CAPÍTULO 2
— ¡¡AAAAAAAAHHHHHH!! —
Bram escuchó un grito de pánico a la distancia, y desvió la mirada en esa dirección, encontrando a Hicca, quien corría desesperadamente de un pesadilla monstruosa, esquivando sus mordidas por mera casualidad
— ¡HICCA! — no dudó un solo segundo y corrió tras ella
Los alcanzó cuando la castaña se escondió tras un pilar, cubriéndose así de la ráfaga del dragón.
Hicca daba vuelta lentamente para ver al dragón, mientras que la bestia se movía por el lado contrario, ella no se dio cuenta cuando estaba entre las fauces del pesadilla monstruosa.
No obstante, Bram no iba a permitir eso, así que tomó un hacha de la herrería y, levantándola con ambas manos, dejó caer el filo sobre la cabeza del dragón.
Dado que no tenía una fuerza descomunal, no pudo atravesar el cráneo, pero por lo menos lo había herido y alejado de Hicca, que pareció sorprendida por su aparición.
— ¡BRAM! — preocupada, lo llamó
El pesadilla monstruosa se giró hacia el chico de cabello largo, furioso, aún con el hacha enterrada en su carne, Bram no retrocedió.
Justo cuando estaba por ser devorado, Estoico apareció, golpeando al dragón a puño limpio.
La bestia intentó contraatacar con una ráfaga de fuego, aunque al final solo pudo lanzar un poco de lava, lo que cambió su expresión por completo.
— ~¿Ya no tienes?~ — Estoico susurró, preparándose
No dio ni un segundo cuando soltó un derechazo directo a la mandíbula, luego la izquierda y por último una patada, que fue más que suficiente para sacar el hacha de la cabeza del dragón y que huyera, ensangrentado.
La jefe de la aldea se dio la vuelta frente al pilar que el pesadilla monstruosa había quemado hace poco, el pilar se desmoronó y cayó hacia un lado, permitiendo ver a Hicca, quien estaba nerviosa.
La punta del pilar, una fogata gigante, cayó rodando, causando grandes destrozos, hiriendo a un par de vikingos y liberando a los dragones capturados.
Todos vieron como los dragones se iban, con ovejas, pescados y otras pocas presas entre sus garras y fauces.
No hubo un solo sonido.
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— Pero le di a un furia nocturna — esta vez, no fue algo dicho con tal de pertenecer al grupo, sino para librarse de un gran castigo, pero en su lugar, fue tomada bruscamente del brazo por su padre y siendo llevada del lugar — ¡AH! ¡OUCH! ¡PAPÁ! ¡ES EN SERIO! ¡NO ES COMO LAS ÚLTIMAS VECES! ¡ESTA VEZ EN SERIO LE DI! — gritó
Todos en la aldea observaron en silencio a padre e hija, la castaña continuaba hablando, pidiendo ir al bosque para buscar al dragón derribado, uno que pensaban inexistente.
— ¡BASTA! — Estoico finalmente se cansó y gritó, dándose la vuelta, dejando en silencio a Hicca — Cada vez que sales se arma el caos, tengo problemas muy graves que atender; el invierno está muy cerca y tengo todo un pueblo que alimentar — le dijo, lleno de frustración y enojo
— ~Aquí entre nos, al pueblo le hace falta menos comida~ — susurró, dejando que solo Estoico la escuchara
— ¡ESTO NO ES UN JUEGO, HICCA! ¿Por qué no puede obedecer las más simples órdenes? — preguntó, frustrado
— Yo... — ella no supo como responder, así que desvió la mirada, observando a Bram, que le asintió, demostrándole su apoyo, por lo que Hicca suspiró pesadamente y miró a su padre — ~Yo solo quiero que me acepten~ — le susurró otra vez
Estoico abrió ampliamente los ojos, luego miró el suelo por unos segundos hasta que se hincó en una rodilla, viendo a los ojos a su hija.
