevo a cabo con Athena; se supone que una al otro debíamos apoyarnos y sé que aceptar estar con mi tío mayor no le pareció hace muchos siglos pero joder, es mi vida, yo elijo con quien follar y con quién no.

Yo elijo a quien besar, a quien amar, a quien darle la paliza de su vida como la que estoy por darle a la zorra envidiosa de mi hermana.

Maldigo la hora en que le otorgué mi confianza pues creo que era mejor pedirle ayuda a mi madre Démeter, pero no, ahí voy yo de pendejo y me meto con la más celosa, caprichosa, vanidosa y manipuladora de mis hermanos; soy un imbécil y ahora mientras que Hades retiene a Asklepios, que yo desvío los certeros ataques de Niké a mi cuerpo con mi báculo del Rey del Inframundo.

Debo quitarle a Niké y estaré prácticamente con Athena a mis pies, Niké diosa de la Victoria esta vez tendrás un nuevo dueño.

-¡¿Por qué no me amas Perséfone!? Hice todo lo que deseabas y me pagas... ¡¿yéndote con ese imbécil otra vez?! –La voz entrecortada de Athena no me distrae en lo absoluto, pues de haberlo hecho hubiese lastimado mi hombro con ese haz de luz, de su cosmos divino y cegado por el rechazo y desamor, por mi rechazo.

-Honestamente Athena, nunca te quise, jamás sentí siquiera algo de cariño hacia ti y eso por tu jodida personalidad posesiva y manipuladora. –Escupo con mucho orgullo una gran verdad que la descoloca por un segundo, segundo que aprovecho para crear rápidamente la constelación de Pegaso, concentrar en cada estrella de mi constelación un capullo de mi cosmos y crear un enorme cometa el cual lo envío directo a su patética cara.

-E-Eso es mentira, me dijiste que era hermosa, más que Afrodita. –Ese maldito escudo comienza a fragmentarse en cuanto recibe mi ataque y la hace caer.

Rápidamente uso mis alas para elevarme y volver a crear otro cometa para destruir por completo ese escudo, sin embargo, una esfera de peligroso cosmos impacta contra mi costado pues no pude esquivarlo por completo, por ello es que caigo al suelo.

-¿No que... La Exclamación de Athena era una técnica prohibida? –Me vuelvo a burlar, levantándome cuando la escucho correr.

Aahg!...Desgraciada... -Me levanto sin tanta dificultad pero aun así le da tiempo de realizar esa misma técnica y darme de lleno en mi abdomen haciéndome atravesar varios pilares y un par de paredes.

El dolor recorre mi cuerpo entero, así como los miles de raspones en la piel desprotegida pero mi armadura no ha sido destruida, vuelvo a concentrar mi cosmos ahora en miles de capullos en mis manos y es así que me impulso con mis alas para lazarle los capullos a su horrible rostro operado.

-¡Entiende maldita que te veía como a una jodida hermana¡ ¡AAhh! –Grito cuando logro impactar mis puños y los capullos de cosmos, en su rostro y cuerpo. Sale disparada por los aires y para mi buena suerte, pasar a traer a Asklepios o Shaina y así ambos salen de Mi Castillo.

-¡Thanatos! Ve con Nix ¡Ahora! –Le ordeno al idiota que se quedó pasmado lejos de nosotros. Éste asiente y desaparece de mi vista, voy cojeando con Hades cuando siento un cosmos familiar llamándome, pidiendo algo de ayuda y lo único que puedo hacer por él es enviarle una serie de imágenes a su mente vía cosmos.

-¿Amor estás bien? –Me socorre mi esposo, ayudándome a estar de pie y es que recibir varias exclamaciones de Athena no fue algo bonito.

Río un poco asintiendo a su pregunta, noto el lugar ya hecho pedazos pero afortunadamente el Muro de los Lamentos sigue en pie.

-Por fin... pude golpear su operado...rostro –Mi esposo ríe conmigo esta vez.

-Sí y estuviste increíble. – Él por ahora sólo estaba despeinado y es que Asklepios tiene en su poder algo muy valioso, recuerdo que trató de tocar a Mi Hades con esa arma para vencerle pero gracias al cuerpo de Athena que no logró herirle.

