CAPÍTULO 4

Bram e Hicca caminaron de regreso al pueblo, y por lo mientras, hablaban entre sí.

— Oye, ¿Crees que ese trozo de cola le vuelva a crecer? He escuchado que las colas de las lagartijas crecen con el tiempo otra vez — la castaña preguntó, viendo como Bram saltaba sobre una roca de buen tamaño, ella escaló con un poco de dificultad

— Lo dudo, creo que hay una diferencia entre una lagartija del tamaño de mi dedo, a otra lagartija más grande que dos yacks juntos — dijo mientras daba un gran salto de dos metros para llegar a otra roca

Hicca lo miró con ojos impresionados, a la vez que adquiría un leve rubor, a pesar de estar 'acostumbrada' a hazañas simples como estas, ver a Bram llevarlas a cabo tenía algo que le hacía sentir extraña, de una forma agradable.

— Su-Supongo que tiene sentido — fue todo lo que dijo, tratando de imitar el salto, cosa claramente no pudo

Antes de caer, Bram sujetó su brazo, él era lo suficientemente fuerte como para ni siquiera inmutarse al peso de Hicca.

— Oye, Hicca, ¿No has pensado en hacer más ejercicio? Si no puedes saltar ni dos metros...no durarás mucho — fueron las palabras que dijo mientras la jalaba para que ambos quedaran sobre la roca

Él se dio cuenta al instante del nerviosismo de la castaña al estar casi recostada en su pecho, por ello, se bajó de la roca y continuó caminando en dirección al pueblo.

— S-Sí, lo he pensado...¿Pero con qué? ¿O cómo? Quiero decir, no sé nada de qué debería hacer...he escuchado de vikingos que se rompen los brazos cuando cargan cosas demasiado pesadas...y bueno... — dejó que el silencio terminara por ella, mostrando sus brazos delgados

— ...¿Quieres que te enseñe? — Bram le preguntó, extendiéndole la mano para ayudarla a subir una elevación de casi 90 grados

— ¿Eh? ¿Te refieres a entrenarme tú? — ella preguntó, aceptando la ayuda, apenas fue jalada, sintió como el brazo casi le era arrancado — Auch — se sujetó el hombro, algo adolorida

Bram se rio, continuando su camino, por fin, el terreno se volvió lo suficientemente recto para caminar con facilidad.

— Claro, ¿Cómo crees que obtuve estos? — el pelinegro le mostró su bícep

Al igual que muchos vikingos, Bram tenía un bícep ancho, sin embargo, la diferencia era que los músculos del chico estaban mucho mejor definidos, por Odín, ¡PARECÍA UN MALDITO DIOS NÓRDICO!

Inevitablemente, Hicca se quedó embobada, solo salió de su trance al momento de que Bram continuara caminando.

La castaña sacudió la cabeza, tratando de apartar los pensamientos que requerían de una cama, varios tarros de agua, a Bram...y a ella.

— Ehm, ¡ME ENCANTARÍA! — gritó de forma exagerada, sonrojándose al momento de que otro pensamiento impuro cruzó su mente

— Bien, empezaremos en la noche, luego de la reunión — fue todo lo que dijo, entrando al fin en el claro de la aldea, pudo ver la casa de Hicca frente al bosque

— ¿¡QUÉ!? ¿¡TAN PRONTO!? — corrió para quedar al lado de Bram

— Sep, necesitas acostumbrar tu cuerpo tan pronto como sea posible...~además, puede que mañana no puedas levantarte~ — susurró para sí mismo

Por desgracia, Hicca lo escuchó, y al instante, palideció.

No era una ignorante...no del todo. Una vez intentó hacer lagartijas, creyó que sería fácil...apenas pudo hacer siete y al día siguiente no sentía sus brazos, su cuerpo no soportó algo así.

Por amor a Thor, incluso cuando terminaba sus labores en el taller sentía que sus brazos se le caían.

La castaña solo pudo tragar saliva, intentando imaginar los horrores que Bram la haría pasar, todo mientras se acercaban a la cueva de reunión.

El Sol ya estaba cayendo...de hecho, Bram pudo ver las nubes oscuras a la distancia, una tormenta vendría pronto.

Mientras se acercaban a la cueva, Bram recordó algo muy importante.

