A Ti Mi Lealtad, Mi Cuerpo, Mi Alma Y Mi Amor.[Final Parte 1]





-Con que a esto se refería Athena con el primer golpe. -Se burló el maldito friendzoneado, gruñí molesto ante su despreocupada actitud y no dudé ni un segundo en quitarle su tridente apuntarle.

-¡Más te vale hablar o taparé tu maldito trasero con este jodido tridente! –Exclamé con enojo y juraba que le daría la paliza de su vida.

-Cálmate niño, mira, lo único que sé es que ella iba a molestar a alguien y nunca mencionó a quien, además de dar por seguro que ella daría el primer golpe. Enfoca tu furia a quien de verdad la merece. -Explica con una bendita calma. Bufo y le lanzo esa cosa a que casi le atino a sus partes nobles. Miro a Hades esperando una orden o alguna maldita palabra.

-Amor, no hay que perder los estribos, ya he llamado a Nix para que su oráculo nos ayude. -Me otorga un reconfortante abrazo, me escondo tratando de calmar mi furia mientras proceso los posibles planes de esa maldita perra.

No entiendo el por qué se llevó a mis espectros si ella ahora no podrá lavarles el cerebro, tienen mi bendición y no permitiría que nada les sucediera porque sin ellos jamás hubiese estado con mi dios del Inframundo, con Hades.

Pasos apresurados resuenan en estas paredes de mármol negro, enseguida los cosmos de mi hija Luka, de Nix, de los dioses gemelos y de mi hijo Dante, son percibidos en esta sala del trono. Todos dirigimos nuestra atención a los recién llegados, más yo. Observo como una de las estrellas de la corona de Nix, desciende a la palma de su mano y ella comienza a mirarla, enseguida nos mira a todos.

-Mi señor, Athena ha enviado a los espectros a la tierra helada. Desconozco el propósito pero lo que sí es que otro dios ha intervenido en ese lugar y noto su cosmos afectando al de nuestros espectros. -Dice de manera seria la azabache y jadeo ante lo que escucho. ¡Maldita zorra!

-Claro, esa diosa cree que nos ha dejado desprotegidos sin una mínima parte de su ejército, mi señor.-Comenta un gemelo, Thánatos.

-Con todo respeto, la mayoría de nuestras tropas son una basura, por lo que sí tiene un punto pequeño a su favor.-Toma la palabra mi hija en tono serio. Tiene razón en eso, igual está sola y nadie le apoya...a menos que de nuevo lo use a él.

-Dios Hades, mi señor Seiya, si me permiten creo que puedo convencerlo y evitar que esta vez apoye de nueva cuenta a Athena por lo mientras me llevaré a estos dos.-Dice la azabache madre de esos dioses gemelos. Miro a Hades y asentimos, ella entonces se marcha con Shun y Shion para estar preparándose.

-Mi señor –Roba la atención Radamanthys, le miramos otorgándole el permiso de seguir y notamos que ya los tres jueces también están aquí- Pedimos la misión de ir nosotros los jueces a donde están los espectros. Creemos que seremos más útiles al no estorbar y eliminando al aliado de Athena en la tierra helada. La señorita Pandora ya fue en busca de los demás espectros.

-Vayan –Les doy el permiso y se van, yo vuelvo a ver a mi esposo, preocupado. -Debes irte a los Campos Elíseos, estoy seguro que intentará dañar tu cuerpo y no me perdonaría si algo de llegase a pasar, debes llevarte a Luka y a Dante. -Le suplico angustiado, no sé por qué otra vez un mal presentimiento me invade.

-Vendrás conmigo y no es una orden, no está a discusión. Hypnos, Thanatos, por nada del mundo dejen pasar viva a Athena. -Ordena observando a los aludidos, yo a mi vez me resigno a hacer la voluntad de Mi señor, tomo de la mano a mis hijos y no nos separamos del lado de Hades.

-Por supuesto señor Hades, con su permiso iremos a nue...-dos cosmos se hacen notar junto a una explosión en la puerta de este salón. Dos sombras que son proyectadas en la humareda consecuencia de la explosión nos dan a indicar que ya es tarde para poner a salvo a lo más preciado que tengo.

No hay que ser un genio para adivinar quienes son, enseguida mi armadura me viste y siendo mi cosmos el más impulsivo; coloco a mis pequeños detrás de mí como hace 243 años.

-¿Quién diría que volveríamos a pasar por lo mismo?... Seiya.

De entre esa nube avanza la sombra de esa maldita loca, de alguien que en unos instantes haré trizas todo el silicón que se colocó en su asqueroso cuerpo. Los pasos se escuchaban, hacían eco conforme se dejaba ver en lo debo admitir, muy a mi maldito pesar, que si es una gran entrada; la sonrisa que adorna su rostro sólo me producía nauseas.