— ~Hicca...hay cosas para las que no nacemos, así como yo soy un inútil en la cocina, tú no puedes cazar dragones, tienes que buscar algo más, algo distinto...¿De acuerdo? — la castaña asintió mecánicamente — Hablaremos cuando regrese a casa...Bram — el hombre se dirigió al chico
— ¿Sí, jefe? — dio un paso al frente, esperando sus instrucciones
— Llévala a casa...tengo que arreglar las cosas por aquí — le ordenó, después se dio la vuelta, caminando y haciendo un movimiento para que Bocón lo siguiera
Hicca miró a Bram con una pequeña sonrisa y asintió, agradeciéndole en silencio el consejo que le dio, él solo le puso la mano sobre el hombro, aunque llegaría una nueva molestia.
— Vaya, nunca había visto a nadie meter la pata así, ¡LOS AYUDASTE! — Patán se burló, casi empujándola
— Gracias, gracias, hice el intento, ¿Okey? — esquivó al robusto chico, quien iba a continuar hablando
Antes de decir cualquier cosa, Bram metió 2 dedos en su nariz, levantando la mano, obligado a Patán a hacer el cuerpo hacia atrás para zafarse del dolor, lo que provocó que cayera.
Ambos solo siguieron caminando ante la mirada de los otros jóvenes. Patán se levantó rápidamente, tratando de disimular su casi llanto, y en su lugar se rio un poco, mirando a Astrid.
La rubia levantó la mirada de su hacha, viendo a Bram, que también la observaba, él asintió.
— Andando, ayudemos — Astrid se levantó de inmediato, se llevó el hacha al hombro y caminó hacia las casas derrumbadas, el resto la siguió sin cuestionar
Mientras las personas se encargaban de las casas destruidas, entre otros destrozos, Bram e Hicca caminaban hacia el hogar de la castaña.
— ¡VISTE ESO! ¡ME ESCUCHÓ! — Hicca finalmente sacó sus sentimientos al sentirse en confianza
— Sí, lo hiciste muy bien, parece que en la noche tendrás una charla que los ayudará a ambos — Bram sonrió, ruborizando un poco a su amiga
— ¡S-SÍ! — ella desvió la mirada un poco nerviosa, después continuó — Normalmente me ve de...esa forma, como si le hubieran puesto poca carne en su sándwich — su actitud cambió al llegar a su casa
— Tranquila, en la noche discutirán todo eso, y sacarás lo que tienes guardado —
— Ejem, disculpe Mosa, le pedí una hija fuerte, agallas y con hambre de batalla, y esto, ¡ESTO ES UNA SARDINA PARLANTE! — intentó imitar la voz de su padre, fracasando terriblemente
Ambos se rieron un poco.
— Eso era antes...¡PERO HOY ESO CAMBIÓ! ¡ME MIRÓ COMO SI REALMENTE SE HUBIERA EQUIVOCADO Y ACEPTARA QUE YO SOY SU HIJA! — ella levantó los brazos, emocionada
Bram la observó, a pesar del buen ambiente, no pudo evitar notar los bultos en el pecho de Hicca, que tenía un buen tamaño para su edad, seguramente dentro de unos años serían más grandes.
Pensando un poco en eso, este Berk era un tanto diferente a las películas, olvidando que se veía como la vida real, solo que ligeramente caricaturizado para ser más agradable a la vista. Los vikingos no tenían cuerpos irregulares.
Por ejemplo, el propio Estoico, era muy alto, sus piernas eran grandes, sus brazos mantenían un grosor casi similar, pero eran más tonificados, y finalmente, el torso, era robusto, sin embargo, nada como en la película, incluso parecía un poco delgado, aunque con músculo.
Otro ejemplo es Hicca, no era tan delgada al punto del Hipo original, sus brazos eran un poco más grandes y con un muy leve músculo, después de todo, trabajar en una herrería con cosas pesadas no te deja igual por tantos años.
Aunque esos mismos cambios aplicaban al resto de personas.
— Ehm, ¿Bram? — Hicca lo llamó, confundida
— ¿Si? — saliendo disimuladamente de sus pensamientos, preguntó
— Oh...nada — decidiendo ignorar el hecho de que su amigo se haya quedado viendo a la nada por un segundo, continuó — Pero tu si crees que derribé a un furia nocturna, ¿Cierto? — preguntó, esperanzada
— Claro, tu corazón es demasiado puro incluso para mentir de una forma tan descarada — le sonrió, sabiendo lo que pensaba, por ello, se desvió del camino y tomó rumbo al bosque
Hicca sonrió ampliamente, ruborizada, luego corrió para alcanzarlo, y ambos continuaron hablando.
