CAPÍTULO 7
Bram e Hicca habían llegado a la aldea cuando cayó la noche, y no tuvieron que buscar mucho la fogata de la que habló Bocón, pues consiguieron ver la luz en una de las torres de Berk.
Ambos caminaron hacia allá.
La castaña se sentía muy feliz, había conseguido más que solo acercarse a Chimuelo, sino que también se acercó a su 'amigo', quien guardaba un lugar muy especial en su corazón.
Cuando subieron la torre, vieron a Bocón y al grupo, habían llegado en medio de una anécdota.
— Y así fue como me gané mi lugar como el segundo al mando — Bocón sonrió, orgulloso de sus propios logros
Bram maldijo en su mente, le hubiera gustado oír esa historia.
Buscando con la mirada, vio a Astrid, ella lo miró y se hizo aún lado, invitándolo a sentarse a su lado, aunque dejó más espacio del que el pelinegro ocuparía.
Se sentó a su lado, y palmeó su costado libre, invitando a Hicca.
La castaña se sorprendió un poco, no pudo evitar ver a la rubia, que le asintió levemente, regresando su mirada a Bocón, que continuaba con una nueva historia.
Patapez le pasó un plato lleno de pollo a Bram, que a grandes rasgos era su líder. Él lo aceptó, pero se lo entregó a Hicca, sirviéndose su propio plato de pollo.
Mientras comían, Bocón continuaba contando anécdotas, incluso habló brevemente de un dragón que, en lugar de piel y carne, estaba cubierto de huesos.
Tras unos minutos, el pelinegro finalmente lo escuchó llegar a la frase.
— Me arrancó la mano y se la tragó entera, vi la expresión en su rostro, yo era delicioso — Bocón movió los dedos de su única mano, y levantó su mano intercambiable — Debió correr la voz, porque no pasó ni un mes cuando otro me arrancó la pierna — señaló su pie faltante
Todos lo escucharon con total atención, Bram sonrió un poco, pero después Patapez tomó la palabra, parecía algo pensativo.
— Wow, ¿No es raro pensar que tu mano estaba dentro del dragón? ¿Y que si tu mano aún lo hubiera controlado... — chocó dos piernas de pollo, metido en su propia mente — ¿Le hubieras podido matar desde el interior? Aplastando su corazón o algo — él terminó
Nadie dijo nada ante sus palabras, aunque sabían que era imposible algo como eso, no pudieron evitar explorar la posibilidad en sus mentes...al menos la mayoría, pues Hicca estaba muy ocupada pensando en cosas más importantes.
— Te juro que me muero del enojo — Patán habló esta vez — Vengaré tu bella mano y a tu bello pie también, arrancaré las patas de todos los dragones que combata... — mordió bruscamente su pollo y tragó, luego señaló su boca — ¡CON MIS DIENTES! —
Bram miró por el rabillo del ojo como la castaña fruncía levemente el ceño, no parecía nada contenta con esas palabras.
— Ghum, no — Bocón lo corrigió, comiendo un poco — Lo que quieres son las colas y las alas, si no puede volar, no puede huir...un dragón sin vía de escape...es un dragón muerto — terminó, sonriendo levemente con cierta malicia, sin duda dejaba ver que hablaba por experiencia
Ante sus palabras Hicca levantó la mirada, después volvió a bajarla, se veía más afligida que hace unos instantes.
Era claro que se sentía culpable, si Bocón realmente tenía razón, y ella sabía que así era, entonces, ¿Qué no había condenado a Chimuelo a morir?
Incapáz de resistir más sus pensamientos de autodesprecio, decidió hacer algo.
Se levantó, y sin dar ningún tipo de explicación, bajó de la torre, con cierta prisa. Por supuesto, solo Bram y Astrid la vieron marcharse.
— ¿Está bien? — la rubia preguntó, algo curiosa
— Solo...está teniendo grandes ideas — sonrió levemente, iría con ella apenas termine esta reunión
Ambos volvieron a poner atención a Bocón.
Pasados unos treinta minutos, finalmente llegaron al final de la reunión.