— Oye, ahora que lo pienso, ¿Hablaste con tu padre? ¿Igualmente viniste al ruedo? — preguntó

— Bueno, digamos que sí, charlamos un poco, acordamos en que por lo menos aprendería a cómo protegerme yo sola, después él me apoyaría con lo que quiera hacer — ella respondió, con una pequeña sonrisa, ese fue el primer avance con su padre en años

Bram le sonrió de vuelta y abrieron las grandes puertas, llegando justo a tiempo para un regaño.

— ¿Alguien puede decirme en qué se equivocó Astrid? — Bocón preguntó a sus alumnos

Aunque ellos no eran los únicos en la gran cueva, qué parecía también ser un gran comedor a la vez, los pocos vikingos ignoraban su conversación, sumidos en sus propios asuntos.

— Debí dar la marometa hacia adelante, si lo hubiera hecho, Bram y yo hubiéramos emboscado al Gronckle — fueron las palabras frías, pero reflexivas, de una rubia que dio un trago a su vaso de agua

— ¡SÍ! ¡LO ECHASTE A PERDER! — Brutilda exclamó, con tono de burla, arrebatándole un trozo de pollo a su hermano

— ¡NO, NO! Yo creo que fue increíble, eso fue muy Astrid — Patán intervino, tratando de halagar a la chica, que obviamente lo ignoró

— No, ella tiene razón, deben ser duros con ustedes mismos si quieren sobrevivir — Bocón corrigió a sus alumnos

El hombre vio a Hicca y Bram cerrando las grandes puertas de entrada, sonrió un poco al verlos, para él, era adorable ver como la pequeña chica trataba de volverse más cercana a Bram, la historia de esos dos era su novela favorita.

— ¿En qué se equivocó Hicca? — fueron sus palabras, al igual que el resto de alumnos, la idea era que la propia Hicca respondiera

— ¿En que se presentó? — Brutilda volvió a decir, con una cara de incomodidad e incluso molestia, mientras la castaña pasaba a su lado en silencio

— ¿En que no se la comieron? — su gemelo, Brutacio, continuó, pensativo

Hicca tomó el plato con las sobras de lo que se supone sería su cena, obviamente la mayoría tomó de su plato.

Patán creyó que ella iba a sentarse a su lado, pues no tardó mucho para dar saltitos a ese lugar, dándole a la castaña la sonrisa más falsa que podría dar en su vida, ella ni siquiera lo miró, ni loca iba a sentarse a su lado.

— ... — Astrid permaneció en silencio, tenía en mente decir algo como "Quiere hacer las cosas a su modo" pero, siendo justos, ella y Bram eran iguales

— Le cuesta tomar decisiones — el pelinegro fue quien respondió, dándole un zape suave a Brutilda

— G-r-a-c-i-a-s, Bram — Bocón casi deletreó, dándole un leve golpe a Brutacio

Bram tomó su plato de comida, que estaba intacto, y fue a sentarse frente a Hicca, ella le sonrió tiernamente, pero con desgana.

El pelinegro se estiró un poco para sujetar el plato de la castaña, dándole el de él.

Ella lo miró con sorpresa, aunque su sonrisa tomó un lindo brillo, a la vez que adquiría un sonrojo visible.

— Tienen que aprender a respirar esto... — Bocón dio la vuelta a la mesa, después les dio la espalda a Bram y a Hicca — El manual de dragones — con su mano intercambiable quitó los platos y vasos de la mesa, dejando en su lugar el libro — Todo lo que sabemos de todos los dragones que conocemos — su tono era serio, después miró hacia arriba, escuchando los truenos

— No habrá ataques hoy — Bram dijo lo que él estaba por decir

Bocón lo volteó a ver, sonriendo levemente, a veces creía que el chico realmente no tenía por qué tomar los entrenamientos.

— Correcto...estudien — con renovado aburrimiento, se fue

— ¿¡QUÉ!? ¿¡SUGIERES QUE LEAMOS!? — Brutacio soltó el cuchillo con el que jugaba, con expresión ofendida

— ¡ES ABSURDO! ¿Para qué leer palabras si puedes matar aquellas cosas de las que hablan las palabras? — Patán preguntó, como si tuviera un punto, sonaba muy molesto

— ¡OH, OH! ¡YO LO LEÍ SIETE VECES! — Patapez comenzó, siendo el único visiblemente entusiasmado — Hay un dragón que te escupe agua hirviendo en la cara, y luego hay otro que tiene un_ — mientras seguía hablando, Patán lo miró como si fuera un rarito

Antes de decir algo más, Brutacio lo interrumpió.