Habían pasado casi 2 horas, e Hicca ya se estaba frustrando.
— ¡AAAHHHHH! ¡LOS DIOSES ME ODIAN! — gritó con enojo, al mismo tiempo que tachaba un punto nuevo en el mapa de su cuaderno — Algunos pierden cuchillos en el lodo, pero yo no...yo voy y pierdo a un dragón entero — saltó unas rocas y golpeó la rama de un árbol con fuerza
Viendo la rama regresar a su cara a gran velocidad, solo pudo cerrar los ojos, incluso sin poder mover la cabeza.
Esperó, pero no sintió dolor, abrió los ojos y encontró a Bram a su lado, sujetando con una mano la rama que acababa de golpear.
Él solo la miró con aburrimiento, y movió los ojos hacia arriba, indicándole que ella también mirara.
Al levantar la mirada, encontró la mitad del tronco derribado a una dirección, se dio la vuelta, viendo un camino de tierra bastante profundo y tosco, que terminaba en una declinación del terreno.
Ambos siguieron el rastro, y al asomarse, Hicca rápidamente se agachó nuevamente, aterrada, en cambio, Bram tenía los ojos bien abiertos.
Viendo que no pasaba nada, la castaña volvió a asomarse.
Ahí estaba, el furia nocturna, inmovilizado por las sogas del arma de Hicca.
La sorpresa de Bram venía del cambio de un dragón como Chimuelo, aunque ya había esperado un cambio así, como en con el resto de dragones, el furia nocturna lo asombró más que el resto.
Era un poco más grande de lo que esperaba, sus escamas negras absorbían la luz, sus alas eran enormes, con pequeños picos en las puntas, y las patas eran más robustas, con garras más afiladas.
— Ouh...sí que le di... — Hicca habló, acercándose, parecía que ella tampoco lo creía — ...lo derribé — aunque su rostro estaba fuera de la vista, Bram notó un tono de arrepentimiento
— ¿Qué harás? — le preguntó
Vio como ella se tensó, mirándolo sobre el hombro con temor, al parecer, tiene miedo de que sin o mata al dragón, estando el pelinegro ahí, se ganaría su desprecio, o en el peor de los casos, la llamaría una traidora.
— Y-Yo...l-lo mataré — sacó su pequeño cuchillo, y lo sujetó torpemente
Estaba temblando.
Levantó el cuchillo, respirando con dificultad y gruñendo levemente para agarrar valor.
En un momento dado, Hicca miró por primera vez los ojos del furia nocturna, que la veía fijamente, para poco después cerrarlos y aceptar su destino.
Al ver esto, los brazos de la castaña parecieron perder fuerza y los dejó caer.
— ~N-No puedo~ — susurró, no queriendo darse la vuelta para ver los ojos de decepción del único chico que la trataba bien, y para colmo, su interés amoroso
Para su sorpresa, esto no pasó, pues Bram le tomó la mano y al verlo, él le asintió.
Hicca se sintió agradecida de que este chico sea uno tan amable y bueno.
— ...Quieres liberarlo, ¿Cierto? —
— ¿Eh? — sorprendida por la afirmación, ella miró al dragón — ...¿Podrías... — dejó que el silencio siguiera por ella
— Corta las sogas, iré por algo para cubrirnos, ten mucho cuidado, y no lo liberes hasta que yo regrese — regresando por donde vino, Bram buscó algún trozo de madera lo suficientemente grueso y fuerte para ser un escudo provisional
Mientras tanto, Hicca puso mucha atención a las sogas que cortaba, sin darse cuenta de que el dragón había abiertos los ojos muy ampliamente, esperando pacientemente a su liberación.
— ¡LISTO! — Bram regresó, sujetando un gran trozo de madera con su mano derecha
Jaló a Hicca tras él y tomó una de las sogas que mantenían a las demás firmes y unidas.
