CAPÍTULO 8

Al despertar, Bram se levantó en poco tiempo.

Es temprano, así que tiene la sospecha de que Hicca ya fue a ponerle la cola a Chimuelo...no pudo evitar reírse un poco, sin duda era muy impaciente.

Se puso las botas, la camisa y salió de su casa, listo para buscar a Astrid para tener su entrenamiento matutino.

— ¿Uhm? — Bram levantó una ceja, viendo una coleta rubia, sentada al pie de las escaleras

Al oírlo, Astrid levantó la mirada sobre su hombro y sonrió levemente.

— Creo que no había sido necesario sentarme — se levantó, llevando su hacha al hombro

— ¿Y eso? — Bram ahora levantó ambas cejas, dejando clara su duda

La rubia no dijo nada por un segundo, luego comenzó a caminar hacia el bosque.

— Quiero mostrarte algo, antes de que vayamos al ruedo — 

Bram estaba confundido, sin embargo, no dijo nada, limitándose a seguirla en silencio.

Pasaron un par de minutos y finalmente llegaron a cierta parte del bosque, donde acostumbraban a entrenar.

Astrid caminó a una parte en concreto, con el pelinegro detrás de ella, luego, él pudo ver a donde iban.

En el suelo había una pequeña grieta por la que ambos podrían entrar.

— ¿Puedes creer que nunca vimos esto? — la rubia preguntó al aire, asomándose por la grieta

— ¿Por qué entraste? — él preguntó, imaginando lo que había hecho

— No lo hice, por eso fui por ti, ¿Quieres echar un ojo? — ella preguntó 

Bram se quedó unos segundos en silencio, después suspiró, asintiendo.

Astrid sonrió un poco, luego se metió en la grieta, metiendo sus piernas primero, para finalmente dejarse caer, con un pequeño eco acompañándolo.

El pelinegro también entró, con mayores dificultades, y apenas bajó, notó que era un tipo de túnel descendente.

Había un par de grietas en las partes superiores, por las que pasaba la luz, la cual era suficiente para distinguir lo suficiente más adelante.

Con Astrid al frente, comenzaron a caminar.

— ¿Crees que este sea algún nido? — la rubia preguntó, con su hacha en mano, bajando las piedras con cuidado

— No lo creo, no huele a azufre — respondió, siguiéndola

Ambos continuaron bajando otro poco más, notando como el túnel se volvía más y más grande.

Tras un par de minutos el camino dejó de ser inclino y pasó a ser medianamente horizontal.

— Wow...este lugar... — Bram se sorprendió ante la vista frente a él

Las paredes de la cueva terminaban con un gran hueco, con al menos cuatro metros de alto y tres de ancho.

El suelo de piedras era húmedo, y la razón era la causa del impacto del pelinegro...el océano estaba a un par de metros más adelante, una entrada limpia.

Se puso a pensar un par de segundos y las cosas cobraron un poco más de sentido.

— "Será de utilidad" — continuó en su mente, explorando con la mirada el resto de la cueva, no había nada más

Este sitio era más un pasadizo que una cueva.

— Es muy bonito, ¿Cierto? — ella preguntó, sonriendo y sentándose en una de las rocas grandes

— Sep, no pensé que esto estaría en la isla, ¿Imaginas lo que pasaría si los dragones encontraran este pasadizo? — él devolvió la pregunta — Los vigías no podrían ver un ataque desde el bosque, nos tomarían con la guardia totalmente baja — explicó

— Los dragones no suelen volar muy bajo, en especial cerca del mar — Astrid refutó con su propio argumento, que era cierto

Los dragones marinos suelen ser mucho más grandes que los terrestres...también tienen la maña de ser oportunistas con cualquier presa de la superficie.

Era también debido a ellos que los barcos que salían de Berk solían hacerlo en grandes cantidades, así podían engañar a los marinos, que creían que eran una manada, incluso se usaban barcos de buen tamaño, pero completamente vacíos.

— ¿Qué crees que deberíamos hacer aquí? — Bram preguntó, sentándose frente a Astrid, ambos vieron el océano

La rubia se quedó en silencio unos segundos, explorando con la mirada el exterior de la cueva, había algunas ramas tapando la entrada desde arriba, quizá esa era otra razón por la que los dragones no habían visto este lugar.