— Escuchen, mañana dejaremos de jugar con los dragones y entrenaremos en serio, así que descansen, lentamente, pero con seguridad, se acercan al Pesadilla Monstruosa...¿Pero quién será quien lo enfrente? — Bocón les sonrió, pero después se estiró, soltando un bostezo
— Ese seré yo, es mi destino — Brutacio fue quien habló, tomando una posición relajada
A Bram ya no le interesaba la conversación que seguía, así que decidió apresurar las cosas.
— Bocón tiene razón...descansen, y les recuerdo que espero que sean lo suficientemente buenos para esto...en especial, ustedes — Bram se levantó, y al terminar de hablar, miró fijamente a Patán y a los gemelos
Los tres se tensaron y se le quedaron viendo, asintiendo lentamente.
— Podrían hacer mucho más si se tomaran las cosas más en serio...y si dejan de pensar en que son los únicos en el mundo — pasó la mirada sobre ellos, quienes se miraron y luego asintieron nuevamente
Sin decir nada más, el líder del grupo se fue, seguido de Bocón, y luego el resto, que estaba en silencio.
El pelinegro caminó por el pueblo, con dirección a la herrería, según sabe, ahí debería estar Hicca.
La herrería estaba en silencio, sin embargo, no era suficiente razón para que Bram se fuese, así que entró y buscó la zona de trabajo de la castaña.
Abrió la puerta, y vio a Hicca, con varias hojas arrugadas alrededor de ella, mientras aún continuaba dibujando en otra hoja.
— Vaya, estás muy entretenida — él sonrió, recargándose en el marco de la puerta
La castaña dio un pequeño brinco, escondiendo torpemente sus garabatos unos sobre otros, mirando con miedo a la puerta.
Al verlo, soltó un suspiro de alivio, recargándose en su asiento.
— ¡BRAM! N-No esperaba verte aquí — ella se rio, nerviosa
— ¿Qué haces? Cuando te fuiste tenías esa mirada, la que pones cuando estás por construir algo genial — él le sonrió acercándose y recargándose levemente en la cabeza de Hicca, extendiendo nuevamente los bocetos
Él notó que había más complejidad en ellos de lo que alcanzó a ver en la película, sin mencionar que, al nacer aquí, aprendió la escritura, así que podía entender a la perfección lo que decían.
Hicca, por su parte, estaba ruborizada, podía sentir el aliento de Bram sobre su cabeza, sin embargo, esa no era la razón de su sonrojo...al menos no por completo, sino porque él se había dado cuenta de cómo se ponía al momento de crear algo en su mente, algo que pronto llevaría a la realidad.
— ¿De-Desde cuándo sabes de la mirada? — le preguntó, nerviosa, tomando nuevamente su lápiz
— Desde niños, no era fácil de ignorar, ¿Sabes?...Te vez...muy linda cuando lo haces — con algo de duda, habló, realmente queriendo dar un halago sincero
Sus palabras sonrojaron aún más a Hicca, eso le había dado -200 puntos de concentración, y empezó a divagar, hasta que a su mente llegaron otros pensamientos, que disminuyeron su ilusión.
— Ehm, ¿Bram? — lo llamó, viéndolo sobre el hombro, él solo asintió, abierto a lo que le tuviera que decir — ¿T-Te gusta Astrid? Di-Digo, no te culparía, es linda, fuerte y tiene...mu-muchas cosas en común contigo — desvió la mirada a media frase
Bram se quedó helado por unos segundos, por varias razones, para empezar...¿Hicca estaba celosa?
— Uhm, es muy agradable...pero no sé si me gusta — le respondió, siendo sincero — Quizá llegue a pasar —
La castaña se quedó en silencio, apretando su pantalón con todas sus fuerzas, estaba debatiendo internamente el si debía decir lo que tenía en mente.
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— ¿Y...y-yo? — ella se dio la vuelta, mirándolo fijamente
El pelinegro se sorprendió de sobremanera al ver a la castaña de esta manera, ¿Tan pronto? ¿No se supone que esto cuenta como una especie de declaración de amor?
Bram se quedó callado unos segundos, pensando en qué decir a continuación, no solo para no molestarla o apartarla, sino que también para ser sincero consigo mismo.
— Sabes Hicca — comenzó, aun pensando en qué decir, ella lo miró con total atención — No creo que sea bueno decir que me gustas...digamos que por ahora no estoy seguro...quizá, en el futuro...vaya a tu casa y te invite algo de mi comida — le sonrió
Contrario a sus expectativas, a Hicca le brillaron los ojos, su rubor regresando a su rostro, y antes de que dijera algo, él habló.