De un momento a otro escuchamos un grito y Hades es lanzado hacia el muro con un inmenso haz de luz dorada, atravesando así nuestro muro y enviándole a los Elíseos. Volteo rápidamente a la fuente del haz de luz encontrándome con Athena apuntando con Niké y a Asklepios ardiendo su cosmos, además de tener las armaduras doradas atrás de ellos.

Claro, ellos renunciaron a esas armaduras para volverse espectros, debí hacer pedazos esas armaduras.

-Pobre Seiya, estás sólo y sin protección... -Se burla Athena creyéndome indefenso pero no muestro ningún ápice de miedo pues no le temo. Alzo mi mano y atraigo mi báculo a mi mano, noto como varias estrellas llegan y atan a Asklepios, así mismo a Nix llevárselo a quien sabe dónde.

-Vamos Athena, ¿Quieres mi cabeza? Pues ven por ella –Le reto y atravieso el muro usando mi cosmos, aparezco en segundos en los Elíseos buscando a mi esposo- ¡¿Hades dónde estás?! ¡¿Hades?!

Intento usar mi cosmos para detectar el suyo y lo logro pero lo noto en la que fuera la tumba de Hades, ojala nada malo le haya pasado, sino torturaré a Athena.

Corro lo más rápido que puedo hacia ese gran castillo de los Elíseos, logro verle pero no llego ni siquiera a pisar un escalón cuando logro detectar ahora varias flechas doradas rodeadas del cosmos de ella en mi dirección, por suerte las esquivo todas y creo mis capullos para incrustarlos en las flechas y devolverlas a su dueña, sonrío cuando por fin hago trizas su escudo.

Sigo corriendo y llego a donde Hades, quien recién se ponía de pie y le doy un abrazo, se coloca delante de mí para hacerle frente a Athena quien venía empuñando a Niké.

-Debemos quitarle a Niké –Le susurro y me asiente- Distráela, mátala si puedes para arrebatarle el báculo.

-Prometo que no seré nada gentil con esa zorra –Me asegura y sonrío feliz, enseguida avanza hacia la pelimorada desenvainando su espada rodeada de su poderoso cosmos.- La muerte te espera Athena, no la hagas esperar.

-Búrlate todo lo que quieras, esta vez yo misma perforaré tu cuerpo y sólo cenizas quedarán. –Enseña un extraño reptil en su mano, el cual lo une a Niké, este se enrosca quedando como un accesorio más de la diosa de la victoria pero no es sólo eso, ese es el Veneno de Samael aquél que sólo Asklepios puede curar, el veneno hecho un arma mortal y que es capaz de acabar con la vida de un dios.

Esto es malo, si llega a siquiera rozar a mi dios estaremos perdidos. No Seiya, debes de confiar en Hades, no es un idiota, sabrá cómo actuar. Suspiro frustrado estando detrás de mi esposo, siendo testigo de cómo colisionan Niké y la espada de Hades con un choque de cosmos divinos tremendos; me alejo un poco de ellos para dejar de estorbarle a Hades.

-Sólo un pequeño roce y estarás fuera de mi camino –Se burla Athena.

-Cierra la boca o si no te la cerrare yo con la misma Niké. –Responde con arrogancia mi dios.

Sigo con la mirada la danza mortal de ambos dioses en donde uno al otro tratan de encajar al cuerpo contrario su arma y aniquilar su alma. Jadeo cuando Athena aprovecha en lanzar sus flechas también envenenadas hacia mí, uso mi báculo para redirigirlas y esquivarlas.

Una angustia se instala en mi corazón cuando la muy maldita ha creado una flecha detrás de otra para lanzárnoslas a ambos en todas direcciones, las esquivamos o regresamos yo con mis capullos y mis meteoros pero sólo una logra darle a Hades rompiendo parte de una de sus alas.

-¡Agh! Maldición, me tienes harto –Jadeo frustrado y me sumo a quitarle a Niké para usarla en su contra, logramos hacerla retroceder poco a poco pero me distraigo al sentir una angustia distinta, son mis espectros y necesitan ayuda.