— Podría ser otro puerto, es un gran fastidio dar la vuelta a la isla para ir hacia el norte — ella respondió, algo pensativa

— El pueblo está muy alejado de aquí, será complicado — Bram negó

— Ya pensaremos en algo — la rubia se encogió de hombros y se levantó, levantando una piedra

Astrid jugó un poco con ella, luego la lanzó hacia el mar, con un movimiento bajo, la piedra dio dos brincos sobre el agua hasta hundirse.

— Nada mal — el pelinegro asintió, para luego levantarse y tomar otra piedra, una un poco más plana — Pero así es como se hace — le sonrió con picardía 

Lanzó su proyectil, añadiendo un movimiento de muñeca leve. Como resultado, la piedra saltó encima del agua cinco veces antes de hundirse.

— ¡JAJAJA! No había visto ese lado arrogante de ti, Bram — Astrid se rio un poco, tomando otra piedra

— Soy bueno en esto — le regaló una sonrisa socarrona, mostrando sus dientes 

Él y Astrid continuaron lanzando piedras un par de minutos más, la chica lentamente comenzaba a frustrarse al ver como no pasaba de los dos rebotes, y, viendo su frustración, Bram le dio una mano.

— Mira mi mano — él llamó su atención, y ahora con su mirada, Bram movió levemente la muñeca — Tú te diste cuenta del movimiento, muy inteligente, pero no sabes hacerlo, lo que tú haces es esto — giró su muñeca por completo en su rango máximo, negando con la cabeza — Pero debes hacer esto — volvió a girar la muñeca, esta vez deteniéndose a la mitad

Astrid suspiró, asintiendo y tomando posición, pero antes de lanzar la piedra, Bram se paró a su lado, tomándole suavemente el brazo.

— Aquí también, debes hacerlo tan abajo como puedas — la tomó de la cintura con la otra mano y la obligó a agacharse un poco más

Desde luego, ella se ruborizó, aunque puso de su parte y prestó suficiente atención.

— La cadera también es importante — ahora la tomó con ambas manos, aplicando algo de fuerza para girarla — Tienes que hacer esto, así saldrá con más fuerza — al finalizar, se alejó

La rubia dio un largo respiro, moviéndose un poco en su lugar, luego exhaló, frunciendo el ceño y lanzando su piedra, que dio cuatro brincos.

— ¿Lo ves? Está mejor, a partir de aquí, es solo práctica — le dio unas palmaditas en la espalda, sonriéndole

— Si tú lo dices...aunque estoy segura de que tiene que ver con esos brazos que tienes — lo miró con burla, caminando de vuelta a la salida de la cueva

— ¡JA! Con estos lanzamientos también tendrás brazos como estos — él la siguió, levantando y haciendo fuerza en su brazo izquierdo, mostrando lo definido que estaba, sin mencionar su tamaño

La rubia ni siquiera se volteó, y continuó escalando, con su hacha en la espalda.

Bram sonrió ligeramente y dejó de mostrar su brazo, dando un par de saltos para alcanzar a la chica.

Como ella tenía algo así como una falda de tiras de cuero con pinchos, Bram se aseguró de adelantarla, era mero respeto, incluso aunque ella tenía un pantalón debajo.

Caminaron, esta vez con dirección al ruedo.

— Diablos, nos tardamos un poco — Bram se cubrió los ojos, mirando al cielo despejado y de un azul claro

Solían entrar al coliseo entre las 9:00 y las 9:30 de la mañana aproximadamente, según la posición del Sol.

— Tranquilo, llegaremos bien — Astrid no se preocupó por ello y caminó con calma

Bram se encogió de hombros, llevando sus manos a la nuca para estirarse un poco.





El pelinegro y Astrid habían llegado justo a tiempo, pues vieron a sus compañeros entrar al ruedo, y apenas entraron, alguien llegó tras ellos.

— Oh, Hicca...¿Qué te pasó? — Bram se hizo el sorprendido, girándose para verla por completo

La castaña estaba completamente empapada de pies a cabeza, sonriéndole nerviosamente, pero con cierta emoción.

Antes de preguntar cualquier cosa, Bocón cerró las puertas del ruedo, esta vez estaba con ellos en el coliseo, acercándose a una de las puertas, sin decir nada.

— ~Es una larga historia~ — Hicca le susurró — ~No puedo esperar a contarte~ — casi dio unos brincos en su lugar

— ~Tranquila, todo a su tiempo~ — Bram la calmó con unos toques en el hombro, observando a su alrededor

— Oigan, creo que sería buena idea tomar eso — Brutacio señaló las cubetas alineadas en la pared cerca de la entrada

Bram las observó, pudo ver que estaban llenas, inmediatamente recordó cuál dragón era el que seguía.