Miró sobre su hombro a la castaña, que asintió con temer, él suspiró y jaló la soga, liberando al furia nocturna.
El dragón de inmediato se levantó, viéndolos a ambos fijamente.
Luego de unos muy infernales segundos de tensión, el dragón se levantó levemente, parecía que iba a disparar.
Sin embargo, en su lugar, soltó un gran rugido y dejó sordos a ambos por unos instantes.
Después, el dragón se fue, planeando torpemente y chocando con todo en su camino, aun rugiendo.
Hicca soltó un gran suspiro, parece que contuvo la respiración por todo ese tiempo, Bram se mantuvo más firme.
— Eso fue intenso — Bram dijo, mirando la dirección donde se fue el furia nocturna
— ¿Bromeas? ¡CASI ME MEO ENCIMA! — Hicca reclamó, pero después pareció darse cuenta de lo que dijo — Digo, no es como que yo sea una miedosa, ¡NUNCA ME HE ORINADO SOBRE MI ROPA! ¡ERA UNA METÁFORA! — se excusó rápidamente, tratando de que Bram siguiera teniendo una buena imagen de ella
— ¡JAJA! Como quieras — le sonrió, arrojando el trozo de madera lejos — Vámonos, está hecho — comenzó a alejarse
La castaña miró por última vez con dirección a donde se fue el dragón, sentía que algo no estaba bien con eso, a pesar de ello, siguió al pelinegro.
— ¿No crees que algo estaba mal con el furia nocturna? — preguntó
— ¿Qué? ¿Eso de que no parecía poder volar? — regresó la pregunta, como si no tuviera importancia
Esas palabras la iluminaron y un pensamiento llegó a su mente.
— ¡EXACTO! — miró sobre el hombro — ~Creo que es mi culpa, ahora debe estar herido~ — con algo de tristeza, continuó caminando
Bram fingió no oír su susurro, y solamente continuó caminando hasta que llegaron a la casa de Hicca, esta vez, ella abrió la puerta, lista para entrar, aunque sentía que no debía desaprovechar una oportunidad.
— Ehm, ¿Bram? — lo miró
— ¿Qué sucede? — confundido, le sonrió
— ...¿N-No quisieras...ehm, ya sabes... — eso fue todo lo que pudo decir antes de que su rostro se volviera completamente rojo — ¡N-NADA! ¡GRACIAS POR TODO! ¡NOS VEMOS MAÑANA! — cerró bruscamente la puerta
Bram se sorprendió un poco, era obvio que Hicca quería invitarlo a pasar, aunque...espera, ya no son niños, no podrían jugar a la espada y al dragón...¿Acaso ella quería...tener...
El pelinegro se ruborizó, alejándose de la casa de su 'amiga', y teniendo varias imágenes llegando a su mente.
— "¿Cómo será?" — se preguntó, tratando de adivinar que clase de cuerpo tendría la castaña
Ambos tenían la misma edad, unos 15 años ella, y él 16, lo que significaba que estaban en esa edad del descontrol hormonal.
Tener hijos a tan temprana edad en Berk no era solo bien visto, sino que era necesario, debido a todas las bajas que se sufren a diario.
No obstante, Bram no se sentía cómodo con la idea, especialmente por los recuerdos de su anterior vida, pero siendo objetivos, realmente no hay mucho aquí.
No hay escuelas o títulos profesionales, así que realmente no hay nada de malo en tener relaciones, y el hecho de que los cuerpos jóvenes no están preparados para dar a luz no es aplicable, después de todo, esta cultura lo ha hecho por más de 7 generaciones sin problemas.
— "Solo espera a los 18, a los 17 al menos" — Bram se intentó convencer de no hacer una locura uno de estos días
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El capítulo termina aquí, espero y la historia les esté gustando por ahora, no sé cuánto dure la historia, pero quiero abarcar las 2 primeras películas, la tercera la siento un poco de más en este caso, solo tomaré ciertos conceptos y los incluiré por ahí. Recuerden usar condón, cepillarse los dientes, obedecer a su mami y no robar, a mí no me queda nada más que decir más que adiós, así que...
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