— Sí, genial — hizo un gesto con la mano para que se callara — Estaba considerando leer ese libro — sonrió arrogantemente

— ¿Pero ahora o... — su gemela parecía muy aburrida

— Ustedes lean, yo iré a matar algo — Patán se levantó, señalándose, claramente tratando de hacerse el cool, pero todos se fueron con él

Astrid fue la única que se quedó en la mesa.

Ella desvió la mirada hacia la mesa a su lado, donde Bram estaba terminando las sobras del que fue el plato de Hicca, mientras ella comía lentamente, saboreando la comida, como si el simple hecho de que fuera él quien se la diera lo dotara de algo especial.

— Bram, ¿Quieres darle otra hojeada? — Astrid preguntó, levantándose con el libro en mano

— No estaría mal, si estoy en lo correcto...~ghum~ — Bram dio a un sorbo a su vaso, pasando la comida por su garganta — También tenemos a un Cremallerus y a un Nadder, sería bueno repasarlos de nuevo — fueron sus palabras, haciéndose a un lado para permitirle a la rubia sentarse junto a él

Ella se sentó a su lado y extendió el libro para que ambos pudieran verlo cómodamente, aunque lo había dejado deliberadamente más cerca al chico, de esa forma, se pudo acercar un poco más a él.

Hicca los miró por el rabillo del ojo, continuando con su comida, con un sentimiento de tristeza, no solo estaba celosa, sino que tampoco se sentía suficiente para por lo menos rivalizar con Astrid.

El pelinegro notó el estado de ánimo de su 'amiga', no dudó y habló.

— Hicca, ¿Quieres echarle un ojo? Aún no lo lees, ¿Verdad? — él la invitó

Hicca se atragantó levemente con su comida, por lo que tosió un poco, pero asintió rápidamente con la cabeza, levantándose.

Astrid la miró fijamente, luego regresó su mirada al libro, ignorándola.

La castaña se sentó al otro lado de Bram, el lugar libre, estaba algo nerviosa.

— Esto va para largo, así que, iré a pedir más pollo, les traeré un poco también — Bram se levantó, sin dejar lugar a algún rechazo, y se fue, saludando con la mano a quien repartía la comida

Mientras ambas veían al pelinegro alejarse, no intercambiaron palabras.

Hicca realmente no deseaba entablar una conversación, aún se sentía un poco celosa. En cambio, Astrid tenía algo que decir.

— Escucha, Hicca, no me agradas, pero tampoco te desprecio — fue su comienzo, Hicca realmente no mostró expresión, ¿Cuántas veces había escuchado eso? — No me importa que seas la amiga de la infancia de Bram, yo me esforzaré por conquistarlo —

Esas palabras realmente sorprendieron a la castaña, aunque ella ya conocía que Astrid gustaba de su 'amigo', lo que fue auténticamente shockeante fue el hecho de ella la considerara una 'Rival amorosa', eso le dio esperanzas.

— ...Yo no pienso darme por vencida — Hicca habló, por primera, levantando la cabeza para quedar más o menos a la altura de la rubia

— Jhm — Astrid sonrió un poco, desviando la mirada hacia Bram, que venía con 3 platos de comida y un par de vasos extra — ~Así que de verdad tienes agallas...buen comienzo~ — le dio un pequeño halago, después regresó su mirada al frente

— Listo, ¿Por qué no empezamos de una vez? — el pelinegro dejó los platos frente a cada quien y abrió el libro en la primera página

Para que ambas chicas pudieran ver, Bram llevó el libro frente a él, debido a ello, Hicca y Astrid se pegaron más a él, cosa que no fue para nada molesta para ninguna.

Durante un par de horas, los tres leyeron el bestiario de dragones, Bram encontraba de vez en cuando detalles que desconocía, o había olvidado, al igual que Astrid, en cambio, para Hicca todo era nuevo.

Con el pasar de las páginas, y con dragones cada vez más peligrosos o extraños, ella pareció ser la única que notaba una cosa:

Cortaleña...Tirar a matar

Trueno tambor...Tirar a matar

                                                                             Tirar a matar

Tirar a matar                                                                     Tirar a matar

                                   Tirar a matar

Tirar a matar                                                                                     Tirar a matar

                                                         Tirar a matar

Tirar a matar                     

                                                                                          Tirar a matar

                                   Tirar a matar

Finalmente, aquella frase dejó de repetirse al llegar a una página...la del Furia Nocturna.