Hades, en un descuido de Athena al fijarse en mi leve parálisis, hiere su brazo derecho con uno de sus ataques, así tomo su báculo y forcejeamos haciendo arder nuestros cosmos.

A propósito me resbalo para levantar el cuerpo de Athena y tratar de alejarla de Niké, la maldita aprovecha para elevarse y enviarnos a ambos muchas exclamaciones de Athena, yo logro evadir la mayoría siendo mandados a volar en direcciones contrarias y de nuevo la angustia me invade al no saber de Hades.

-Esto es mío... -No noto a Athena, sólo sé que estoy creo que en el suelo y con la vara de Niké atravesando mi hombro derecho. Me asombro al notar la espada de Hades también hiriéndole en un costado de su torso, pero eso no le detiene en agrandar la herida en mi hombro al sacar el báculo y enterrarlo de nueva cuenta.

Mis gritos no se hacen esperar, dolía como los mil espectros pero jamás le quité la mirada altiva a esa desgraciada. Noté entre todo el desastre que en realidad caí en esa vasija la cual absorbe la sangre de su enemigo, crea una flecha y me clava en la vasija; siento como aquello atraviesa la carne y escuché un >>crack<< de la misma vasija, maldición quiere que absorba mi sangre.

-¡Seiya! –Escucho el grito desesperado de Hades, logro verle y jadear de sorpresa al verme clavado en la vasija pero de nuevo tomando a Niké. Su cosmos comienza a elevarse hasta el infinito, atrae su espada la cual antes enredé con Niké con uno de mis capullos y así estos dos salen disparados a las manos de mi amado.

-No importa ya, Seiya está contaminado por el Veneno de Samael y nada podrás hacer, Hades... –Carcajea la insolente, de nuevo siento la angustia de mis espectros y aprovecho la distracción de Hades con Athena para sujetarla como pueda de sus brazos y rompérselos, así mismo noto más color rojo en la vasija y envío capullos escarlatas a donde mis espectros. –¡Aahhg! ¡Mi-iserable Seiya!

-¡Ahora Hades! –Aviso a mi amado quien le veo titubear unos segundos antes de hacer el ataque final, espada y Nike juntos siendo lanzados en una sola dirección, hacia Athena y a mí.

Suelto a Athena quien queda colgada delante de mí, dando un desgarrador grito antes de comenzar a ahogarse con su propia sangre a consecuencia de tener tanto a Niké como la espada de Hades atravesando por completo su torso y claro, a mí.

-¡Seiya! –Escucho el grito angustiado de mi amado dios, así como el crujir de la vasija haciéndose pedazos y caer con el cuerpo de la perra sobre mí. Enseguida Hades quita ambas armas con todo y una agonizante Athena, el jodido dolor se hace más grande cuando deja de perforar mi cuerpo, el frío se apodera de mí y busco con la mirada a mi dios. -¡Nix! ¡Nix! ¡Ven rápido estúpida diosa!

-Ha-Hades... -Susurro mientras siento adormecer mi cuerpo, toso y arde más mi garganta. El suave tacto de mi amado me hace sonreír y no dejar de mirar esa preciosa mirada llena de lágrimas- ¿Ga-anamos?

-Sí, Seiya, por fin ganamos. No se te ocurra irte, no te dejaré porque todo de ti me pertenece.

-Si... A-A Ti Mi Lealtad... -Río, siento como puedo a sus palabras pero el sueño es insoportable así como que no puedo mover mis piernas pero logro acariciar su mejilla- Mi Cuerpo... Mi A-Alma Y-Y... Mi Amor...

-Seiya resiste...Nix ya está a segundos de llegar...No cierres los ojos... Seiya, amor...

Escucho la voz de Hades pero ya no la distingo, ese veneno está haciendo efecto. Parpadear me cuesta tanto. Suelto un suspiro alegre y mi vista comienza a ver borroso, dejo de parpadear y creo que antes de caer en un profundo sueño puedo ver la silueta de una mujer.

Luka... Dante... y Hades... No puedo más, perdón...








Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top