— Cada quien tome una, prepárense — el pelinegro ordenó

Al instante todos fueron por una cubeta, no obstante, se dieron cuenta de algo...solo eran seis.

— Oh, cierto, Bram — Bocón lo llamó, el chico entrecerró los ojos, comprendiendo lentamente — Tú lo harás sin cubeta — el maestro le sonrió maliciosamente — Les recuerdo que ustedes tampoco pueden usar sus armas — se refirió al resto

Todos se miraron entre sí, luego asintieron de mala gana, dejando sus armas a un lado.

Bocón bajó la palanca lentamente, y mientras el gran tronco de madera, que actuaba como seguro, empezó a subir, él se alejó rápidamente.

— ¡HOY APRENDERÁN EL TRABAJO EN EQUIPO! — Bocón gritó

Apenas terminó de hablar, las puertas se abrieron bruscamente gracias a una explosión, y poco después la acompañó una densa neblina verde.

Bram hizo unas señas y todos hicieron parejas, espalda contra espalda, rotando sobre sí mismos, viendo a todos lados.

Antes de la explosión todos se habían dispersado lo suficiente como para dejar de verse al momento de que la neblina los alcanzó.

Patán estaba junto a Brutacio, Brutilda con Astrid, e Hicca estaba con Patapez. Bram estaba solo, buscando a sus compañeros con lentitud.

— Un dragón con la cabeza mojada no puede encender su fuego — Bocón se alejó, con las manos en la espalda — Creo que deben saber que el Cremallerus Espantosus es muy engañoso, ¿Cierto? — él se rio un poco — Una cabeza sopla gas, y la otro lo enciende, deben saber cuál es cuál —

Hicca levantaba su cubeta con algo de esfuerzo, pero gracias a la adrenalina que estaba sintiendo no notó el peso.

— ~Dientes afilados y cerrados, inyectan veneno para predigestión, prefieren emboscadas, trituran a sus víctimas e_ —

— ~¿¡QUIERES DEJAR DE HABLAR!?~ — Hicca interrumpió a Patapez, susurrando en voz alta, fastidiada y aún más nerviosa

Ahora con el cerebrito en silencio, solo podían oír el gruñir del dragón, en todas direcciones.

— Si ese dragón muestra alguna de sus caras, lo voy a_ — Patán habló, mirando a todos lados, luego enfocó su mirada en un punto en especial — ¡AHÍ! — le dio un pequeño golpe a Brutacio y lanzó el agua de su cubeta a la silueta de dragón

Brutacio lo imitó y arrojó el agua de su cubeta, sin embargo, oyeron un par de gritos femeninos.

— ¡OIGAN! ¡SOMOS NOSOTRAS! ¡IDIOTAS! — Brutilda les gritó, molesta, mientras Astrid simplemente se quitaba el agua de la cara

— Ahg, el casco — Brutacio se quejó, golpeando su propio casco

Esa fue explicación suficiente y siguieron mirando alrededor.

Una cola pasó rápidamente por el suelo, derribando únicamente al gemelo, que fue jalado hacia la niebla en un instante, soltando un grito.

— ¿¡QUÉ DEMO_ — Patán retrocedió un poco, junto a Astrid y Brutilda

La segunda gemela retrocedió un poco más por el miedo y la impresión de lo que le pasó a su hermano, y gracias a ello pudo esquivar una segunda cola que derribó tanto a Patán como a Astrid.

Pronto llegaron Hicca y Patapez, observando a Brutilda temblando levemente, pero sujetando con fuerza la cubeta, también vieron a los otros dos tirados.

A los pocos segundos salió Brutacio de la niebla, corriendo con desesperación y tropezando con Patán en el suelo.

— ¡AAAYY ESO ME DOLIÓ! ¡ME DOLIÓ MUCHO! — pisó la cara de Patán sin ningún cuidado, y aun corriendo, chocó con Patapez, alejándose tanto como pudo 

Brutilda se mostró más relajada al ver a su hermano aparentemente bien, e intercambió miradas con Hicca y Patapez.