Ni siquiera había un dibujo del dragón como las anteriores páginas, en su lugar, había un enorme signo de interrogación por debajo del nombre del dragón.

Debajo, había un pequeño texto.

— ~Desconocimiento total de sus habilidades, forma, costumbres o alimentación~ — fue lo que susurró Bram, parecía como si nunca hubiera leído esta página

Hicca leyó en su mente el resto, que, a grandes rasgos, era una advertencia, indicando que cualquier acercamiento resultaría en una muerte horrible e inevitable.

A la vez que leía, escuchó un gran trueno afuera, lo que la asustó y abrazó el brazo de Bram.

Él la miró, Hicca parecía no darse cuenta de lo que estaba haciendo.

— Ejhem — Bram tosió falsamente, devolviéndola a la realidad

— ¿Uh? — primero, ella lo miró con confusión, y al darse cuenta de que abrazaba su brazo, lo soltó de inmediato, con el rostro enrojecido — ¡PE-PERDÓN! —

Antes de decir cualquier cosa, Astrid le dio una palmada en el hombro, cerrando el libro y alejándolo de la mesa.

— Es hora de irnos — señaló a la que gente, que estaba saliendo de la cueva, apagando las velas

— Oh, claro, andando — Bram se levantó, estirándose, en este mundo con tanto movimiento, quedarse sentado durante mucho tiempo resultaba poco satisfactorio

Los 3 se levantaron y se fueron, Astrid utilizó el corto momento de caminata hacia la salida para tomar la palabra.

— ¿Mañana nos vemos en el bosque cortado? ¿O prefieres el risco? — preguntó, haciéndose a un lado su mechón rubio

— El bosque cortado estará bien, será un buen entrenamiento — Bram respondió, sonriéndole

— ¿Entrenamiento? ¿No se supone que Bocón nos dará el día libre? — Hicca intervino en la conversación, temerosa de volver al ruedo

— Así es, solo que Astrid y yo entrenamos en los días libres, es lo mejor, ¿Sabes? Me gustaría que fueras con nosotros — al oír sus últimas palabras, Astrid lo miró por el rabillo del ojo, mientras que Hicca se sintió nerviosa por la mirada de la rubia — Pero...con el entrenamiento que te daré ahora, dudo que te vea mañana, al menos de pie — sonrió con malicia

Hicca tragó saliva al instante, ¡HABÍA OLVIDADO EL ENTRENAMIENTO!

Astrid suavizó su mirada y abrió las puertas.

— Nos vemos, no olvides afilar tu hacha — Astrid se despidió con un gesto y corrió camino a su hogar, pues seguía lloviendo

Aprovechando que Bram veía el horizonte nocturno, Hicca vio su oportunidad de escapar y corrió en silencio hacia su casa, tomando la ventaja de la lluvia, que cubría sus pasos.

No pudo avanzar mucho cuando sintió unos fuertes brazos rodeando su abdomen, sujetándola con firmeza.

Miró sobre su hombro, y encontró al pelinegro.

Ella juró que, si Bram la abrazaba, se le iba a declarar al fin, imaginó que sentiría mariposas, alegría y vergüenza...pero ahora no sentía otra cosa que no fuera terror al ver la sonrisa siniestra en la cara de su verdugo.

— O-Oye, B-Bram, ¿Y-Y si l-lo po-posponemos? ¡ES-ESTÁ LLOVIENDO MUY FUERTE! — argumentó, sonriendo nerviosamente

— ~Al contrario...este es el clima perfecto para tu renacer...Hicca~ — Bram se agachó para susurrarle al oído

Eso la hizo ruborizarse, tras esas palabras, sintió mucho calor en su abdomen, se sentía como un conejito en las fauces de un lobo...tristemente para la castaña, lo que ocurriría esa noche tormentosa no sería nada sexual...sería un infierno hecho específicamente para ella.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Listo, el capítulo 4 termina aquí, ¿Va bien? Espero que sí, quizá voy algo lento, pero es intencional, me he dado cuenta de que, si pongo 4000 palabras en un capítulo, termino con una historia algo corta, y me guste o no, a veces eso no llama tanto la atención, así que volví a mi formato de 2 500 palabras, a ver cómo le va así. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top