— Además, ¿Qué no hay otras cosas que resolver primero? Por ejemplo...esto — Bram mostró uno de los bocetos, era la aleta faltando de Chimuelo, aunque con un diseño mecánico
La castaña reaccionó, entendiendo lo que él le quiso decir indirectamente; 'Dejémoslo aquí', no era lo que esperaba, pero estaba satisfecha, por ello, tosió para aclarar su garganta y empezó a explicar.
— Bu-Bueno, estuve pensando en cómo ayudar a Chimuelo, y luego de varias ideas, pensé en construir el trozo que le falta, así lo podría ayudar...aunque sigo teniendo problemas con la resistencia — se recargó sobre sus manos, jugando con el lápiz
— Ya veo...mhm, ¿Por qué no usas unos soportes de acero? — señaló las partes que actuarían como 'huesos' en la aleta
— Es lo que estaba pensando, pero también tengo el problema de que estará demasiado rígida, necesito algunos cabezales aquí — señaló la unión de las delgadas tiras con la base
Ambos continuaron charlando acerca de cómo mejorar el diseño, en especial, como volverlo lo suficientemente resistente al aire como para no quedar hecho trizas, por lo menos debía mantenerse firme.
Luego de unos minutos corrigiendo algunos errores, llegó la parte difícil, que era construir el armazón.
— Calentaré el horno, tú busca tela — Bram rápidamente tomó su lugar en la forja
Flexionó un poco sus músculos, y se quitó la camisa, después de todo, él era al menos cuatro veces más fuerte que Hicca, podría llevar el fuego del horno a un mayor nivel de intensidad, lo que obviamente generaría más calor.
Tomó la palanca de la sopladora y con una sola mano hizo movimiento ascendentes y descendentes, algo bruscos, mientras que la castaña echaba carbón y un trozo de leña con fuego al interior de la forja, lo que, mezclado con el aire de la sopladora, generó una gran llama.
Ella se levantó para ir por algunas espadas viejas, pero al ver a Bram se quedó paralizada.
Lo miró fijamente, primero observó su rostro, con el ceño fruncido por el esfuerzo, y por un instante, Hicca pudo jurar que ya no había nada más bello por ver en el mundo.
Sin embargo, cambió de opinión al explorar con la mirada el torso del chico.
Sus pectorales grandes y definidos, la espalda musculosa y esos brazos que aumentaban su tamaño con cada empuje en la sopladora, no pudo evitar imaginar esos brazos rodeándola...de varias maneras.
— Oye, ¿Vas a ir por el hierro? ¿O necesitas un descanso? — le sonrió burlonamente, parecía no haberse dado cuenta de la mirada acosadora de la castaña
Hicca asintió mecánicamente, aun observándolo, luego se giró y corrió por algunas espadas
Con esfuerzo, las llevó al fuego del horno, Bram detuvo un instante sus movimientos para no quemar a la chica, y cuando ella se apartó, reanudó su actividad con aún más fuerza que antes, quería acabar pronto.
Mientras él se encargaba de fundir las espadas, Hicca fue en busca de telas, y, sobre todo, muchos tornillos y otras piezas para los cabezales.
Ambos trabajaron en silencio, demasiado concentrados en sus actividades.
El pelinegro usaba una pequeña pala para mover las espadas, que lentamente se calentaban hasta llegar al rojo vivo.
Hicca, había conseguido crear 4 cabezales, más que suficientes para la aleta. Ahora estaba aprovechando el poco tiempo que faltaba para que el hierro estuviera en su punto exacto, y admiró nuevamente a Bram.
Contuvo el deseo de pasar su mano por esos músculos y solo se mordió el labio.
— ¡LISTO! — él usó las pinzas para tomar una de las espadas y la llevó al yunque, usando un martillo para darle forma más redonda, golpeando el filo
Hicca lo siguió, tomando otra de las espadas e imitándolo.
Tres horas después, ambos estaban respirando agitadamente, cubiertos de sudor, mirando con satisfacción el esqueleto de la aleta mecánica.
Estaban esperando a que se enfriara de forma natural, ya la habían sumergido en agua, así que no habría problemas.