-Sí, quién iba a imaginarse a la marginal de Athena usando el mismo truco sucio una y otra, y otra, y otra vez. –Le contesto con burla, rencor y esbozando una sonrisa ladina. Miro a su imponente acompañante, con aquella armadura dorada, aquél poderoso cetro en sus manos y el brillante cosmos dorado que emanaba.- Sin duda alguna, es un verdadero placer encontrarnos de nuevo, Asklepios de Ofiuco... ¿O como he de dirigirme a ti? Con el nombre de hace dos siglos o el actual, ¿Odysseus O Shaina?

-Escoge el que más te agrade, Seiya, sigue siendo algo sin importancia. –Comenta con mucha serenidad en sus palabras, la amazona de cabellos verdes a unos cuantos metros de nosotros.

-Por favor, ¿Sigue prometiéndote la misma basura una y otra vez, y nunca te cumple? Esa perra ni palabra tiene. –Me mofo de las veces en que Athena ha logrado burlarse de ese estúpido.

-Cuida tus palabras, Seiya, la última vez hablaste de más y mira, caíste rendido a mis pies. Además, yo sólo estoy usando lo que desde hace siglos me reprochabas. –Se burla ella, yo solo suelto un suspiro de fastidio total.

-Athena, por favor ya estoy harto de humillarte al recuperar a mi esposo una y otra vez. –Habla esta vez Hades ya portando su armadura, estaba tan al pendiente de esa zorra que no me percaté de que Hades, Mi Hades, me tomaba de mis caderas y me mantenía aferrado a él.

Aproveché que ella estaba distraída con Hades para dar una discreta señal con la mirada a Poseidón, quien estaba también a la defensiva y a un metro de nuestro costado derecho, y de la misma le señalo a mis dos pequeños atrás de nosotros dos.

Asiente un poco dando una ligera sonrisa, al igual que yo le transmito el mismo mensaje vía cosmos a Hypnos, quien más se ha encariñado con mis hijos.

-Mira Athena, por más que quieras tenerme a tu lado, nunca me obtendrás por unas simples, sencillas y poderosas razones... -Le sostengo la mirada a la maldita, siempre burlón y sí, con mucho ego- Una, el que haya querido desquitarme de las infidelidades del idiota de mi marido con la Mente* o con la otra estúpida de Leuce*, que haya querido ser uno de tus ayudantes haciéndome pasar por Pegaso y así darle una lección al idiota éste, no te hace mi puta dueña. –Aclaro alzando la voz ya exasperado.

-Dos, te agradecí el engañar a Hades hace siglos en la primera guerra santa contra él pero nunca dije que estaba enamorado de ti pendeja. –Prosigo mientras me suelto con lentitud del agarre de un momentáneamente paralizado Hades- Tres, Ya estaba casado con Hades y bien sabes que Zeus nos bendijo; y Cuatro... -Miro a Hypnos quien desaparece de este lugar, luego vuelvo a mirar a esa desgraciada- ...el haberme borrado mi verdadera memoria en miles de vidas nunca te lo voy a perdonar, menos que osaras dañar a mis hijos maldita perra.

Para cuando termino de hablar, lanzo a mis bebés hacia Poseidón quien rápidamente los toma y los lleva a los Campos Elíseos, aunque ese no es el verdadero destino. Sólo espero que nada malo suceda con ellos, son muy impulsivos pero confío en mi tío para mantenerlos a raya. Mis pequeños, confío en que estén a salvo y que sin importar el desenlace de la batalla de hoy, que ésta vez no estarán encerrados ni en peligro nuevamente, daré mi vida si es necesario para que por fin Athena desaparezca de una vez por todas.

Fijo mi atención a esa estúpida y carcajeo, así mismo me pongo a la defensiva contra Athena quien muestra una bella expresión de asombro, furia y desesperación al saber que he despertado por completo otra vez.

-¡Maldito bastardo! –Empuña su báculo a la vez que se lanza hacia mí con la intención de herirme pero logro detenerla al materializar mi propio báculo, más bien un cetro de dos puntas narcisos rodeando la vara, estos estaban bañados con mi cosmos. Le sonrío arrogante mientras sentimos como la "tierra" bajo nuestros pies comienza a agrietarse- Te vas a arrepentir de tus palabras Perséfone, esta vez me aseguraré de que tu alma se extinga porque si no eres mío ¡no serás de nadie más!

-Ya veremos quién extingue el alma de quien en esta batalla...Hermana.



















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*Mente y Leuce son los amoríos que tuvo Hades fuera del matrimonio, ambas fueron ninfas; Mente fue transformada en la planta de menta por Perséfone y Leuce en un álamo pero nose sabe si por el mismo Hades o si fue también Perséfone.

Como vieron usé algunos datos de la mitología griega, debo agregar que busqué la historia de Pegaso en la era del Mito según Saint Seiya para poder hacer unos ajustes por si no coinciden sus investigaciones pues hice una mezcla de la verdadera mitología griega con la de Saint Seiya.

Por cierto, ¿les gustaría un epílogo o le dejo sólo en el puro final? :3

Y

Ya tengo la segunda parte, ¿Quieren que la publique ya?     

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