— Bueno, al menos hay chances de_ — Patapez habló, pero se interrumpió al ver una cabeza de dragón saliendo de la niebla, serpenteando para acercarse — ¡WUUOUH! — con miedo dio varios pasos hacia atrás, sin embargo, el dragón lo siguió

Aún asustado, dio unos pasos más hacia atrás, y cuando el Cremallerus se había acercado lo suficiente, arrojó desesperadamente el agua a la cabeza, que cerró los ojos...luego abrió el hocico, expulsando el gas verde.

— Ou, esta no era — Patapez sonrió nerviosamente, solo para ser bañado por el gas del dragón — ¡AAHHHHH! — soltó un grito agudo

— ¡PATAPEZ CUIDADO! — Bocón le gritó, haciendo una seña para que se alejara

El chico salió corriendo, en pánico, luego, ante Hicca, apareció la segunda cabeza, chasqueando sus mandíbulas y dejando ver pequeñas chispas.

— ¡AHORA HICCA! — Bocón volvió a gritar

La castaña tomó con una mano la parte baja de la cubeta y la levantó rápidamente, arrojando el agua...que se quedó a mitad de camino antes de caer al piso.

— Por favor... — Hicca bajó los brazos, como si le hubieran jugado una muy mala broma

— ¡CORRE HICCA! — Bocón le gritó

La castaña cayó al piso, mientras el dragón se erguía sobre ella.

Antes de atacarla, Brutilda dio un salto y le pegó al Cremallerus con la cubeta, vertiendo el contenido a su vez en la cabeza correcta.

El dragón se levantó, empujando un poco a la rubia, que retrocedió con su cubeta en mano, ahora vacía.

Una de las cabezas salió disparada hacia ella, con las mandíbulas bien abiertas, listo para darle un buen mordisco.

Bram llegó justo a tiempo, apartando a la chica con un empujón y quitándole la cubeta, usándola para golpear la cabeza y evitar que él mismo sea mordido.

Lastimosamente, quedó en una posición vulnerable, y la segunda cabeza no dudó en arrojarse también con el hocico abierto de par en par.

Hicca se levantó rápidamente y corrió hasta estar suficientemente cerca del pelinegro...el dragón se detuvo al instante.

— ¡CHICOS! — Bocón 'corrió' hacia ellos, solo para interrumpir su carrera, impresionado

La castaña levantaba las manos, acercándose lentamente al dragón, que parecía molesto, y se alejaba lentamente.

— Atrás, atrás, ¡ATRÁS! — repitió tres veces, tomando más confianza y acercándose con pasos un poco más grandes — ¡NO ME OBLIGUEN A REPETIRLO DE NUEVO! — 

Todos la vieron con sorpresa, a excepción de Bram, que solo sonrió con cierto orgullo.

— ¡SÍ! ¡ESO DIJE! ¡REGRESEN A SU JAULA! — discretamente, llevó su mano al interior de su chaleco, rebelando una anguila amarilla con franjas negras — ~Y piensen en lo que hicieron~ — les habló disimuladamente a ambas cabezas, arrojando la anguila al interior de la jaula

Mientras ella cerraba con dificultad las puertas metálicas, se limpió el polvo imaginario de las manos y se dio la vuelta, asustándose un poco al ver a todos mirándola con gran impacto, a excepción de Bram, que le sonreía.

— Ou, em, ¿Eso es todo? — se rio nerviosamente, chocando sus palmas — Bu-Bueno, ¡HA-HASTA MAÑANA! — ella se despidió rápidamente, corriendo para tomar la mano de Bram y así salir ambos del ruedo, ante la atenta mirada de todos





Hicca y Bram caminaron con dirección al pueblo, y mientras caminaban, Hicca empezó a contarlo lo que pasó.

— Fui con Chimuelo, le puse le cola...¡Y EL MALDITO EMPEZÓ A VOLAR ANTES DE QUE YO ME BAJARA! — extendió los brazos, exageradamente — ¡LA COLA FUNCIONÓ BIEN!...al menos un rato, luego me di cuenta de que estaba demasiado rígida...sin mencionar que no estaba bien equilibrada con la otra aleta, entonces tuve que meter mano — ella continuó

Bram le prestó total atención, viéndola hacer un puchero cuando mencionó la parte de que el Furia Nocturna, al darse cuenta de la prótesis y del cómo funcionaba, arrojó a Hicca al lago, deshaciéndose de ella e intentando escapar con su nueva cola.

Mientras contaba como Chimuelo también cayó al agua, sonrió, diciendo algo sobre una 'traición'.