— Espero que resista — Bram habló, usando su camisa para secarse el sudor
— T-Tiene qué — Hicca le respondió, sin aliento
Después de unos minutos más de espera, Hicca se levantó y comenzó a poner la tela sobre el esqueleto.
Viendo que no necesitaba ayuda, Bram solo la miró haciéndolo.
Gracias al sudor, la ropa de la castaña se le había pegado un poco más al cuerpo, dejándole ver al pelinegro que ella usaba ropa realmente holgada.
A diferencia de la película, no era prácticamente un palo con piernas...ohhh no, tenía unos muslos algo grandes, un trasero firme, y una cintura delgada, al igual que el resto de su parte superior.
Lo único que realmente le recordaba al Hipo original eran esos brazos delgados y flácidos.
Sin embargo, fue cuando ella se movió a otro lado, dejándole a Bram una vista de perfil y...
— "Vaya...es tetona" — sin expresión, miró los bultos en el pecho de Hicca, que realmente ya podían llamarse senos
Eran firmes, de copa C...bendita sea la no-censura de película animada.
Para ser tan delgada...estaba muy bien dotada, aunque a Bram no se le hacía raro, había visto mujeres más o menos así según recuerda, incluso en Berk había una que otra mujer así.
— Creo que quedó bien — Hicca volvió a sentarse junto a él, agotada
— ¿Y cómo te acercarás? — él le pregunto, realmente ya sabiendo la respuesta
— Bueno, le gustó el pescado, así que creo que lo mejor sería llevarle una canasta llena de pescados, en el puerto la pesca ha sido muy favorable — ella sonrió un poco
Él solo se limitó a mirar al techo, algo pensativo.
— Te deseo mucha suerte...ten cuidado — se levantó, mientras Hicca lo veía con sorpresa
— ¿¡EH!? ¿¡NO VAS A ACOMPAÑARME!? — ella igual se levantó, temerosa
— Oye, tranquila, estoy seguro de que Chimuelo no te hará nada, ambos se llevarán bien, pero solo ten cuidado con la cola, ¿Okey? — le dio unas palmaditas en la espalda, con una sonrisa
La castaña lo miró algo nerviosa.
Ciertamente, sabía que podía hacerlo, sin embargo, el que Bram la haya acompañado las otras veces le daba mucha seguridad, y ahora sin él...se sentía algo perdida.
— Ey — el pelinegro se acercó a su rostro — Lo lograrás, ¿De acuerdo? Eres fuerte, ¿Olvidas que tú fuiste la que me enseñó a usar la forja? Aprendiste tú sola...con algo de ayuda de Bocón, claro, pero aprendiste antes que yo...no me necesitas — le sonrió con confianza
Esas palabras volvieron a hacer que el corazón de Hicca latiera rápidamente.
— "Por Odín...¿Acaso no puede dejar de ser aún más perfecto?" — ella pensó, sonriendo levemente, sin duda, haría lo que pudiera para poder ganarse su corazón
El pelinegro no dijo nada más y se preparó para irse, abriendo la puerta, despidiéndose y tomando rumbo a su hogar.
Caminó por unos minutos a paso lento, estaba pensando en sus sentimientos hacia esas dos.
No podía dejar de pensar en que realmente le gustaría estar con ambas, eran mujeres maravillosas, cada una de maneras distintas, no era simplemente que fueran hermosas.
— "¿Tal vez podría tener una relación con las dos?" — lo pensó de nuevo
La verdad, era difícil, no solo por lo que ya se dijo, sino que también Estoico ya le había dado de forma indirecta su aprobación, ¿Cómo carajos estaría de acuerdo en que su hija comparta a su novio?
— ~Malditos triángulos amorosos~ — susurró, sacudiendo su cabeza, pensando en permanecer unas horas despierto para seguir puliendo los detalles de su plan
Bram suspiró y entró a su casa, estirándose y quitándose la camisa, abriendo la puerta de su habitación y sentándose en su pequeño escritorio, empezando a escribir en una hoja.
Claro, tener por escrito sus planes era una mala idea, así que quemaba las hojas una vez había 'memorizado' su plan, realmente solo lo hacía para corregir algunos errores, pues los tenía a la vista.
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Aquí termina este cap, espero y, como veo, les haya gustado. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que...
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