— Entonces, debemos idear alguna manera en la que la cola pueda moverse a la par que la otra — Bram se llevó una mano al mentón — O quizá darle alguna señal a Chimuelo de a donde mover su aleta buena

Hicca se rascó la cabeza, pensativa.

— ¿Sabes? Había pensado en usar una cuerda para jalar la aleta en un ángulo específico... — se quedó en silencio, permitiendo que Bram pensara en lo demás

— Pero Chimuelo no puede tener idea de a dónde mover la aleta — frunció el ceño, en compresión

Ambos pensaron un poco, en silencio, Bram ahora se dio cuenta de que Hipo había logrado idear su mecanismo de una forma no muy realista, es decir, la prótesis prácticamente controlaba los movimientos de Chimuelo, ¿Pero dónde quedaba la aleta buena? ¿No debería ser independiente y con movimientos instintivos a causa del aire o la posición del dragón?

— ¿Qué tal darle una señal? — Bram empezó, aún con la mano en su mentón — Cómo cuando yo te toco el hombro para que vayas a cierta dirección — hizo una muestra de su ejemplo, empujándola suavemente hacia una dirección

— ¡ESO ES! — Hicca pareció tener una idea — Podría meter algo así como unos resortes a la base de la cola mecánica, dependiendo el ángulo, un resorte presionará ciertas partes de la cola y Chimuelo las interpretará para mover su aleta sana — ella se emocionó un poco

— Uhm, pero ahora que lo pienso, ¿Cómo lo ajustarás mientras vuelas con Chimuelo? — él preguntó, cortando la emoción

Hicca se quedó pensando un par de segundos, luego regresó a su idea anterior.

— Si uso la cuerda, puedo guiar sus movimientos a la vez que vuelo — se rascó la nuca, con un poco de dolor de cabeza al imaginar cómo debería hacer el mecanismo no solo para ser funcional, sino que también para que no representara un peso extra a Chimuelo

La cola que le hicieron era de acero, fue una fortuna que Hicca tenía una buena percepción de profundidad e hicieron las varillas lo suficientemente delgadas para no ser un peso significativo.

Sin embargo, la cola llegó al peso máximo, si se agregaban otros elementos, dependiendo del peso, podría regresar a un vuelo inestable...ya se las arreglaría.

— ¿Crees que Chimuelo te lo permita? — Bram planteó una nueva pregunta, lo que le sacó un suspiro a la castaña

— Puedo intentar convencerlo...espero que acceda — se rascó la cabeza, realmente no quería que Chimuelo se sintiera presionado o algo así

Apenas terminaron de charlar, emprendieron camino hacia el bosque, hacia donde Chimuelo debería estar.





Al llegar al gran lago de aquel agujero, esperaron y Chimuelo apreció.

Bram llevaba una canasta de pescado en su espalda, que estaba a la mitad de su capacidad, y la dejó caer frente a él.

— Hola amigo, ¿Quieres otro poco? — le preguntó, mientras Bram se alejaba un poco

El Furia Nocturna no dudó y se arrojó a la canasta, devorando los pescados.

Hicca y Bram se movieron detrás de Chimuelo, y empezaron a aflojar los cinturones, hasta que finalmente la castaña le quitó la cola mecánica.

Al sentir a falta de peso, el dragón dejó de comer y volteó a verlos, confundido.

— Tranquilo, amigo, le haré algunos ajustes y regresaré — ella le sonrió, acariciando suavemente el ala de Chimuelo, que solo hizo uno de sus ronroneos dragónicos y continuó comiendo

— Supongo que no está en contra — el pelinegro se cruzó de brazos, mirando al dragón

Sin nada más, se marcharon mientras el Sol comenzaba a caer.

Caminaron con lentitud, haciendo tiempo para que la noche cayera y así tener la herrería libre.

Por lo mientras, seguían charlando acerca de cómo hacer el mecanismo. Hicca se sentía feliz de tener el apoyo de una persona, en especial, de Bram.

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El capítulo termina aquí, realmente el siguiente cap tendrá time skips, ya que en la película no se muestra gran cosa más que Hipo haciendo modificaciones para volar más adecuadamente, y no tengo muchas ideas ya que en este punto no hay mucha necesidad de un desarrollo de los personajes, así que haré esos saltos de tiempo para acelerar las cosas, aun así, trataré de meter el poco desarrollo que pueda en ellos. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que...

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